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Archivo de la categoría ‘Sin categoría’

Agradecido a la Guardia Civil por su ayuda en mi dificultosa travesía por el Camino de Hierro

Por Fidel Hernández García

Desconozco si es normal que la Guardia Civil reciba notas con muestras de agradecimiento por los servicios prestados en funciones que tal vez no sean propias de las diferentes tareas y servicios que prestan.

En coche desde mi pueblo, La Fuente de San Esteban, en una calurosa mañana propia del mes de agosto, me disponía a realizar con toda mi ilusión el recorrido peatonal Camino de Hierro desde la estación de La Fregeneda.

Momentos antes de iniciarlo se desprendió totalmente el piso de una de mis botas, que en un principio parecía el calzado apropiado. Al parecer, por el mucho tiempo transcurrido sin utilizarlas, el pegamento habría perdido su eficacia.

Dura travesía

Con las botas así tuvo que realizar su recorrido Fidel.

Eran las 8,30 de la mañana y a partir de este momento sorprendido y contrariado ante esta situación imprevista y viendo que había dos guardias civiles allí de servicio (desconozco su nombre), me acerqué para comentarles y mostrarles mi precaria y preocupante situación.

También sorprendidos por la situación, como por arte de magia en el coche tenían un rollo de cinta americana. Qué buen trabajo hicieron los dos guardias sujetando la suela de la bota, que estaba totalmente desprendida, con la ayuda de unas bridas y un trocito de cuerda que le facilitaron los organizadores del recorrido.

Hicieron un buen apaño y la bota quedó lista para iniciar la marcha. Prudentes y con buen criterio, nos dieron el material sobrante que consistía en tres o cuatro bridas y un trocito de cuerda que quedaba. Hasta aquí el buen trabajo y colaboración de los dos guardias civiles.

Digo hasta aquí su buen trabajo, pues no había pasado mucho tiempo y a la otra bota, sería por celos, le pasó lo mismo, suela totalmente suelta; la apañamos como pudimos y con paradas y revisiones constantes durante el bonito y tortuoso recorrido, al final, ialeluya!, llegamos a tiempo para que el coche de los organizadores nos llevara a nuestra esperada y deseada estación de La Fregeneda. Mi agradecimiento al cuartel de Lumbrales y a sus dos agentes por el servicio prestado.

Salvemos los patos del Parque Azorín

Por Roberto Garciablanco

En el parque Azorín de Puente Vallecas (Madrid) una familia de patos anida año cada año en su estanque. Nunca han salido adelante las camadas de patitos que nacen excepto el año pasado, cuando sobrevivieron 11 gracias a la acción de los vecinos que protegieron y cuidaron a la numerosa familia de patos, colocando una rampa y un cobijo para ellos.

Patos en el Parque Azorín (R. G.).

Patos en el Parque Azorín (R. G.).

Pero cuando limpian el estanque los operarios quitan todo, agua incluida, y las aves están desprotegidas. Este año había 10 pequeños, quedan 5 vivos y tenemos que no salgan adelante.

Pedimos un refugio permanente y que se tenga cuidado con ellos durante las labores de limpieza del estanque. Madrid es un lugar para vivir fantástico y estos animales libres lo hacen más grande. Salvemos a los patos del parque Azorín.

Al señor Florentino Pérez y su Superliga: el fútbol será inmortal aunque usted quiera asesinarlo

Por Rodrigo Molina Montejano

Soy aficionado al fútbol y, en particular, al Atlético de Madrid. Entiendo que su idea de revolucionar el fútbol ha causado una tremenda conmoción en todo el mundo, y ahí radica la importancia que este deporte tiene a nivel global.

Por supuesto sus explicaciones no se han hecho esperar en un medio en el que usted se encuentra a gusto para hablar, es decir, ha sido deliberadamente escogido, algo que no me parece mal. Y no he podido evitar escuchar las diversas críticas al deporte que dice defender.

