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Entradas etiquetadas como ‘ciudad’

Otra que se va de Barcelona, una ciudad cada vez menos acogedora

Por Rocío Coronel

Durante 31 años me he considerado una gran embajadora de mi ciudad, de la que presumía con orgullo allá donde fuera y a la que defendía a capa y espada de cualquier ataque. Y aquí estoy, haciendo las maletas, a pesar de mantener mi trabajo aquí y de tener que vender mi piso. A pesar de lo que me duele, me voy.

Reflexionando al respecto, y leyendo bastante sobre este fenómeno también, encuentro que se ha hablado mucho del desorbitado precio de la vivienda, de las bajas emisiones, de la nefasta gestión de los servicios públicos de limpieza, zonas verdes o transportes… pero muy poco sobre la causa raíz de esta fuga de vecinos y a la que, en mi opinión, habría que atacar si se pretende evitar que Barcelona se convierta en una ciudad museo a la que solo se viene a pasear.

Vista de Barcelona con la Sagrada Familia

Vista de Barcelona con la Sagrada Familia.

Creo que nos vamos porque ya no nos sentimos en casa ni nos identificamos con esta ciudad que un día fue cosmopolita e inclusiva, sí, pero que, por sobre todas las cosas, fue una ciudad de barrios y familias para todos los que hemos crecido en ella. Ahora, el ayuntamiento centra sus esfuerzos en convertir en postales las zonas más céntricas a gusto del turista y se ha olvidado de que Barcelona pertenece a su gente, a los que la viven y la disfrutan 365 días al año. Parece curioso que una ciudad que se declara “D’acollida” sea cada vez menos acogedora para sus habitantes, que cada día más nos sentimos extraños en nuestro propio hogar.

Como decía al principio, no quiero entrar a detallar todo aquello que está ocurriendo en nuestros barrios porque creo que los que lo sufrimos ya lo conocemos. Solo deseo que alguien repare este error, devuelva la ciudad a sus habitantes y que se legisle para ellos, con un urbanismo sostenible pero compatible con la vida real y unos servicios públicos a la altura de lo que significa Barcelona.

Me voy como la que deja atrás su casa en ruinas tras un huracán en busca de un futuro mejor. Y mucho me temo que no seré la última en hacerlo.

La moto te puede cambiar la vida

Por Jordi Llorca

Brad Pitt y Angelina Jolie en moto por las calles de Ho Chi Minh (Gtres).

Brad Pitt y Angelina Jolie en moto por las calles de Ho Chi Minh (Gtres).

Tengo una moto desde hace dos años. Para ser exactos, un ciclomotor de 125cc que puedo conducir gracias a la antigüedad del carnet de coche. Podría decirse que me ha cambiado la vida. Por un lado, ahorro tiempo y me desplazo a todos los rincones de Barcelona en cuestión de veinte minutos y, además, no estoy pendiente de horarios o transbordos imposibles.

Pero no todo iba a ser bueno. Al contrario. A menudo me encuentro con situaciones peligrosas por el gran tráfico de la capital. Muchos conductores temerarios me ponen a prueba continuamente, lo que hace que me plantee si realmente vale la pena ahorrar esos minutos. Un descuido con la moto te puede cambiar la vida.

La pesadilla de vivir a 20 kilómetros de Barcelona

Por Marc Mestre

El Tibidabo De Barcelona, en la Sierra De Collserola (Europa Press).

El Tibidabo De Barcelona, en la Sierra De Collserola (Europa Press).

Una casa con jardín en un pueblo pequeño, verde y tranquilo. Este es el sueño de muchas familias que, cansadas del asfalto, el ruido y la contaminación de la gran ciudad deciden ir a vivir a una localidad pequeña pero cercana a Barcelona. Disfrutar de paz y tranquilidad sin renunciar a la cercanía de la ciudad, un sueño anhelado por muchos y no siempre fácil de cumplir.

Pero de las 7 a las 9 de la mañana este sueño se convierte en una auténtica pesadilla: nervios, estrés, impotencia… estos son algunos de los síntomas que provoca diariamente la entrada a Barcelona por las rondas a todos estos «privilegiados»que han podido hacer realidad su sueño. Largos ratos de colas, coches parados, conductores malhumorados, pequeños accidentes… todo un espectáculo más propio del tercer mundo que de una sociedad avanzada como se supone que es la nuestra.

