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Entradas etiquetadas como ‘ana mato’

Reflexiones sobre el último vídeo promocional del PP

Por Enrique Chicote Serna

Señor Rajoy, gracias por nada

Rajoy

Rajoy (ARCHIVO)

He visto por televisión el panfleto electoral del Partido Popular, en el que usted, señor Rajoy, va casa por casa dándonos las gracias por un esfuerzo que nunca le ofrecimos, sino que nos fue impuesto sin consultarnos y por decreto.

Le diré que mi hija acaba de salir de España en busca de trabajo porque el Gobierno que usted preside ha sido incapaz en estos años de crear las condiciones necesarias para que surjan empleos con salarios simplemente decorosos. De modo que si pasa usted por mi casa no se sorprenda si le recibo con absoluta frialdad.

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Por Ángel Villegas Bravo

De vídeos, sustos y mentiras

Si llaman a la puerta de mi domicilio y al abrir me encuentro a Rajoy que viene a «darme las gracias», seguro que me da un soponcio, ya venga solo o acompañado de «su niña».

No digo nada si el que aparece es el metafórico González Pons intentando convencerme de que «ellos hacen política de centro».

Si es la señora Cospedal (con mantilla o sin ella) para insistir en que ellos son «el partido de los trabajadores» o para detallarme «el contrato simulado, con indemnización en diferido», del señor Bárcenas, la estupefacción sería inenarrable.

Y si se trata de la ministra Báñez para decirme que siguen requiriendo la ayuda de la Virgen para crear puestos de trabajo, o para insistir (ya se ha gastado una pasta en ello, enviando una carta por pensionista) en el «esfuerzo» que han hecho para «subir» las pensiones, no se me ocurre cuál sería el efecto que sufriría.

¿Y cómo tragar que el presidente me hablara de que «entre este año y el pasado se crearán un millón de puestos de trabajo», cuando tenemos de referencia los tres años que llevan gobernando?

¿Y qué hay de los tres millones y medio de los que hablaba el antes citado González Pons, que aspiraban a crear en esta legislatura? Menos mal que Ana Mato no vendría y así no tendría que oír a qué sofisticados argumentos recurriría para explicarme las «excelencias» de su gestión al frente del Ministerio de Sanidad.

Y no quiero hacer referencia a muchos otros aspectos, como las «bajadas de impuestos» o las Leyes del Aborto , o la de inSeguridad Ciudadana.

Por favor, ahórrense la visita a mi casa. A mí me tienen más que convencido.

Cómo elaborar un rica dimisión: ‘Gürtel’ a la gallega

Por Sara P. Sánchez

Garzón y 10 de los implicados en la 'operación Gürtel'.

Garzón y 10 de los implicados en la ‘operación Gürtel’.

Con unos ingredientes tales como un caso de corrupción sonado, una ministra implicada, un presidente gallego, una pizca de sal y varias especias nos disponemos a elaborar una rica dimisión.

Primero debemos ablandar el caso, dejándolo congelado sin hacer nada durante unos meses.

Llegado el día ponemos el despacho a hervir con el presidente y la ministra durante dos horas.

Tras el tiempo de cocción, la ministra corta a rodajas su ministerio y se sirve en bandeja. El presidente añade la sal y los periodistas las especias.

El plato está servido, disfruten, señores.

Ana Mato, la peor ministra de Sanidad

Por Diego Mas Mas

Ana Mato, en una imagen de archivo (GTRES)

Ana Mato, en una imagen de archivo (GTRES)

Una estupenda noticia. Ha dimitido por fin la que, a pesar de tener otros tristes precedentes, ha sido la peor ministra de Sanidad de la democracia.

Todavía sangra su increíble fracaso con la crisis del ébola, que podía haber tenido peores consecuencias y ha manchado la “marca España”.

Ha provocado, por primera vez en la historia, numerosas manifestaciones de médicos contra el desmantelamiento de la sanidad pública, siendo responsable última de dolor y muerte de españoles e inmigrantes, haciendo trágicamente honor a su apellido Mato.

