Por Jesús Ángel Orea
Pedro Solis recibe el Goya al mejor cortometraje de animación, por su trabajo en ‘Cuerdas’. (Alberto Martín/EFE)
‘Cuerdas‘, corto animado de Pedro Solís García, ganador del Goya 2014, que aborda la amistad entre una niña y un niño con parálisis cerebral, ha recibido muchos comentarios: emotivo, genial, tierno, muy significativo y conmovedor. Estoy de acuerdo.
Trabajo en un Centro de Educación Especial en el que se encuentran los niños y niñas más frágiles de la sociedad. Son todos aquellos que no tienen cabida en un centro ordinario. Hay niños y niñas que no pueden hablar, pero sí sonreír y mostrar una cara de felicidad cuando se les atiende como merecen. Un niño débil y vulnerable puede ser, y es, una fuente de bien para los que le rodean. Es el misterio del dolor frente a la cruz no aceptada, que lleva a la resignación, a la frustración, hasta el punto de pedir que se legisle a favor de eliminar al no nacido e incluso, en algún país, al nacido con limitaciones.
Recuerdo que hace algún tiempo un inspector de educación me comentaba que, cuando sentía ánimos de grandeza que le hacían verse superior a los demás, acudía al Centro de Educación Especial a convivir una jornada con estos niños, para tener una cura de humildad. Valoremos lo verdaderamente importante.
Es uno de los mejores cortos de animación de la historia .
Es un reflejo de la sociedad, sólo unos pocos, son capaces de ver mas allá de lo socialmente «normal»
!!ojalá se difunda a gran escala¡¡
03 marzo 2014 | 14:03
Pues… Es difícil de explicar. El corto es muy emotivo, es bonito, es tierno y además quién lo ha hecho tiene un hijo con parálisis cerebral y sabe de lo que habla. Todos mis respetos y lo que digo a continuación no es mas que mi opinión personal basada en mi experiencia.
Pero yo le veo algunos puntos negativos. Lo que menos me gusta es que se relacione discapacidad con muerte y discapacitados con enfermos. No necesariamente es así, ni mayoritariamente es así. Que el niño se muera, pues no es lo más habitual. Me parece contraproducente si lo que se quiere es favorecer la inclusión
Por otro lado, al menos en mi experiencia personal, la imagen que se da con los demás niños rechazándole no es cierta. El colegio de mis hijos es de integración de niños motóricos y los demás niños les quieren mucho y juegan con ellos. Mis hijos lo vieron y no entendían porque decían que María era rara. No digo que todos lleguen a la actitud de María, pero al menos cuando conviven desde los tres años,no hay un rechazo.No me gusta que se pinte a la niña como una especie de heroina, tan sensibilizada que acaba por ser maestra de educación especial. Cualquier niño puede aceptar y jugar con un niño discapacitado, hay que intentar dar una imagen más normalizada.
La mejor amiga de mi hija tiene parálisis cerebral, juegan mucho juntas y se entienden muy bien. Mucha gente me ha mandado el corto identificando a María con mi hija. No me acaba de gustar, mi hija es una niña como los demás, ni mejor ni peor, y si ha elegido a su amiga es porque lo pasa bien con ella más allá de su discapacidad.
05 marzo 2014 | 11:49