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Los empresarios y su descontrol de calidad

Por M. M.

En los cuatro años que pertenecí a una empresa importante de transportes en el departamento de Control de Calidad usaba este juego de palabras para ironizar sobre la verdadera misión de este departamento: “des-control de calidad”, porque mi jefe daba más importancia a la existencia de un informe de calidad que realmente al control físico de la misma. A qué viene esto. Actualmente estoy en paro por el despido de un gran empresario el cual –a través de los palmeros de alrededor- me consideraba un buen empleado por la polivalencia y por una docilidad que les venía muy bien. Dinero para subverncionesMis contratos han sido un cúmulo de ilegalidades y ahora los he denunciado. He estado en la calle Princesa 5 en un acto de conciliación y no he llegado a ningún acuerdo.

Pero lo que de verdad más me ha sorprendido es la cantidad de personas (trabajadores despedidos) a los que los abogados de las empresas denunciadas intentaban convencer para “liquidar” la relación laboral con el trabajador con una patada en el trasero lo más fuerte posible. Sé que no es bueno generalizar pero solo los casos en los que conseguí “pegar la oreja” me parecían increíbles: utilizando una comparación es como un combate de boxeo en la que el trabajador lleva las manos atrás atadas.

Los grandes empresarios usan a los trabajadores para conseguir subvenciones millonarias que rara vez revierten en el trabajador. No son empresarios, son gestores de subvenciones y cuando se las bajan o quitan, para ellos la razón de ser de la empresa no tiene sentido y la elimina. En España hay jóvenes emprendedores con una actitud productiva para formar empresas sin ayudas económicas porque creen en ello, pero hay una cantidad de empresarios rancios y viejos que se han subido en el carro de las subvenciones; es un des-control de la calidad de los empresarios españoles. Mi apuesta es por los jóvenes empresarios y por el control de la calidad del empresario.

11 comentarios

  1. Dice ser El juego de dados y las finanzas (sobre méritos y azar)

    En el mundo de los negocios y bastante más allá, es bien conocido el ya jubilado Jack Welsh, el que fue director ejecutivo de General Electric entre 1981 y 2001. En el año 2000 Welsh se embolsó por el desempeño de tan alto cargo nada más y nada menos que 144.500.000 dólares. Esta cantidad es inmensa, por supuesto, y más si la comparamos con los ingresos medios de una familia del mismo país, EEUU. Los ingresos de Welsh equivalen a unas 3.500 veces a los que percibieron en el mismo año una familia media. Esta proporción, sin consideraciones adicionales, ya debería ser un indicador para humanos normalmente constituidos de que algo no está funcionando bien para la gran mayoría de la población.

    ¿Cuáles pueden ser las justificaciones de una remuneración tan grotescamente elevada? Una de las más habituales es que lo que reporta a la compañía un director ejecutivo es tanto, que bien merece una recompensa tan alta. Incluso se argumenta que la diferencia entre el número uno y, pongamos por caso, el número cinco de entre los mejores puede ser muy grande. Obsérvese que este es el razonamiento que la teoría económica estándar aplica a las supermodelos de alta costura (los supermodelos masculinos, mucho menos conocidos que sus colegas femeninas, tienen un mercado más reducido porque se gasta menos de la mitad en ropa masculina que en femenina), y que explica que la diferencia de ingresos entre la modelo número 1 y la cotizada en el número 4, 6 ó 9, sea muy grande. Lo que la supermodelo número 1 y la número 6 hacen ganar a sus respectivos patrocinadores también varía mucho, de ahí las grandes diferencias. Razonamiento que se aplica también, como último ejemplo, a los tenistas de élite en que la diferencia de ingresos entre el primero de la Asociación de Tenistas Profesionales y el, pongamos por caso, 5, 7 ó 10 puede ser de muchos millones de diferencia.

    Así que, de entrada, lo de la gran aportación a la empresa parece una explicación razonable. La crisis sirvió para que mucha más gente de la que suele interesarse por estas cuestiones, conociera las formas de estafa mediante las que tantos ejecutivos engañaron a accionistas, clientes y trabajadores de la propia empresa. Pero hagamos el esfuerzo de olvidar esta gran estafa sólo por un momento. Vamos a suponer que este embeleco, cuyas consecuencias está padeciendo un número cada vez mayor de personas desde que estalló la actual crisis, no se hubiera producido. Supongamos que los ingresos de estos altos ejecutivos, asesores financieros y demás “magos” de las finanzas se debieran al mérito o a la compensación por las altas ganancias obtenidas por la empresa. Supongámoslo aunque sea por unos breves instantes.