Y ha sido un ejemplo tan evidente como pertinaz de aprovechamiento de sus cargos para lucro de su familia, lo que finalmente le ha obligado a dimitir.

Su dimisión constituye pues un esperanzador en el saneamiento de la Sanidad y de la política de nuestro país.

 

Un reto en forma de regalo

Por Juan Pocar Escrig

Yo no reto a la ministra de Sanidad y Servicios Sociales, Ana Mato, con el cubo de agua…

No lo hago por considerar que es pedir muy poco a quien tanto tiene para aportar a nuestra (vamos a llamar a las cosas por su nombre) enfermedad mortal e incurable y sin tratamiento.

Resonancia magnética que muestra síntomas de ELA. (WIKIPEDIA)

Resonancia magnética que muestra síntomas de ELA. (WIKIPEDIA)

Si quiero proponerle un reto en forma de regalo, me gustaría que no despreciase el mismo, es único, quizás irrepetible. Quiero regalarle una lágrima de un enfermo de la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) para que la almacene en su corazón, la misma no es personal, es y quiero que sea anónima, de una de esas que derramamos cada día los más de 4000 enfermos o de todos aquellos que nos quieren.

Si acepta este humilde regalo de un enfermo, que igual que los demás tiene los días contados, estoy seguro que la mencionada lágrima se convertirá en esperanza para todos nosotros y más aún para esas 50.000 personas ya nacidas, que aunque ahora no lo saben, un día les informaran que padecen una enfermedad mortal incurable y sin tratamiento.

No piense en la campaña de cubos de agua, piense que somos más de 4000 españoles, igual de españoles que usted, que vivimos en “tiempo de descuento”.

Hasta esta campaña nadie hablaba de nosotros, ahora se habla mucho pero el protagonista no puede ser el cubo, el protagonista debe ser la enfermedad y quienes estamos afectados por la misma sin la más mínima esperanza de vida.

No nos tengan escondidos, sáquenos a la luz. “Sólo se puede amar aquello que se ve. No tengan miedo a decir el desenlace de la ELA. Nunca es triste la verdad…aunque el mismo sea la muerte”.

Sin beca, sin trabajo y sin sanidad

Por Aurora Soto

Estudiantes en un aula universitaria. (GTRES ONLINE)

Estudiantes en un aula universitaria. (GTRES ONLINE)

Diplomada en Magisterio de Lengua Extranjera Inglés, graduada en Trabajo Social y estudiante del Máster de Criminología. Tengo 25 años a punto de cumplir los 26 y a punto de vivir en mis carnes la próxima censura que este gobierno pretende hacer a los millones de jóvenes que tenemos 26 años y no trabajamos porque no nos dan trabajo. Mi situación la viven miles de jóvenes diariamente. Primero fue J. Ignacio Wert con su reforma de becas para la cual un estudiante con dos carreras no tenía talento y con una media de 6,89 no obtuve beca. ¿Es mejor profesional alguien con un 7,1 que con un 6,89?

Y ahora, la señora Ana Mato que castiga a aquellos hijos de españoles que llevan toda la vida cotizando para ganarse la vida sin sanidad. Solo aquel que tenga dinero podrá pagársela. Nunca entenderé las razones de este gobierno para castigar a las clases medias y sobre todo castigar a su futuro. Hemos dedicado parte de nuestra vida para ser buenos profesionales en un futuro pero no nos dejan ejercer y encima nos privan de algo tan necesario para muchos como lo son la sanidad y la educación. Las actuaciones no tienen justificación alguna. Hace mucho tiempo que muchos jóvenes dejamos de sentirnos españoles por estos motivos, ojalá algún día podamos sentirnos de nuevo.