Como buen aficionado a mi equipo, el Atlético de Madrid (y no hablo de colores sino de fútbol) jamás, y digo jamás, me he perdido un partido de mi equipo, ya sea contra el Bayern de Múnich o contra la Ponferradina, algo contrario a lo que usted predica, que es la falta de interés de los jóvenes cuando su equipo se enfrenta a un equipo “menor”.

Pero de igual modo hay que darle las mismas oportunidades de crecer a todos esos equipos que compiten con la misma ilusión, que es la esencia misma del fútbol, como cuando un tercera división se enfrenta a un primera en la Copa del Rey. Eso es lo que hace realmente emocionante el fútbol, o la expectación que genera el conocer tus rivales en Champions. De lo contrario sólo se está pensando en una minoría, partiendo de la premisa de que un equipo que bajo su criterio sea menor no pueda competir en un torneo como es la Champions.

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. (Archivo).

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. (Archivo).

Por otro lado, dice que escucha a los jóvenes cuando estos prefieren estar delante de una pantalla antes que ver un partido de fútbol. No obstante todos los niños y jóvenes siempre deciden comprarse el mismo videojuego, que no es otro que uno de fútbol, deseando juntar a todas las estrellas en su equipo, por lo que entiendo que no te puede gustar un videojuego de fútbol si no te gusta dicho deporte.

Además de que cuando uno queda con sus amigos aprovecha las veces que hace buen tiempo para jugar al fútbol, con lo que se presupone que seguirá moviendo a masas y a miles de aficionados, como lo ha hecho hasta ahora.

Comparto su opinión de que cada vez hay partidos más tediosos que se ven en el día a día y que hay que cambiar muchas cosas para seguir haciéndolo más grande, pero no a costa de que unos pocos posean todos los privilegios por encima del resto.

Por no decir que, probablemente, el hecho de que equipos grandes se enfrenten todas las semanas también haría que algo espectacular y especial se convirtiera en un pasatiempo monótono y rutinario.

Por eso, y no me demoro más, si de verdad escuchara al aficionado se daría cuenta que no desea una Superliga, y que sí quiere cambiar el fútbol se debe hacer desde dentro, no tomándose la ley por su mano. El fútbol es y será inmortal, aunque usted quiera asesinarlo.

SOS Residencias: nos matan la soledad y la pena, nos sentimos como muebles

Por Manuel Sánchez Madrid (79 años)

Soy el grito sordo y mudo de miles de personas que pedimos ayuda. Somos los abuelos que habitan las residencias. Los que más hemos sufrido la muerte en esta pandemia, muchos se fueron y no volvieron.

No queremos buscar culpables por lo mal que lo hicieron las Administraciones, Gobierno y altos directivos de las residencias (con el tiempo ya se irán depurando responsabilidades).

Ahora quedamos los que sobrevivimos a esta locura, y ¿qué es de nosotros? ¿Nadie se acuerda ya? No tenemos ni voz ni visibilidad en ningún medio de comunicación, ni en nuestros políticos.

Queremos y necesitamos buscar soluciones y darle luz a la dura realidad que vivimos en nuestros centros, que se han convertido en cárceles para nosotros. Somos prisioneros inocentes, no hemos muerto por la Covid pero nos van a matar la soledad y la pena.

Nuestra vida diaria se reduce a estar confinados en nuestras habitaciones casi todo el día, sin ningún tipo de actividad ni relación con nadie.

Hemipléjico por derrame cerebral

La mayoría estamos obligados a estar aquí porque nuestras familias no nos pueden atender, como es mi caso: hace ya 26 años que sufrí un derrame cerebral, desde entonces y hasta hace 2 años mi familia me ha estado cuidando y mimando todos los días, dándome su amor y dedicación.

Manuel Sánchez Madrid

Manuel Sánchez Madrid junto a la ventana en la residencia en la que vive. (FOTO: Mónica Sánchez).

Mi cabeza funciona muy bien pero mi cuerpo no. Quedé hemipléjico. Hace dos años que estoy en una residencia porque mi familia ya no me podía atender. Hemos derramado muchas lágrimas porque ha sido una decisión muy dura y difícil para todos.

