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Archivo de la categoría ‘Cultura’

¿Para qué sirve el latín?

Por Sergio de Fuente Garrido

Estudiantes de bachillerato (EFE).

Estudiantes de bachillerato (EFE).

Desde siempre, el estudio del latín se ha considerado imprescindible no solo para aprender cultura general, sino también para ampliar nuestro lenguaje y conocer nuestras raíces.

Como estudiante de segundo de bachillerato de humanidades, coincido con que el latín es importante, sobre todo para conocer nuestro idioma, nuestras raíces y grandes autores de nuestra literatura; pero considero que su enseñanza debería ser impartida hasta ciertos cursos.

La razón por la que expongo esto es porque tanto el latín como el griego antiguo son lenguas muertas que ya no se hablan en ningún país; y en estos momentos, lo que los jóvenes españoles necesitamos es aprender idiomas que nos resulten útiles, dado que, tristemente, en un futuro no muy lejano, muchos de nosotros nos veremos fuera de España y de nuestros hogares, en busca de una vida mejor, debido a la crisis económica y a la falta de medios para trabajar y estudiar en nuestro país.

Finalmente, me gustaría hacer llegar esta carta al gobierno, para que tengan en cuenta no solo mi opinión, sino la de muchos estudiantes que piensan como yo; ya que ¿de qué nos sirve hablar latín?

La censura en el cine del franquismo

Por Jordi S. Berenguer

Sala de cine (Europa Press).

Sala de cine (Europa Press).

Durante el franquismo el cine que vimos había sido sometido a varias etapas de censura. La oficial del Estado suprimía secuencias y alteraba doblajes. Una vez aprobada la versión adulterada, al llegar a ciertos lugares el cura del pueblo también imponía su criterio y mandaba suprimir algunos planos que consideraba pecaminosos, por lo que según en qué villas Gilda no se quitaba ni el guante.

La mutilación cinematografica no acababa ahí porque, con la coartada de la censura, algunos empresarios de sala acortaban el metraje para ofrecer más sesiones. Y algunos operadores de cabina, especialmente en los cines de barrio con sesión doble, aligeraban aún más el celuloide -cuando no suprimían todo un rollo-, para que la jornada laboral no se prolongara hasta las tantas. Con ese recorrido tan poco respetuoso con la integridad de la obra cinematografica, comprender el argumento de algunas películas solo estaba reservado a los muy intuitivos.

Para el cine español la cuestión añadía aún más visos de surrealismo. El primer paso para rodar una película era someter el guión al censor, que solía devolverlo lleno de tachaduras y alguna que otra observación. Una vez terminada, la película era sometida a otra censura en la que se podría suprimir algún plano alegando cuestiones de forma. Lo curioso es que algunos censores también ejercian como críticos cinematográficos. Y se daba la paradoja de que en sus críticas no era raro leer algún reproche sobre supuestas incoherencias del guión… el mismo que el propio crítico había alterado como censor.

Con la democracia hemos ganado, entre otros, el derecho a disfrutar de la versión íntegra para participar de la grandeza del cine. Especialmente del nuestro… aunque los censores se hayan quedado sin trabajo. Así es la vida. Así era su cine.

George Martin, el ‘hombre de la corbata’ que moldeó el talento de Los Beatles

Por Tomás Fernández Bayort

Imagen histórica de George Martin, conocido como el quinto Beatle (Vídeo REUTERS/ATLAS).

George Martin, ‘el quinto Beatle’ (ATLAS).

A los que crecimos escuchando a los Beatles nos ha golpeado de repente la tristeza con la muerte de George Martin, el productor de EMI que reconoció el talento de una banda que en sus pruebas para Decca mostraba un sonido y unas voces todavía por hacer. Los Beatles le dijeron que no les gustaba su corbata y a la vez le entregaron una música fresca y original que él elevó a la categoría de magistral.

¿Yesterday nos parecería tan genial sin el cuarteto de cuerdas que acuna la voz de McCartney? ¿Se podría hacer mejor Tomorrow Never Knows sabiendo que Lennon quería que sonara “algo así como el canto de cien monjes tibetanos”? No conoceremos qué habría sido de los cuatro de Liverpool sin Martin, pero con él fueron tan fabulosos que todavía hoy nos emocionamos al escucharlos.

