Por Enrique.
Abro el periódico, leo la composición de la nueva mesa del Congreso de los Diputados y me encuentro con que una de las vicepresidentas a propuesta del PP es ¡Celia Villalobos!
Vista la línea renovadora emprendida por ese partido (Maíllo, Maroto, Levy, Casado…), en un primer momento pensé que se trataba de un gazapo, pero seguí leyendo y comprobé que era cierto: han nombrado para el cargo a la misma que, en febrero de 2015, cuando presidía el debate sobre el estado de la nación en ausencia de Jesús Posada y mientras platicaba el mismísimo presidente del Gobierno, grabaron jugando con su tableta electrónica en lo más alto del estrado. ¿La habrán premiado por eso?
En aquellos momentos, su compañera Andrea Levy, hoy vicesecretaria general de Estudios y Programas del PP, dijo lo siguiente: «Que una señora tenga el privilegio de estar en un lugar donde se decide el futuro de la gente, y que te interese tanto aquello de lo que se habla como para hacer eso, a mí me da vergüenza ajena». Me pregunto qué pensará ahora.