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Los sin techo, un problema social

Por Plácido Cabrera Ibáñez

 

En cualquiera de nuestros pueblos y ciudades, resulta frecuente encontrarse con personas que se encuentran viviendo en la calle. Estas personas llegan a esta situación por causas muy diversas: emigración, rupturas familiares, desempleo, alcohol, drogas, etc. Tampoco resulta fácil conocer el destino del dinero que reciben, a veces, lejos de ayudarles en su situación, lo que se hace es aumentar su gravedad o pillería. SIN TECHO

Vivir en la calle en estado de embriaguez o drogadicción, es la puerta que más pronto que tarde, conduce al hospital o al cementerio. Estas situaciones son muy costosas a la sociedad, por las frecuentes recaídas: gastos hospitalarios; tratamientos de desintoxicación; etc. Pienso que este problema lejos de reducirse y mejorar, está sucediendo lo contrario, hacerse más grande y difícil de solucionar.

Por eso es necesario un gran acuerdo social y político que entre sus objetivos se encuentre: la ayuda a la persona y a su salud; la reducción de la mendicidad, con sus frecuentes implicaciones delictivas; la mejora social para el comercio y el turismo; una mayor tranquilidad y paz social, etc. Porque con cierta frecuencia, conocemos que tal o cual persona que estaba en un lugar por el que transitamos habitualmente ha sido encontrada muerta. El bien que en este campo viene realizando Cáritas, Cruz Roja, el Banco de Alimentos y otras agrupaciones parroquiales con la ayuda desinteresada de voluntarios es impagable. La sociedad no puede continuar aceptando estas situaciones por un falso respeto a la libertad de las personas, que en muchos casos se encuentra muy limitada y reducida por incapacidad física y mental. Los servicios sociales públicos deberían ocuparse mucho más de estas personas y prestarles una ayuda más eficaz.

21 comentarios

  1. Dice ser culturetaprogre

    España no puede estar manteniendo a todos los mendigos del planeta, aquí en Madrid el 99% de los mendigos son gitanos rumanos y africanos , soy partidario de ayudarlos a que se marchen de España porque de lo contrario lo que se fomenta es que vengan mas tercermundistas a vivir gratis a nuestro país.

    España debe ayudar a sus mendigos , Rumania a los suyos y Senegal a los suyos, no obstante si al que escribe la carta le parece que hay que ayudar mas que ponga su dinero y su vivienda a disposición de los mendigos , porque a la gente le gusta mucho soltar los discursos de lo que le apena esto y lo otro y luego que el dinero lo pongamos los demás, en vez de escribir cartas dedícate a trabajar gratis para ayudar a los mendigos.

    25 julio 2014 | 18:22

  2. Dice ser Sicoloco Del Castin De Foolyou

    Lo que es «impagable» en España es una vivienda donde poder vivir puesto que aqui la especulación inmobiliaria es ASESINA y millones de parasitos del tocho viven de él haciendo el precio de la vivienda prohibitivo.

    Especuladores y parasitos ejecución.

    25 julio 2014 | 19:06

  3. Dice ser LINCE 1

    culturetaprogre:

    No dices más que sandeces, racistas y xenófobas.

    25 julio 2014 | 19:47

  4. Dice ser xavier

    El articulista se alinea bastante con las ideas de la alcaldesa de Madrid, hay que erradicar a los mendigos. Parece fácil según como se mire y se obvie a lo que son personas con unas cargas impresionantes, soledad, depresión, drogas y alcohol por supuesto y el abandono generalizado de una sociedad olvidadiza y una administración corrupta y sin escrúpulos, y esto no se resuelven con un articulo mas o menos intencionado.

    25 julio 2014 | 20:56

  5. Dice ser NeoElSalteador

    culturetapogre:

    A ver si dices lo mismo de los sobres de Barcenas. Que los pague su familia, o tú si lo quieres dentro de la sociedad. Paga incluso los gastos carcelarios.
    Lo mismo te digo del rescate del banco, que lo pague la familia de los banqueros o mejor, págalo tú que parece que simpatizas con ellos.

