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Entradas etiquetadas como ‘carreras’

Accidente de Jules Bianchi: No me gusta que me peguen pero me gusta ver una pelea

Por Jorge Labandeira Pastor

El domingo el piloto de F1 Jules Bianchi sufrió un accidente en el Gran premio de Japón. La realización de la F1 no emitió el accidente y no había manera de verlo, dando una lección mundial de ética y profesionalidad.

Todas las cadenas del mundo babeaban por esas imágenes para abrir sus espacios con las “inéditas imágenes del accidente”. Y gracias a la maravillosa tecnología de la que gozamos, una persona del público –como es costumbre en estos momentos– en vez de disfrutar de su entrada y verla con sus propios ojos, prefirió verla a través del móvil.

Comisarios de carrera y servicios médicos del circuito de Suzuka atienden al francés Jules Bianchi tras el accidente sufrido por el piloto de Marussia en Japón. (EFE)

Comisarios de carrera y servicios médicos del circuito de Suzuka atienden al francés Jules Bianchi tras el accidente sufrido por el piloto de Marussia en Japón. (EFE)

La noche del lunes la gente, con su dedito pulgar más ágil que en pasadas generaciones, enviará y enviará el video del accidente a gente que ni conoce. Alimentando esa sensación gozosa de “no me gusta que me peguen, pero me gusta ver una pelea”.

Pues a toda esa gente querría hacerla una pregunta: “¿Os gustaría que todo el mundo viera el accidente de vuestra pareja, padres o hermanos mientras vosotros estáis en el hospital rezando a todas las religiones y energías del mundo para que sobreviva? Os aseguro que no.

Por eso mismo seamos responsables con la tecnología que tenemos y tendremos. Esto va a más y como no sentemos unas bases éticas el mundo va a ser un estercolero de mentes.

¿Cómo ha degenerado tanto el taxi en Barcelona?

Por Raúl L. P.

Hace ya años, en el 2004, pude sacar la credencial y comprarme una licencia de taxi en Barcelona. ¡Buenos tiempos! De entrada me sorprendió la facilidad con la que aprobamos el 90%; es más, durante las 3 horas de la prueba las examinadoras se ausentaron 30 minutos para almorzar, quien no aprobaba era, literalmente, tonto de remate. En aquella época creo que solo había 4 convocatorias anuales y el ayuntamiento cobraba unos 120 euros de tasas.

Durante los primeros años de mi vida de taxista todo era de color de rosa, clientes a porrillo y a cualquier hora, colas interminables en las zonas de fiesta y los taxistas ganando muy buen sueldo, acorde con a la inversión realizada, todo hay que decirlo. En mi caso fueron unos 90.000 euros entre licencia, coche y taxímetro. Por aquel entonces solo se contabilizaban 600 asalariados, 600 coches las 24 horas.

Pasaron los años y Barcelona crecía. Tranvía, líneas nuevas de metro y de bus, bicing, ampliación de horarios, mayor frecuencia de aerobús [bus que une El Prat con el centro], etc y empezamos a entrar en «desaceleración», como decía el «cejas».

Empiezan los despidos y cierres de empresas, y españoles e inmigrantes se ven en la calle y como su vecino dice «pues métete al taxi, que los taxistas están ‘forraos’«, se les ocurre la genial idea de hacer el curso. El ayuntamiento se ve desbordado por las solicitudes y decide, unilateralmente, ampliar las convocatorias anuales de 4 a 9. Cómo no, vio negocio: unos 100 aspirantes a 120 euros por convocatoria, multiplicado por 9 es un dinero muy suculento, y como no hay suficientes escuelas de taxistas pues a abrirse a diestro y siniestro.

Todo esto nos llevó a la antesala de lo que estamos sufriendo, taxistas que ni siquiera hablan español (ya casi no quedan, han aprendido castellano con el tiempo), multiplicación por 6 o 7 de los asalariados, que pasan de 3.000, y eso sin contar a familiares de titulares de licencia a los que no se contrata, sino que se sacan autónomos y quedan fuera de recuento… En plena crisis empiezan las quejas, de taxistas y de usuarios.

Taxi por Barcelona

Taxi por Barcelona (ARCHIVO)

Tras algunas movilizaciones de taxistas, que parecen meros paseos, y el resurgimiento de algunas plataformas de taxistas cabreados, el IMET (Institut Metropolita del Taxi) y sus vasallos del STAC (Sindicat de Taxistes Autonoms de Catalunya) deciden reunirse con otras asociaciones minoritarias para tomar medidas. La primera, eliminar las liberalizaciones de festivos y temporada de verano que permitían que se trabajara pese a tener fiesta; como no sirve de nada, los autónomos aun se cabrean más, por lo que empiezan a endurecer los requisitos para aprobar y se introduce prueba de idioma; seguimos igual, o peor, es verdad que no aprueban tantos aspirantes y parece que se ha cerrado el torrente de nuevos taxistas, pero seguimos perdiendo poder adquisitivo, y el ayuntamiento y el IMET no es que estén por la labor.

Llegamos al 2012 y el IMET consulta a los autónomos para saber qué hacer para paliar la crisis. Se propones 4 soluciones y se escoge los turnos y la regulación horaria. Aquí es cuando entra en juego la señora Carmen de Tienda, presidenta de la asociación de empresarios del taxi, o sea las flotas. Esta señora, que representa a menos de 1.100 licencias, es capaz de poner en jaque a todo el sistema y presionar para que las votaciones libres de más de 8.000 autónomos no se tengan en cuenta y se anulen los resultados, pasando a ser un paripé del IMET para tener a los taxistas calladitos. Esta señora defiende que la regulación horaria va contra el Estatuto de los Trabajadores y que todas las flotas de su asociación cumplen escrupulosamente. A mí no me salen los números, porque según el Estatuto el número máximo de horas a la semana son 40, 8 diarias, y los taxistas con contrato de 8 horas son obligados a trabajar 12, con los riesgos que esto implica.

