Por María Cámara Simón
«Que no me olvide de fichar»
A la pregunta que le formularon al funcionario Enrique [Chicote] Serna “¿qué tal andas de motivación en el trabajo?”, yo, que también soy funcionaria, hubiera respondido que bien, que pese al brutal recorte de derechos que hemos sufrido no solamente vengo cumpliendo el nuevo horario que nos han impuesto sino que además “regalo“ horas a la Administración debido al gran volumen de trabajo que tengo. Pero cuál ha sido mi sorpresa cuando los encargados del control horario me “comunican” que de seguir fichando fuera de hora, lo cual ha sucedido en tres ocasiones por olvido, me abrirán el correspondiente expediente de deducción de haberes y/o disciplinario. A mi pregunta de si habían visto las horas de más que había hecho me contestan que el número de horas que yo trabaje no importa, que lo que importa es que no se me olvide fichar.
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Por Maite Gómez Camarón
«Entre unos y otros, así nos va»
En relación a la carta leída… Puede que un funcionario trabaje de 7.30 h a 15 o 16 h, pero no creo que nadie les obligue a no poder comer, ni que ellos mismos no se aseguren de además 
hacer la pausa de las 9, de las 11 y a saber cuántas más, seguramente con cafés y aperitivos incluidos. Por otra parte la cuenta me sale a 8 horas justitas de jornada, así que tampoco veo donde quejarse. De vacaciones ni hablo, porque aun con “días de menos” muchos siguen teniendo “días de más”, y los sueldos, aunque sí es una faena que los bajen, por el conocimiento que tengo (y lo tengo) tampoco son malos… Total, que el gobierno es una absoluta vergüenza pero no precisamente por estas cosas. La culpa de cómo estamos es de todos, que entre unos y otros, así nos va.
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Por Juan Carlos Moreno
«Toda la motivación… si no, la echan»
Leyendo las aseveraciones de este señor con su trabajo de funcionario, lo voy a comparar con lo de mi mujer. Mi mujer se levanta a las 7.00 de la mañana y por término medio llega sobre las 19.30 de la tarde; ojala pudiese llegar a las 16 h, tendría tiempo de relajarse, leer, estar con su hija, etc. No cobra pagas extras (un problema menos que tiene), no tiene días libres y las vacaciones [son] según la empresa. No se puede poner enferma, ya que trabajando en una empresa privada pequeña ese beneficio no lo tiene. Este año cobra unos 80 euros menos que el año pasado, y desde el 2004 no le suben el sueldo. ¿Motivación? Toda, porque si no la echan. Y yo digo: ¿por qué no deja usted su trabajo y se va a una empresa privada? Seguramente si vale estaría mejor que en su trabajo actual. Por cierto, ¿trabaja los fines de semana? Seguro que no.
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Por Susana Rodríguez Sanz
«Hay muertos de cáncer y te quejas de un dolor de cabeza»
En respuesta a la carta de Enrique Chicote, funcionario, yo le digo: Soy titulada superior, completé mi formación con cursos que suman más de 2.000 horas .Tengo 41 años, mi trabajo más largo y continuado ha durado 3 años y medio. Todos mis empleos, excepto 1, han sido a través de subcontrata y por obra. No he visto una paga extra en mi vida (prorratas), soy mileurista de por vida. Mi trabajo actual -se me acaba el mes que viene- ha supuesto que lleve un año levantándome a las 6 de la mañana. Con las reformas no tendré derecho a jubilación porque no me darán los años cotizados al tener interrupciones entre trabajos. Así que por favor no hable de motivaciones, que las comparaciones son odiosas… Cuando algunos se mueren de cáncer no está bien quejarse de dolor de cabeza.
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Precisamente, el tema está en que la situación del sector privado es una auténtica vergüenza y aún más después de la última reforma laboral llevada a cabo por el Gobierno. Parece que el tener pagas extra, días libres o un horario que permite la conciliación con la vida privada es un privilegio, cuando debería ser un derecho de todos los españoles. Sinceramente, me da la sensación de que en vez de luchar por conseguir un trabajo en condiciones dignas (como era hasta hace poco el de funcionario) lo que quiere mucha gente es conseguir que todos estemos igual de mal… Se trata de igualar por arriba, señores, y no por abajo.