    No dices más que sandeces. La inmigración debe ser regulada, pero no seamos demagogos. Despertemos y veremos que el dinero ROBADO a España no viene de cuatro inmigrantes, viene de los propios POLÍTICOS, BANQUEROS Y GRANDES EMPRESARIOS.

    Con el dinero que han robado (miles de millones) TODOS podríamos estar mucho mejor, pero claro es más fácil señalar con el dedo al que nos molesta a la vista y que no tiene fuerzas ni para volverse contra nosotros.

    Das pena.

    25 julio 2014 | 21:00

  6. Dice ser Alberto

    El del primer comentario se ha lucido, se nota su gran «inteligencia», seguro que para matar una mosca, le prende fuego a la casa. El del segundo comentario, tiene toda la razón, el problema es la especulación con la vivienda, hay paises en los que no vive gente en la calle, porque la vivienda no es algo de ricos, sino que es algo fundamente que el gobierno se encarga de que todos puedan acceder a ella, y no permite que se use para hacer negocio como si fuese un diamante de 24 quilates o una pintura de picasso que se pone a subasta.

    26 julio 2014 | 1:45

  7. Dice ser pepito

    La mente del que escribe esto si que tiene un problema social, y gordo, vaya iluminado a las ordenes de sus amos. Estado de embriaguez o drogadicción de quien vive en la calle? ¿Usted señor borrego, sabe que esta insultando a millones de personas? que poca sensibilidad tienes…deberia darte verguenza

    26 julio 2014 | 2:14

  8. Dice ser bellafaz

    Pura propaganda fascista por parte de quienes viven a nuestra costa.

    26 julio 2014 | 8:52

  9. Dice ser Alllguien

    LINCE 1, ¿En serio? A mí me parece que lo que él dice tiene sentido perfectamente, mientras que tú te dedicas simplemente a insultar sin dar el menor argumento. A ver quién va a ser el payaso aquí…

    NEOELSALTEADOR, ¿Y dónde exactamente dice «culturetaprogre» que los políticos y demás sabandijas no tienen culpa alguna? ¿Acaso no pueden haber dos o más razones por las que este país está naufragando como lo está? Como si fuera tán fácil la cosa como para poderla achacar a solo X grupo en particular…

    Y como bien ha dicho progre, si tanto os preocupan los inmigrantes, acoged a uno en vuestra casa. Hipócritas.

    26 julio 2014 | 12:16

  10. Dice ser Lunaticko

    alllguien, Me estas diciendo que una parte de la ruina del pais es por los mendigos? espera que me rio, jajajajaj, y puestos a usar esa logica, por que no te vas con un palo a echarlos a todos?

    26 julio 2014 | 14:27

  11. Dice ser LINCE 1

    Allguien:

    Primero hay que aprender a leer; después, a comprender lo leído. Si a lo que te refieres es a lo que digo a «culturetaprogre», no es ningún insulto, es constatar que ese personaje es sandio, racista y xenófobo. De payaso, yo, al menos, no he dicho nada. El que lo dices eres tu. Y en cuanto a coger a los pobres en casa, ¿es, o no es, una gilipollez que no viene a cuento?

    26 julio 2014 | 14:39

  12. Dice ser NeoElSalteador

    Y mientras nos peleamos por quítame una coma ahí… nos han robado la cartera tres veces.

    26 julio 2014 | 15:18

  13. Dice ser Alllguien

    Lunaticko, no manipules. Estoy hablando de los inmigrantes ilegales. A los sin techo nacionales lo que hay que hacer es ayudarlos, obviamente (siempre que pongan algo de voluntad de su parte en querer reintegrarse en la sociedad, claro).

