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Archivo de diciembre, 2013

Sin trabajo no hay dignidad

Por Agustín Arroyo

El papa Francisco. (EFE)

El papa Francisco. (EFE)

Lo acaba de decir alguien tan lejano a mis intereses como el Papa Francisco. Y lleva razón. Por tanto, podríamos colegir que un país como España con más de una cuarta parte de su población activa en paro y la mitad de sus jóvenes fuera del mercado laboral  a su pesar, es un territorio con una cuarta parte de su dignidad erosionada gravemente o inexistente.

El actual gobierno hace reiteradas loas autocomplacientes de sus quirúrgicas reformas. Dicen y aseguran que los dos años que quedan de legislatura serán de crecimiento, y en ellos se recogerán los frutos maduros de su política de choque. Que nadie crea, ingenuamente, en esta lluvia de bondades que se nos prometen. De hecho, las declaraciones de Guindos y Montoro sobre la rebaja de impuestos se van posponiendo, ahora ya hasta 2017, cuando la habían prometido en los horizontes del 2014 y 2015. Sí se recuperan las cuentas y balances de los grandes bancos y los sueldos de los ejecutivos y altos consejeros se mantienen o siguen creciendo. El resto de los trabajadores, nada crédulos y cada vez menos ingenuos ya en nuestra capacidad de aguante y confianza, sabemos que el horizonte es nebuloso y las políticas mutiladoras de los neoliberales seguirán asfixiando nuestra esperanza y nuestra paciencia los dos años restantes.

 

Los verdaderos partidarios de CiU no somos separatistas

Por Pedro García

Artur Mas. (JORDI BEDMAR)

El presidente de la Generalitat, Artur Mas. (JORDI BEDMAR)

De celebrarse hoy elecciones en Cataluña, el partido de Oriol Junqueras sería el que más crecería y rozaría el empate técnico con CiU según las encuestas recientes que se han realizado después de darse a conocer la pregunta y la fecha de la consulta separatista, lo que confirma que las decisiones de Artur Mas aceleran el suicidio político de su formación y entregan el liderazgo del nacionalismo a los radicales de ERC. En cualquier otro partido o país del mundo, tal conducta sería “recompensada” con la expulsión fulminante de su autor. Autor que primero lanzó un órdago y lo perdió, ahora lanza otro y… puede ser el suicidio de su formación política.

Muchos que durante años hemos votado a CiU nos estamos planteando dejar su anterior centrismo. Y es que muy pocos de los verdaderos seguidores de CiU (más los de U), de entrada, no somos separatistas.

Hijos únicos

Por Juan García

(ARCHIVO)

(ARCHIVO)

La autora de uno de los capítulos del estudio “El déficit de natalidad en Europa” e investigadora del CSIC, Teresa Castro, ha señalado la diferencia de España frente a otros países, donde hay un porcentaje alto de mujeres que no desean tener hijos, y ha explicado que la dificultad en el país radica en que “casi todas las parejas tienen un hijo pero muy pocas tienen un segundo o un tercero”. De hecho, ha indicado que, en la actualidad, “tres de cada diez niños en España crecen sin hermanos”.

Por otra parte, Castro ha explicado también que, a diferencia de otros países en que la inmigración supone un impulso a la natalidad, la procedencia de los principales grupos de inmigración en España (países del Este de Europa y de Sudamérica) hace que en el país no se experimente este fenómeno, dado que la natalidad de los países de origen es ligeramente inferior en el caso de los primeros y ligeramente superior en el caso de quienes vienen de Sudamérica, que no alcanzan tampoco la tasa de reemplazo. El problema del hijo único no es solo el reemplazo sino todo lo que representa en la educación y para la madurez el crecer sin hermanos.

Aprender a ser más tolerantes como propósito para 2014

Por Yoselyn Marcano

Puerta del Sol. (EFE)

Puerta del Sol. (EFE)

Usualmente nos proponemos muchísimas cosas para comenzar el nuevo año con buen pie, como adelgazar, conseguir el éxito, pasar más tiempo con la familia, un nuevo coche, etc. Utilizando todos estos propósitos como medios para alcanzar lo que solemos llamar felicidad, sin darnos cuenta que estos no son los medios adecuados. Por ello propongo como propósito de año nuevo, «comenzar a buscar la humanidad que hemos perdido entre el consumismo, la falta de valores y la violencia”; reconozco que es un camino largo y difícil de recorrer, pero con constancia todo es posible.

Como primer paso deberíamos aprender a ser más tolerantes, entender que todos utilizamos lentes diferentes para ver la vida e interiorizar que no debemos ofendernos por nimiedades o desacuerdos, sino relajarnos y asumir que cada uno tiene su propia verdad.