Mi única alegría era el verles diariamente, el que me trajeran siempre alguna cosita para alegrarme un poco el día (un zumo, un bollito…), poder darme un paseo. De repente todo esto se paraliza. Nos confinan, nos aíslan, la mayoría no podemos comunicarnos con la familia.

Nos sentimos como muebles porque no nos podemos valer por nosotros mismos, pero señores, tenemos vida. Somos seres humanos con sentimientos, no solamente viejos. Lo único que preocupa es la Covid, que es muy importante, pero entendemos que hay que irse adaptando a las nuevas circunstancias.

«Es muy triste, de verdad»

Nos da la sensación de que se han olvidado de nosotros. A nuestra familia solo la podemos ver dos veces por semana a través de una mampara, lo cual nos dificulta mucho poder hablar con ellos. No nos pueden traer nada de comida (ni siquiera un simple caramelo). El enemigo parece que es la familia. Nos vigilan para que no se nos acerquen y no nos toquen. Es muy triste señores, pero muy triste de verdad. No podemos entenderlo.

Pedimos mayor atención y que nuestros familiares puedan vernos más, pero de otra manera, que puedan darnos un paseo, estar más cerca para podernos oír, que no parezca que estamos en la cárcel.

«En el límite»

Para ello, si hay que tomar algún tipo de medida pues que se haga. Por ejemplo que traigan la PCR negativa, que demuestren que tienen anticuerpos… no sé, alguna solución para poder estar con ellos de otra manera, porque esta situación nos está quitado las ganas de vivir y ya estamos en el límite y no aguantamos más.

Necesitamos el cariño de nuestros seres queridos para que la vida que nos queda tenga algún sentido para nosotros. Nos sentimos abandonados por una sociedad que no ve más allá de su mascarilla y de su incómoda nueva realidad. Piensen un poco en nosotros. Les necesitamos.

Los profesores (y también padres), ante la vuelta al cole

Pensemos, preparemos y actuemos

Por Carmen Navarro. Profesora de ciencias en Secundaria en el Colegio Nazaret Oporto de Madrid y madre de 3 (de 4, 8 y 11 años).

En 1973 el zoólogo austríaco Karlvon Frisch recibió el Premio Nobel de Fisiología por su investigación sobre el lenguaje visual de las abejas, en el que describía cómo se comunican entre sí para indicar dónde se encuentra la fuente de alimento.

Durante este verano atípico del 2020 que todos estamos viviendo, entre nuevos rebrotes de Covid-19 y la incertidumbre del nuevo curso escolar que está por venir, he tenido la suerte de visitar el Aula Museo Abejas del Valle en Poyales del Hoyo, Ávila; y comprobar de primera mano que no se necesita un cerebro muy grande para comunicarse de una manera efectiva, vivir en comunidad y mantener un equilibrio entre todas las partes de una “sociedad” que utiliza la inteligencia colectiva en beneficio de todos por encima del interés individual.

Mi hijo de 4 años, el de 8 y todos los alumnos de infantil y primaria de mi centro trabajan a diario las matemáticas con el método EMAT de Tekman Books en el que el/la profe les cuenta la situación o problema a resolver y a continuación todos repiten: PIENSO-PREPARO y MUESTRO. Esto ayuda a nuestros hijos/alumnos a saber la forma más lógica de resolver las distintas situaciones con las que se irán enfrentando durante su etapa escolar y posteriormente en sus vidas profesionales y personales:

  1. PIENSO sobre la situación que se me presenta y que quiero/tengo que resolver.
  2. PREPARO la/s solución/es analizando los pros y contras de cada una y la más adecuada para cada caso.
  3. MUESTRO a los demás mi propuesta, de forma que la comparto para que todos los miembros de mi comunidad (local y/o global) puedan aprovechar y ser partícipes del análisis/investigación y de la/s conclusión/es.

