Por Andrés López Martínez
Con motivo del reciente acuerdo entre PP y C’s y tras el encuentro del lunes en el congreso con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, dice que ha sido una reunión «perfectamente prescindible«.
Creo conveniente recordar que el líder socialista creyó estar legitimado para ser investido presidente del Gobierno con 130 votos (40 menos que con los que cuenta Rajoy a día de hoy) llevando a España a unas segundas elecciones y convirtiéndose así en pionero de dos hechos históricos: primera investidura fallida en la historia de la democracia y la obtención de los peores resultados históricos del PSOE en unas elecciones generales.
Creo sinceramente que toda esta serie de contrasentidos llevan a la conclusión de que si hay algo prescindible es la soberbia del señor Sánchez, una soberbia que le ciega tanto que le hace inmune a la voluntad de los españoles en las urnas, a muchas voces internas de barones socialistas e incluso la de los dos expresidentes del Gobierno de su partido que piden la abstención.
Hasta un artículo del Financial Times publicado el lunes tacha de incoherente al político por su bloqueo, bloqueo que sin duda alguna repercute negativamente en los intereses de todos los españoles.
Queda más que contrastada así una soberbia prescindible para el panorama político español, una soberbia prescindible para su partido y una soberbia prescindible para España.