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Entradas etiquetadas como ‘ciudadanos’

¿Dónde están los defensores del pueblo cuando se les necesita?

Por Joaquín A. Ruiz

Factura de luz y electricidad (Jorge París).

¿Dónde están? Es lo que nos preguntamos todos los ciudadanos cuando el Sistema nos vuelve a apretar aún más las tuercas. Un método rocambolesco del cobro abusivo en el recibo de la luz nos acorrala contra nuestros cada vez más mal pertrechados bolsillos. Y nos reiteramos en preguntarnos: «¿dónde están los partidos políticos, los sindicatos, las asociaciones del consumidor, los (in)defensores del pueblo, del ciudadano, del universitario, del cliente, del ahorrador…?

En fin, que volvemos a estar solos, sin que nadie mueva un dedo, y nadie lo moverá. Vergonzoso; triste y vergonzoso.

 

¿Elegir a un gobernante? No sin tu carnet de votante

Por Javier Sánchez

Llevo tiempo dándole vueltas a una idea, aunque es ahora (con la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos) cuando me atrevo a escribirla al calor de este ventajismo a posteriori que suaviza lo radical de la reflexión que realizo.

El planteamiento se compone de tres preguntas y una propuesta.

La primera pregunta es simple: ¿Usted dejaría que alguien sin conocimientos o habilidades de conducción manipulara su coche? Entiendo que no, que un automóvil es una posesión cara y muy preciada que suele cuidarse con mimo y esmero. Nadie quiere que le estropeen el coche, que se lo rayen o que lo cojan sin su permiso.

La segunda pregunta es aún más obvia: ¿Permitiría que alguien sin formación o capacidad pedagógica le diera clase a su hijo? De nuevo supongo que la respuesta sería negativa. La educación de un hijo es una preocupación fundamental de cualquier padre o madre. Aun sabiendo que están en manos de profesionales cualificados, a veces ponemos en duda su autoridad o su conocimiento sobre cómo enseñarles (véase la huelga de deberes, que daría para otro escrito).  En ningún caso dejaríamos en manos de cualquiera la tutela pedagógica de nuestros retoños.

Una niña intentando meter una papeleta en la urna en las elecciones del 26-J (EFE).

Una niña intentando meter una papeleta en la urna en las elecciones del 26-J (EFE).

Entonces, ¿cómo es posible que dejemos la conducción o la tutela de un país en manos de cualquiera? Y no, amigos, no me refiero a dejarlo en manos de Donald Trump o de Mariano Rajoy. Me refiero a dejarlo en manos de todos los votantes.

Supongo que ya estarán arqueando la ceja y meneando la cabeza con gesto de desaprobación. Sí, lo que estoy diciendo es que no todos los habitantes de un país mayores de 18 años son capaces de conducir un coche adecuadamente (se necesita una licencia de conducción), enseñar a un niño adecuadamente (se necesita un título y una oposición) o de votar adecuadamente (no se requiere nada…).

No todo el mundo tiene la capacidad de análisis crítico, de razonamiento lógico y de reflexión pausada que deberían ser requisito mínimo para poder decidir el futuro de una nación. Por supuesto, son capacidades que se pueden adquirir, al igual que la de conducir un coche o dar clase a un niño. Y claro que deberían ser adquiridas y enseñadas a través de la educación y la concienciación en política.

Pero lo que no se debería permitir es que alguien sin estos mínimos elija a un gobernante, no sin su carnet de votante. Carnet que supondría ser acreedor de estas competencias, al igual que el permiso de conducir o el título de magisterio en sus respectivas parcelas.

Hace más de dos mil años que los griegos, cuna de la civilización occidental, propusieron que la democracia era la forma de gobierno más justa. Llevaban gran parte de razón, pero quizás no toda. Y es que precisamente uno de ellos, el archiconocido filósofo Platón en su obra “La República” apuntaba que la sofocracia, “el gobierno de los sabios”, era el sistema político ideal.  Un grupo de hombres preparados con el saber necesario para guiar al pueblo puede que no sea la panacea, pero nos aporta la idea de lo que sería la clave de mi reflexión: la idea de una “sofodemocracia”. Un gobierno elegido por todos y todas las capaces de elegir sabiamente.