Les aseguro que ensayándolo muchas veces se llega a interiorizar y sale solo. ¡Lo hacen los niños de 3 años! Sin embargo, desde que comenzó la crisis del Covid-19 vemos cómo la gestión que se hace de la misma altera el orden de los factores, lo que en este caso sí implica un cambio drástico y lamentable en el resultado. Hemos asistido a numerosas decisiones en las que nuestros dirigentes MUESTRAN o ACTÚAN, PREPARAN y después, y no siempre, PIENSAN si lo que han hecho es lo correcto, para modificarlo a los pocos minutos, horas o días. Es imposible no sentir inseguridad e incluso miedo cuando lo que hoy es una verdad irrefutable mañana deja de tener vigencia…

Y así, a tan solo unos días del comienzo del curso escolar, los docentes nos vemos de nuevo desprotegidos por la administración y vilipendiados por la sociedad cada vez que se nos ocurre alzar la voz para avisar de lo que todos sabemos que sí o sí terminará ocurriendo.

Es de sobra conocido que a los docentes se nos pide desde siempre que actuemos más como magos que como educadores:

  • para educar de manera competencial con un currículo totalmente basado y enfocado en los contenidos,
  • para acabar temarios trabajando por proyectos, desarrollando múltiples teorías pedagógicas innovadoras y con el mayor uso posible de tecnologías
  • para educar en valores, desde la emoción y la pasión, sin que decaiga nunca el entusiasmo, como correponde a las profesiones vocacionales, y a pesar de las circunstancias de cada momento,
  • para enseñar pensamiento crítico y reflexivo a nuestros jóvenes en un mundo en el que la misma clase política altera su mantra diario: MUESTRO-PREPARO-PIENSO.

Pero los acontecimientos recientes nos han empujado a todos los mago-profesores a situaciones de verdaderos equilibristas, acróbatas, malabaristas, improvisando aulas de clase en nuestras propias casas, con nuestros propios recursos, rodeados de nuestros familiares y sin recibir ni un solo aplauso por ello.

Ya en junio se vaticinaba lo que ahora está ocurriendo: a punto de incorporarnos al nuevo curso escolar los “posibles escenarios” no dejan de ser planteamientos teóricos que distan mucho de la realidad que se vivirá en las aulas y que nos pondrá a todos, alumnos y docentes, en una situación de vulnerabilidad muy peligrosa para toda la comunidad.

Como dice el famoso proverbio africano, “para educar a un niño hace falta la tribu entera”.

Durante el confinamiento los padres hemos tenido la suerte de convertirnos en profesores de nuestros hijos a tiempo completo. Durante ese tiempo se leían en redes sociales muchos comentarios de agradecimiento y reconocimiento por la dura labor de los profesores, no siempre valorada.

Sin embargo, como está ocurriendo con otras situaciones recientemente vividas, olvidamos pronto, y ahora esos mismos padres critican a los profesores que alzamos la voz para decir que la vuelta al colegio no está garantizada en unas condiciones mínimamente seguras.

Muchos de estos padres son los mismos que:

  • No se ponen mascarilla porque, aunque las autoridades dicen que es obligatoria incluso en espacios abiertos, ellos deciden que ¡vaya rollazo!
  • Quedaban a escondidas con amigos/compañeros de trabajo para tomar unas cerves en los momentos más duros del confinamiento.
  • Se reunían a hurtadillas con otros amigos/familias cuando solo estaban permitidos paseos de 1 adulto con sus hijos.

En esta “tribu”, ahora más que nunca, todos educamos, todos sumamos, todos debemos remar en la dirección correcta y al unísono. Por suerte o por desgracia, los docentes hemos dejado de tener el mayor peso de la educación de nuestros jóvenes, para compartirla con las familias y el resto de la sociedad. Y recordemos que “nada educa más que nuestro ejemplo”.

Cuando nuestros propios representantes políticos (ACTUANDO, sin PREPARAR, y por supuesto sin PENSAR) nos señalan y nos ponen en el foco mediático para desviar la atención de su inacción, debemos aceptar que estamos en manos de una clase política mediocre y de gran bajeza moral, que se traduce en una sociedad que no respeta a sus docentes. Tenemos y tendremos lo que nos merecemos.

