Por Francisco Javier España Moscoso
Y podríamos establecer la misma analogía entre el juez Elpidio José Silva Pacheco y la jueza Mercedes Alaya. A saber:
Demos un breve repaso a los procedimientos de ambos jueces. Por un lado, la jueza Alaya mantiene las imputaciones basándose en: primero; las declaraciones del chófer del que fuera director general de Trabajo de la Junta de Andalucía, que en un alarde auto inculpatorio, dijo que era cocainómano y que compraba la droga con el dinero de los ERE. Segundo: un camello que corrobora lo dicho por este. Tercero: un mensajero que vende al mejor postor y en este caso al periódico de la conspiración del 11-M que Juan Lanzas le daba sobres llenos de dinero que llevaba a un bar cercano a las instituciones de la Junta, sin dar más detalles. Cuarto: en el rastreo del dinero, aparecen solo 80.000€ en la casa de Juan Lanzas, alias “el conseguidor”.
Por otro lado, el juez Elpidio José Silva, está llevando dos procedimientos contra Miguel Blesa; uno relativo al crédito de 26,6 millones concedido a las empresas de Gerardo Díaz Ferrán sin las garantías necesarias y otro proceso abierto por la ruinosa compra por parte de Caja Madrid del banco City National Bank de Florida, que ya ha dejado unas pérdidas de 500 millones al banco; pero resulta que la cosa no se queda ahí porque parece que hay algún correo electrónico que habla de que en la operación sobran 100 millones y está claro que el deber del juez es rastrear dicho sobrante.
Tenemos la costumbre de ensalzar la actitud combativa de ciertos jueces en el desarrollo de su trabajo, pero es notorio que la norma se rompe cuando el justiciable pertenece a esa casta que podríamos calificar como la de “los intocables”, y de ahí que ciertos fiscales actúen como abogados defensores, o que se intente amedrentar a los jueces con la querella por prevaricación.
Y es que ni Juan Lanzas es Miguel Blesa ni Elpidio José Silva es Mercedes Alaya.
Pues no, primo, no es lo mismo, sería lo mismo si Lanzas hubiera recusado a Alaya y algún tribunal hubiera admitido tal recusación, en cuyo caso, Alaya debería haberse abstenido de intervenir en cualquier caso relacionado con quien le ha recusado, por conflicto de interés.
Sí es lo mismo en algo que, curiosamente, no ves, primo díptero, que tanto Lanzas como Blesa pertenecen a la casta de «los intocables», al menos mientras no se cruzan en sus vidas, o una jueza valiente que no se deja amedrentar por ningún Arfonzo Guerra ni ningún Molinerín, y que cumple con la ley, de la que se considera servidora; o bien un juez con hambre de telediario, que se sirve de las leyes y se frota las normas éticas y hasta estéticas más elementales contra la calva para darle brillo.
Un juez poco dado a pagar el alquiler y que trata a sus subordinados como un señorito cortijero, según tengo oído. De Mercedes Alaya, lo peor que pudo decir er zeñorito Guerra fue que estaba mu jamona y que, por eso mismo, no sé yo, no sé yo, ésta…
Y Viva España, que en eso también somos primos, creo.
07 junio 2013 | 13:57
Mosqui, me encanta cómo cuentas las cosas. Parece mentira que en otro blog te digan que es incomprensible tu comentario. Cuando cualquiera que esté al tanto de las noticias «capta» lo que quieres decir. Me reí mucho con lo de la «Garrotina quemaiglesias» invitada a Dando Caña
07 junio 2013 | 15:49
Pues claro que no es lo mismo, Juan Lanzas es del PSOE y Miguel Blesa es del PP. Por tanto, Lanzas ha de ser obligatoriamente inocente y Blesa obligatoriamente culpable.
Por cierto, que ya que comentas que le dio un crédito de 26 millones a Díaz Ferrán, menciona también los 24 kilitos que le soltó a CC.OO.
En todo lo demás, tampoco parece lo mismo robar (Lanzas) que realizar una mala gestión (Blesa).
08 junio 2013 | 13:21
Bueno hay una gran diferencia, Blesa es un banquero y por lo tanto «ladrón» , «explotador», «estafador, etc. etc., mientras que Lanzas es una ilustre defensor de los derechos de los trabajadores, pues es un «sindicalista», ¿hay mayor diferencia?; en lo actuado NO; pero . . . . .
10 junio 2013 | 19:04