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El día después, el mono de trabajo

Por Faustino Sánchez-Tornero

Después de asistir a la ceremonia de coronación del nuevo rey le toca a este dejar a un lado el fajín que le impuso su padre y ponerse el mono de trabajo. Para todas esas personas que nos encontramos en el alambre sin saber si caeremos para el lado monárquico o el republicano, nos queda la esperanza que el nuevo rey reúna a las fuerzas políticas y las inste a que trabajen a destajo en atajar el verdadero problema de este país, que no es otro que el desempleo.

El rey Felipe VI a su llegada al Palacio Real. (JORGE PARÍS)

El rey Felipe VI a su llegada al Palacio Real. (JORGE PARÍS)

La realidad de la calle es muy distinta a la que él se pudo encontrar en su paseo solemne por las calles de la capital. Tiene la oportunidad de ganarse la confianza de los ciudadanos, como su padre con su actuación en el golpe de estado, pero para ello debe de dejar a un lado la función representativa y asumir la responsabilidad de rescatar a este país del estado de zozobra en que se encuentra.

8 comentarios

  1. Dice ser LINCE 1

    El desempleo es un gravísimo problema, pero no el único. El empleo precario también lo es. Y, sobre todo, la corrupción y la falta de transparencia, y las privatizaciones (sobre todo de la sanidad y la educación) y el enchufismo y los intentos de amordazar a la ciudadanía, y la clase política, y el peor y más embustero Gobierno de la democracia, además del más entregado a las exigencias de una Iglesia católica retro.

    20 junio 2014 | 14:40

  2. Dice ser Lola

    Creo que el principal problema es la corrupción que hay, ha habido y habrá a no ser que se hagan leyes que obliguen a todos los políticos y administraciones a ser transparentes como el cristal de roca.
    Con todo lo que se ha dilapidado en los últimos años no habría tanto paro.

    20 junio 2014 | 14:53

  3. Dice ser Type

    El problema es que el Rey ni pincha ni corta. Esperar que él cambie algo (suponiendo que quisiera hacerlo) es producto de la desinformación provocada por los medios.

    20 junio 2014 | 15:01

  4. Dice ser chinchin

    Del campechano al preparado. Todo empaquetado. Gracias Franco.

    20 junio 2014 | 21:33

  5. «El régimen se desmorona, muere, y en su lucha agónica por sobrevivir, el rey abdica. Nunca el régimen surgido de la Transición había estado tan cuestionado como ahora. Los pilares que lo sustentan, la monarquía, el poder judicial y el bipartidismo, están fuertemente deslegitimiados desde hace tiempo. No nos creemos ya sus mentiras, esas que buscan apuntalar un régimen que se cae a trozos. Lo que hasta hace muy poco parecía un imposible, ahora se plantea como una realidad. Empujemos con fuerza, para abrir aún más esa brecha que la crisis económica, social y política han hecho posible.

    Desde la caza de elefantes de “su majestad” en Botswana, pasando por la imputación de su yerno Iñaki Urdangarín en el caso Nóos, la implicación de la Infanta Cristina en la trama, hasta las múltiples, y millonarias, operaciones de cadera del monarca, facturadas a las arcas públicas, la Casa Real se ha convertido en una caricatura de sí misma. Uno de los principales valedores de la “democracia” está tocado, muy tocado, pero no hundido.

    El anuncio de la abdicación real es un último intento, desesperado, para salvar la situación, una tentativa de “make up” para relegitimar no solo a la monarquía sino a todo su séquito de jueces, políticos, opinólogos… que durante tantos años, demasiados, han vivido a costa de esa falsa Transición, intentando borrar o enmascarar el pasado colectivo. Nuestro olvido, fue el sustrato de su victoria, no solo moral sino política y económica.

    La crisis económica convertida en una profunda crisis social y, también política, ha puesto en jaque al rey y al régimen del 78. La gente ha dicho “ya basta”. Lo vimos con la emergencia del 15M, tres años atrás, la extensión de la desobediencia civil, la ocupación de viviendas vacías en manos de bancos, con un amplio apoyo popular, pese a la criminalización de la protesta. A más pobreza, más dolor, pero, gracias a dicha movilización, más conciencia de quienes ganan con dicha situación, banqueros, políticos, y de quienes perdemos.

    El auge del soberanismo en Catalunya ha colocado, también, contra las cuerdas al régimen. Señalando el carácter profundamente antidemocrático de una Constitución que no permite el derecho a decidir de los pueblos. Ahora, las elecciones europeas han dado “el toque de gracia” a un régimen en descomposición. La pérdida de más de cinco millones de votos por parte del PP y el PSOE. La emergencia, con cinco escaños, de Podemos. El régimen se pone nervioso, muy nervioso.

    La abdicación real es la última maniobra de salvación. Sin embargo, recordemos, el sistema tiene capacidad de maniobra. La abdicación del rey muestra la debilidad de los pilares del régimen, y la fuerza popular. Pero, no queremos ni a Juan Carlos ni a Felipe. Es hora de salir a la calle, reclamar la apertura de procesos constituyentes en todo el Estado, poder decidir qué futuro queremos. Pasar a la ofensiva: jaque mate al régimen».

    por Esther Vivas
    02-06-2014
    Fuente

    21 junio 2014 | 0:39

  6. Dice ser LINCE 1

    Type:

    ¿Y si no pincha, ni corta, para qué queremos un Rey?

    23 junio 2014 | 12:56

  7. Dice ser japoas

    LINCE1

    Para lo mismo que el presidente de la república italiana o alemán, ¿sabes cuales son sus nombres y lo que hacen?. Sirven para refrendar las leyes del gobierno y representar al país donde sea necesario y conveniente. Prefiero un Rey que hable con cualquiera directamente sin necesidad de traductores intermediarios.

    23 junio 2014 | 14:01

  8. Dice ser Typr

    El rey no sirve para nada, ni nos representa en ningún sitio ni refrenda nada. Firma lo que le dicen los políticos de turno (del PP, del PSOE o de Podemos si gobernara), y punto.

    23 junio 2014 | 15:07

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