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Y llegó el gran problema: ¿a qué cole le llevo?

Por Sara Mª Dapía

Por estas fechas, los padres de los niños que ya han cumplido o van a cumplir tres años se encuentran con el mismo dilema, ¿qué colegio elijo para mi hijo? Este año me ha tocado mí. Recuerdo, justamente hace un año, cuando algunas de mis compañeras de batallitas infantiles que se encontraban en esta situación me decían que la elección del centro escolar les quitaba el sueño. Entonces me parecía una exageración, pero ahora soy yo la que sufre de insomnio.

Por suerte, en nuestro barrio tenemos una amplia variedad de colegios entre los que escoger, aunque esto no hace más que acrecentar las dudas. ¿Público o concertado?, ¿bilingüe o no?, ¿religioso o laico?,… Un sinfín de preguntas a las que ahora con la ley por la que en la Comunidad de Madrid todos los colegios públicos que así lo deseen pueden solicitar el cambio de jornada, siempre y cuando lo apruebe el Consejo Escolar, debemos añadir otra igual de importante: ¿jornada continua o partida? A todos estos interrogantes tenemos que unir las opiniones y comentarios de otros padres; comentarios que más que ayudarnos aumentan nuestra indecisión. Nunca llueve a gusto de todos y lo que para un padre resulta la panacea educativa para otro carece de valor.

Por si fuera poco a esto hay que sumar las jornadas de puertas abiertas de los colegios públicos y las entrevistas individuales en los concertados, que en muchos casos tampoco resultan demasiado clarificadoras, puesto que los encargados de dar las charlas o hacer las entrevistas, lejos de “venderte” el centro y hacerlo atractivo a la vista de un padre, te incitan a que salgas corriendo. Por ello debemos hacer un gran ejercicio de abstracción, intentar ser objetivos y no dejarnos llevar por la impresión que nos causan estas personas, que quizás no hayan sido los más adecuados para realizar estas tareas.

En claseMi consejo, ante la dificultad que entraña esta elección, es que no la hagamos a la ligera y que siempre y ante todo pensemos en lo que realmente importa, la educación de nuestros hijos. Para ello os planteo que reflexionemos principalmente sobre estos tres aspectos:

– En primer lugar, y lo que yo considero primordial, ¿qué tipo de educación quiero para mi hijo? Para ello debemos conocer el Proyecto Educativo de cada centro (PEC). En este documento cada centro responde a las siguiente preguntas: ¿quiénes somos?, ¿qué queremos?, y ¿cómo nos organizamos? Además debemos indagar y comprobar que todo lo que se recoge en el papel se cumple en la realidad, para ello podemos pedirles que nos expliquen cómo se concreta todo esto (sus finalidades, sus objetivos curriculares, etc) en la práctica. Una vez que tengamos esta premisa clara el resto de argumentos que nos llevarán a nuestra decisión final serán más sencillos.

– En segundo lugar debemos preguntarnos si nos lo podemos permitir económicamente. Es triste pero es así. La diferencia entre los gastos que implican un colegio público y uno concertado es sustancial y con los tiempos que corren podemos vernos obligados a renunciar a un colegio que nos gusta porque no lo podemos pagar.

– Y en tercer lugar tenemos que preguntarnos qué colegio nos permite una mayor conciliación de nuestra vida laboral con nuestra vida familiar, en lo que se refiere a los horarios y a la distancia. Tenemos que intentar conseguir una mayor calidad de vida para nosotros y nuestros hijos.

A partir de aquí, podemos analizar otros aspectos más superficiales como, por ejemplo, las instalaciones, el funcionamiento del comedor o el número de actividades extraescolares que oferta. Estos aspectos tendrían que ayudarnos a poder elegir entre dos colegios que nos gustan y que cumplen los requisitos anteriores, pero nunca deberían ser la base fundamental de nuestra decisión ya que no contribuyen de forma directa en la educación de nuestros hijos.

Espero haber sido de ayuda a alguno de los padres que se encuentran en esta situación y sólo me queda deciros: ¡Buena suerte y buena elección!

3 comentarios

  1. Dice ser online

    Creo que los aspectos que los tres aspectos que has valorado como principales son vitales a la hora de elección de centro. Hay un punto que yo añadiría además como muy importante y es las relaciones que pretendes que tu hijo tenga en relación a la economía familiar. Hacer el esfuerzo de llevarlos a un centro con un alto coste, con personas de un nivel económico social diferenciado, puede tener otro tipos de coste en tu propio entorno.

    Saludos

    15 marzo 2013 | 14:32

  2. Dice ser Sara Dapía

    Estoy de acuerdo contigo. Es inevitable que en función del colegio que escojamos, condicionemos a nuestros hijos a relacionarse con niños de un determinado nivel social y económico. Pero lo mismo ocurre cuando elegimos un barrio en la que vivir o una empresa en la que trabajar ( aunque hoy en día uno no esté para escoger mucho). Está claro que esta elección de centro educativo puede tener unas consecuencias y un coste, no sólo económico, que puede afectar directamente a los niños. Pero es aquí, en donde nuestro papel como padres es fundamental, ya que debemos educar a nuestros hijos en valores tales como la tolerancia, la humildad, la solidaridad y la igualdad. Y además, darles la suficiente confianza y seguridad en sí mismos, para que nunca nadie les haga creer que por tener un nivel socioeconómico más elevado es mejor persona que ellos y viceversa.

    15 marzo 2013 | 15:31

  3. Dice ser japoas

    Parece que seguimos considerando que la educación hay que trasladarla a los colegios, cuando es función de las familias, al colegio se va a adquirir conocimientos, aunque supongo que eso era antes, porque con la preparación actual del profesorado, tambien parece que habrá dificultades.

    19 marzo 2013 | 14:05

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