Como leí en uno de mis libros favoritos, “la civilización no es más que un fino barniz sobre el estado animal de la naturaleza humana”, no dejemos que este se desgaste y salga lo peor de nosotros. Les invito a traer a nuestra humanidad de regreso que eso es lo que nos hace diferentes.

Gallardón, bajo palio de la Almudena

Por Francisco Javier España Moscoso

Ni en mis peores pesadillas pensaba que algún día iba a escribir esto y créanme que todavía no se si está pasando. Sr. Gallardón; es cierto que usted nos anticipó sus intenciones nada más coger el cargo de Ministro de Justicia, pero hombre, rebajar los derechos de la mujer a posiciones decimonónicas, o peor, preconciliares, me parece un exceso y la única explicación que veo en esta recalcitrante decisión de cargarse la actual Ley del aborto, es pretender reconciliarse con esa rancia parroquia de ultraderecha que se ha sentido ultrajada por la reciente revisión de la “doctrina parot”, parroquia a la que ya le estaban saliendo novios en partidos con pocos escrúpulos.

Gallardón saluda a una parlamentaria  (Ballesteros / EFE)

Gallardón saluda a una parlamentaria
(Ballesteros / EFE)

El caso, Sr. Ministro, es que volvemos a aquellos años de plomo en donde los preservativos se compraban en cajetillas con nombre de conocidos tabacos de importación y las mujeres se la jugaban en la ruleta del aborto clandestino; eso si, muy a su pesar y gracias a la globalización, lo que en los setenta era un infausto y caro viaje a lo desconocido para abortar, ahora solo será un billete low cost de ida y vuelta a Londres con visita guiada.

Sr. Gallardón, usted siga a lo suyo que ya se ha ganado salir bajo palio de la Almudena.

¿Por qué cuesta más del doble renovar el carnet de conducir que el DNI?

Por Alejandro Prieto Orviz

Un compañero de faena confiaba en que, tal como le había sucedido hace unos años,  recibiría una notificación de la Dirección General de Tráfico a través del correo postal informándole del próximo vencimiento del permiso de conducción; en cambio, esta vez se ha enterado de distinta forma, siendo informado directa y verbalmente en un control de carretera, además de por escrito con una sanción de 200 euros por tener el carné caducado desde días atrás. Un infortunio que generó un estado de alerta entre el resto del personal, y al cual podría aplicársele el dicho de que “no hay mal que por bien no venga”, pues  ello está evitando situaciones similares. Carnet de conducirY surge la pregunta: ¿por qué suprimir un procedimiento informativo que resultaba útil y satisfactorio para los ciudadanos cuando a día de hoy existen múltiples canales y herramientas de comunicación? Otra cuestión es: ¿por qué el precio de la renovación del permiso de conducir supera en algo más del doble a la del carné de identidad cuando se trata de dos trozos de plástico con el mismo tamaño? ¡Cuántas incógnitas alrededor de las tasas e impuestos!

Cada vez más puertas cerradas

Por Loli Sánchez

Son las 5 y media de la mañana, hora algo temprana para estar en pie siendo alguien en paro, pero bastante tarde cuando llevas toda la noche sin dormir a causa de darle vueltas a la cabeza intentando buscar soluciones, acabando por desear un milagro, porque es lo único que serviría de algo. Lástima que escaseen. Soy una persona anónima, en una “mala situación”, como tantas ahora mismo. Una persona con una familia a la que le han dado un plazo de un fin de semana para tomar la decisión de quedarse sin casa, sin dinero, con un crédito por pagar que sería, además, aumentado. Con deudas, y la incertidumbre de si podríamos permitirnos siquiera un alquiler. La otra cara de la moneda sería ejecutarnos la hipoteca, incrementándose cada vez más, ahogando, e incluso, dicho por esos mismos banqueros “que quieren dar facilidades y ayudar”, pasándose en herencia. ¿Quién dijo presión?

Una familia que la componen un padre trabajador, con un aguante insondable, metido en la hostelería desde siendo prácticamente un crío, esa profesión tan infravalorada hoy en día, tan maltratada, que aporta tan pocas cosas positivas y, en nuestro caso, tan pocos beneficios.

Una madre con un corazón que ni ella misma sabe lo grande que es, ama de casa, que agota todas sus energías cada día cuidando de todos nosotros, de quienes más dependen de ella.

Una abuela con alzheimer, la que, por suerte, todavía reconoce casi todo a su alrededor, a su gente, aunque en alguna ocasión repita una y otra vez la misma frase.