He ahí la esencia de la propuesta: la creación de ese carnet mencionado previamente que acredite a su poseedor como “ciudadano sabio”, como auténtico garante de la capacidad de elegir con criterio, sensatez e inteligencia a sus gobernantes.

¿Polémico? Sí. ¿Difícil de llevar a cabo? También. ¿Osado? Sin lugar a dudas. Pero la alternativa es seguir permitiendo que cualquiera decida quién lleva las riendas de una nación. ¿Le parece una barbaridad? Pues súbase conmigo al coche, que no tengo permiso de conducir y deje que le enseñe a su hijo, que no soy maestro. Pero no se queje luego si estrello el coche y su hijo es un analfabeto. Debería haberme pedido antes mi carnet…

Nos quejamos de no tener gobierno, pero no hacemos nada

Por Mara Sánchez

Imagen de una protesta (Europa Press).

Imagen de una protesta (Europa Press).

Voy a ser breve y concisa; somos un país de acojonados. Todo el mundo se queja de no tener gobierno, pero a nadie se le ocurre una huelga general para presionar, o una manifestación, aunque vayan cuatro gatos. Algo, no sé, lo que sea antes de esta resignación.

Si me engañan una vez es culpa del que me engaña, si me engañan dos, ya es mía. ¿Y si me engañan tres? Todos sabemos cómo llamar al que engaña tres veces con lo mismo.

España en vilo: ¿celebraremos la Navidad?

Por Patricia Moreno

Bola gigante de Navidad (EFE).

Bola gigante de Navidad (EFE).

En España, el hecho de convocar nuevas elecciones es como jugar al Euromillón. Hoy no ha tocado lo que me gusta, probemos otro día. Y así estamos, esperando para votar por tercera vez, viendo como ‘nuestros líderes’ no saben ponerse de acuerdo en nada.

Lo más gracioso es ver las caras de los españoles al saber que la fecha prevista de la nueva jornada electoral podría ser el 25 de diciembre. Sí, el día de Navidad. Ya nos veo a todos yendo a ejercer nuestro voto cantando villancicos y a todos los elegidos para participar como presidentes o vocales de mesa con su pavo de Navidad para aguantar toda la jornada. Cruzad los dedos españoles, para que las terceras elecciones se adelanten una semana y podamos sobrellevar en paz la resaca de Nochebuena.

Algo está fallando en España

Por José Morales Martín

Mariano Rajoy (EFE).

Mariano Rajoy (EFE).

Uno de estos días, hablando con unos amigos nos planteábamos diversas cuestiones sobre el porqué de la situación en la que políticamente se encuentra el país:

Llevamos casi un año sin gobierno porque cuatro políticos son incapaces de ponerse de acuerdo, mínimamente, para que alguno de ellos gobierne. Además, hay 350 supuestos representantes de los españoles y llevan un año sin hacer absolutamente nada, cobrando y viéndolas venir. Los propios políticos reconocen su fracaso y siguen igual. Son ellos, los líderes, los que hablan de la necesidad de reformas, de la Constitución, de la ley electoral y de muchos más aspectos fundamentales en una democracia, y nadie mueve un solo dedo para intentar hacer lo que dicen que hay que hacer.

Una y otra vez escuchamos las mismas vaciedades, los mismos tópicos, los mismos eslóganes. Por estulticia, malicia o simple incompetencia, todo un país está en manos de una persona que, contra toda razón, impide el gobierno y paraliza las instituciones. Cuando la tribuna parlamentaria de una nación sirve de altavoz a quienes no acatan las leyes de la democracia y pretenden desmembrar esa misma nación.

Concluíamos que alguna cosa estaba fallando en un sistema impotente para resolver los problemas que él mismo ha creado y da paso a inútiles y aprovechados que, por ende, constituyen un problema con su sola participación en la vida política. Finalmente, todos nos sentíamos culpables al reconocer que tal vez fuéramos los votantes los que hemos fallado, especialmente en la segunda votación.