La situación nos ha llevado a ver situaciones como las publicadas en este diario, como el taxista que en octubre del 2013 le cobró a un americano 145 euros por llevarle de la terminal 2 del aeropuerto a la 1, recorrido de 5 kilómetros, o el caso del taxista que atropelló a una niña de 14 años y se dio a la fuga, que todavía está por ver que esa persona tenga credencial de taxista. O el último caso del que me he enterado, que el 15 de diciembre un taxista literalmente robó a una pareja de ancianos la bolsa con los regalos de Navidad de sus nietos.

¿Cómo ha degenerado tanto el taxi de Barcelona? De entrada, la crisis, hay menos demanda; como segundo factor una gestión pésima de IMT y ayuntamiento. El taxi es un sector intervenido por el estado y es el encargado de velar por su rentabilidad, y mientras se han proyectado grandes infraestructuras de transporte no se ha diseñado ningún plan de contingencia y eliminación de licencias, y lo que se ha hecho, se ha hecho tarde; y tercero, las flotas y asalariados: actualmente un asalariado le cuesta a su contratante mensualmente 600 euros de Seguridad Social, 200-300 de IRPF, 500 de gasoil y el 40% de la recaudación diaria o 1.200 euros de nómina. Esto suma 2.600 euros mensuales sin contar averías y mantenimiento, por lo que el empresario suele presionar muchísimo para conseguir de 180 a 200 euros diarios de media. Hoy solo se hacen 150, de forma legal, sin engañar, y no se llega a conseguir rentabilidad como para mantener a un trabajador, por lo que el empresario no va a pedir que engañes o cobres de más, pero sí que va a despedir a su trabajador si no llega a 180 euros.

Todo esto lleva a la aparición de casos de taxistas que engañan a sus pasajeros. Y con todo esto el IMET aún es capaz de decir que 5 inspectores son suficientes para controlar un sector con 15.000 licencias. El taxi de Barcelona está condenado y muerto, y poco a poco veremos cómo los coches empezaran a ser cada vez más viejos, en peor estado y más inseguros. Esta es la realidad del taxi de Barcelona, el mismo que muchos critican e incluso insultan a sus conductores desde el anonimato de un teclado, así que un saludo a todos y nos vemos en las calles.

¿Productos de la crisis o productos de sus capacidades?

Por M. B.

Estamos ya a mediados de abril, a poco tiempo de empezar los exámenes finales. En un Colegio Mayor en Madrid, Sara, estudiante de primero de Matemáticas, llama a una amiga llorando para contarle que no le gusta su carrera, que ella siempre tuvo buenas notas y estudiaba porque quería, pero que este año no está motivada, que entró ahí porque se le daban bien. Un poco más lejos, Bea, estudiante de primero de Doble Grado en Matemáticas e Informática busca consuelo en una compañera, le dice que está desmotivada, que eligió su carrera por descarte pero no le gustan las salidas, no quiere pasar la vida haciendo problemas. En otra ciudad58934-249-302, Manuel, en primero de Ingeniería Civil, se echa las manos a la cabeza, no quiere seguir con el grado aunque no lo lleve mal, no quiere ese futuro, no se ve trabajando de ingeniero.

Sara quiere hacer Bellas Artes; Bea, Magisterio; Manuel, acabar el conservatorio y dedicarse a la música. Son tres ejemplos de  alumnos de matrícula haciendo grados acordes a sus capacidades pero nada acordes a sus gustos. Si se cambian de carrera, se enfrentan al rechazo de algunos colectivos que les reprocharán no aprovechar sus capacidades y se enfrentan aún más a la crisis por elegir grados con salidas ambiguas. Si no se cambian llevarán toda la vida la espina clavada de no hacer lo que quieren. Son alumnos que podrían sacarse la carrera que quisiesen pero no estudian lo que les gusta. Son otro producto de la crisis. ¿Les dejamos que cambien? Es triste tener que elegir entre la bolsa del paro o la de frustrados.

Sobre el precio de la matrícula universitaria según la facultad en que se estudie

Por Natalia T.

El lunes sacasteis un artículo en el que se comentaban los precios de las matrículas universitarias y se comparaba el coste de la matrícula en Catalunya y otras comunidades autónomas y que el sobrecoste en algunos casos es de alrededor de 1.000 euros al año. Me gustaría compartir mi experiencia: estudio Enfermería (que, por cierto, junto a Medicina es la carrera más cara) en la Universidad de Barcelona-Escola d’Infermeria de Belvitge; el año pasado fraccioné el pago de la matrícula y me costó alrededor de 1.660 euros, este año matricular 60 créditos me hubiera costado más de 2.300 euros y a eso hay que sumarle los gastos de gestión de matricula de la Universidad, que se desconocen hasta el momento de la matrícula.

Este año en Catalunya se ha instaurado un sistema de precios en función de la renta familiar. En mi caso soy una persona emancipada y tanto yo como mi pareja tenemos la suerte de estar trabajando en estos momentos, por lo que me toca pagar el precio más alto 39,53 euros por crédito. Pues bien, si esta misma situación ocurriera en Jaén pagaría 12,20 euros por crédito, significa que cursar el grado de enfermería en Barcelona cuesta el triple que en Jaén. Entiendo que los datos que manejáis se refieren a la media, pero me gustaría aclarar que en algunos casos ese sobrecoste se triplica.

http://www.matriculauniversitaria.cat/
http://www.ujaen.es/serv/sga/secrvirt/matr/precios.html