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Evitemos la demonización de las instituciones educativas

Por Cristina de Montemar

Un grupo de niños, aprendiendo inglés en clase (Gtres).

Un grupo de niños, aprendiendo inglés en clase (Gtres).

A raíz de la denuncia del padre de un alumno sobre presuntos abusos de un pederasta en una escuela de Barcelona se han ido sucediendo otras de exalumnos del mismo centro, incluso de algún otro de la misma institución.

Después de muchos años ahora salen a la luz esas agresiones que en su momento las víctimas no se atrevieron a denunciar por razones obvias propias de la edad.

Ante el escándalo provocado conviene observar cierta prudencia en las informaciones para evitar la demonización de una institución docente de gran solvencia pedagógica, en la que profesores y monitores pueden ser cuestionados sistemáticamente por la extraviada actuación de alguno de ellos. Se deberá comprobar con el máximo rigor la veracidad de esa cadena de denuncias, pero sin alentar un linchamiento moral que se convierta en algo parecido a lo que Arthur Miller describe en su famosa obra Las brujas de Salem.

Solo que aquí la hoguera es la estigmatización de un equipo docente que se esfuerza en llevar a cabo una gran labor pedagógica, y para el que hay que reclamar el máximo respeto. Aunque también la mayor diligencia para actuar con la debida severidad contra esos malos hábitos… que no son precisamente los que le son propios a la institución.

 

3 comentarios

  1. Dice ser Ana Morales Alcaide

    ¡NO DEFENDAMOS LO INDEFENDIBLE!
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    …Amiga Cristina. Sin dudar en ningún momento de su imparcialidad y de que usted se halle igual de consternada que el resto de padres por los deleznables episodios de pederastia ocurridos en el colegio catalán, al leer su post, da la impresión de lo contrario. Prefiere tapar los hechos probados y defender la honrilla de los docentes, antes que condenar a los culpables y sancionar al centro por incumplir sus funciones internas. A eso se le llama corporativismo funcionarial. Perdóneme.
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    …¿Sabía usted que su actitud y argumentos son los mismos que los utilizados por el centro cuando el pederasta actuó por primera vez? Fíjese. El profesor de la pública –de la Enseñanza Pública concertada– cometió abusos sexuales sobre un menor, los padres denunciaron los hechos al centro, el propio pederasta reconoció su delito. Pero ¿qué ocurrió? La familia, por miedo o vergüenza, no se presentó a juicio y la causa quedó archivada contra este individuo. Mal hecho por parte de la familia y mal hecho por parte del centro, que prefirió tapar lo sucedido en lugar de denunciarlo. Quiso tapar su honrilla y recurrió al corporativismo institucional con expresiones como las de usted:
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    …’conviene observar cierta prudencia en las informaciones’ – ‘evitar la demonización de una institución docente’ – ‘profesores y monitores pueden ser cuestionados’ – ‘por la extraviada actuación de alguno de ellos’ – ‘veracidad de esa cadena de denuncias’ – ‘sin alentar un linchamiento moral’…
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    …Y lo peor de todo. Usted quiere minimizar los hechos llamando ‘malos hábitos’ a la pederastia y ‘extraviada actuación’ a quien los comete. Como si ese individuo no hubiera sido consciente de sus actos delictivos –¡abusos sexuales a menores!– en aquel momento. Eso es gravísimo. ¿No se da cuenta de que, tratando de defender al gremio docente, está usted –por supuesto, sin pretenderlo– protegiendo a esos criminales? Y no sólo a ellos, sino también a la institución marista.
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    …Ya que en los colegios donde se han producido estos abusos (Maristas de Sants-Les Corts y otros) fallaron todas las labores de centro: las labores de detección del docente, las actividades tutoriales y las medidas establecidas en el Reglamento de Organización y Funcionamiento interno del centro (ROF).
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    1.-No hubo supervisión por parte de los docentes durante los recreos
    2.-No existió ningún seguimiento pormenorizado del alumno
    3.-No se cumplieron con los objetivos tutoriales en la hora lectiva asignada para ello
    4.-Falló como siempre la inspección educativa
    5.-No se siguieron los protocolos en caso de denuncia por abusos sexuales
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    …Y en estos fallos participaron todos los docentes del centro. Absolutamente todos. Quienes miraron para otro lado, quienes defendieron la honra del colegio, quienes ocultaron la verdad y, sobre todo, quienes cometieron abusos sexuales contra los alumnos. Que no fueron ni uno ni dos. ¡Ya hay cinco profesores del colegio investigados por cometer pederastia! El último, el religioso F. M., subdirector del centro. ¿Esa es la ‘gran labor pedagógica’ del equipo docente al que usted defiende? ¿A esos quiere usted que los demás respetemos?

    12 febrero 2016 | 23:50

  2. Dice ser Luis

    Que se lancen los ataques contra ese colegio en concreto, todavía pase. Aparte del profesor que haya cometido los abusos, está la responsabilidad de la dirección del centro por haber mirado hacia otro lado.

    Lo que no tiene nombre es que muchos aprovechen que el Pisuerga pasa por Valladolid para demonizar a todos los colegios religiosos y a toda la Iglesia en su conjunto. Y lo digo yo, que soy ateo y no piso una iglesia ni muerto. Pero me sigue pareciendo repugnante ponerle una letra escarlata a todo un grupo por lo que hayan hecho algunas personas.

    13 febrero 2016 | 10:35

  3. Dice ser Berenguer

    Sra. Morales:
    Ha cogido usted el rábano por las hojas. Cristina más que una defensa de la institución (que también) pone el dedo en la llaga sobre la demonización, el sectarismo y la estigmatización de personas que no necesariamente, por pertenecer a un colectivo tan cuestionado, deben sufrir la duda sobre su honestidad. Simplemente eso. Y no se olvide de leer atentamente el último párrafo de la carta. Por cierto, yo no tengo porque cuestionar su ética por pertenecer a un colectivo que tampoco está exento de dudas. Cartesianas y de las otras.

    17 febrero 2016 | 13:10

Los comentarios están cerrados.