    LINCE 1, y términos como «racista» y «xenófobo» dichos a una persona que probablemente no lo es con ánimo de ofenderle no se considera un insulto en ningún sitio. Ya, ya. Vaya líneas rezumadoras de patética «superioridad moral» has malgastado…

    A manipular a vuestra abuela pa que os dé cuatro duros, anda.

    26 julio 2014 | 21:09

  14. Dice ser Alllguien

    *Fé de erratas: *ESTAMOS* hablando de los inmigrantes ilegales, ya que culturetaprogre ha dicho exactamente lo que he dicho yo.

    26 julio 2014 | 21:12

  15. Dice ser LINCE 1

    Alllguien:

    Hablar como se habla de los negros, mendigos, rumanos, búlgaros, etc., es ser racista, xenófobo y memo de fábrica. Y si tú opinas como «culturetaprogre», aplícate el cuento. Y ningún ser humano es ilegal; en ningún sitio, salvo que se sea racista, xenófobo y memo.

    27 julio 2014 | 11:10

  16. Dice ser Jose Alberto

    Como diria un viejo sabio………
    Antes cuando era estupido, pensaba como un estupido.
    Ahora que soy mayor hablo y pienso como un mayor con la unica diferencia de que sigo siendo estupido para seguir diciendo las mismas etupideces de antes.
    No he cambiado.
    Alguno lo pilla ??
    O lo digo de otra manera.
    Antes cuando tenia dinero comia todos los dias.
    Ahora que vivo en la miseria solo como, lo que otros con barriga llena desprecian de su mesa porque no saben lo que es estar en la miseria.

    27 julio 2014 | 11:17

  17. Dice ser Jose Alberto

    Parece que hay personas que por mera curiosidad han olvidado cuando nuestros padres emigraban a otros paises porque aqui no habia que comer o porque se vivia en un estado de guerra civil.
    Claro ¡¡¡¡ en los paises a los que llegaban les ponian la alfombra , les daban de comer o les daban una cama caliente con el abrazo fraterno de los pobladores y lugareños.
    Cuanto racismo y xenofobia barata se compran en las subastas.
    Deberian sentir verguenza

    27 julio 2014 | 11:39

  18. Dice ser LINCE 1

    José Alberto:

    Racismo, xenofobia, son hijos del fascismo y la mafia; y al fascismo y la mafia las parió el capitalismo.

    27 julio 2014 | 12:30

  19. Dice ser Aura

    Pasmada me hallo.
    En primer lugar por el artículo del Sr. Plácido, que aunque deja constancia de su preocupación, a su vez desprende un tufillo clasista que echa para atrás.
    Y después con algunos comentarios que cubren de gloria a los que los hacen. Personas estas que se muestran muy ofendidos, casi casi a la defensiva diría yo, porque se les llama racistas y xenófobos. Pues bien, cuando se expresa una opinión por este medio hay que tener cuidado con lo que se pone, con la forma de expresarse, porque al carecer de otros elementos de comunicación como la expresión corporal o la entonación es muy fácil que haya «malas interpretaciones». Sin embargo cuando se hacen afirmaciones como las de «culturetapogre» y «alllguien»… no existe confusión posible, se las tacha de racista porque, simple y llanamente lo son.

    Un saludo.

    27 julio 2014 | 16:24

  20. Dice ser mauricio ortega

    Los seres humanos tendemos a menospreciar lo que no es nuestro, esto se refleja en como miramos y compartimos, toda persona tiene algo positivo que aportar a una sociedad cunado descubramos que es y como aplicarlo ese inmigrante sera una pieza mas en nuestra sociedad.

    27 julio 2014 | 17:48

  21. «Resulta alarmante la extensión de la pobreza como consecuencia de las medidas neoliberales aplicadas presuntamente para salir de la crisis. En el último trimestre de 2012 el INE situaba a uno de cada cinco españoles en situación de exclusión social, afectando especialmente a las personas en edad de trabajar, entre quienes la tasa aumentaba hasta el 21 %.

