Por Manel Campoy Vidal
Se acerca Halloween, y con él, la prueba de que la cultura pop se globaliza y expande como la espuma al verter una cerveza.
Esta tradición estadounidense es ahora una tradición global. Es curioso ver como la cultura americana impera sobre el resto robando tradiciones autóctonas.
Pero ya no es solo la fiesta en sí. Esta fiesta es el resumen de la cultura pop global del año, y es por esto que me fascina. Un amigo que vive en Estados Unidos acaba de contarme que han quedado en su casa con sus amigos y que han creado un nuevo juego.
Cada vez que llame a la puerta una niña disfrazada de Elsa de “Frozen” tendrán que tomar un chupito. Pues bien, estoy seguro que terminarán como cubas.
Me pregunto qué disfraces veríamos en España si ésta tradición fuera autóctona. ¿Veríamos a niños vestidos de banqueros con maletines llenos de dinero? ¿Quizás a alguno disfrazado de Abraham Mateo? ¿De Melendi? ¿De futbolistas del Barça y el Madrid?
Yo creó que me quedaré con mis colmillos de vampiro… Llamadme tradicional.