Comencemos pues por revisar nuestro comportamiento individual y nuestra contribución a la sociedad, con responsabilidad e inteligencia colectiva.

Solo cuando todos y cada uno de nosotros nos sintamos parte responsable de esta colmena global en la que vivimos podremos con el Covid-19. Repitamos al unísono, a modo de danza de las abejas, lo que nuestros niños cantan en las escuelas y por suerte tienen ya tan interiorizado: PIENSO-PREPARO y MUESTRO/ACTÚO.

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Miedo legítimo ante la vuelta

Por Francisca Esteller Nadal

En primer lugar, me gustaría señalar que escribo esta carta como madre y como docente, en representación de un grupo de compañeros de profesión y de familias cuyos hijos van a asistir a algún centro educativo en los próximos días.

A menos de tres semanas para el inicio del curso escolar, los padres y docentes sentimos y mostramos no solo una enorme preocupación y desconcierto, sino también mucho miedo. Este miedo no es irracional, sino que es totalmente legítimo, teniendo en cuenta que todo lo relacionado con la Covid está rodeado de incertidumbre, conocimiento científico parcial y de contradicciones entre los propios estudiosos de la materia.

Al final del curso escolar 2019-2020 se estableció un protocolo de actuación para el inicio del próximo curso. Este protocolo se elaboró teniendo en cuenta un contexto epidemiológico que nada tiene que ver con el de estos momentos, puesto que comenzábamos una nueva fase en la que tanto hospitalizados como nuevos contagios eran mínimos, y el riesgo a contraer esta enfermedad había disminuido.

En este protocolo, en la etapa de Educación infantil y Primaria se establece una ratio de máximo veinte alumnos por aula con un tutor de referencia, en lo que ha venido a llamarse ‘grupo burbuja’, con la intención de reducir los contactos del alumnado en el centro y poder establecer, en caso de contagio, un seguimiento de los casos más eficaz.

Estos grupos burbuja parecen no contemplar la relación del alumnado de cada grupo con familiares, amigos y otras personas ajenas al centro fuera del horario escolar, porque si así fuera no se hablaría de estanqueidad o seguridad dentro de estos grupos. Evidentemente, no voy a entrar en valorar en lo acertado o no de las afirmaciones con respecto a la facilidad de contagio que tienen los menores y la capacidad de estos para contagiar a otros, porque eso queda para los científicos.

Ahora bien, lo que sí me niego a aceptar es la contradicción sobre las medidas de seguridad a nivel individual obligatorias establecidas para la ciudadanía en general, y a la desaparición de mascarillas en los centros educativos a partir de septiembre.

Mi hijo de siete años de edad, así como yo misma y mis familiares, y muchos otros ciudadanos responsables, hemos cumplido escrupulosamente con cada una de las medidas que desde el mes de marzo se han venido imponiendo desde las instituciones sanitarias.

En la actualidad, estas medidas incluyen el uso obligatorio de mascarilla para toda la población por encima de los seis años de edad. Si las actuales medidas de seguridad individuales y colectivas se contradicen con las medidas que dictan los protocolos educativos, a mí, personalmente me transmiten una inseguridad y un miedo que me llevan a cuestionarme las razones de dichas directrices.

Yo misma, en estos momentos, no soy capaz de comprender y mucho menos compartir las explicaciones por las que frente a un patógeno grave y desconocido se actúa de forma diferente en función del contexto. Frente a este desconcierto me veo incapaz de explicarle a mi hijo -repito, siete años de edad-, esta situación. ¿Por qué en el parque hay que llevar mascarilla y en clase no? ¿Por qué no podemos reunirnos más de diez familiares mientras que en el al aula habrá veinte alumnos, más monitores y docentes?

