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Leer por obligación

Por Gabriel Homar

141204-620-282No es de extrañar que España esté a la cola del mundo desarrollado en matemáticas y comprensión lectora. Aquí se lee poco y casi siempre por obligación. Decir que la lectura se encuentra poco extendida en nuestro país es una gran verdad. A pesar de la diversidad de medios y géneros, la lectura sigue siendo una asignatura pendiente.

Esta mañana, una profesora me comentaba que no tiene tiempo para leer y que solo lee por obligación de la escuela. ¿Entonces, es válida la enseñanza de alguien que no lee libros en casa? ¿No sería necesario que los profesores inculcaran el hábito de lectura a los más pequeños? Si la lectura representara un placer para el lector y no una obligación, seguramente España ganaría el mundial de comprensión lectora y no precisamente de penalty.

15 comentarios

  1. Dice ser albitaguapa2

    que una profesora no tiene tiempo para leer, con los horarios privilegiados que tienene, pero que poca verguenza de verdad, al que le gusta leer, lee, igual para ver sálvame si tiene tiempo

    08 octubre 2013 | 17:26

  2. Dice ser JAJA

    Es dificil que sean los profesores los que inculquen a los alumnos el gusto por la lectura, porque todo lo que se diga en clase va a ser percibido por ellos como obligacion. En cambio en casa los padres si pueden hacer mucho. Si los ninios crecen viendo como sus padres se entretienen y disfrutan con un libro les llamara mas la atencion y se acostumbraran a ellos.

    08 octubre 2013 | 19:13

  3. Internet es una tecnología y Facebook un programa que la usa. Las tecnologías surgen de equis necesidad, y los programas, de equis propósito. Si de veras necesitamos de muchos amigos, si realmente nos resulta indispensable localizar a la novia de ayer o al compañerito de primaria, adelante… ¡Facebook!. Cuando siendo adolescente pateaba las calles de una gran ciudad y ejercitaba la concentración mental para asesinar al director de mi escuela, solía detenerme en los escaparates de las librerías. Un libro que estaba en todas llamaba mi atención: Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie.

    A pesar del exultante cintillo que lo recomendaba (¡millones de copias vendidas!), nunca lo compré. Me bastó abrirlo y leer la primera recomendación para constatar que la obra iba contra mis ideales: No critique, ni condene, ni se queje.

    En el ciberespacio hay redes y… telarañas. Internet es una red (de redes), y Facebook una telaraña (de personas). Internet vincula, Facebook captura. Ambos sistemas enlazan. Sólo que Internet fue diseñada con fines públicos y Facebook, así como el libro de Carnegie, manipula lo público con fines privados.
    ¿Qué ideología profesaban los jóvenes de la Universidad de Stanford que a finales de los sesenta exploraban las potencialidades de la red? Digamos que el proverbial pragmatismo de la elitista democracia yanqui los invitó a responder una puntual petición del Pentágono: crear un sistema de comunicación descentralizado, capaz de resistir un ataque nuclear.

    Como el proyecto no mencionaba que el sistema evitara la censura (o que se inspirara en la igualdad de derechos entre las fuentes de información), el Estado no reparó si los investigadores apoyaban la guerra de Vietnam o acudían a recitales para cantarle We shall overcome a Ronald Reagan, gobernador de California. Licencias del american way, que no volverán.

    Internet fue concebida con el espíritu desinteresado de una comunidad de científicos, y Facebook surgió de la traición de Mark Zuckerberg a los amigos que, junto con él, diseñaron el programa para hacer amigos. Una historia que Ben Mezrich contó en Multimillonarios por accidente (Planeta, 2010) y que los reacios a la lectura pueden apreciar en La red social, la buena y simplona película de David Fincher (2010).

    Zuckerberg es el dueño de Facebook (el hombre del año según la cavernícola revista Time), y Peter Thiel (inventor del sistema de pago electrónico PayPal) opera como piedra angular de su ideología. Por motivos de espacio, remito a Google el perfil de este ciberdinosaurio del mal. De mi lado, me detengo en René Girard (1925), filósofo y antropólogo francés, y alter ego de Peter Thiel.

    En julio de 2008, en una revista de la derecha mexicana que presume de libre (y no menos manipuladora que Time), se dijo que «…la teoría antropológica de René Girard empieza a ser considerada la única (sic) explicación convincente sobre los orígenes de la cultura». ¿Cuál sería esta ignota teoría? Nada menos que la vapuleada mímesis del deseo que, según Girard, configuramos gracias a los deseos de los demás.

    Las piruetas intelectuales de Girard rinden tributo a sicólogos racistas, como Gustave Le Bon (1841-1931), y encajan en la mentalidad de tipos como Thiel: la gente es esencialmente borrega y se copia una a otra sin mucha reflexión. El sitio Resistencia Digital (RD) puso el ejemplo de la burbuja financiera: cuando Bill Gates compró parte de las acciones de Facebook, los tigres de Wall Street dedujeron que valía 15 veces más.

