Por Raúl Rodríguez Escribano
Una pareja homosexual se besa. (ARCHIVO)
Hace dos noches en Málaga dos jóvenes homosexuales se disponían a celebrar su aniversario cuando fueron gravemente agredidos por un guardia de seguridad de Renfe. Lo preocupante de esta noticia no es simplemente el ataque que sufrieron los protagonistas, sino la causa de dicha agresión.
¿Merecen dos personas sufrir tal hecho solo por ser de una condición sexual distinta?
Preocupantemente, estos ataques homófobos se están multiplicando. Sin olvidar el caso de los dos adolescentes expulsados de un local madrileño por besarse hace tan solo dos semanas. ¿Estamos haciendo algo mal? Evidentemente sí.
Cada vez las calles son menos seguras para personas de esta condición, que ya de por si sufre una importante represión por parte de ciertos grupos sociales. Quizá deberíamos empezar a plantearnos implantar leyes en contra de la homofobia, tal y como ha ocurrido en Cataluña recientemente.
Personalmente, me da pena que debamos llegar a extremos como son el uso de las leyes para penalizar actos homófobos, que deberían reducirse por voluntad propia de los ciudadanos y no del sistema judicial.
No voy a justificar una agresión de ningún tipo, entre otras cosas porque el hecho de que dos personas sean homosexuales me es indiferente. Por mí, como si son marcianas. Su condición no es relevante y nadie tiene derecho a meterse con lo que otras hagan en su vida privada.
Lo que sí me gustaría señalar es que remarques en negrita que fueron agredidas por «un guardia de seguridad de Renfe». Va a ser que no, fueron agredidas por un energúmeno, porque ese hombre en ese momento estaba en la calle como cualquier otro ciudadano, no vestía uniforme y no representaba a ninguna empresa, ni de seguridad ni de transportes. Lo que un descerebrado haga fuera de sus horas de trabajo, no tiene porqué ensuciar el nombre de un colectivo que lucha cada día con ejemplares que es mejor no describir.
19 diciembre 2014 | 18:46
me parece vergonzoso la mentalidad que aun nos gastamos en este país,de verdad tengo 57 años y creo que tendriamos que avanzar bastante más y respetar la condición sexual que nos ha tocado.quenes somos para dictar sentencia
20 diciembre 2014 | 20:30
Ya se sea homosexual o heterosexual, hay que guardar unas normas de comportamiento en público, y dejar ciertas manifestaciones para la intimidad. Por ejemplo, no es lógico besarse en un local público lleno de gente, se sea de la condición sexual que se sea.
Nadie tiene derecho a agredir a nadie por su condición sexual; pero tampoco nadie tiene por qué presenciar el exhibicionismo de otros en lugares públicos.
21 diciembre 2014 | 1:47
Ese hombre no era de RENFE.
Ya que vais a publicar algo, al menos aseguraos de no manchar el nombre de una empresa que no tiene que ver con el suceso, para variar un poco.
Aun así muchas gracias por esta noticia, ya que despues de haberla leído sé bien que no volveré a entrar a ojear «artículos» en esta basura de página.
Suerte.
21 diciembre 2014 | 14:12
Hay quienes necesitan vejar a otros para sentirse «alguien». Hecho de menos algún estudio que nos diga como tratan estos tipos a sus mujeres e hijos. No creo que corran mejor suerte.
23 diciembre 2014 | 19:35