Por Agustín Arroyo Carro

Me refiero a la estructura coriácea y la resistencia numantina que tenemos que desplegar los ciudadanos de a pie para resistir los crudos e implacables embates de un gobierno que en cuatro años de mandato pretende convertir España en un yermo o erial erizado de bolsas de desempleo, conflictos laborales, desahucios, Eres, escándalos, laminación quirúrgica e inapelable de derechos adquiridos, destrucción por fases, conscientemente planificadas desde FAES, de una incipiente prosperidad que se empezaba a consolidar tras décadas. No se podía permitir, de ningún modo, que los trabajadores fueran remontando su atávica ignorancia, pobreza y sumisión al capital. Había que, de una vez por todas, dar una lección definitiva de humildad, a todas aquellas familias y colectivos que, habiendo partido de estratos humildes, habían conseguido prosperar  y engrosar una cada vez más numerosa clase media. Después de 36 años de restauración democrática y sólo 14 años de gobierno del centro y centro derecha, frente a 22 del centro izquierda, tienen que desarticular con rapidez los logros socioeconómicos, políticos y culturales que se habían logrado para volver ellos y sus vástagos a recuperar el cortijo que siempre han gobernado y expoliado con mano férrea. En eso están, y por eso hay que blindarse y erizarse de defensas. Reaccionemos a tiempo.