Y si, soy funcionaria, trabajo desde siempre 40 horas semanales como mínimo (antes de que ampliaran el horario a 35.7), tengo un volumen de trabajo importante (también hago horas extras que no me pagan, por cierto) y no hago mas que una pausa al día para tomarme un café. Todo ello después de pasar unas duras oposiciones… por qué? Pues porque el sector privado no podía darme lo que yo quería. Un empleo digno por un sueldo digno.
PD: Señor Rosell, váyase a la …
09 febrero 2013 | 12:55
Ante las numerosas críticas recibidas a mi carta, he reflexionado profundamente y entono mi más sincera mea culpa. En prueba de arrepentimiento por ejercer como funcionario, he decidido que en próximas fechas comunicaré a mis superiores la intención de reengarcharme a la función pública hasta que la muerte nos separe, a razón de una pérdida anual del 10 por ciento de mi, a todas luces, inmerecido salario. Además, renuncio a las vacaciones que caigan en días laborables y a un domingo de cada dos. En cuanto a la Semana Santa, soy devoto de un Cristo que ahora no viene al caso, pero cambiaré gustoso el capuchón de nazareno por el del bolígrafo. Por otra parte, estoy dispuesto, a mis 63 años, a someterme a una cura de rejuvenecimiento (pagada por mí, naturalmente), a fin de poder empalmar día y noche currando frente a un ordenador que yo me llevaría de mi casa, obviamente, con un descanso de 5 minutos cada 3 horas para limpiarme las gafas y gritar ¡así se levanta España!, afín de darme ánimos. Comer y lo demás, lo haría sobre la marcha (si hay que llevarse orinal, se lleva). En cuanto a lo dicho por el señor Rosell, siento no poder estar de acuerdo con él (perdón por la rima), y mira que lo siento porque es un hombre justo, sensato e inteligente, pero si me mandan a casa y me subsidian, que sea a cambio de llevarme el curro. Los gastos en folios, tinta, bolis, etc. correría por mi cuenta, como no puede ser de otra manera. ¡Estaría bueno!. Espero haber lavado mi culpa.
Un saludo
Enrique Chicote (funcionario, con perdón)
10 febrero 2013 | 10:40
A Susana Rodriguez Sanz. Empezaré a hablar de mi, puesto que así te llame un poco mas la atención. Tengo 30años, soy titulada superior (con 1846h en cursos de formación complementaria), parada de larga duración (y no es precisamente porque quiera).
A pesar de ello no envidio a Enrique Chicote ni a todos aquellos que tienen un puesto de trabajo, entiendo su derecho a queja (no has pensado que este hombre podría estar jubilado y su puesto de trabajo lo ocuparía otra persona, pero claro! No parar de subir la edad de jubilación…).
Te equivocas al apuntar con el dedo al causante de tu situación laboral.
Siempre habrá gente que tenga una calidad de vida algo mejor que la nuestra. Este hombre tiene derecho a quejarse, pq ha de conformarse?
Hoy en dia «tener un puesto de trabajo» no es cuestión de suerte, estoy cansada de oir de unas personas a otras decirlas «no te quejes que al menos tienes trabajo, deberias de dar las gracias» Dar las gracias? Damos un tiempo de nuestra vida a cambio de dinero para poder hacer nuestra vida, no tenemos que agradecer nada.
Para terminar te dejo con esta letra de una gran canción Llorando en el desierto – Arder:
«6€ por una hora de trabajo,
¿cuanto pagarian mucho por una hora de tranquilidad?
2 cafes en el centro cuestan tanto como una hora de tu vida.
¿harias algo distinto si supieras que el año que viene moriras?
¿y quien te asegura que viviras entonces?
cada momento que nos roban del presente,
no los han robado para siempre…»
12 febrero 2013 | 12:19