 

Pedro Sánchez, una soberbia prescindible para España

Por Andrés López Martínez

Mariano Rajoy charla con el líder del PSOE, Pedro Sánchez

Mariano Rajoy charla con el líder del PSOE, Pedro Sánchez

Con motivo del reciente acuerdo entre PP y C’s y tras el encuentro del lunes en el congreso con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, dice que ha sido una reunión «perfectamente prescindible«.

Creo conveniente recordar que el líder socialista creyó estar legitimado para ser investido presidente del Gobierno con 130 votos (40 menos que con los que cuenta Rajoy a día de hoy) llevando a España a unas segundas elecciones y convirtiéndose así en pionero de dos hechos históricos: primera investidura fallida en la historia de la democracia y la obtención de los peores resultados históricos del PSOE en unas elecciones generales.

Creo sinceramente que toda esta serie de contrasentidos llevan a la conclusión de que si hay algo prescindible es la soberbia del señor Sánchez, una soberbia que le ciega tanto que le hace inmune a la voluntad de los españoles en las urnas, a muchas voces internas de barones socialistas e incluso la de los dos expresidentes del Gobierno de su partido que piden la abstención.

Hasta un artículo del Financial Times publicado el lunes tacha de incoherente al político por su bloqueo, bloqueo que sin duda alguna repercute negativamente en los intereses de todos los españoles.

Queda más que contrastada así una soberbia prescindible para el panorama político español, una soberbia prescindible para su partido y una soberbia prescindible para España.

Mi enhorabuena a la derecha española, que ha ganado sin esfuerzos

Por Elena Gracia

Lamentable, no se puede decir nada más. La izquierda desunida como siempre ha permitido que la derecha vuelva a ganar.

Empezando por el PSOE que priorizó sus negociaciones con el centroderecha de Ciudadanos, aconsejado por sus líderes de Andalucía y Extremadura, que más bien parecen hermanos de Ciudadanos que socialistas, y que en ningún momento primaron sus conversaciones con Podemos o IU.

Siguiendo por Podemos, que prefirió ir solo a las primeras elecciones, sin contar con IU, y que luego se dedicó a llenarse la boca diciendo que eran los vencedores.

Mariano Rajoy junto a su mujer, Soraya Sáenz de Santamaría y Fernando Martínez Maillo, en el balcón de Génova (EFE).

Mariano Rajoy junto a su mujer Elvira, Soraya Sáenz de Santamaría y Fernando Martínez Maillo, en el balcón de Génova (EFE).

Creo que de la izquierda que tenemos en este país el único discreto ha sido Garzón. Qué pena, qué defraudada me siento. Siempre he votado y votaré a la izquierda. No voy a votar a la derecha con lo que le ha hecho a nuestros jóvenes, con unos contratos lamentables, cobrando una porquería y sin posibilidad de emanciparse salvo que decidan irse debajo de un puente o fuera de España a buscarse la vida, que ignora las ayudas sociales, por no hablar de su comportamiento en el poder haciendo y deshaciendo a su antojo.

Ya me sentí defraudada cuando esos dirigentes socialistas empezaron a atacar a Podemos y crearon una brecha. Si anteponemos las opiniones personales al interés de los ciudadanos tal vez no sirvamos para representarlos. ¿Alguno de los políticos se ha planteado esta cuestión en alguna ocasión, o todos ellos se consideran válidos, eficaces e insustituibles? Demasiado ego para mi gusto, poco altruismo, muchos intereses particulares.

Después Podemos decidió que estaba muy herido porque el PSOE había preferido pactar con Ciudadanos. Tal vez allí si hubiéramos dejado el ego y hubiéramos permitido que el PSOE gobernase se le hubiera podido meter caña en el Congreso con todos esos escaños y luchar para mejorar la vida de los españoles, pero de nuevo fue más importante demostrar la fortaleza del partido frente a los intereses de los ciudadanos y ahora recogemos las consecuencias. Hemos tenido que ir a otras elecciones. Y con los votantes descontentos, desencantados y decepcionados.

