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Entradas etiquetadas como ‘ceoe’

Sobre la subida del salario mínimo

Por F. J. Aparicio Carrera

En el último Consejo de Ministros del año 2015, se han aprobado las subidas del salario mínimo interprofesional un 1% anual, 6,60 euros/mes, o lo que es lo mismo, 22 céntimos de euro al día y el incremento de las pensiones en un 0,25% anual. A la vista de estas «tremendas» subidas, está claro que hemos salido de la crisis y no ha habido grandes pérdidas de poder adquisitivo.

Un montón de monedas de euro (GTRES).

Un montón de monedas de euro (GTRES).

Hace falta mucho «cuajo» y desfachatez cuando en la misma reunión ministerial se bajaban las retenciones por I.R.P.F., de media un 3%, favoreciendo principalmente a los que más cobran, haciendo que la desigualdad y la brecha entre los más pudientes y los más necesitados sea cada vez más acusada.

Eso sí, no todas son malas opiniones. El magnánimo presidente de la C.E.O.E., estima que las subidas del S.M.I. son correctas; aunque lo extraño es que alguien que ha compartido mesas de negociación con Gerardo Díaz Ferrán y Arturo Fernández, entre otros, pensase de diferente manera.

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Por Rafael Bueno

La casta política ha fijado el salario mínimo para el próximo año en 655 euros. ¡De vergüenza! Y lo peor es que hay muchos ciudadanos trabajando a destajo hoy día, por debajo de ese mínimo.

¿Dónde están los sindicatos? Con esa miseria de salarios tienen que vivir los trabajadores y pagar encima los gastos de lujo de los vividores de la casta política. ¿Podrían vivir los políticos con ese dinero? Pues deberían hacerlo, porque la política debería ser un acto de servicio vocacional. Pero no, esta casta política está muy alejada de esos valores y, con sus actos, ha elevado a los altares al que fuera Caudillo de España por lo gracioso que es Dios.

Ya lo dice el refrán: por detrás vendrá quien bueno te hará.

 

 

Sólo les falta dar latigazos a los jóvenes mientras trabajan

Por Jon García Rodríguez

Cualquier día nos van a pagar la jornada laboral con una palmadita en la espalda y un bonobús para que regresemos a casa. El Círculo de Empresarios propone reducir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a los jóvenes que carezcan de formación.

Consideran excesivo tener que pagar 648 euros al mes —lo que marca el SMI— a jóvenes que no tienen estudios o experiencia laboral. Yo no sé si también les van a poner una bola de hierro en el pie o si les darán latigazos mientras trabajan. Pero igual hasta podría pasar.

Un joven en su jornada laboral (INFOJOBS)

Un joven en su jornada laboral (INFOJOBS)

Desde que el ex presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, soltara aquella mítica perla: ‘para salir de la crisis hay que trabajar más y ganar menos’ (ahora la repite desde Soto del Real), la patronal se ha venido arriba y no hay quien les haga bajar.

A mí me gustaría explicarle al Sr. Javier Vega, presidente del Círculo de Empresarios (de quien ha salido esta ‘genialidad’), que la esclavitud fue abolida en 1896. Si necesitan trabajadores para levantar las empresas con las que se enriquecen, les tendrán que pagar. Pagar bien.

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Por A. Domínguez

Escucho atenta y pasmadamente al Sr. Vega de Seoane, presidente del Círculo de Empresarios, decir que a los jóvenes que no estén formados adecuadamente para desempeñar un trabajo, se le abone menos del salario mínimo, incluso abonar una parte del mismo en especies.

Bueno, primeramente, este apellido tan ilustre y conocido en nuestra Historia reciente y no tan reciente… segurísimo que no tiene entre sus vástagos jóvenes sin preparación. ¡Lógico!

Y, por pura lógica,  yo me atrevo a decir, ¿se pagará entonces doblemente, como mínimo, a los jóvenes que están ‘requetesobradamente’ preparados para el trabajo que están desempeñando? Por ejemplo, una persona licenciada, pongamos que en Derecho, con premio fin de carrera y expediente académico impoluto, desempeñando el cargo de asistenta doméstica con salario irrisorio y tareas sin fín…

¡Ay! Cuántas necedades tendremos que escuchar… y ¡padecer!

¿Quién elige al presidente de la CEOE?

Por Ángel Villegas Bravo

¿Quién elige a estos directivos de la CEOE para que todos digan las mismas barbaridades? Porque no quiero creerme que todos los empresarios son como sus representantes. Unos que dicen que hay que trabajar más y cobrar menos en un país donde los salarios son más bajos que en los países de nuestro entorno (como se dice ahora) y donde el poder adquisitivo de los mismos no hace más que mermar —por cierto, alguno de esos arruinó todas sus empresas, dejó un buen número de empleados en la calle y ahora está en la cárcel—. Juan Rosell

Otros que nos quieren enviar a Laponia. Otros que deben dinero a raudales a Hacienda o a la Seguridad Social (es decir, a todos los ciudadanos). Y, ahora, su jefe supremo que dice que hay que eliminar privilegios de los contratos indefinidos. ¿Qué privilegios? ¿Qué contratos indefinidos, si la inmensa mayoría de los que hacen son parciales o de obra?