Como madre y profesora no tengo respuesta para estas preguntas. Hasta ahora le he podido decir que la mascarilla le protege a él y él, a su vez, protege a otras personas. De alguna manera ese papel importante de protección a los demás le ha servido para que aceptara de buen grado el uso de este elemento. Me cuesta trabajo elaborar un discurso coherente puesto que el no usar mascarilla en los centros escolares entraña un riesgo añadido a esta locura, no solo para los niños y personal del centro, sino también para los familiares de todos ellos y, por ende, para los contactos de todas estas personas en su vida habitual.

No hay que olvidar que muchas de estas personas son grupo de riesgo. Así como tampoco hay que olvidar la falta patente de control en el cumplimiento de las medidas obligatorias por una parte importante de la sociedad. De este modo, los llamados grupos burbuja son una absoluta utopía, no sé si planteados con una visión excesivamente ingenua o directamente con una visión despreciativa hacia la seguridad individual. Y es que meter a veinte niños en lugar cerrado, sin mascarilla, con uno o dos adultos, no pronostica nada, absolutamente nada bueno.

Sobre este punto ya avisa la OMS señalando que los casos de Covid-19 en niños se ha multiplicado por siete y a la sanidad española le parece que, en palabras de Fernando Simón, “esas oscilaciones preocupan y hay que valorarlas con cuidado”.

El día 27 se reúnen las diversas comunidades autonómicas con el Ministerio de Educación. Como madre y como docente; solicito, exijo, ya que el riesgo cero no existe, que se dicten medidas coherentes con el devenir de la pandemia y por tanto, se adopte la mascarilla como elemento obligatorio en todos los centros educativos, así como una ratio más acorde a la nueva situación.

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  • Si eres profesor, envía tus sensaciones ante el comienzo de curso al correo zona20@20minutos.es

Los estudiantes de Medicina tenemos derecho a exámenes justos

Por Estudiantes de Medicina de la facultad de Málaga

Somos estudiantes de la facultad de Medicina de Málaga y escribo en representación de mis compañeros, ya que nos estamos olvidando de la importancia de la salud mental y del descontento de los universitarios.

Cuando hablamos de esta situación concreta no solo estamos haciendo referencia a nuestra facultad, ya que son muchas las afectadas por esta situación. La finalidad de este blog no es conseguir un aprobado general o un aprobado fácil, queremos que el profesorado tenga en cuenta nuestra situación y respeten nuestro derecho a un examen justo.

Tras el silencio recibido por profesores, decanos y rector, hemos llegado a una situación de desesperación. Tras recibir por fin una contestación, nos hemos dado cuenta de que el estudiante está siendo olvidado.

¿Por qué estamos hoy aquí? Desde que empezó el confinamiento muchos universitarios hemos vivido la incertidumbre de no saber qué pasará con nuestra situación académica. ¿Me desmatriculo de la asignatura y la curso el año que viene?, ¿mando otro correo al profesor para que por favor nos dé temario?, ¿se pondrán los profesores en nuestra situación a la hora de evaluarnos?… ¿La respuesta? Silencio y más silencio.

Facultad de Medicina de Málaga (WIKIPEDIA COMMONS)

Facultad de Medicina de Málaga (WIKIPEDIA COMMONS)

Vamos a jugar a un juego: ¿Cuántas cosas sois capaces de hacer en 30 segundos? Seguramente haya muchas que requieran poco esfuerzo mental. Vamos a complicar un poco esto, si os pedimos responder cosas concretas por internet, contando con la saturación actual de las líneas, ¿seríais capaces de hacerlo? Peor aún, si encima os están evaluando y esa nota os cerrará puertas en el futuro, ¿aguantaríais esa presión?

Pues esto no es un juego, es una de las medidas que se han estipulado en algunas facultades para evaluar el conocimiento de los estudiantes y así evitar que se copien. Aunque no nos quedamos cortos con estas medidas, tras preguntarles a distintos cursos y facultades, todos resaltan lo mismo: ‘estamos sobresaturados, no nos encontramos bien mentalmente, nos sentimos abandonados por algunos profesores y, sobre todo, nos plantean métodos de evaluación que no respetan para nada nuestro derecho a examen’.

