Por Cristina Aguado
Todos los investigadores hablan solos, en mayor o menor medida todos piensan en alto, este murmullo es uno de los sonidos que se sienten si estás en un laboratorio, junto a él otros, como el sonido a maíz que se convierte en palomita que hacen los eppendorfs, o el sonido a moto que acelera de las centrífugas, o el pitido de despertador de los cronómetros dispersos por las poyatas, o el golpeteo de granizo de las puntas de las pipetas al caer en los botes de basura, estos sonidos me hacen sentir en casa, me estimulan y desafían, y me unen a quienes ganaron el Premio Nobel, hace años y que, como yo, vivieron en un país en el que la ilusión, el trabajo y la inteligencia intentan superar los límites económicos que quieren ser barreras.
EFE
Estos sonidos que me acompañan cada jornada laboral los podría escuchar en cualquier parte del mundo, pero no quiero, no solo por razones personales sino porque creo que debemos tener una ciencia fuerte, y si nos vamos quizá nunca volvamos; muchos cargaron sus maletas con su experiencia, su formación y lo volcaron en los pilares de otros países. Muchos no tan jóvenes, tras años de esfuerzo lejos de donde empezaron, han conseguido volver, pero son pocos, no nos engañemos; uno se debe ir pensando en no volver y es cierto que tendrá muchas oportunidades pero yo no quiero, porque lo que quiero es cimentar esos nuevos pilares aquí. “¿Con qué?, si no se invierte en ciencia”, me dirán muchos. Pues aunque me dé pena decirlo no lo sé, no lo sé, pero tendremos que gritar, tendremos que luchar y tendremos que pedir sin cansarnos. Como el padre que con paciencia responde a los mil porqués de su hijo cuando empieza a descubrir que las cosas no son porque si, sino que tienen una explicación, lucharemos para hacer entender todos los porqués de la necesidad de invertir en ciencia, en un I+D real y en un futuro en el que seamos tan potentes por nuestro patrimonio cultural, nuestro sol y nuestra comida como por nuestros avances médicos y tecnológicos. Sueño con el puño cerrado porque así dice mi padre que se duerme más rápido y pasa la noche más deprisa, a ver si cuando despierte, aquí, puedo construir un nuevo país de ciencia en España.
Cuanta razón !!!
29 noviembre 2013 | 16:08
Bravo!!!! Gran verdad, texto lleno de motivos para seguir luchando!!
29 noviembre 2013 | 16:20
Muy buena carta, muy deacuerdo con ella.
29 noviembre 2013 | 16:28
Lo echo de menos… las micropipetas, las salas de cultivos, el sonido del ventilador cuando el termociclador baja por fin su temperatura tras finalizar la PCR, el hormigueo del «¿habrá ido bien?» segundos antes de tener los resultados de tu experimento, pasarte horas picando colonias y olvidarte de lo que te rodea… tiempo para pensar… …ahora tengo demasiado… ¿Qué hacer? ¿Dónde puedo dejar más curriculums? ¿Y si no aparece nada? Me da pena pensar en la cantidad de proyectos que se están cerrando por falta de recursos, la cantidad de tiempo perdido e irrecuperable, no son días ni meses, son años tirados a la basura… yo tampoco sé que se puede hacer con la ciencia en España, no sé como explicarle a mi abuela que tras todos los años invertidos y con el título de doctora bajo el brazo en España no nos quieren… Ánimo Cristina, yo más cobarde ya hice las maletas y salí de mi Pais… en el que el asesinato de un toro es cultura, y hasta el sol se vende.
29 noviembre 2013 | 16:43
casi todos los investigadores que se marchan de españa suelen ir a estados unidos donde casi el 100% de la investigacion es de empresas privadas porque la subvencionitis brilla por su ausencia.
el problema es que en españa la investigacion cuesta dinero y no aporta rentabilidad , asi mientras en otros paises como japon o estados unidos o alemania inventan mejoras tecnologicas para los telefonos o los coches o los ordenadores en españa siempre estamos con temas medicos como por ejemplo descubrir una vacuna contra la malaria o el tifus o lo que sea que muchas veces son enfermedades africanas que no solo no nos reporta beneficio dichas vacunas sino que tenemos que poner dinero para hacer las vacunas para los demas o por ejemplo todos esos que se pasan el dia buscando esqueletos de atapuerca , que si luego hay un museo en burgos con esos craneos pero es mas el dinero que nos cuesta conservar el museo que el dinero que podemos sacar a los turistas en las entradas.
la investigacion en españa habria que dirigirla hacia sectores que den dinero y una vez que seamos millonarios podriamos ya ponernos a realizar investigaciones mas filantropicas, pero ahora mismo el csic es una maquina de hacernos perder dinero a los españoles y no retornan en beneficios de patentes el dinero al estado que hemos dado la subvencion.
29 noviembre 2013 | 18:19
A este Gobierno no le interesa la ciencia; ¿para qué? Para escudarse tras la herencia recibida, los ERE de Andalucía y los «perroflautas», no hace falta ciencia. Se desprestigia a los científicos, a los maestros, a los médicos y enfermeras, al cine y el teatro. Para eso solo hacen falta unos cuantos voceros apesebrados que se pongan a largar sapos y culebras sobre subvenciones y demás patrañas. Pero estos no hablan nunca de las subvenciones a los empresarios (CEOE) y de la pasta que algunos de estos deben a Hacienda y a la Seguridad Social, o sea, a todos nosotros. ¿O no son voceros y, simplemente son ignorantes?
29 noviembre 2013 | 21:25