Es difícil de entender cómo en el siglo XXI, en plena Era de la tecnología y la innovación, en la que inventamos dispositivos electrónicos capaces de hacer las tareas más complejas, no hemos sabido resolver un problema tan básico como poder llegar en nuestro puesto de trabajo en un tiempo razonable y sin tener que sufrir una auténtica odisea.

Hoy más que nunca se nos quiere inculcar la cultura del ahorro, ¿cómo es posible que diariamente malgastamos tanto tiempo y tanta energía y no seamos capaces de poner remedio? De la opción del transporte público más vale no hablar… esta más que una pesadilla, para aquellos que la eligen, es una auténtica tortura.

¿Adiós, Colón?

Por Rocío Muñoz

Estatua de Colón en Barcelona (Laslovarga en WIKIPEDIA).

Estatua de Colón en Barcelona (Laslovarga en WIKIPEDIA).

La clase política en España se está volviendo loca y hay noticias como la de la petición de la retirada del monumento de Colón en Barcelona, que puede ser considerada como una broma del día de los Santos Inocentes.

Soy partidaria de que cada uno defienda sus ideas, pero creo que hay asuntos que no se deben mezclar con la política. Retirar ese monumento es restarle patrimonio cultural a la ciudad, que es precisamente uno de los aspectos que hacen tan especial a Barcelona.

Vale, Colón no llegó a las Américas buscando una coexistencia pacífica entre la población indígena y los españoles, pero ¿de verdad la CUP considera que eliminando una estatua va a borrar la historia de nuestro país?

Adiós a los gorriones

Por Pedro Serrano

Gorrión.

Un gorrión posado sobre la rama de un árbol. (ARCHIVO)

Mi infancia estuvo llena de gorriones. Si echo la vista atrás, aún puedo verlos saltar por el corral robándoles el grano a las gallinas. Aún puedo ver sus revoloteos y escuchar su repertorio de cantos en aquella casa de tierra llena de escondrijos. Pero, en aquella época ruda y de supervivencia elemental, humanos y gorriones éramos enemigos irreconciliables. Todo porque que las pobres criaturas nos hurtaban un puñado de granos de aquellas míseras cosechas y sembrados. Pobres ignorantes, solo considerábamos los daños que nos infligían; nunca los beneficios, que eran muchos y variados.

Afortunadamente, ahora ya sabemos que la singular asociación entre humanos y gorriones, en pueblos y ciudades, siempre ha sido fructífera para ambas partes. Según los estudiosos, no solo ayudan a controlar plagas y dispersar semillas, sino que son un excelente indicador de nuestra calidad ambiental. Y esa calidad ambiental no debe de ser muy buena cuando se les ve más tristes que antaño y se constata que están disminuyendo drásticamente, sobre todo en las ciudades.

Al parecer, las ondas electromagnéticas en las ciudades, la contaminación, la escasez de alimento y la falta de lugares para nidificar son algunos de los principales enemigos de los gorriones urbanos. Y, en el campo, la especie se enfrenta a la intensificación agraria, el empleo abusivo de plaguicidas y el abandono rural.

Si, como parece, nuestras vidas están íntimamente ligadas a las suyas, ¿compartiremos el mismo destino?

El ciclismo no se promueve con impuestos a los ciclistas ni dejándolos en una cuneta destrozados

Dos ciclistas en Zaragoza. (RA)

Por Jorge de Lalama Seoane

El ciclismo no se promueve poniendo impuestos a los ciclistas, ni marcándolos a hierro, ni dejándolos en una cuneta destrozados.
Comprendo la incomodidad que le supone a muchos que una bicicleta pase por su lado pero los ciclistas sufrimos algo más que incomodidades como son los ataques de perros peligrosos sueltos en la ciudad o asilvestrados en el campo o arcenes reducidos sin mantenimiento llenos de cristales que hace que muchas veces tengas que salirte de ellos jugándote el físico y la vida.
Queda muy bien en la foto salir paseando en bicicleta por Madrid con cinco coches de escoltas guardándote las espaldas pero para el ciclista común la única forma segura de desplazarse es invadiendo la acera porque los autobuses te cierran el paso y los coches te golpean.
Salvemos al ciclista con carriles destinados para ellos como los que hay en la Casa de Campo [Madrid ] pues no sólo el aire que respiramos sería más sano sino que salvaríamos vidas.