    Pero la pobreza ya existía en nuestro país cuando todo iba bien y aunque hoy por hoy nadie negaría que las tasas actuales tienen un origen socio-económico claro, en los tiempos de vacas gordas, cuando el sistema repartía trabajo a diestro y siniestro, el común de los mortales no percibía la exclusión social de esta manera, antes bien la atribuía a causas individuales, relacionadas con características morales: falta de iniciativa, de ambición o de trabajo duro. ¿Cuando todo iba bien quién no escuchó en la calle frecuentemente la frase: “En España quién no trabaja es porque no quiere”?

    El fenómeno de la pobreza es sumamente complejo y entre sus causas encontramos tanto factores socio-sistémicos como individuales: enfermedades que originen una seria vulnerabilidad económica, carencias educativas, falta de movilidad social, ausencia de igualdad de oportunidades, problemas psicológicos o la propia dinámica de destrucción-creación que según Schumpeter caracteriza al capitalismo.

    Pero aunque la opinión pública sepa que los niveles actuales de desempleo deriven de un fenómeno socio-económico de dimensiones históricas, de algún modo entre los ciudadanos sigue latente la concepción de la pobreza predominante en tiempos de bonanza económica: la idea de que los pobres son en buena parte responsables de su propio destino, de que «si no trabajan será porque algo han hecho mal». El caso es que esta asociación entre esfuerzo personal y éxito profesional se ha extendido hasta el punto de convertirse en un referente cultural, que a través del proceso de socialización se introduce en la mayoría de las conciencias, y es en buena parte responsable de la percepción de la exclusión como un problema de debilidad moral.

    Prueba de ello son los sentimientos de culpa, fracaso o vergüenza que suelen sentir quienes pierden su empleo. Estas emociones tienen una raíz socio-cultural localizable en una visión personal sobredimensionada de la relación entre esfuerzo personal y éxitos profesionales. El sentimiento de culpa al perder el empleo en circunstancias de depresión económica sólo puede explicarse, descartados otros motivos, por una autopercepción errónea del problema, que sobrevalora el papel del individuo en la carrera por conseguir y mantener un empleo, obviando factores socio-económicos, políticos e históricos que condicionan con mayor influencia el resultado final de ese esfuerzo personal, más aún durante una crisis económica. Y en cierta medida, estos sentimientos se originan en parte por falta de sentido crítico con las opiniones propias o ajenas y por la ausencia de cultura sociológica, necesaria para entender el mundo contemporáneo.

    Pero estas carencias educativas están ampliamente generalizadas y no en vano esta percepción de la pobreza la encontramos en diferentes países de la OCDE por la influencia sobre la opinión pública de una cultura acrítica de los logros del esfuerzo personal difundida entre otros por los grandes grupos mediáticos transnacionales.

    Un buen ejemplo de los efectos de estas ideas nos lo brinda la sociedad norteamericana. Así, en un estudio de 1983 de la Universidad de Kentucky sobre las actitudes de los estadounidenses hacia la pobreza y el desempleo, el 58 % de los encuestados afirmaba que muchos pobres o receptores de ayudas no quieren trabajar duro o carecen de ambición (1). Lo más sintomático de este estudio consiste en que la mayoría de los que opinaban que los desempleados eran responsables de su situación se encontraba en una escala social baja, dentro de una nueva categoría de asalariados conocida en Estados Unidos como working-poors (trabajadores pobres), nacida hacia finales de los 70 y crecida desde entonces por la deslocalización industrial y una tendencia histórica que ha ido disminuyendo significativamente el poder adquisitivo de los salarios y sustituyendo el empleo estable por temporal. De acuerdo con un análisis publicado en la Journal of Economics Issues, las condiciones de estos trabajadores llegan al extremo de no poder salir de la pobreza a pesar de trabajar jornadas completas durante años debido a los bajos salarios que reciben en compensación (2).