Y estaba claro que la derecha, que votan como buen rebaño siempre unidos, aunque había hecho un pequeño escarceo con el centroderecha, han vuelto a su redil y no solo eso, además cinco escaños del PSOE se han ido al PP.

Enhorabuena a la derecha española, han ganado sin hacer nada, la izquierda de nuevo les ha dado la victoria. Rajoy ha sido más listo de lo que parecía, solo ha tenido que utilizar su táctica: esperar.

Hemos dejado pasar delante de nuestras manos la posibilidad de cambiar el color del país, ahora tendremos que esperar cuatro años más, nuestros jóvenes tendrán que seguir con sus precarios trabajos. Felicitaciones a los dirigentes de izquierdas por hacer el trabajo sucio.

Lamentablemente dentro de unos años se podrá analizar este tan penoso momento en que decidimos comportarnos como niños malcriados y caprichosos pretendiendo tener el poder para nosotros solos y de esta forma lo perdimos.

¿Esperar a qué en la tauromaquia?

Por Julio Ortega Fraile

Tauromaquia (Europa Press).

Tauromaquia (Europa Press).

Estadísticas como las de Gallup indican que el rechazo a la tauromaquia en la sociedad es mayoritario y creciente, consultas de ayuntamientos o periódicos en casi todos los casos demuestran que los ciudadanos no la quieren, que es una forma de violencia infantil; son palabras del Comité por los Derechos del Niño de la ONU.

Que el toro sufre está demostrado y que las corridas son inviables económicamente sin subvenciones salvo contadas ocasiones también. Va en declive y a eso hay que sumarle un pensamiento y costumbres que en 2016 no pueden ser las del siglo XVIII.

Sí, acabaría muriendo sola, pero mientras sigamos siendo cómplices de una práctica que da por lícita la violencia con animales por diversión, continuarán muriendo humanos y un dinero necesario para paliar tanto sufrimiento se estaría empleando en generarlo.

Mañana nos vemos en las urnas

Por Annabel Navarro

Urnas en jornada electoral (Europa Press).

Urnas en jornada electoral (Europa Press).

Abrir el buzón y recibir las papeletas electorales de todos y cada uno de los partidos políticos que han tenido la poca vergüenza de anteponer los sillones a las personas, sus bolsillos a la economía de las familias, acentuar la pobreza infantil, perpetuar la precariedad laboral… Leer cómo cada partido trata de manipularnos cuando no han sido capaces de llegar a un acuerdo por orgullo, interés propio y afán de protagonismo. Me molesta y mucho; pero sobre todo los que me indignan son los simpatizantes de uno u otro partido, cegados por no sé qué promesa o miedo, terminan sacando las uñas por personas a las que no les importan y defendiendo lo indefendible. Sí, me interesa la política como medio para alcanzar la justicia social. Sí, hay algunos partidos descartados de mi lista de posibles, igual que hay otros que despiertan mi simpatía, pero perder la capacidad crítica me parece un error que adormece, la política se ha convertido en el opio del pueblo del siglo XXI.

El Partido Popular hace un llamamiento para que la gente vote, para que no se quede en casa, para que no dejemos que otros decidan por nosotros; pero en su discurso, en el cual no critica directamente a nadie, muestra una vez más que sólo ven lo que quieren ver: “En los dos últimos años se han creado casi un millón de puestos de trabajo y, si no cambiamos de política, llegaremos al 2020 con 20 millones de españoles trabajando”. Olvidan a los millones de españoles que se han marchado, a los no inscritos en el INEM por desidia, a los empleos basura que han motivado con su reforma laboral: el 30% de los empleos dura una semana o menos, mal pagados, inestables y que sólo sirven para maquillar los datos a su antojo.