Y el colmo de lo increíble: que los parados deberían recibir lo mínimo para subsistir. Pero ¿sabe este señor lo que cobra un parado y por cuánto tiempo?

Verdaderamente hay que tener paciencia de santo para aguantar tanta estupidez, ignorancia o falta de sensibilidad. Y además hay que ser ciego y torpe para defender tan mal los intereses de los propios empresarios. ¿De dónde creen que van a salir los recursos para consumir sus productos si la gente gana cada vez menos, si las pensiones son, cada vez, peores, si tienen que afrontar repagos en medicinas, si las matrículas de la Universidad son más caras y si suben continuamente gas, electricidad y gasolina?

¿Por qué creen que han cerrado tantos negocios? Sencillamente, porque el ciudadano no puede permitirse consumir, en muchas ocasiones, ni lo más necesario. No sé dónde dan los «permisos» para ser directivo de empresarios, no sé quién los elige, no sé dónde aprenden su «carrera», pero la verdad es que sus opiniones, sus métodos y sus maneras, dejan mucho, muchísimo que desear.

Los estudios de Rosell

Por José Antonio Pozo Maqueda

Juan RosellPreguntado en televisión sobre si había sido un buen estudiante —con motivo del polémico “6,5” del ministro Wert (de nota media para la concesión de las becas)— el presidente de la patronal española, Juan Rosell contestó que antes de entrar en la universidad no demasiado, pero que después cursó dos carreras universitarias.

Pues bien, que yo sepa el señor Rosell es solo ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Barcelona. Posteriormente se matriculó en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid donde no obtuvo la licenciatura. También resulta curioso que en la biografía de una conocida página de la red aparezca como ingeniero industrial y periodista.

Indignación con José de la Cavada

Por Carmen Díez

Señor José de la Cavada. Cavada

A palabras necias espero que los señores del Gobierno hagan oídos sordos, por esta vez.

Desafortunadamente este año tuve que usar los cuatro días de permiso. Vivo en Barcelona y tenía que desplazarme a Soria. La «única» opción es por autobús, saliendo a las 9.00 horas y llegando a las 15.30 horas, o por la noche, saliendo a las 22.00 horas y llegando a las 4.00 de la madrugada a una estación cerrada y sin taxis.

Ahora dígame Señor Cavada, si no tiene vergüenza, que los viajes ya no se hacen “en diligencia”.

Aprovecho para dar un tirón de orejas tanto al Gobierno central como a la Junta de Castilla y León, que es incapaz no ya de que llegue el AVE, sino de luchar por que pongan una triste lanzadera. Quedan muchos pueblos y provincias sin posibilidad de futuro, así que cerramos con llave y ¡nos vamos todos a Madrid!

 

Los valores democráticos de Esperanza Aguirre

Por Enrique Chicote Serna

Una cosa hay que agradecerle a Esperanza Aguirre: la claridad con la que muestra sus valores democráticos en determinadas ocasiones. De todos es conocida la peculiar imparcialidad informativa que imprimió a Telemadrid durante toda su etapa de gobierno; tanta que a veces dudábamos de si los telediarios regionales los montaba alguien de su familia. Su repulsa a lEsperanza Aguirreos sindicatos quedó patente desde el principio en todos los medios, incluyendo algún vídeo de intimidación chulesca a pacíficas huelguistas. Hace poco pidió la dimisión del presidente del Tribunal Supremo por opinar que si no hay violencia el escrache es una manifestación de la libertad de expresión ciudadana, sin embargo, tiempo atrás, no recuerdo ningún reproche público a Díaz Ferrán tras ser condenado por chorizo; y cuando Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE, fue acusado de pagar a sus trabajadores parte del salario en dinero negro la neoliberal prefirió no pronunciarse. Estaría tan ocupada en cazar talentos que ni se enteró de lo de su amigo.

Su última intervención pública ha sido para decir que hay que adelgazar el Estado. Aguirre -se la ve- quiere un solo estadito central, con policía, ejército y una gestoría con los fondos públicos justos para ayudar al mundo empresarial cuando el mercado falle. Todo lo demás son adherencias que hay que ir privatizando: sistema de pensiones, educación, sanidad, cultura… Como Margaret Thatcher, pero a lo (más) bestia.

Los funcionarios responden a Juan Rosell

Por Miguel Hernández Alepuz

«Sí señor Rosell, habría que prescindir de los funcionarios que acaban con las becas»

Estoy de acuerdo con Joan Rosell en proporcionar minijobs a los jóvenes, para que así conozcan la realidad del mundo de la empresa española. Gracias a que ellos todavía no tienen una familia que mantener, pueden recibir salarios de hambre y así poder aumentar la competitividad de las empresas. Todo el mundo sabe que el factor trabajo el más importante en la formación de costes, frente a otros como el precio de la energía o los costes financieros.

