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Entradas etiquetadas como ‘Charlie Hebdo’

El humor y la libertad de expresión

Por Antón Fernández Rodríguez

Cuando mataron a los periodistas de Charlie Hebdo se abrió un debate sobre los límites del humor y de la libertad de expresión. Pero claro, con esos terribles asesinatos tan recientes, ¿cómo se puede pensar con claridad ante la barbarie? Sin embargo, todos los cómicos sabemos que el humor tiene unos límites. Existe una delgada línea entre lo correcto y lo que ofende, y por ella debe caminar el humorista, como un funanbulista, si es demasiado correcto no hará gracia pero si se pasa se volverá ofensivo y tampoco hará reír.

¿Se puede caminar por esa delgada línea y ser libre? Sí, se puede. Por poner un ejemplo: mi clown es un personaje, un militar que entre otros atributos es un racista. ¿Cómo se puede ser racista sin ofender a nadie? Se puede. El humor ha de ser absurdo, el racismo es absurdo; mi clown es racista con los gallegos (mi madre es gallega) con los andaluces y con los de Burgos pero jamás le permitiría (al clown le presta su voz y su cuerpo el actor) que lo fuera con alguien de quien se pudiera dudar que todo es una parodia y una broma.

(Eneko)

(Eneko)

Cuando una broma ofende deja de ser una broma o al menos es una broma que no tiene gracia. La libertad de expresión o de creación, para el caso me da lo mismo, no nos da derecho a ofender a nadie. Alguien podría decir: ¡Sí, pero a veces lo que a algunos ofende a otros les hace reír! A lo que yo le respondería: Es cierto, ése es el humor que hacen los niños cuando se burlan de otro, el humor de los niños puede ser muy cruel. Se les perdona porque son niños y no saben lo que hacen. De un adulto y más si es un profesional del humor espero otra cosa. He visto estos días una broma con la foto (que no voy a reproducir) de un niño muerto en la playa, y no solo me ha parecido de mal gusto sino que me ha herido profundamente. Suaves amigos, las palabras son afiladas espadas, vigilemos nuestras palabras.

Reflexiones de la manifestación en París por la libertad de expresión

París, en la calle (EFE)

París, en la calle (EFE)

Por Javier Ortíz López

Las pancartas y carteles de manifestantes musulmanes en Madrid y en otras ciudades españolas afirmaban que el islam es igual a paz, convivencia y tolerancia.

Es importante que lo manifiesten para que nadie caiga en el error de identificarlos con los terroristas islámistas, y que las propias comunidades, con los imanes a la cabeza, rechacen con fuerza los atisbos de fanáticos.

Las fuerzas de seguridad y el ejército han cumplido su misión y los ciudadanos les deben estar agradecidos, porque han defendido sus vidas y la convivencia frente a la barbarie paleolítica de los islamistas.

Hace bien la comunidad islámica normal, no fanatizada, en condenar y perseguir desde dentro esa perversión inhumana bajo la sombra de Alá y su profeta Mahoma.

El principio de defensa debe servir de ejemplo por encima de lo políticamente correcto. Esa unidad en París de todos los credos, razas, y tendencias políticas es una lección para todos y también para los españoles.

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Por Javier Cobo Antón

Le Monde ha publicado la foto del engaño: los 50 dirigentes mundiales no estaban con el pueblo que pedía libertad en París. El diario muestra la reveladora foto que se hicieron con cien personas al fondo en una calle vecina a la manifestación.

Manifestación en París contra la masacre del 'Charlie Hebdo' (SEBASTIEN NOGIER / EFE)

Manifestación en París contra la masacre del ‘Charlie Hebdo’ (SEBASTIEN NOGIER / EFE)

Podían haber alegado razones de seguridad, o su miedo, si se pueden distinguir ahí ambas cosas. Pero prefirieron, como casi siempre, intentar engañarnos, burlarse de nosotros.

Y cómo reprimen con dureza la libertad que proclamaban en París los dirigentes de Jordania, Turquía, Israel, Egipto o Mali.

No seamos también nosotros hipócritas citando sólo ejemplos lejanos. La OSCE ha condenado la falta de libertad de un país que expulsó a sus inspectores para que no pudieran observar una manifestación contra la monarquía y que ahora tramita una ley mordaza contraria a los derechos reconocidos por las Naciones Unidas. Un país cuyo presidente, prestándose encantado a ese engaño, tuvo la barba de ir a defender en París la libertad… de los franceses.

«Mi nombre es Amine y no soy terrorista»

Por Amine El Azizi

No nos confundamos señores, el hecho de que yo sea musulmán no significa que tengo que responder por cualquier persona que pertenezca a la misma religión.

Un niño lee el Corán en una mezquita de Karachi, en Pakistán. (EFE)

Un niño lee el Corán en una mezquita de Karachi, en Pakistán. (EFE)

Yo sigo una religión que me pide contribuir en avance de la sociedad, una religión que me pide hacer el bien, dar limosna o por lo menos una sonrisa a los pobres, sigo una religión que me impide comer si sé que me vecino está pasando hambre, una religión donde si matas a un ser humano es como si hubieras matado a toda la humanidad.

Alcorán, 5:32: «Por esta razón, prescribimos a los Hijos de Israel que quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la Humanidad. Y que quien salvara una vida, fuera como si hubiera salvado las vidas de toda la Humanidad»

Tenemos que ponernos todos en contra del terrorismo sin acusar a los musulmanes con nuestras miradas o palabras ya que si lo hacemos lo único que se consigue es darles más argumentos a los terroristas para justificar sus actos y conseguir más simpatizantes a su ideología.

Musulmán, judío, cristiano, ateo…el terrorismo no tiene religión. Mi nombre es Amine y no soy terrorista.

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