Por Pedro Serrano
Centro penitenciario.(GOOGLE MAPS)
Soy un ciudadano más de los muchos que vivimos preocupados y alarmados por la reciente puesta en libertad de varios criminales, asesinos, violadores y pederastas. Y es que, la libertad de estos sujetos, aunque motivada por una aplicación escrupulosa de la legalidad, no deja de ser, de alguna manera, una condena para las personas de bien que aspiramos a vivir tranquilos y seguros.
No soy partidario de la pena de muerte, pero no puedo evitar preguntarme qué hubiera sido de estos individuos, que han cometido delitos tan execrables, si hubieran sido ciudadanos de alguno de los estados de EE UU donde todavía está implantada esta pena. Sin duda, estos criminales, en la actualidad desperdigados por la geografía española, tienen suerte de vivir en un país evolucionado con extraordinarias garantías legales.
El secretario general de Instituciones penitenciarias, Ángel Yuste, ha reconocido que estos violadores y asesinos excarcelados son personas temibles con desestructuraciones en la personalidad, y que tienen una tasa de reincidencia muy alta y, para colmo, no se les puede aplicar medidas de control, como la libertad vigilada, porque las medidas penales no pueden aplicarse de forma retroactiva. Pues bien, si tan escrupulosos somos con los derechos de estos desalmados, seámoslo, al menos en el mismo grado, con el derecho de la gente de bien a estar protegida de estas bestias sin empatía ni conciencia.
El problema de la mayoria de ciudadanos es que no entiende lo que ocurre porque ni les interesa ni al poderoso le interesa explicar.
No se trata de una aplicación escrupulosa de la ley. Se trata de entender la chapuza que los politicos dirigentes y los jueces politizados de las grandes salas perpetraron.
Lo que Estrarburgo ha obligado es simplemente a cumplir nuestra propia Constitución, donde se establece la no retroactividad de las penas (como en la mayoria de paises), no ha declarado nula la ley de computo, si no su aplicacion sobre penas anteriores, que fue simplemente un desproposito que sabian perfectamente que cuando llegaran a Europa nos iban a tirar de las orejas. Otra cuestión muy diferente es si se deberia cambiar la ley para que los siguientes delincuentes de este tipo salgan o no a los 20 o 30 años.
Mientras nosotros berreamos y discutimos por esta gentuza, pasa delante de nuestras narices los delitos de los politicos, esos delitos economicos que han ayudado aun mas a hundirnos y que mire usted, preescriben a los 5 años……….
02 diciembre 2013 | 20:50
Estoy de acuerdo con Angeltor.
Con doctrina Parrot o sin ella, el tiempo máximo de estancia en la cárcel es de 30 años. Así que en la práctica es casi lo mismo.
Se debería legislar mejor, pero los que deben hacerlo no están por la labor. Demasiado tienen con sus actos políticos que sólo a ellos interesan, que sólo se preocupan de repartirse el bacalao, que no tiene en cuenta más que la perpetuación de sus privilegios.
Podría ser ampliar a un máximo de 50 años de prisión, o hacer cadena perpetua revisable no antes de los 40 años cumplidos en la cárcel.
Para los delitos económicos de cualquier tipo, estancia en la cárcel hasta devolver lo robado con intereses.
Y fin a los choteos de los acusados en sus declaraciones.
En fin, tantas cosas…
03 diciembre 2013 | 9:15
Efectivamente aunque no nos guste estamos en un Estado de Derecho para bien y para mal y las leyes deben aplicarse tal como son, no como les guste a quienes las aplican. Y si se firma un convenio con un tribunal como ha hecho España, hay que cumplir sus sentencias.
Es cierto que los legisladores no han estado muy acertados, pero ¿quienes legislaron tan mal?.
Nos quejamos de esta sentencia, pero cuando hay legisladores que quieren adecuar la realidad a las leyes, resulta que se producen manifestaciones en contra por parte de qienes no admiten Ley y Orden, todos sabemos quienes son.
03 diciembre 2013 | 13:21