Han logrado perpetuar una precariedad laboral, han aumentado la brecha salarial y han convertido a los ricos en más ricos y a los pobres en más pobres. “Seguiremos haciendo mejoras reales: sanidad, seguridad, servicios sociales y bienestar general”. Olvidan los recortes, las privatizaciones, la ausencia de fondos, la miseria, las familias sin recursos, la pobreza infantil, la corrupción, la deuda, el atraco a la hucha de las pensiones… “Piensa en si a tu alrededor, en tu familia, tu ciudad, tu pueblo, tu empresa… hay hoy más o menos empleo o perspectiva de empleo que hace 4 años”. No, Mariano. La gente de mi alrededor no tiene empleo, ha tenido emigrar lejos, tiene dificultades para llegar a final de mes, no hay perspectivas de empleo y entre todos los que sois responsables de esta situación habéis conseguido que muchos tengamos que tener la maleta preparada o asumir que habéis hundido a varias generaciones.

Podemos, personalizado en una chica que ha tenido que marcharse a Londres nos muestra la realidad de muchos españoles, como muchos de mi entorno, muchos que me duelen, por eso leer esa carta que recurre a tocar la fibra sensible de las personas mientras subyace un claro interés por arrancar votantes del PSOE, me parece tan pueril como decepcionante.

El PSOE se planta con su buena jeta a erigirse como salvador, enumerándonos un listado de propuestas basadas en cambiar todo lo que haya hecho el PP, sin aportar nada nuevo. Su lema “si no quieres al PP, vente con nosotros”. Una actitud que recuerda a los tiempos de antaño olvidando que ni esta es la España de González, ni esta la sociedad de la Transición.

Alberto Garzón, coordinador de Izquierda Unida (José Camó).

Alberto Garzón, coordinador de Izquierda Unida (José Camó).

Tal como daban las encuestas hace unos meses, Garzón era considerado el político mejor valorado, incluso por los votantes de partidos contrarios a su ideología. Para mí era un político que se desmarcaba del resto a la hora de exponer sus propuestas, estar dispuesto al diálogo y tener una actitud respetuosa en cada intervención; con independencia de ideologías. Su panfleto electoral es breve, claro, conciso y acorde a lo que ha defendido siempre; lástima que no le valdrá de nada porque se ha visto absorbido por las circunstancias.

Mientras PP y PSOE continúan con la misma guerra de siempre, Podemos e IU se unen para tratar de ofrecer un poco de esperanza a la gente, a Rivera se le cae la máscara y saca a la Thatcher que lleva dentro, y plantea todo su discurso en torno a medidas económicas y acciones en el trabajo; olvidando que muchas medidas ya están activas en algunas comunidades y amparadas por el Estatuto de Trabajadores. Debería centrarse en exigir cumplimiento, pero eso no vende.

Mañana hay que votar y lo único claro de todo esto, es que nos vuelven a utilizar como monigotes, mientras los ricos más ricos y los pobres más pobres. Nos vemos en las urnas.

 

Acaba con el sistema, no votes

Por Rafael Bueno

Una urna para votar en las elecciones (Europa Press).

Una urna para votar en las elecciones (Europa Press).

Yo sé perfectamente por qué no voto el 26-J. Lo que no sé es si todos los que van a votar, saben por qué lo hacen.

La casta política insiste en que hay que votar, claro, es precisamente lo que les interesa a ellos. Al igual que la estafa de los trileros, necesitan que la gente participe, para poder mantener su “negocio”. En este sistema oligárquico-partitocrático, son los partidos políticos los que ostentan la soberanía y los que eligen en listas cerradas y bloqueadas. Listas, que el pueblo se tiene que tragar a la fuerza.

Si aquí los políticos son el problema, como lo son; lo que hay que hacer es botarlos, en lugar de votarlos. Y la única forma pacífica de botarlos, es no votando, para que el sistema se caiga solo. Por lo tanto, todos los que van a votar, incluso los que votan en blanco, tienen la culpa de mantener lo que padecemos. ¿Está claro?

Cuando haya Democracia con separación de poderes y el ciudadano pueda elegir y destituir directamente a sus representantes, yo iré el primero a votar ¿vale?