Abusos de falleros

Por José Mª Furquet

Quiero poner de manifiesto mi enérgica e indignada protesta contra los desmanes que se vienen permitiendo a las congregaciones falleras, en general a lo largo del año y en particular en fechas cercanas a las de celebración de las propias Fallas. Ni entiendo ni creo justificable permitir a nadie que haga de un lugar público su feudo y la realización de eventos, mayoritariamente de carácter lúdico, que molestan (¡y cómo!) al resto del vecindario. Indignación que vengo arrastrando y sufriendo desde hace años, ya que por mis condiciones laborales no puedo abandonar la ciudad. Y ayer [9 de marzo] fue el día en que cayó la gota que desbordó el vaso.

Si bien esta circunstancia se dio en las instalaciones provisionales que tienen por estas fechas las distintas congregaciones falleras o “casales” en esta ciudad, me voy a referir a la que, en concreto, nos privó del sueño hasta altas horas de la madrugada sin que se le pusiera freno por parte de autoridad competente alguna. La Falla ubicada en la confluencia de las calles Justo y Pastor y Serrería mantuvo su “discoteFallasca” hasta bien pasadas las cuatro de la madrugada. Evento que se desarrolló dentro de una carpa instalada en medio de la calle, como todos los años, para uso y disfrute de los integrantes de la Falla de turno y de sus invitados. No se interprete este comentario como represalia por no contarme entre los invitados de Falla alguna. No tengo la más mínima afición por la fiestas populares, sean cuales sean e incluidas las de Valencia. La única vez que he podido ausentarme para evitarlas lo hice sin dudarlo un solo instante.

Ante tal abuso solicito a quien proceda a que tome las medidas oportunas para evitar estos atropellos a la dignidad de los vecinos de nuestra ciudad, a su descanso y, por extensión, a su salud. Entiendo que no se debe permitir estos ruidosos eventos –discotecas móviles, karaokes, representaciones varias, actuaciones, etc.- en ninguna fecha del año. Las horas nocturnas se utilizan por la mayor parte de los seres humanos para descansar y reponer fuerzas, aun las previas a días no laborables o lectivos, por lo que veo fuera de lugar conceder permiso para llenar la calle de ruidos, sea cual sea el día del año de que se trate. Para tales celebraciones hay muchas horas durante el día para llevarlas a cabo, reduciendo considerablemente las molestias que causan al resto de ciudadanos.

Lamentable estado de la estación de Atocha

Por Marta I. M. Rodríguez

«Imagen nauseabunda de un Madrid sucio»

Quisiera denunciar el lamentable estado de suciedad y abandono de la salida “Puerta del AVE” de la estación de Atocha. Esta “puerta de entrada a Madrid” por la que pasan a diario miles de personas da al visitante una imagen nauseabunda de un Madrid sucio, apestoso y donde para colmo se lleva tiempo permitiendo la instalación diaria, en hora punta, de un “top manta” de mendigos con venta ilegal de todo tipo de enseres viejos. Así, los que a diario pasamos para ir a trabajar, tenemos que bajarnos a la calzada para acceder a la estación, por la imposibilidad de caminar por una acera invadida de mantas y objetos en venta y ante la ineficacia de la actuación policial que, tras hacer acto de presencia disuasorio, hace que los mendigos recojan apresuradamente, te atropellen con sus carros y bultos y se instalen de nuevo en cuanto la policía se va.

Si la ley es para todos y la venta ambulante está prohibida, ¿por qué no se aplica a todos? Si ya esta zona lleva tiempo sucia y maloliente, con manchas incrustadas en el pavimento, olores permanentes a orines y presencia de mendigos en la puerta del colegio “Menéndez Pelayo” bebiendo alcohol a plena luz, ahora se ha tocado fondo con este mercadillo en la esquina de más tránsito, en hora punta, coincidiendo con el paso de taxis y viajeros con maletas. Esta importantísima al igual que abandonada “puerta de entrada a Madrid” es además el punto de partida para visitar la famosa “Milla de Oro”, Museos Reina Sofía, Thyssen, Prado, Biblioteca Nacional o el Circo Price.

