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Entradas etiquetadas como ‘constitución española’

Independencia, independencia… ¿Y la Constitución y el derecho vigente?

Por Arturo Lobo

Respecto a si las personas de Cataluña seguirían teniendo la nacionalidad española, tengo que decir las cosas que no se atreven los políticos a decir.
En última instancia serán los españoles los que decidan quién es español, porque la Constitución y las leyes que se asientan en el pueblo español, han sido creadas por él y él las puede cambiar al parecer de lo que los españoles digan.

El derecho vigente avala aparentemente que los catalanes seguirían siendo españoles, pero también ampara los derechos individuales de los catalanes que no quieren dejar de permanecer bajo el paraguas de España. Y es bastante obvio que estos ‘catalanes de segunda’ o ‘españoles residentes en Cataluña’ serán relegados, sino expulsados cómo lo fueron los judíos de España, incluso los reconvertidos. Al tiempo.

Foto de Artur Mas. (ATLAS)

Foto de Artur Mas. (ATLAS)

La Constitución española es la que es y esta refrendada por todos. Afirma que España es una y todos los españoles tienen derechos individuales, inalienables por la voluntad de unos pocos, a que así sea. Tienen derecho por no decir la obligación, que sí se dice parcialmente, a que sea una. Con sus ventajas e inconvenientes, pero cada español ha decidido que esos son sus derechos individuales. Y sólo al conjunto de todos ellos les corresponde modificarlo.

Bien, supongamos que finalmente Cataluña se independiza unilateralmente por pensar que es su derecho, que se puede ‘ir de casa’ cuando quiera. ¿Concederá el señor Mas la independencia a Gerona u Hospitalet, por ejemplo, si deciden en referéndum que así lo quieren y quieren volver a España? ¿Conservarán la nacionalidad catalana? Un hijo que se va de casa cuando las cosas están mal porque cree que le irá mejor en solitario. ¿No tienen los padres y la familia el derecho a decir: ¡Vete con Dios y no vuelvas a mi casa!? Y en todo esto digo Mas, que no más, porque en este caso sería menos. Que ganas de restar cuando puedes sumar.

Disculpe, ¿no habrá encontrado mi derecho a expresarme libremente?

Por María Gijón

Se busca (y se da recompensa) a mi derecho a manifestarme pacíficamente. Era de la raza de los derechos y deberes fundamentales, en concreto de pedigrí de los derechos fundamentales y de las libertades públicas. Se llamaba Artículo 21.

Manifestantes contra "La Ley Mordaza", (D. SIRVENT)

Manifestantes contra «La Ley Mordaza», (D. SIRVENT)

Era obediente y siempre respondía a mi llamada. De hecho, estuvo en los momentos más difíciles, sobre todo cuando perdí mi chaqueta y mi bandera (y eso que yo siempre bien orgullosa luciéndolas). Es difícil describirla, sobre todo, por que en los últimos años ha sido maltratada y cada vez costaba más reconocerla.

Respondía a la llamada de “Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa”. Pese a que sospecho que no ha ido muy lejos, creo que tiene que haber sido secuestrada por alguien… ¡Qué le ha puesto un bozal! Las vecinas dicen que han escuchado que hay una especie de Ley de Mordaza Ciudadana (o algo así) suelta por la zona. Espero que no sea demasiado tarde.

La homosexualidad y Rouco Varela

Por Eduardo Almeida

39188-240-180El otro día me desperté leyendo una declaración del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Rouco Varela, sobre su preocupación por el «presente y futuro del matrimonio de la familia». Preocupación. Me encanta esta preocupación. Obviamente hablamos del matrimonio homosexual. Como si la heterosexualidad fuera a desaparecer de la tierra porque aceptemos la homosexualidad como una orientación sexual tan valida como la heterosexualidad. ¡Qué gracia! ¿Nos hemos vuelto locos? Para que esto ocurra, se debe tener los mismos derechos que las parejas formadas entre hombre y mujer.

Sí, los homosexuales se pueden casar, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Camino que está lleno de obstáculos como lo es la Constitución española, que además de estar desfasada, pone trabas a que este camino llegue a su fin. No es de locos pensar entonces que es uno de los motivos por los que el cardenal pide que no se modifique en absoluto. Por eso y porque el Estado y la Iglesia tienen relaciones que están «suficientemente bien reguladas». Y tan reguladas. Es hora de avanzar y quitarnos el lastre que supone la Iglesia, que no deja de ser una figura que chupa del bote del Estado como el que más. Es hora de cambiar las cosas, empezando por esa Constitución tan chapada a la antigua y obsoleta que tenemos. Es hora de dar un paso adelante, no hacia atrás.