    Veamos entonces si la mencionada justificación del mérito para una remuneración tan elevada tiene algún sentido. El que fue Nobel de Economía en el año 2002, el psicólogo cognitivo Daniel Kahneman, realizó un estudio hace unos años sobre qué parte era debida a la aptitud y qué parte a la suerte en los resultados obtenidos por 25 asesores financieros a lo largo de ocho años. Disponía de un listado con muy detallados datos por asesor y por año. Los resultados de esta investigación fueron sorprendentes para el propio autor y demoledores para la justificación que discutimos. En palabras de Kahneman, se concluía que “los resultados se asemejaban a lo que se esperaría de un juego de dados, no de un juego de inteligencia”. En ningún caso, mediante el conocido instrumento estadístico de la correlación (en donde el coeficiente de la misma puede estar entre 0, en este caso ninguna correlación, y 1, correlación “perfecta” en ese extremo) se observó nada, que no fuera el puro azar, que tuviera una correlación significativamente superior a 0 entre la gestión de los asesores financieros con los resultados de las empresas. Es decir, que tratándose de la gestión del mercado financiero, la“firma recompensaba la suerte como si fuese una aptitud”. Tirar los dados conllevaría los mismos resultados. Si bien resultaría mucho más barato. Así que no se trata de mérito.

    Aunque el problema que abordó Kahneman era más general, que él mismo y Amos Tversky llamaron “ilusión de validez” hace ya cuatro décadas, su estudio es muy significativo para lo que aquí interesa. Resulta que, supuesta la honradez de los altos ejecutivos, sus resultados económicos para la empresa respectiva son equivalentes a tirar los dados: aptitud cero y azar total. Pero cuando Kahneman realizó el mencionado estudio, no habían sucedido los hechos que con la crisis económica se han ido conociendo y que permiten afirmar que, para una buena parte de altos ejecutivos de grandes bancos y determinadas grandes empresas, la honradez no es algo que en ningún caso deba suponerse. En palabras escritas hace poco más de 4 años por el que fue candidato a presidente de los EEUU, Ralph Nader: “Olvidaos de Las Vegas. Los jugadores empecinados se hallan en Wall Street, y están jugando con vuestro dinero, con vuestras pensiones y con vuestros medios de vida.”

    Y quedan muchas preguntas interesantes que quien se obstine en defender la tesis del “mérito” o algo remotamente parecido para justificar las grandes remuneraciones de los altos ejecutivos, tendría muchas dificultades en responder de forma satisfactoria. Por ejemplo, ¿por qué cuando la empresa incurre en pérdidas que en algunos casos son astronómicas, siguen ganando estos ejecutivos cifras tan depravadamente elevadas? Ese es el caso, entre muchos, de Richard S. Fuld, ejecutivo de Lehman Brothers que a mediados de la década anterior se embolsó 40 millones de dólares, cuando las pérdidas reconocidas de la empresa eran de 2.800 millones. Casi nada. Pero volviendo a Jack Welsh, ¿por qué este ejecutivo se llevó a casa en el año 2000 estos 144,5 millones de dólares y su antecesor en el cargo, el legendario para muchos y que fue definido como el “más influyente hombre de negocios en los EEUU”, Reginald Jones, solamente se embolsó 500.000 dólares en 1975? Si el primero, como queda dicho, se agenció una cantidad que equivalía a 3.500 veces los ingresos de una familia media estadounidense, el segundo lo hizo en una proporción no tan insultante, unas 36 veces. La respuesta está en las muchas normas que cambiaron en la configuración política de los mercados desde 1975 al 2000 para beneficio de los ricos y para la desgracia de la mayoría de la población. Y no digamos desde 2000 hasta hoy.

    Es muy conocida la proverbial sentencia de Balzac “detrás de cada gran fortuna, hay un gran crimen”.Quizás no tanto la del Pulitzer D. C. Johnston, que muchos años después afirmó que si el crimen no es evidente es porque no se ha observado con la suficiente atención.

    Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de sinpermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC.
    27/01/13

    https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=8104569713383252626#editor/target=post;postID=8672502930191225014

    22 marzo 2013 | 17:43

  2. Dice ser Eusebio

    Estoy de acuerdo contigo y digo más, muchas veces he dicho yo que en España lo QUE HAY QUE IMPORTAR ES EMPRESARIOS, porque el nivel medio de preparación que tienen los empresarios, deja mucho que desear. Es curioso que para infinidad de cosas en la vida hace falta un título o una preparación para ejercerla, taxistas, chóferes de camiones o autobuses, instaladores eléctricos, cocineros… ya no digo profesionales, abogados, arquitectos…. pues bien, buena parte de estos trabajadores estarán en manos de EMPRESARIOS, que nadie les pide la más mínima preparación, ni pasan la más mínima prueba, así que luego se ve de todo, buenos, buenísimos y muchos torpes, ignorantes, torpes…..los conozco profundamente, hablo con conocimiento de causa y no puedo decir más, por no descubrir mi trabajo, pero durante años ha sido cercano a muchos empresarios, no a uno solo….