Alguien debe tomar medidas, recuperar esta zona y ofrecer a los visitantes y vecinos un Madrid acogedor, limpio y amigable (pongo por ejemplo la salida de la estación del AVE de Santa Justa en Sevilla, limpia y con olor a flores, bicicletas para alquilar…. una ciudad agradable)

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Por Jesús Cidón Martínez (*)

«#AtochaApesta»

Llevo años pasando a diario por la estación de Atocha, es ya un lugar que forma parte de mi cotidianeidad, como podrían ser mi puesto de trabajo o el sillón de mi casa. Sin embargo, sólo pensar en los días en que he tenido que utilizar los aseos de la estación me produce escalofríos. Las puertas rotas, los aseos sucios y estropeados, un olor nauseabundo, y de papel ¡ni hablamos!

Lógicamente, ante esta situación tan poco agradable he intentado abstenerme de utilizarlos (con esfuerzo en alguna ocasión). Sin embargo, desde hace unos meses he podido constatar que los aseos no son el único punto que apesta en Atocha. Ahora cada día llego en moto y aparco en la zona reservada para ello, y cada día me asalta un hedor aún más nauseabundo que el de los aseos: la zona de aparcamiento apesta a orín, porque los taxistas que esperan interminables colas para cargar viajeros no tienen un aseo decente donde evacuar y lo hacen justo en frente de la fila, que es la zona de aparcamiento. Son muchos todos los días, pero lo más triste es que nunca nadie se ha molestado en ordenar que lo limpien o en instalar unos aseos portátiles.

¿Por qué nos resulta natural tener unos aseos decentes en el aeropuerto de Barajas y sin embargo nos hemos acostumbrado a que en una estación como Atocha, por donde pasan muchas más personas cada día, no los haya? ¿Por qué huele tan mal en el parking y nadie lo limpia? ¿Es esto un nivel de servicio aceptable? Simplemente, ¿es humano que nos (mal)traten así cada día? Como lector asiduo de 20minutos y al ver que dais cabida a las quejas de los ciudadanos sobre el mal estado de calles, aceras e infraestructuras en general, os agradecería que publicarais esta carta con el hashtag #AtochaApesta que he lanzado en Twitter para crear un foro de discusión sobre este tema, así como a que, si os parece oportuno, invitéis a la gente a firmar en la petición que he creado en change.org https://www.change.org/es/peticiones/aseos-en-zona-de-taxis-de-atocha-y-limpieza-de-or%C3%ADn-acumulado-desde-meses

(*) Escrito enviado el 22 de diciembre

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Si Gaudí levantara la cabeza

Por Alex Mesa Romero (Barcelona)

Hace poco visitaron Barcelona unos amigos vascos. Yo, como buen ciudadano orgulloso de mi ciudad, fui uno de los encargados de guiarles. Cuando recibo a amigos a los que guiar por la ciudad más bonita de Europa en mi itinerario está el Park Güell como plato fuerte. Me parece uno de los lugares más importantes de Barcelona, pero además me resulta muy agradable andar entre sus columnas, sentarme en sus peculiares bancos y admirar una obra maravillosa que no deja de impresionarme cada vez que la veo. Bromeábamos sobre la posibilidad, que entonces sonaba a chiste, de que el Park Güell fuese de pago. Pues bien, resulta que ahora, a partir de octubre de 2013, habrá que pagar hasta por ver el Park Güell. Estoy de acuerdo en que el precio no es muy alto, entre 5 o 10 euros, pero me resulta como mínimo preocupante que todo lo que podemos disfrutar, todavía gratuitamente, nos lo están empezando a cobrar.

No solo suben los precios de transporte y educación, entre otras cosas, sino que también quieren dificultar el acceso a un lugar que debería seguir siendo, como hasta ahora, de libre acceso. Pero supongo que es mejor cobrar más por todo que dejar de cobrar tanto dinero, al fin y al cabo en la política las cosas siempre se arreglan de la misma manera, dificultando los beneficios del pueblo. Así que a partir de ahora dejaré entre interrogantes la parada “Park Güell” en mi acostumbrado itinerario de visita. La mayor parte de mis amigos vienen con el dinero justo para comer y dormir, muchas veces no tienen ni para disfrutar del ocio de Barcelona, como muchos de los turistas que nos visitan. Y con esta crisis, todavía peor. Así que me siento en la necesidad de demandar este asunto, creo que no es bueno ni para la ciudad ni para el parque. Pero tampoco para la memoria de uno de los grandes catalanes de la historia, Antoni Gaudí, que si levantara la cabeza y viera que hasta ver su obra se ha convertido en un negocio, no me imagino la cara que pondría.