    Aunque la pobreza suele asociarse con el desempleo, en países como Reino Unido, USA o Australia un número creciente de trabajadores permanecen en la pobreza a pesar de trabajar muy duro. En Australia un 7,4 % de la población activa se encuentra por debajo del umbral de la pobreza (3). En USA entre 7 y 9 millones de personas empleadas están clasificadas como pobres por el gobierno y estas cifras varían en función del concepto de pobreza que se maneje (4).

    Sin embargo, a pesar de este panorama socio-económico, más de la mitad de los working-poors, cegados por su ética del esfuerzo, consideran que la condición de pobre o afortunado viene determinada fundamentalmente por el empeño del individuo y su capacidad para trabajar duro. Estas actitudes permiten que incluso en periodos de recesión, cuando evidentemente aumenta la dificultad para encontrar un empleo, los trabajadores, agobiados por la presión fiscal creciente, expresen abiertamente opiniones contrarias a las ayudas sociales o al aumento de los subsidios por desempleo. (5)

    Los medios, la escuela, la familia, las instituciones religiosas o los políticos han difundido esta ética del trabajo acientífica que vincula el éxito profesional con el esfuerzo personal y, el fracaso con la debilidad moral del carácter. Estos prejuicios constituyen una red conceptual que configura una opinión pública con cierta inclinación a sospechar del pobre, a culparlo explícita o implícitamente de su situación, puesto que en la explicación inmediata que el ciudadano se da a sí mismo de la exclusión se acentúa la culpabilidad del individuo sobre la de las instituciones sociales, el sistema económico o la negligencia política. De hecho, hay estudios psicológicos que concluyen que aquellos individuos que creen firmemente en la cultura del esfuerzo como factor determinante de la movilidad social tienden a culpar más a los desempleados y pobres por su situación, pasando por alto o infravalorando los factores socio-económicos que causan estos problemas (6). A su vez, la persona afectada por la exclusión tiende también a culparse, a verse a sí misma como responsable de su problema, circunstancia que acentúa los problemas psicológicos vinculados a la pobreza

    Esta percepción resulta irreflexiva y acrítica por incompleta, puesto que deja a un lado la notable complejidad social del fenómeno, desestimando factores tan significativos como las tendencias macroeconómicas, la desigualdad socioeconómica, la evolución de los salarios y las rentas del capital, la degradación de la movilidad social y otras razones sociales de peso. Esta equivocada visión del binomio esfuerzo-éxito fomenta como efecto secundario una percepción popular de la pobreza y el desempleo como problemas individuales, derivados de la debilidad moral del individuo afectado, y deviene un estado de opinión general peligrosamente insolidario y apático frente a los problemas sociales que afectan a otros, llegando a convertirse en los peores casos en un respaldo social a las políticas dirigidas a recortar los derechos sociales de los más desprotegidos».

    por Sebastián Goldsmith

    Notas:

    (1) Feldman, S. “Economic individualism and American Public Opinion”. American Politics Quarterly. Vol 11. Nº 1. 1983.

    (2) Kim, M. “The working poor: lousy jobs or lazy workers?” Journal of Economic Issues. Vol 32. Nº 1. 1998.

    (3) Horin, Adele. «Working but poor: how 476,000 battle». Sydney Morning Herald. 25 July. 1998.

    (4) Boutwell, Clinton. Shell game: corporate´s America´s agenda for schools. Bloomington. Indiana. 1997.

    (5) Beder, Sharon. Selling the work ethic. Zed Books. London. 2000.

    (6) Furham, A. The protestant work ethic: the psychology of work-related beliefs and behaviours. Routledge. London. 1990.

    http://agenciatigris.blogspot.com.es/2013/07/la-percepcion-de-la-pobreza-como.html
    Artículo de Agencia Tigris

    28 julio 2014 | 17:30

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