Un abuelo de 91 años, un abuelo que perdió a su mujer en esta misma casa después de una larga enfermedad, alguien que a pesar de su edad se da cuenta de las cosas y se lleva esas preocupaciones a su cuerpo y mente.

(ATLAS NEWS)

(ATLAS NEWS)

Y yo, una chica de 29 años sin poder ver un futuro gracias a que tener trabajo es casi una misión imposible, sin poder pensar en una vida propia sin dejar de hacerlo en las personas que más quiero, porque no sé qué va a pasar con ellos. Sin poder elegir, porque cada vez nos cierran más puertas, más oportunidades, más libertades, derechos y caminos en los que progresar como individuo.

Soy alguien cansada de ver cómo los mayores responsables de la situación son los que menos pagan, cansada de que perdonen deudas a gente y empresas con los bolsillos llenos (y algún que otro paraíso fiscal) y no a personas que realmente lo necesitan. Gente que da la espalda a un pueblo que muere, literalmente, porque no miran hacia ellos, porque se ríen en nuestra cara y a lo único que le dan importancia es a aprovechar todo lo que puedan, a los viajes de lujo, a ponerse caretas, a no dar la cara.

Es Navidad, supuestamente fechas de estar con los tuyos, para estar felices y sonreír al mundo, pero yo voy a recordarlas como las segundas más tristes de toda mi vida, recordarlas como las últimas que pasé en esta casa que vamos a perder, donde se han formado recuerdos, donde duele alejarse de ellos a la fuerza.

Y aún tengo que dar gracias, porque sé que hay gente que está todavía peor, que tienen hijos que les parten el corazón al no poderles dar hasta lo más básico. Gente que está en la calle, indefensos, hastiados de tanta injusticia.

¿Dónde están esos derechos de los que habla una Constitución de la que tanto alardean? ¿Dónde se ha quedado la verdad en los que gobiernan para, lo que debería, ser un país próspero?

Están matando personas, ilusiones y futuros. Matando voces que quieren protestar y no pueden porque es “ilegal”. Nos arruinan, tanto en bienes materiales como etéreos, y se van de rositas, intocables, vaciando un lugar que una vez llegó a ser un sitio agradable para vivir.

Vivir… esa gran utopía.

Burocracia y contenedores de ropa ‘solidarios’

Por Vera J.

Vivir de la burocracia es una manera de ganarse la vida. No estaría mal, siempre y cuando el perjudicado no fuera el ciudadano de a pie. Inmersos en la sociedad de la información y  rodeados de avances tecnológicos, aun hay casos palpables de que la descoordinación administrativa está más viva que nunca, tal y como me ocurrió el otro día.

En la esquina de un transitado descampado de mi barrio apareció, cual seta otoñal, un contenedor de recogida de ropa y calzado usado. Tenía una gran pegatina que mostraba lo que parecía ser el nombre de una ONG, respaldada por el logotipo de la Comunidad de Madrid y la Consejería de Medio Ambiente. Quise corroborar que la tal seta solidaria era tan legal como aparentaba y que no había ningún avispado haciendo negocio con la buena voluntad de la gente.

Llamé al 012, el teléfono de información de la Comunidad de Madrid. Tras exponer mi duda, la telefonista me derivó de inmediato a la Consejería de Medio Ambiente, con horario de tal a tal, de tal a tal día y un teléfono a mi disposición. Ahí llamé y volví a contar de nuevo el caso del contenedor sospechoso. “Sí, esta es la consejería, pero este es un número genérico y, por lo que nos cuenta, lo mejor es que contacte con la Dirección General de Medio Ambiente, en la calle tal y con número de teléfono que paso a dictarle”.

Y allí que llamé, convencido de que ya me iban a dar respuesta. Pero, ay, la señora que me atendió era tan amable como desconocedora de lo que le estaba planteando. Una a una fue trasladando mis cuestiones al compañero que tenía al lado en la oficina. Hasta tal punto, que fue finalmente este el que se puso al teléfono y el que me liquidó con un “esto lo llevará Residuos”. Y sí… me dio el teléfono de la Subdirección de Residuos y Calidad Ambiental, porque “seguro que ahí le resuelven sus dudas”.

Como ya me sabía el prefijo y los primeros números de todos los departamentos de la Consejería no me costó mucho volver a marcar y explicar, por cuarta vez, el misterioso caso del contenedor solidario.