 

 

Todas las empresas deberían potenciar la motivación laboral

Por María José Viz

Cuando tenemos que elegir qué camino profesional seguir, en plena adolescencia, vemos muy difícil acertar con el adecuado; en muchos casos, lo resolvemos casi echándolo a suertes. Estudiamos una Formación Profesional o una carrera, sin tener ni idea de si terminaremos los estudios y, de hacerlo, si trabajaremos en las salidas profesionales que estos ofrecen. No menos importante es no tener ni idea de si nos gustará el trabajo elegido.
Estudiantes universitarios en una biblioteca (EFE).

Estudiantes universitarios en una biblioteca (EFE).

Por todo ello, me resulta encantador ver cómo muchos –permítanme que me incluya-, por azares de la vida, estamos desempeñando profesiones para las que no nos habíamos preparado, en un primer momento, y que, ahora, sentimos como la verdadera vocación de nuestras vidas.

Por supuesto, no quiero obviar una realidad imperante hoy en día, opuesta a lo dicho anteriormente: muchos trabajadores no se sienten realizados. Influye el hecho de que abunden los contratos temporales; en esas condiciones es muy difícil “enamorarse” de un oficio.
Un escollo enorme para sentirse a gusto en un trabajo colectivo es que haya empleados vagos, cizañeros y malos compañeros, preocupados tan solo de disfrutar de las ventajas del puesto, olvidándose de que también existen obligaciones. Se podría decir que son las ovejas negras que, desgraciadamente, empañan el prestigio de cualquier empresa, pública o privada.
Quizás sea ese desencanto generalizado el que me haga fijarme más en las vocaciones, innatas o adquiridas, de otra parte de la población. Todas las empresas deberían potenciar la motivación laboral pues es básica, tanto para que el proyecto funcione, como para que el trabajador o trabajadora se levante, cada día, con ilusión renovada.

La Gioconda del Prado, una vieja novedad

Por Francisco Javier Barbado

En el artículo «El Museo del Prado de la A a la Z» se afirma que «en 2012 se descubrió en los almacenes del museo una réplica del famoso cuadro de la Gioconda». Sin embargo, la Gioconda del Prado está documentada en la Colección Real desde 1666 y ya figuraba en el Alcázar de Madrid en 1686.

Gioconda del Prado (ARCHIVO)

Gioconda del Prado (ARCHIVO)

En 1921 don Pío Baroja ya vio este cuadro en el Prado y Ortega y Gasset (Meditación del cuadro, 1936) analizó la Gioconda de Madrid. Antonio J. Onieva (Nueva Guía completa del Museo del Prado, 1965) recomienda un puesto de honor para esta obra maestra. Nuestra Gioconda no ha sido descubierta, fue restaurado recientemente su paisaje oculto tras un repinte negro añadido en el siglo XVIII. La Gioconda del Prado, con su sonrisa de vampiresa aún más cautivadora que la parisiense, es, sencillamente, una vieja novedad.

 

 

 

 

 

 

Premiar la incultura

Por Pablo Sánchez Medina

RAE

El secretario de la RAE, Darío Villanueva, durante una entrevista. (EFE)

Cada vez que la RAE acepta un nuevo “palabro” damos un paso gigante hacia atrás. Aunque éstas se cataloguen de palabras raras o mal dichas es inadmisible que decir o escribir “almóndiga” o “dotor” se considere correcto.

El mayor problema es que aquellos que las usan ahora pueden escudarse, incluso con razón, en que la palabra está aceptada. ¿Quiere decir esto que un profesor puede dar por válido en un examen que uno de sus alumnos escriba “asín”? Pongo en duda que la solución a no hablar bien sea ésta.

Parece que ya nos hemos cansado de fomentar y premiar la lectura, de construir bibliotecas y ampliar sus fondos bibliográficos. En vez de esto hemos tomado un atajo. Premiamos la incultura desde que amanece hasta que nos acostamos ya no solo en televisión, también en las aulas y en los libros, cuando lo que deberíamos hacer es recompensar a aquellos que cuidan nuestra lengua.

Tal vez sea momento de hacer una pausa, pensar y establecer ciertos límites.

El creciente intrusismo laboral en la televisión

Belén Esteban y Kiko Rivera

Belén Esteban y Kiko Rivera en Gran Hermano VIP. (TELECINCO)

Por José Manuel Martínez Velasco

Cada vez que enciendo la televisión encuentro menos profesionales del gremio. En su lugar veo mujeres de toreros, cuñadas de folclóricas o simplemente caras bonitas que ocupan el puesto de trabajo de miles de licenciados o graduados en Ciencias de la Comunicación que todavía no han encontrado su primer empleo.

Es por eso que digo “basta” al intrusismo laboral. La ciudadanía se echaría las manos a la cabeza si fuese un periodista quien lo anestesiara para una operación o el que diseña un complejo circuito eléctrico, pero nadie se extraña al ver personas sin ninguna formación en los medios de comunicación.