Estoy de acuerdo con Joan Rosell en que hay que despedir a un gran número de funcionarios. Habría que empezar por aquellos que investigan todos los delitos de guante blanco, ya sean de la Agencia Tributaria o de la Justicia y la Fiscalía. Se seguiría por aquellos que hasta hace poco tramitaban las becas de estudio, ya que se está acabando con todas ellas. Luego habría que acabar con los trabajadores sociales, que para eso tenemos a las organizaciones caritativas.

Con todas estas medidas podremos alejarnos de países espantosos donde hay una ‘bajísima’ productividad y un ‘exceso’ de derechos y de servicios sociales, como los países escandinavos. Y por el contrario, acercarnos más a países de nuestro entorno como Marruecos o Argelia.

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Por Alberto Tirado Parra

«Sólo el 10 % de la población activa está contratada por el Estado»

Lo que más sorprende en las últimas declaraciones del presidente de la CEOE, el señor Juan Rosell, no es la desfachatez, insolencia y bravuconería que cabría esperar del máximo representante de un sector, la gran patronal, que está haciendo el agosto con una reforma laboral que no es más que un traje a medida confeccionado por el Gobierno para dar cumplimiento a lo que la gran mayoría del empresariado siempre ha deseado: romper la negociación colectiva, al tratar por igual a quienes no lo son; abaratar el despido; aumentar la jornada laboral y bajar salarios. Todo ello adornado con el  falso argumento de hacer más competitiva la economía por la vía de la devaluación doméstica, sin tocar la otra parte de la ecuación que son los beneficios.

Lo m77399-825-550ás llamativo es la profunda ignorancia del señor Rosell al cuestionar como falsa la cifra de seis millones de parados y echar las culpas de la baja productividad de nuestra economía al funcionariado. Pues no, señor Rosell, si la economía española es poco productiva no
es culpa de un exceso de funcionarios (es más, España tienes unos servicios sociales  impropios de un país europeo, con tan sólo un 10% de la población activa contratada por el Estado, muy por debajo del 15% de la media UE-15), sino de una élite empresarial de raigambre franquista, muy conservadora, corruptora, de enorme influencia política y mediática, cuyo paradigma es su antecesor en el cargo, el señor Díaz Ferrán.

 

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Por José María Martínez Cava

«Ustedes que eluden los impuestos, juegan con los recaudados de trabajadores»

Al igual que sus predecesores en el puesto de la Presidencia de los empresarios españoles, me da la impresión que va por el mismo camino que ellos. No deseo que acabe como ellos, en manos de la Justicia e incluso en prisión, pero camino lleva, por lo menos en sus declaraciones, el resto ya lo veremos. Por los hechos de los empresarios, especulación pura y dura, el puesto que ocupa, no es el más ejemplar. Es inconcebible que en el conjunto de empresarios la muestra es la que está a la vista. Pues si usted y sus antecesores son los mejores, cómo serán los demás.

Aparece como alumno aventajado de los anteriores, sus declaraciones sobre cómo deben ser los nuevos puestos de trabajo son para echarse a temblar. El tejido industrial que proponen, a base de empleos por hora, demuestra su incapacidad para la creación de empresas competitivas. Ustedes los empresarios ante su falta de creatividad, se lanzan sobre el Gobierno para estrujar los presupuestos de las actividades que sean. Todo menos crear valor añadido. Su lema es todo por la especulación, comisiones y corrupciones, pues ustedes son los que instan a los políticos para conseguir las adjudicaciones, dando lugar a presupuestos más caros y trabajos de ínfima calidad. Todo por el beneficio a costa de lo sea. Están jugando con los impuestos de trabajadores y pensionistas, esos que ustedes eluden con elegancia.

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Por María Eugenia de Bolaños

«Los funcionarios no hemos sido seleccionados a dedo»

La Patronal, en boca de su Presidente Juan Rosell, ha formulado una petición rocambolesca de mandar a los funcionarios a casa para que no gastemos papel ni teléfono. Es su opinión, que nadie se asuste si ahora doy la mía. La CEOE es un tinglado de patronales que avala una reforma laboral a la carta. Que le pregunten al encausado Díaz Ferrán, quien se dedicaba a mucho más que gastar papel y teléfono. Los funcionarios somos un colectivo de trabajadores que, al menos, no hemos sido seleccionados a dedo, sino mediante unos exámenes duros a los que hemos acudido muchos para muy poquitas plazas. Todos tenemos una cualificación profesional acreditada, bien sea ocupación o titulación superior universitaria. Un 50% hablamos dos idiomas (en mi caso tres).  Mi capacidad productiva es muy superior a la de su Organización que no es sino una institución de bambú, el mínimo temblor la tumba.

Sr. Rosell usted avala los minijobs para los jóvenes, el despido para los no tan jóvenes, la eliminación de la negociación colectiva y el enriquecimiento injusto de las grandes empresas que chupan la sangre a las empresas pequeñas y no digamos a los autónomos. Llévese su maletín de su sede de Diego de León y demuéstrenos cuántos empleos crean sus empresas.