Queremos resaltar nuevamente que en todo momento los estudiantes hemos intentado ser respetuosos con el profesorado (el cual no siempre ha mantenido ese respeto hacia nosotros, tachándonos de que no nos esforzamos y de que solo sabemos quejarnos).

En nuestro caso nos estamos formando para ser profesionales de la salud capaces de tomar decisiones correctas que ayuden a mejorar la situación de nuestros pacientes, pero, ahora mismo, ¿están nuestros profesores valorando nuestra salud mental en esta situación?

Sabemos que todos estamos en un momento difícil y no es culpa de nadie, pero a veces parece que nosotros estamos pagando las consecuencias de esta pandemia.

Al igual que nosotros respetamos los derechos de los demás, pedimos que por favor también se respete nuestro derecho a un examen digno. Como ya hemos leído en muchas quejas: ‘subir una diapositiva no es dar clases’, así que, si eres profesor y estás leyendo esto, por favor, entiende nuestra situación, queremos aprender, pero no queremos perder nuestra salud mental. Queremos esforzarnos y dar lo mejor de nosotros mismos para poder ser buenos profesionales en nuestros campos en el futuro. Queremos aprender, por favor, no lo hagáis más difícil.

¿Estamos perdiendo la humanidad? Estamos recogiendo quejas a través de @medicina_uma en Twitter por si alguien quiere comentar su situación. Esta cuenta no se dedica solo a estudiantes de medicina, está abierta a cualquier estudiante de cualquier provincia.

 

Subidón del IBI en Barcelona y vergonzoso destino de mi dinero a Investigación y Sanidad

Por Ana Alfaro

Vivo en Barcelona, distrito de Sant Martí, en un piso de 38 m2. Este año el IBI me ha subido un 59,6%. Puse una queja al ayuntamiento de Barcelona y me han contestado diciendo que desde el 2002 el ayuntamiento ha estado aplicando un tope y que esa limitación había hecho que el recibo quedara totalmente congelado en estos últimos cuatro años.

Con la desaparición de estos topes y la subida del valor catastral el recibo es correcto conforme a la ordenanza municipal de este año. ¿En serio? ¿Esto justifica la subida del 59,6% de golpe? ¡Vergüenza! Para más INRI me dicen que gracias a estas subidas, por primera vez, el presupuesto municipal supera los 3.000 millones de euros para gastar y me pasan un link del ayuntamiento para que vea a qué van destinados nuestros impuestos este año.

Una vista de la Ciudad Condal.

Una vista de la Ciudad Condal.

Si antes estaba indignada por el tema IBI, después de ver el gasto en cada una de las partidas la indignación se ha convertido en un cabreo descomunal. Trabajo como técnico en investigación epidemiológica en cáncer desde hace 21 años (a día de hoy todavía con contratos de obra y servicio) y siempre he sabido de las carencias de fondos destinados a ello, pero verlo con cifras y ver cuánto dinero se destina a Investigación y Sanidad ya ha sido el súmum de la indignación y vergüenza.

Investigación (2 millones) es la que menos recursos recibe de todas las partidas y Sanidad la antepenúltima. Sanidad (24 millones) recibe menos que Deportes (25 millones), Órganos de gobierno (31 millones). Sanidad e Investigación están los últimos de la cola… los que menos recursos reciben. ¡Vergüenza, indignación, estupor!

Espero que después de pasar la dureza de los hechos por el coronavirus todas las administraciones se replanteen dar más recursos a estos colectivos y valoren el trabajo que se realiza. Y espero que salgamos todos los ciudadanos a reivindicar más dinero para la sanidad pública.

Tengo dos hijos, soy víctima de violencia machista, y en 7 días me desahucian

Por Arantxa

Soy Arantxa, madre separada de dos hijos de 10 y 3 años y el próximo 29 de enero me enfrento a mi segundo desahucio. El primero, gracias a las asociaciones provivienda (Xarxa Maresme), pudo ser parado en la calle. Explico mi situación, estoy divorciada y tengo a mis dos hijos a cargo, soy víctima de violencia machista y estamos en situación de vulnerabilidad. Servicios Sociales no me ofrece ninguna alternativa habitacional y tan solo me marean dando vueltas y más vueltas.