Basta de desmerecer una profesión de la que más pronto que tarde espero formar parte.

‘Ma Ma’, un trabajo muy bien hecho infravalorado por la crítica

Por Alejandro Mulero Serralta

Penélope Cruz en 'Ma ma'

Penélope Cruz en ‘Ma ma’.

El pasado lunes fui al cine a ver Ma Ma de Julio Medem y me pareció una gran película. Otra obra maestra del séptimo arte, grandísimo Medem, gran Penélope Cruz, gran Tosar, fotografía, guion, música… toda la peli tan bien hecha, tan tierna. Fui contra todo pronóstico ya que las críticas son del tipo: «Cursi, blanda y llorona» (Luis Martínez en El Mundo), «Falsa poesía» (Jordi Costa en El País), «No tiene lógica» (M. Torreiro en Fotogramas), «Se mueve entre lo sublime y lo ridículo» (Beatriz Martínez de Fotogramas).

De lo que quiero dar constancia es de todo el daño que hacen los críticos de cine al propio cine y a los espectadores con esos comentarios que hacen, tan desproporcionados, insultantes y malintencionados. De cine se habla en otro tono, con respeto, sin descalificar y sin intentar hundir un trabajo que, por cierto, en este caso está muy bien hecho.

Así que les propongo que se olviden de todo lo que han leído sobre Ma Ma, incluyendo esta carta, y que vayan a verla, sin prejuicios. Medem les tiene preparado un camino de dos horas que es cine en mayúsculas, de disfrute y crecimiento personal.

Crítica a la corrupción en «B»

Pedro Casablanc interpreta a Luis Bárcenas en 'B'

Pedro Casablanc interpreta a Luis Bárcenas en ‘B’. (ÁLVARO GARCÍA CORONADO)

Por Eduardo Martínez Da Silva

El otro día fui al cine a ver la película ‘B’, ahora que por fin está en algunas salas más. Les ha costado llevarla al cine tras ser censurada en muchos sitios y han tenido que buscarse otros medios distintos de los habituales para financiarse. Tantas trabas son debidas al hecho de tocar un tema delicado para el actual gobierno.

Después del gran trabajo que han dedicado a realizar esta película, me parecía que como mínimo debía premiar el esfuerzo yendo a verla. Así de paso, he tomado conciencia de una manera original, de cómo funciona la justicia española y cómo un partido político aún en el gobierno, sale airoso de una situación que pintaba oscura. Una vez en la sala mi indignación iba en aumento a medida que avanzaba el metraje. En cada detalle de la trama, escuchando la declaración de Bárcenas, salí del cine con rabia ante la magnitud de los escándalos, la financiación de un partido con una contabilidad ilegal y paralela, sobres con dinero negro a diestro y siniestro, tráfico de influencias en administraciones públicas… todas ellas, prácticas propias de mafiosos.

Todos deberíamos ir a verla, que sepan que no olvidamos y que las disculpas de un presidente por confiar en su tesorero sólo se las creen los de su misma catadura moral. Ayudemos a difundir aquello que no quieren que sepamos, me dio mucha pena que sólo 13 personas estuvieran en la sala, cuando hubo numerosas colas para comprar entrada. Estas eligieron concienciarse, en cambio otras solo divertirse. Elevemos al nivel que se merece nuestro compromiso social, solo por ver sus caras al enterarse del éxito de la película, pagaría por verlo.

Joyas de nuestro patrimonio histórico abandonadas

Por Salvador Foz 

Cuando tanto se habla de preservar los orígenes, olvidamos joyas de nuestra historia que estamos olvidando y que, si no se actúa rápidamente, será muy posible que se pierdan para siempre. Nos referimos a la iglesia románica de Nuestra Señora del Tozal, ubicada en un lugar tan privilegiado como el monte del mismo nombre, sobre la población de San Esteban del Mall (Isábena), y que está incluida en la ruta del Románico de la Ribagorza (Huesca).

Foto de la iglesia de Nuestra Señora del Tozal, a la izquierda, en el monte con el mismo nombre. (GOOGLE)

Foto de la iglesia de Nuestra Señora del Tozal, a la izquierda, en el monte con el mismo nombre. (GOOGLE)

Pero en realidad es una ruina que solamente nos puede avergonzar, por el total abandono y falta de interés de quien tiene la responsabilidad de restaurar y conservar el Patrimonio Histórico. Quien pierde su memoria, pierde su presente y su futuro.