    22 marzo 2013 | 17:46

  3. Dice ser Metomentodo

    Vale, pero primero que se vigile el control de las empresas chinas, por ejemplo, y de otros países que han puesto empresas en España y ni sabemos cómo están y qué venden.

    22 marzo 2013 | 18:36

  4. Dice ser LuZz

    No sé, yo quería ser empresario, y hace ya 10 años (cuando todavía podía) hice un MBA, con un módulo internacional en USA, y quedé asqueado…. Nos llevaron de «excursión» a la sede del Banco Mundial, y salí de allí vomitando de lo que te enseñan: sobre cómo aprovecharte de las economías más pobres, como por ejemplo, obligar a países africanos a invertir en tu compañía o comprarte a ti por obligación, obligado por contrato en la deuda del país, repleto de inconsistencias y abusos… y claro, para que el banco mundial pusiese en en contrato de la deuda a tu empresa, tenías que darle una millonada para enchufarte….

    Por supuesto, acto seguido me quité del AJE, enterré mis vanos sueños empresariales y quemé mi propia barca del bucólico sueño americano (que en realidad era más bien un acto esclavista que jamás creí que fuera verdad, pero que lo es), al mandé a freir espárragos y hacer gárgaras con su puré…

    De ahí pensé que mi máxima aspiración sería como mucho el ser un profesional independiente, o trabajador por cuenta ajena, o meterme a bufón, pregonero o animal de zoológico previo pago de entrada…

    O sea que me he leído vuestro artículo muy por encima, porque ya no consigo entender nada sobre empresariales, o igual es que me quedé traumatizado con la excursión al banco mundial o qué, pero en este tema me he quedado como el sireno varado, clavado en el tridente de Neptuno…

    22 marzo 2013 | 19:07

  5. Dice ser ledshopmadrid.es

    Perfectamernte extrapolable a cualquier ambito.

    Yo fui ingeniero de manternimiento, cuando llegue al edificio solo con las baterias de condensadores reduje un 20% casi el consumo electrico, tras racionalizar el clima, automatizar el alumbrado y sustiuir halogenos por lamparas de HM etc etc, el consumo bajo casi un 50%.

    Llego nuevo jefe, una cupula de empleados de ADE de ICADE, tengo frio, tengo calor, el operario de mantenimiento esclavo de la climatizacion, el consumo por las nubes, el edificio que se caia por fakta de mantenimiento, el protocolo de seguridad el primero se lo saltaban a la torera los altos cargos, imitandoles, el resto de empleados, todo un caos… Eso si, despidos hubo a mansalva, cuando solo con lo derrochado en la factura electrica se pagaban 5 nominas. y bien altas… Se instalaron 4 calderas de 1 millones de calorias cada uno para alimentar la bomba de calor del clima, de pagar 0 euros de gas, se pàso a un consumo de 3000m^3 diarios de gas natural….. Si intentabas cortar el tema te caia la del pulpo….

    Me cambie de empresa y no se como andaran, pero vamos… no creo que muy bien.

    22 marzo 2013 | 21:22

  6. Dice ser hibrydtheory

    Muy buen post, ya era hora que alguien le echase realidad al asunto, la realidad es que un mal jefe puede echar a perder una empresa y perjudicar a cientos de empleados… ESABE, me contratan junto con otro compañero en 2006 para la seguridad del Centro Nacional Geográfico en Guzmán el Bueno, ambos ocupamos el puesto de dos trabajadores que omitían sus funciones y por lo visto eran aficionados a la botella… llega la hora de asignar puestos y funciones, anoto los procedimientos y me pongo en marcha, (una ronda cada hora completa por las instalaciones revisando alarmas, accesos, extintores, lo normal en seguridad) dos compañeros, uno realizando la ronda y otro en la garita de 2×2 del acceso principal… y la orden de no permanecer juntos… ok, realizo mi primera ronda, vuelvo a la garita y veo que el colega no se mueve, pasa su hora de ronda y «la apunta sin realizarla» cuando llega mi ronda me dice «quédate dos minutos que voy un momento al bar» se marcha y no vuelve en diez minutos haciendome perder diez minutos de mi ronda… así sucesivamente durante tres rondas… repite lo del bar cada vez que me tiene a mano, cuando se supone que mi hora de garita el tiene que estar haciendo su ronda el colega se queda y se enciende un cigarro tras otro jodiendome los pulmones… el hijo de la gran puta, firmando tres rondas inexistentes… me tocó la moral y le expliqué que yo estaba ocupando el puesto de alguien que como el no hacía su trabajo, llamé a los inspectores y no se que versión les dió el hijo de su puta madre que me echaron… hoy por hoy ESABE está pagando su inutilidad… de lo cual me alegro y lo siento por los cientos de trabajadores que como yo han salido perjudicados…