Desahucio

Concentración por un desahucio en el Poble Sec de Barcelona en octubre de 2019.

Llevo más de 20 años en este piso pagando puntualmente y nunca hemos generado ningún problema de convivencia. Ahora, dada mi situación, se me hace imposible pagar las cuotas que me exige mi propietaria y llevo un año y medio sin poder pagar. La propiedad, después de 20 años pagando, se niega a hablar conmigo y a buscar una solución beneficiosa para ambas partes. Agradezco todo el apoyo de la gente de la Xarxa Maresme y me gustaría hacer visible que ellos llegan a donde no llega el estado ni las administraciones.

 

 

¿Son justas las ayudas para la conciliación laboral y familiar?

Somos un matrimonio joven con dos hijos pequeños, yo con un contrato eventual de media jornada, mi marido en paro desde hace casi un año, y viviendo de alquiler en Madrid.

En abril de 2019 solicitamos tanto plaza en escuela infantil pública como cheque guardería para nuestro hijo de 10 meses, y ambas peticiones nos han sido denegadas. ¿Motivo? que en los requisitos piden justificar los ingresos basándose en la declaración de la Renta del año 2017, y si bien se pueden alegar otras circunstancias (justificante de estar en situación de desempleo, contrato eventual,…), por la puntuación obtenida no se toman en cuenta. En una sociedad tan cambiante y con índices de paro y precariedad laboral altos, somos los jóvenes los que nos estamos llevando la peor parte.

En las convocatorias se habla de la “necesidad creciente de conciliar la vida familiar y laboral… dentro de una realidad social en constante evolución”, pero viendo los requisitos que se piden, esto no es cierto. Ya quisiera yo que mi marido no hubiera perdido el empleo y que a mí me dieran un trabajo a tiempo completo, pero esto no es así… y encima no recibimos ningún apoyo por parte del sistema, dificultando más la posibilidad de encontrar trabajos dignos, y empujándonos a seguir con un sueldo con el que apenas llegamos a fin de mes, llevándonos, como a tantos jóvenes, a tener que pedir ayuda a nuestras familias.

¿Dónde están esas ayudas para la conciliación laboral y familiar de las que tanto hablan nuestros gobernantes?

¿De verdad son justas y equitativas para apoyar a todos los jóvenes que tratamos de sobrevivir en esta sociedad?

Nosotros sabemos que no.

Por María Pérez

Envíanos tus quejas y denuncias a ‘Tu blog’, el altavoz de los lectores de 20minutos

¿Quieres contarnos algo? ¿Quieres quejarte por algo? 20minutos.es rescata este espacio -tu espacio- llamado ‘Tu Blog’ para que puedas expresarte con total libertad, aunque con algunos límites. Aquí tienes una ventana de denuncia en la que podrás contarnos lo que creas conveniente. Envíanos el material que estimes oportuno -con fotos, vídeos, textos, enlaces…-.

Debes tener presente, eso sí, que hay que estar plenamente identificado y que te enviaremos (si vemos que la historia podría publicarse), algunos aspectos legales que debes aceptar expresamente.

Por lo demás, se trata de algo muy sencillo: como decimos en la primera entrada de este blog, “queremos que sea un espacio colaborativo que todos podáis usar como plataforma de denuncia social y reflexión sobre el entorno que os rodea y sobre aquellas cosas que os afectan en el día a día, ya sea en el ámbito local, nacional o internacional: la crisis, los recortes, el paro, la educación, la sanidad, los transportes, la acumulación de basuras, los baches, etc”.

Procura que el texto no sea ni en formato telegrama ni tampoco exageradamente largo. Te decimos, a continuación, los requisitos para que un contenido sea valorado de cara a su publicación:

  • Pon en el asunto del correo “Para Tu Blog”.                              
  • En el correo debes identificarte con tu nombre, apellidos y teléfono. También con tu blog y tus cuentas en redes sociales para enlazarte, si es que tienes.
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