    El segundo inversionista de Facebook se llama Jim Breyer (miembro de la junta de Walmart) y el tercero es Howard Cox, de In-Q-Tel, ala de inversión en capital de riesgo de la CIA. El Proyecto Censurado (iniciativa de la Universidad de Sonoma State, California, que ventila los temas que ocultan los medios) dice que la FBI recurre a Facebook en remplazo de los Infragard creados durante el primer gobierno de W. Bush: 23 mil microcomunidades o células de pequeños comerciantes patrióticos, que ofrecen los perfiles sicopolíticos de su clientela.

    Facebook y su experimento de manipulación global acabaron con las teorías conspirativas. Por izquierda y derecha, millones de personas, que en principio estiman la democracia y la libertad (valores que para Thiel son incompatibles), parecen no reparar en que la privacidad es un derecho humano básico.

    Atrapados en la cultura neoliberal (auténtica red de redes), gobiernos, instituciones y usuarios le entregan a Facebook redes de contacto, relaciones, nombres, apellidos y fotografías que se prestan al reconocimiento facial, la geolocalización móvil, la estadistica ideológica y los perfiles de mercado y sicológicos.

    En ese sentido, Facebook es un subproducto ideológico de la imparable metástasis totalitaria que se expande en Estados Unidos. En lugar de las ambidextras obsesiones del púdico George Orwell, Facebook se nutre de la profecía que Jack London describió en El talón de hierro (1908): la instauración de un Estado policiaco, plagado de alcahuetes anónimos.

    Por José Steinsleger
    Fuente : Red Latina Sin Fronteras

    20 Julio 2011

    08 octubre 2013 | 20:38

  4. Dice ser Loooola

    Cómo se nota el poco conocimiento que tenemos de la vida de los profesores, albitaguapa. Yo soy uno de ellos: tengo que dar todos los días clase de 8 a 15’00. Son siete horas sin descanso en las que soy el centro de atención de 30 chicos que se esfuerzan en pillarme en un renuncio, así que no puedo bajar la guardia ni un minuto. Cuando llego a casa tengo que preparar las clases del día siguiente (sí, hay que preparárselas), o corregir un montón de exámenes con mucho cuidado de no equivocarme. Esta tarea, normalmente, me lleva más de tres horas de trabajo en casa diarias. A esto tenemos que añadir reuniones con padres, reuniones con directivos del centro o con compañeros, y varios cursos de formación que tenemos que hacer todos los años. Soy profesor, y me encanta, no me quejo de mi trabajo, pero estoy harto de que todo el mundo piense que voy a clase a contar la primera chorrada que se me ocurre.

    Por cierto, sí leo. En mi casa, cuando me meto en la cama intento sacar un ratito para leer, igual que hace cualquier otro trabajador que disfrute leyendo. Pero los alumnos no me ven haciéndolo. Si los alumnos aprenden lo que ven, son los padres los que tienen que dar ese ejemplo a sus hijos. Yo siempre recomiendo libros a mis alumnos, y algunos me hacen caso, pero normalmente, si no forma parte de su rutina de ocio, ni me escuchan. Aun así, creo que se lee bastante más en este país que hace unos años. Todos los días en el transporte público que me lleva a mi trabajo veo a muchísimas personas leyendo. Lo que creo que tenemos que cambiar es la calidad de esa lectura, porque a lo mejor no somos capaces de desentrañar adecuadamente el sentido de los libros, y solo comprendo la anécdota. Creo que este es el problema: no entendemos lo que leemos, aunque leamos

    08 octubre 2013 | 21:58

  5. Dice ser Mark emeny

    El campamento de los sueños…pero dejamos a un niño/niña en casa…

    No sé qué harías. El colegio donde va mi hija ha sido seleccionado para entrar en un programa de Inmersión Lingüística de Inglés, donde los niños del sexto curso de Primaria pasarán 5 días en un Campamento en Andalucia, donde se estimulará la práctica del idioma y su utilización en contextos comunicativos más amplios que los que permite el entorno escolar. Es algo muy deseado, y por parte del gobierno, un paso adelante en la mejora del uso de inglés en este país. ¡Qué suerte!

    Es un sueño, para los padres y para los niños.

    Salvo uno. El programa solo permite 25 alumnos, y en la clase de mi hija hay 27 alumnos y 26 de ellos quieren ir. Habrá que dejar uno en casa; pero no realmente en casa, el niño/niña tendrá que ir como siempre a su colegio.

    ¿Qué hacemos? El colegio ha decidido hacer la selección por sorteo. El sorteo tendrá lugar mañana. Los niños están nerviosísimos. Algunos no pueden dormir. ¿Quien va a comunicar al pobre niño/niña que no puede ir? Hemos sugerido todo: que lo pagamos los padres, Que el Ministerio deje uno más, que el Campamento permita a uno más… Ninguna sugerencia ha funcionado….

    Estamos escribiendo directamente al Ministerio para una última petición, quizá todavía haya una esperanza. Pero son los padres quienes tendrán que explicar al niño/niña porqué ha sido él o ella. Bajo ningún concepto deberíamos causar este dolor a un niño/a de esta edad (11 años) que le marcará sin duda para toda la vida.