    23 marzo 2013 | 0:21

  7. Dice ser hibrydtheory

    el primer comentario tiene su explicación, como puede un empresario embolsarse 144.500.000 dólares en un negocio eléctrico? pagando mal a sus empleados y con tarifas elevadas para sus clientes… mas claro el agua… es el ejemplo perfecto de lo que ocurre en el mundo… que hay 20 chorizos por cada 30 mortadelas

    23 marzo 2013 | 0:31

  8. Dice ser carlos

    los rojetes estupidos y rencorosos lo que teneis que hacer es montar una empresa y poner en practica todas vuestras filosofias , porque lo unico que haceis es protestar acerca de lo que tienen que hacer los empresarios y el resto de la sociedad, montar una empresa no es facil entre otras razones porque el estado roba a los empresarios al menos un 35%de sus beneficios para entre otras cosas pagarle ahora el paro al que hace esta carta.

    en españa sobran idiotas, rojos e indignados que parece que han venido al mundo a recibir pagas, becas y ayudas aparte de estar absolutamente todo el dia quejandose y llorando por todo cuando lo que se necesitan son emprendedores que monten empresas o tengan algun proyecto individual para aportar algo a esta sociedad.

    23 marzo 2013 | 23:06

  9. Dice ser Julián

    Hola carlos:

    soy uno de esos idiotas, como tu dices que sobran en España pero quiero que sepas que por mi parte tambien me he quedado sin trabajo y afortunadamente ya he vuelto a encontrar.

    Nunca se me ocurrira decir que un parado esta para recibir pagas, becas y ayudas. Creo que desde tu pedestal no ves la realidad de las cosas.
    Aqui el unico que llora eres tu que dices que te quitan un 35% el estado, lo cual es logico teniendo en cuenta que al fin y al cabo podes echar de la manera que os plazca.
    La mayoria de los trabajadores nos dedicamos a eso a «trabajar» y ademas ahora muchos de esos trabajadores estan desafortunadamente PARADOS asi esque en vez de criticar hay que ponerse de acuerdo para que tanto los EMPRESARIOS como TRABAJADORES salgamos de esto sin tirarnos los trastos porque al final perdemos todos.
    Por cierto espero que se retiren los insultos sobre todo para los que no se lo merecen

    24 marzo 2013 | 7:50

  10. Dice ser carlos

    julian:

    ¿ y porque un empresario no puede despedir cuando le plazca ?¿ es que es tu padre y tiene que responsabilizarte de ti o que ? si un empresario no te necesita no entiendo yo donde esta el problema que te despida y que no te pague absolutamente nada de indemnizacion ¿ quieres que te pague por no hacer nada ?

    tambien los trabajadores pueden hacer huelga cuando les plazca y nadie dice nada y yo entiendo que si tu firmas un contrato de trabajar a cambio de un sueldo es una traicion hacer luego una huelga para pedir mas dinero pero que en cambio el empresario no pueda despedirte ni bajarte el sueldo.

    deberiamos protejer mas al empresario que es el que genera puestos de trabajo, trabajadores hay muchos para cualquier porqueria de trabajo hay 100 curriculums vitae pero empresarios faltan muchos y encima se les critica, el que los critique que monte el una empresa y se aplique el cuento de ser muy bueno con los empleados y no despedirles nunca y darles unos sueldazos altos a ver que pasa que una cosa es soltar el discurso demagogico populista marxista que da muchos votos y otra decir las verdades que dan pocos votos y aplausos.

    24 marzo 2013 | 22:39

  11. Dice ser L

    @carlos:

    Un empresario sí puede despedir cuando le plazca (salvo muy contadas excepciones). Lo que no puede hacer es despedir a un trabajador y embolsarse en negro el dinero de su indemnización por despido. O ahorrárselo engañando al trabajador para que no reclame lo que le corresponde. O no tener ni pajolera idea de sus obligaciones como contratante (entre las que se incluye tener disponible X dinero para cuando quiera dar por finalizado el contrato). O conocer esas obligaciones y fingir que no las sabe. Etc.

    El empresario es el que tiene la sartén por el mango precisamente porque puede despedir cuando quiera.
    Y como decía Batman (o un payaso con leotardos de esos): «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad».

    25 marzo 2013 | 13:55

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