El contenedor está ubicado en un descampado muy transitado

El contenedor está ubicado en un descampado muy transitado

Con más rapidez que eficacia me despacharon para derivarme a otro departamento, el Área de Planificación y Gestión de Residuos. Nueva llamada. Al principio no cogían el teléfono. Por un momento sospeché que el funcionario de turno habría salido a desayunar. Pero no, a los cinco minutos ya respondían. Muy amablemente una señorita me explicó que la Comunidad no tiene nada que ver con esos contenedores de recogida de ropa (a pesar de que aparece el logotipo rojo con las siete estrellas y el nombre de la Consejería de Medio Ambiente). Las empresas que trabajan con este tipo de desechos (como la ropa usada) piden el permiso  a la Comunidad para la manipulación y el transporte del material, pero en ningún caso esta Administración da la autorización para la instalación de contenedores. La funcionaria entendía que el permiso para colocar un contenedor en plena calle lo debe dar el Ayuntamiento. Pero como no lo tenía cien por cien claro, me regaló una recomendación: “Llame usted a este número que le voy a dar que es el área de Disciplina Ambiental y pregunte a ver si es legal o no”.

Y llamé. Sexto número de teléfono que marcaba. Disciplinados desde luego eran. Disciplina militar diría yo. Con tono más bien autoritario me dijeron que no tenían ni idea, que ellos no se ponían a investigar si eso era legal o no y que, si quería, fuera “a un registro” (así, en genérico) y pusiera una reclamación. “Ah –me advirtió-,  y no se olvide de firmar su escrito porque sin la firma no le vale de nada”. El remate fue la última andanada que me soltó: “Si no, llame al 012 y pregunte a ver…” . Vuelta al origen.

El contenedor sigue ahí plantado. A la espera de que el Ayuntamiento compruebe si tiene la autorización para estar ahí o no.

Subir el lujo

Por Carmen Bardají

(GTRES)

(GTRES)

No sé a qué juegan. Decían que ya se termina la crisis, para el que trabaja o consigue trabajo sí, pero para quien sigue padeciendo el hambre en su carne, le dan igual las estadísticas de: «Un tanto por ciento ya tiene trabajo«.

Subimos la luz, eso es un horror, la luz es una cosa necesaria. Es lo de siempre. ¿Por qué no subimos de precio los artículos de lujo? El que compra el lujo, es porque puede, y si no puede, se empeña, pero allá él con sus chanchullos. La luz artificial, se necesita para casi todo, y es un dineral lo que puedes gastar, o ya la persona más normal se ve viviendo en la miseria, porque no puede pagar. Con el deporte (la palabra lo dice) se juega mucho, es mucho dinero el que se maneja. Para el que se dedica al deporte como profesión, eso es su vida y su sueldo. Aquí nos referimos a todo lo que es deporte, pero piensas en los equipos grandes de fútbol, que solo por correr detrás de una pelota, le dan a un jugador o al club, millones, y esto no se lo puedes dar a entender a alguien que sigue el fútbol con verdadera pasión, aunque se arruine, ni a los mismos jugadores que ya se han acostumbrado a ese tren de vida.

Todos vemos y oímos el dinero que lleva eso consigo. Subimos la luz, nos volvemos micos para mantener una familia normal, y mientras otros, se pasan la vida sin comerlo ni beberlo de hotel en hotel de Luxury.

La orquesta gubernamental

Por Enrique Chicote

Mariano Rajoy. (EFE)

Mariano Rajoy. (EFE)

En estas fechas que proliferan los conciertos, quiero hacer una reflexión sobre la orquesta gubernamental que nos acompaña desde hace dos años. Está formada por trece ministros y un director que nos prometió interpretar una pieza llamada programa electoral. Veamos brevemente la música que oímos desde entonces. El que lleva la batuta anunció que en su composición polifónica no daría entrada a ningún instrumento que supusiera ayudar a los bancos con dinero público, pero el solista De Guindos cambió de partitura, interpretando lo contrario. Dijo también que dirigiría de tal manera que el sonido del empleo fuera in crescendo, y que jamás haría arreglos sobre el pentagrama para empeorar la musicalidad de las pensiones; sin embargo, su intérprete, Fátima Báñez, no ha parado de desafinar, tanto que incluso se duda de que sepa solfeo. Tampoco olvidamos la promesa electoral del diminuendo impositivo, ni cómo el sinfónico Montoro lo ha sustituido por un ensordecedor allegro molto vivache en el caso del IVA, del IRPF, etcétera. Si no fuera porque el espacio me lo impide, seguiría con la alteración de las partituras de educación, sanidad, justicia… Ante tales discordancias, me atrevo a sugerir al señor director, que cambie de intérpretes o deje la batuta.