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Entradas etiquetadas como ‘antidisturbios’

¿Qué les parecería a los policías municipales si, en plena manifestación, se presentaran los antidisturbios y los molieran a palos?

Por Jesús de Vega

Agentes antidisturbios tras una manifestación en Madrid (Archivo).

Agentes antidisturbios tras una manifestación en Madrid (Archivo).

Me gustaría creer en el talante democrático del sindicato de la Policía Municipal que utilizó la frase «rojo de mierda» para ofender al concejal del Ayuntamiento de Madrid, pero mucho me temo que con dichas aclamaciones ellos mismos quedan retratados.

Si leen esto, me gustaría que contestaran a las siguientes preguntas: ¿qué les parecería a ellos, si en plena manifestación, se presentaran otros antidisturbios y los molieran a palos, como suele suceder cuando los trabajadores se manifiestan y, según no se sabe qué criterio, molestan? ¿Comprenderían, dentro de su talante democrático, que sus otros compañeros están trabajando?

Piensen tanto en la frase, cuanto menos, de otros tiempos represivos y piensen en cómo se ve su trabajo en el lado opuesto.

 

Hija de ‘madero’… hija de un buen ‘poli’

Por Vanesa

Me llamo Vanesa y soy una orgullosísima hija de «madero» como vulgarmente cierto sector los califica con el único objetivo de infravalorarlos  aunque sin conseguirlo, pues no existe orgullo más grande que haber crecido rodeada de tantos valores como desprenden aquellos que nacieron con la vocación de servir al ciudadano. Como yo,  muchos familiares o amigos de miembros del CNP estamos consternados ante los sucesos del pasado sábado, si les soy sinceros he sido incapaz de ver por completo algunos de los tantos videos que circulan libremente por internet y en multitud de ocasiones he tenido que respirar profundo al leer o escuchar comentarios que rozan la incoherencia y hasta la maldad si me permiten el atrevimiento.

He echado en falta la reacción por parte de aquellos ciudadanos que ante cualquier incidente marcan el 091, sí señores es su obligación, es su trabajo descolgar ese teléfono y acudir sin demora cuando se les necesita, pero ahora son ellos los que los necesitan a ustedes  y… ¿dónde están? ¿Dónde están esas palabras de ánimo,  de apoyo o de indignación cuando observan como apalean -y digo APALEAN-, escupen, agraden, humillan sin que les tiemblen las piernas a esa banda de desalmados (por no llamarlos de otra forma y caer en su juego)?

Un policía nacional (ARCHIVO)

Un policía nacional (ARCHIVO)

No es mi intención, o quizás sí, exigir que se depuren responsabilidades, es vergonzoso escuchar a cierto responsable decir -y cito textualmente- “aguante, aguanten” cuando un grupo de radicales están apedreando o apaleando a sus hombres.

Es admirable ver el trabajo de estos  profesionales que dan tanto y reciben tan poco, ni siquiera en el sueldo, un sueldo señores que, por mucho que quieran pensar, no es más alto que el de otro trabajador, y por lo que parece incluye recibir insultos y agresiones, no solo físicas sino sobre todo verbales.

Sin más, recordar que cuando desaparece un anciano, ahí están, cuando sufrimos un robo, ahí están, cuando nos sentimos agredidos, ahí están y seguirán estando, porque su trabajo es su vida y así lo transmiten, aun cuando cuentan con unos recursos tan limitados y con tantas carencias.

Orgullosa de ser la persona que soy gracias a la educación y enseñanzas que un buen «poli»  me ha mostrado a lo largo de mis 32 años. Gracias a esos ángeles de la guarda que se juegan el tipo cada día por nuestra seguridad, por nuestra tranquilidad. Gracias.

Sobre el ‘furgón botijo’

Por Alberto Tirado Parra

En tan solo un año, el presupuesto de las Unidades de Intervención Policial, los antipopulares antidisturbios, ha engordado un 1.000% (ha leído bien: un uno seguido de tres ceros). La última adquisición de tan loable cuerpo, por el módico precio de medio millón de euros, ha sido un furgón blindado (no confundir con las lecheras, este es un ‘coche botijo’) dotado con un depósito de 700 litros de agua a presión que será mezclada con colorante para marcar la ropa, o mejor decir estigmatizar, a todo aquel que al manifestarse se desmande.

Me pregunto de qué color será el tinte, porque hay mareas de todos los colores del espectro que se manifiestan hoy por las calles y plazas de España. Tal vez lo del tinte se deba a que ven cercano el día en el que esa mayoría mansurrona y silenciosa que el Gobierno alaba pueda llegar a hartarse y salir también indignadísima a la calle a corear algún lema.

Furgón que lanza agua.

Furgón que lanza agua.

Quizá entonces exhiba con orgullo la ropa teñida como símbolo de protesta contra un gobierno fariseo, mendaz, represor y corrupto que hace lo contrario de lo que promete, recorta derechos y libertades, empobrece, tunde a palos, riega y colorea a la ciudadanía. Camión lanza agua en desuso de la Policía Nacional.

Cargas policiales el 23-F

Por José Luis Rodríguez Gómez

A las 20.45 h  del sábado 23 de febrero un buen número de personas abandonábamos por el hall principal del edificio Sabatini del Museo Reina Sofía, ya que faltaban escasos minutos para que cerrase sus puertas. Al salir a la plaza Sánchez Bustillo, empezamos a oír tiros y ver a los antidisturbios de la Policía corriendo hacia nosotros, para dispersar un grupo de alborotadores que en su huida se habían dirigido hacia la entrada del Museo.

Mi mujer y yo vivimos mome108751ntos de pánico, ya que nos acompañaban nuestros hijos, muy asustados por la situación. Mi hijo de siete años, preso de un gran nerviosismo, lloraba y no paraba de decir: «¡ Nos van a matar!», ya que nunca se había visto en una situación parecida. Un grupo de personas nos dirigimos corriendo al interior de un restaurante de la plaza (frente al conservatorio), que nos abrió las puertas generosamente y cuyos camareros tranquilizaron a mi hijo.

Pasados unos minutos, cuando la Policía perseguía a los “antisistema” calle Santa Isabel arriba hacia Lavapiés, salimos bastante asustados del restaurante y caminamos cautelosamente  bordeando el Reina Sofía, ya que debíamos bajar hacia Delicias. La glorieta de Carlos V estaba literalmente tomada por los furgones azules antidisturbios, cortando bastantes carriles de la circulación. Había bastantes contenedores de basura volcados, alguno ardiendo; tambíén pudimos ver a varios de estos furgones con las sirenas a todo trapo bajando en convoy por el Paseo de las Delicias abajo en dirección a Legazpi, donde habían huido parte de estos revienta-manifestaciones, así como el helicóptero de la Policía volando en todo momento por encima de nuestras cabezas.

Lo que había sido una tarde entretenida, enseñando a mis hijos la colección permanente del Museo, familiarizándoles con el arte contemporáneo , se convirtió en una pesadilla hasta que pudimos alejarnos de la batalla campal y llegar a casa.