En manos del Espíritu Santo

Por Francisco Javier España Moscoso

58092Ya conocíamos el denodado esfuerzo de Ana Mato por salvaguardar la evolución demográfica española, tomando medidas como las de dejar de financiar determinados anticonceptivos, a lo que tendremos que sumar las futuras restricciones de la nueva ley del aborto; porque el caso, Sra. Mato, es llevarnos al modelo reproductivo de los años 50 y 60, con familias numerosas de padres “felizmente” casados por la Iglesia y de madres en casa y “con la pata quebrada “; pero déjeme que le diga, que su última decisión sobre reproducción asistida, endureciendo las condiciones de acceso a ese derecho, parece que va en contra de esos principios.

Sra. Ministra de Sanidad; en ese afán por anteponer su ideología, se olvida de que en España existen otros modelos de familia con los mismos derechos que ese que ustedes llaman “el que Dios manda”, que ahora se verán avocadas a buscar soluciones en la caras clínicas de reproducción asistida o por qué no, a solicitar la intervención del mismísimo Espíritu Santo, algo que en su momento parece que funcionó.

Desamparo para las víctimas del machismo

Por Geni Bolaños

Con tantas cosas como este Gobierno tiene que hacer en materia de derechos sociales, la ministra de Sanidad, Ana Mato, se descuelga con un cambio de criterio para elaborar las estadísticas sobre las mujeres que sufren violencia machista. Se excluirán todas aquellas cuyas lesiones no requieran un ingreso hospitalario de al menos 24 horas. Y ¿el daño psíquico o el miedo a oír que se abre la puerta de la calle? Cómo se mide el temor a una represalia violenta por cualquier cosa que se haga, que no se haga, que se diga o que se calle. Ana Mato

Es el miedo en esencia pura. Tantos años luchando para que las mujeres vencieran su miedo a denunciar, para que confiaran en las instituciones, para que aceptaran la mano tendida que se les tendía (y tiende) para que lucharan por tener una vida libre sin seguir al lado de su potencial asesino. Todo puede saltar por los aires. La ministra Mato quiere maquillar un comportamiento cobarde, cruel, permanente y muy peligroso para esconder otra nueva medida oculta que resulta de las políticas de austeridad. Se trata de recortes económicos, así de sencillo.

La sociedad se encuentra indefensa, únicamente conoce la ruindad de las medidas adoptadas por el Gobierno cuando se encuentra, como individuo indefenso, ante una situación concreta. Es entonces cuando nos enteramos de que no tenemos los mismos derechos, que las cuantías son inferiores, que el repago se ha ampliado o que, sin más, nos han dejado expuestas a la violencia, a la falta de asistencia médica o de protección social. Nuestro Estado se está haciendo cada vez más pequeño, menos protector. Se agiganta su imagen depredadora. Se ha convertido en una boca de pedir. Lo malo, malísimo es que da de comer a los de siempre. Indignación con mayúscula.

Y las feministas calladas

María Faes Risco

Más de ocho de cada diez españoles creen que, socia suya y confidente, la esposa de Urdangarin tenía que ser juzgada como su marido, porque, de cobrar y vivir en un palacio adquirido por ambos, CristinaInfanta Cristina-Ana Matoque sabía. Y un porcentaje mayor aún de los ciudadanos cree que debería dimitir y ser juzgada la esposa de un Sepúlveda que “no se fijó” en que tenía un Ferrari en el garaje y, -pobre ministra de Sanidad, Ana Mato-, “se olvidó” de cerrar una cuenta conjunta después de “separarse”.  Jugar a ser mujeres tontas del bote, caricaturescas “marujas”, ya no cuela, y menos en personajes como ellas. Sin embargo, con lamentable cobardía, las feministas callan como muertas ante ese vergonzoso juego que degrada a todas las mujeres como estúpidas y que, por lo tanto, debiera moverlas también a todas a una sonora protesta y manifestación. La falta de una fuerte reacción social ha permitido no sólo que esas dos mujeres persistan en su ridículo y dañino papel de víctimas, sino que incluso tengan el valor, como acaba de hacer Ana Mato, de afirmar que se le ataca por corrupción… por ser mujer.