    Que más podemos hacer, algún consejo?

    08 octubre 2013 | 22:08

  6. Dice ser Para Dice ser Mark emeny

    No vayais ninguno!
    O todos o ninguno!

    09 octubre 2013 | 7:02

  7. Dice ser Jeanra

    En primer lugar, cuando dice que una profesora no tiene tiempo para leer, no especifica de que es profesora, ni de que niveles de enseñanza estamos hablando.

    En segundo lugar, por mucho que en el colegio intenten inculcar el hábito y gusto por la lectura, si en casa no hay libros ni ven a sus progenitores leer, difícilmente lo harán ell@s.

    09 octubre 2013 | 7:37

  8. Dice ser Jeanra

    Por cierto se me olvidaba decir, que cuando comienzas la carta con la frase:

    «No es de extrañar que España esté a la cola del mundo desarrollado en matemáticas y comprensión lectora.»

    me hace mucha gracia. De que puede servir un estudio basado en 6055 personas de un montante de población de cuanto, de 36 millones?

    Pues eso, que dicho estudio no vale (a mi entender) para nada.

    09 octubre 2013 | 7:40

  9. Dice ser 150

    Es falso que no se lea, lo que ocurre es que somos pocos los que leemos. Estoy orgulloso de pertenecer al grupo «el reto», en http://www.anobii.com, allí se dan cita los lectores más prolíficos de España, gente capaz de leer 100 o más libros al aňo, yo con mis modestos 15 libros leídos en 2013, aún siento que leo poco comparado con los otros integrantes del grupo.

    09 octubre 2013 | 11:15

  10. Dice ser calibra

    Creo que la falta de lectura va unida indefectiblemente a la «vaguería» de la que presumimos los españoles; nos lo tienen que dar todo hecho y leer requiere un esfuerzo, primero para ponerlo en práctica y luego mental para comprender lo que estás leyendo, además de que como se dice por aquí, pueden faltar libros en casa, ya no son tan necesarios pues tenemos Internet, ¿para qué se quiere una enciclopedia o un libro histórico, si lo tenemos con mas facilidad y actualización en la red?.

    El valor del esfuerzo nos lo han quitado y sabemos quienes han sido.

    09 octubre 2013 | 11:50

  11. Dice ser LINCE 1

    Si no queréis leer, no leáis, allá vosotros. En la lectura se aprende tanto como en la Universidad. La lectura abre el entendimiento, pero si hay gente que prefiere no cultivarse, con su pan se lo coma.

    09 octubre 2013 | 13:02

  12. Dice ser Sergio

    No os engañéis, todo el mundo tiene tiempo para leer. Lo que no es tan abundante son las ganas.

    09 octubre 2013 | 18:08

  13. Dice ser calibra

    LEO, LUEGO EXISTO

    AVISO: LA LECTURA PERJUDICA GRAVEMENTE A LA IGNORANCIA

    LA ORTOGRAFIA ES A LA ESCRITURA LO QUE EL ALIENTO AL HABLA; LA GENTE TE ENTIENDE AUNQUE APESTE, PERO APESTA.

    UNA BIBLIOTECA ES UN LUGAR DONDE SE PUEDE PERDER LA INOCENCIA,PERO NO LA VIRGINIDAD

    QUE LA GENTE HABLE CON LA BOCA LLENA, PASA, LO TERRIBLE ES QUE HABLE CON LA CABEZA VACÍA.

    14 octubre 2013 | 13:03

  14. Dice ser alicia

    Sinceramente, ¿qué pasa porque una profesora no tenga tiempo de leer en su casa?, cada cual que haga lo que quiera en su casa y que nadie venga a juzgarlo. ¿Pone en su contrato que tiene que leer obligatoriamente fuera de su horario laboral?, porque sinceramente, seguro que el médico que te dice que no comas tanta sal, que reduzcas la ingesta de carne roja y de alcohol, que tienes que hacer más deporte… no creo que siga esos consejos, ¿qué hay quien lo hace? pues genial, bien por él/ella, ¿qué no lo hace? pues también es respetable. En mi casa, en mi tiempo libre, yo hago lo que quiero. ¿Te has parado a pensar que esta buena mujer puede que le guste más emplear su tiempo en el sadomaso?, o simplemente es que va al gimnasio por las tardes, a clases de alfarería, o tiene hijos pequeños, o a lo mejor le gusta hacer parapente por las tardes o tiene una persona dependiente en casa esperándola que requiere de todo su tiempo.
    Lo importante es que sea una buena profesional, cumpla con su trabajo, trate correctamente a sus alumnos y si después le gusta la tortilla de patatas con cebolla o sin ella… no vengas a darle tú lecciones de cocina.

    16 octubre 2013 | 11:11

  15. Dice ser calibra

    Por supuesto ALICIA que nadie debe obligar a otra persona a hacer lo que no quiere, faltaría mas, pero el leer o no leer es la consecuencia de este atraso que nos señalan todas las estadísticas y/o estudios sobre la cultura del pais, entre otas cosas.

    16 octubre 2013 | 13:11

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