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Entradas etiquetadas como ‘aprendizaje’

Solo pido dos cosas a los jefes en el trabajo: educación y formas

Por José Antonio V. P.

Esta carta va dirigida a todos aquellos que creen que la productividad es directamente proporcional a lo amargado y pisoteado que esté el empleado. Esta carta va dirigida a vosotros, jefes, que vivís de la reafirmación del aplastamiento a los demás, que fomentáis la mueca de tristeza, que gritáis en lugar de explicaros, que habéis encontrado en la post-crisis y en las «de-formas laborales» una excusa perfecta para convertir las comunidades en rebaños.

Una mujer en una entrevista de trabajo (INFOJOBS).

Una mujer en una entrevista de trabajo (INFOJOBS).

¿Creéis que lo estáis haciendo bien? ¿Habéis meditado bien si amenazar constantemente a las personas con esa espada de Damocles llamada despido os sale a cuenta? ¿No pensáis que si un trabajador se siente a gusto trabajará mejor y será más productivo? ¿Reflexionáis sobre si corregir a alguien que está haciendo algo mal de buenas maneras es lo correcto?

No pido caminos de rosas, solo pido dos cosas: educación y formas. Cuando en el nexo jefe-empleado se pierden estas dos palabras, llega la desconexión, el binomio resta y no suma. Creo que aplicando estos dos vocablos todo fluye, ya que uno entiende que lo ha hecho mal y tiene que mejorar, gracias a cómo se lo dicen consigue subsanar su error.

Afortunadamente el mundo no es negro o blanco, está lleno de colores y hay muchos jefes que prefieren la luminosidad y que, aunque hayas hecho la mayor pifia del mundo, para la reprimenda optan por la educación y las formas. A vosotros también va dirigida esta misiva y os doy infinitas gracias y la enhorabuena, por vuestra empatía y por recordar que alguna vez estuvisteis en nuestro lugar y cometisteis errores.

Y no puedo olvidarme del último destinatario de esta epístola, ¡sí, eres tú! ese que aguantó alaridos delante de los demás, ese que se fue a casa hecho polvo porque le hablaron con desprecio, ese que después de un día laboral pensó que no valía para esto. ¡Ánimo! Eres tan válido como los demás y algún día darás con gente resplandeciente que te trate como mereces y que valore tu trabajo. Si algún día ocurre eso y de repente gustas tanto que te encuentras en el otro lado de la tortilla ten siempre presentes dos palabras en tu mente: educación y formas.

P.D. “Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario”. Elbert Hubbard

 

Las derrotas enseñan a levantarse

Por Almudena Molina

Ronaldo derrotado por el BorussiaEl Real Madrid ha quedado fuera de la Champions tras perder contra el Borussia. Ante esta  situación, que la mayoría de españoles conoce, podemos tomar dos diferentes posturas: quejarnos del equipo madrileño y de su estructura o aprender de ellos. Personalmente, yo opto por lo segundo. Era necesario que el Real Madrid cayera para que más tarde se levantara con más fuerza ¿Cómo va aprender si no de sus errores? Ha tenido que perder para darse cuenta del pequeño obstáculo que le hace tropezar y que el otro día le hizo caer.

La sociedad se encuentra en la misma situación que el equipo de fútbol. Era indispensable que cayera, que se encontrara con una gran crisis, un elevado número de desempleo y una austeridad mayor para descubrir algo que tenía olvidado, algo que había quedado oculto tras el velo del materialismo: la persona. Estas dificultades llevan al individuo a apoyarse en el prójimo y percatarse de que está en la misma situación o peor que la suya. Pero todavía nos encontramos en el principio de la remontada, cada persona tendrá que luchar para ver personas en las cosas y no cosas en la personas.

Hemos de dejar a un lado los intereses personales que muchas veces nos llevan a actuar pisando al de al lado y ganar la Champions en equipo, contando con todos sus miembros, desde el más indispensable recogepelotas al capitán más brillante. La sociedad ganará la Champions cayéndose y levantándose, cayéndose y levantándose. No hay otra receta.

 

La emoción de su primera reválida

Por Fernando Arribas Portugués

Como padre, recibo con inmensa emoción la noticia de que mi hija de cinco añitos va a realizar su primera reválida, su primer “control de calidad”, así sabré el grado de utilidad que tendrá en esta sociedad y, en caso de no superar los estándares, confío en que con la nueva Ley Wert (LOMCE), sabrán derivarla rápido a algún programa de exclusión educativa, para que no suponga un coste excesivo al sistema. Así podrán orientarle hacia el nuevo modelo laboral tipo Eurovegas.Wert

Mi hijo de ocho años parece más listo, aunque aún sin confirmar por ninguna reválida. Me alegro de que con la LOMCE ya no tenga que cursar Música, Plástica o Tecnología, que distraen, y pueda cursar Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial ya desde 1º de la ESO y pueda “competir con éxito en la arena internacional”, tal como reza la LOMCE. Así estará en el grupo selecto de los que trabajando poco cobran mucho, aunque una inmensa mayoría deba trabajar mucho y cobrar poco, tal como nos aconsejan los responsables de la patronal y nuestros gobernantes, puesto que el sistema no está para mantener enfermos, personas dependientes o alumnos con dificultades.