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La Sevilla de las bicis y la inconsciencia

Por Daniel Cuenda

Sevilla, la mejor ciudad española para ir en bici. (ATLAS)

Sevilla, la mejor ciudad española para ir en bici. (ATLAS)

A lo largo de los últimos años, Sevilla se ha convertido en un referente del mundo ciclista. Sus 140 kilómetros de carril-bici la hacen una de las mejores ciudades del mundo en este sentido, ayudando al medio ambiente. Por características, la ciudad debería ser un lujo para circular. Sin embargo, esto no es tal. La falta de concienciación de los tres grupos (ciclistas, peatones y conductores) convierte lo que podría ser una relación intachable en un auténtico peligro, como muestran los cuatro atropellos de ciclistas en los últimos meses, además de los no registrados de peatones.

Para empezar, el sistema vial de Sevilla está terriblemente ejecutado. Los semáforos antiguos de Sevilla, los cuales son la gran mayoría, tienen un sistema de cambio de colores instantáneo. Es decir, cuando el semáforo del vehículo pasa de naranja a rojo, el de peatón pasa inmediatamente a verde. No hay tiempo entre medias. Esto, unido a la pésima conducción de parte de la población sevillana donde el naranja significa acelera y el rojo te da uno o dos segundos para cruzar, es un gran peligro para peatones y ciclistas, especialmente para estos últimos que tienen menos tiempo para reaccionar a la infracción del vehículo al ir a más velocidad que el viandante. Como clara representación está el semáforo de Plaza de Armas que une el puente Cristo de la Expiración con el centro de la ciudad, donde en cada ocasión, uno o dos vehículos se saltan el semáforo en rojo, estando en verde para los peatones.

No obstante, las tres partes tienen parte de culpa. Por otro lado tenemos a los ciclistas que dan mala fama al gremio, circulando por la carretera teniendo un carril bici en paralelo, y algunos de ellos, agravando la situación, escuchando música con cascos. Por último, el paso de los años no ha ayudado para que los peatones se acostumbren al carril bici. Muchos de ellos lo cruzan sin mirar, o lo pasean mientras están absortos en la pantalla del móvil, exponiéndose a un accidente.

Sevilla tiene todos los mimbres para ser un ejemplo mundial de circulación, pero hay mucho camino de mejora para que la ciudad deje de ser un grave peligro vial al cual nadie le está prestando atención.

2 comentarios

  1. Dice ser Hadry

    A muchos el carnet creo que le tocó en la tómbola.

    28 febrero 2014 | 17:30

  2. Dice ser Dubitador

    La verdad… no estoy de acuerdo en eso de la «inconsciencia» de todos.
    La apelacion a la consciencia es el balsamo de fierabras para todo, dado que, consciencia mediante, todo puede ser superado, incluso el contexto mas manga por hombro y no se necesita arreglar nada ni disponer nada en particular, pues quien consciencia tiene, todo lo alcanza, nada te falta, solo consciencia basta.

    02 marzo 2014 | 17:43

Los comentarios están cerrados.