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Preventorios: «Una noche que mi hermana me cogió de la mano apareció una monitora y me dio una bofetada con toda su fuerza»

Por MªJesús López.

Estuve en el verano de 1.960 y, hasta ahora, había pensado que la culpable era yo, ahora sé que yo fui víctima.

Tengo recuerdos muy puntuales, fui con 6 años, aunque la edad mínima eran los 7 años. Fuimos mi hermana, 7 años mayor que yo, y yo. Durante el día jamas estábamos juntas, dormíamos en camas contiguas y una noche que mi hermana me cogió de la mano apareció una monitora y me dio una bofetada con toda su fuerza y me llevó a otra parte del dormitorio, de esta forma no volví a tener ningún contacto con ella.

Desde el primer día vomitaba en todas las comidas, me obligaban a tomar leche, después he descubierto que tengo intolerancia a la lactosa, cada vez que vomitaba me obligaban a seguir comiéndome la misma «comida», y yo seguía vomitando. Me castigaban aislándome del resto de las niñas, es decir todos los días. No tengo recuerdos de haber jugado en ningún momento con nadie, siempre estaba dando vueltas al patio o castigada en un árbol del que no me podía mover. No me permitían beber agua en ningún momento (cuando me lavaba las manos por la noche, bebía pequeños traguitos de agua, creo que por eso sobreviví.

Estábamos tres meses, sin tener ningún contacto con los padres, pero al mes pudieron ir a vernos mis padres, por supuesto yo vomité el desayuno y me castigaron sin salir a verlos, alguien debió cambiar de opinión porque sí pude salir, este recuerdo es de los más duros, mis padres NO me reconocieron, yo me agarré a las piernas de mi padre, no recuerdo más de ese momento. Mi hermana al ser mayor que yo, les contó lo que yo estaba pasando, que si no me sacaban de allí me moría, y después me enteré de que mi madre había discutido, luchado y se había tenido que poner muy dura para conseguir sacarme de ese sitio.

Cuando volví a casa mi madre me llevó al médico, me tuvo en reposo absoluto hasta que yo pude empezar a comer, por mi casa pasó toda la vecindad y la familia (debía ser un espectáculo verme). Después mi madre me contó que la habían dicho que mi hermana y yo éramos de otra clase social y no teníamos que haber ido nunca allí, (mi padre era funcionario de Telégrafos), la pobre siempre contaba que una señora a la que ella respetaba mucho, la había dicho que las niñas estaban muy bien allí, en la sierra de Madrid, y que era muy sano.

Mi hermana se quedó y me contó que había discutido con aquella «Doña Felisa», pues mientras yo estaba allí no se atrevía para que no lo pagaran conmigo, algo que sabía que me iba a ocurrir.

Mi nombre es Mª Jesús López, tengo 57 años, y está claro, que aquella experiencia me marcó para toda mi vida, cuando mis hijas se han quedado a comer en el colegio o han ido de campamento he insistido en que no las obligaran a tomar leche con las comidas (es mi obsesión).

No tengo ninguna foto, lo siento, sólo puedo añadir que el color de la cinta que yo llevaba era rojo, creo recordar que nos diferenciaban por el color de la cinta, pero esto no lo puedo confirmar, puede que otra niña de entonces lo recuerde mejor que yo.

8 comentarios

  1. Dice ser CONCEPCIÓN HERNÁNDEZ

    Leo las declaraciones de la tal Engracia con asombro e indignación ¡que estabamos mejor que en un hotel! No se en que hoteles habrá estado ella, pero a mi en ninguno me han hecho comer a la fuerza, incluso con vómitos, ni me han tenido desnuda en fila junto con otros cientors de huespedes para ducharme con agua helada o ardiendo, ni que tuviera que lavarme por las mañanas con el mismo agua en que antes se hubieran lavado 15 ó 20 niñas, porque llenaban el labavo y cerraban el grifo.
    No hay duda de que algunas lo pasarian bien, nunca faltaba la pelota o la chivata que se hacía amiguita de la señorita o simplemente niñas que tenian más suerte y las tocaba una buena persona, que también las habría. Pero desde luego todo lo que se cuenta es rigurosamente cierto.
    Y que vengan a decirme lo contrario las señoritas Mari, Mari Tere y Pepita García, de la sala verde en el verano de 1960. para más señas una de las primeras era de El Espinar, no recuerdo cual de las dos.
    pero lo que si recuerdo era el odio con el que nos trataban, siempre he pensado que era porque ellas mismas estaban mal pagadas y mal tratadas por sus superiores, pero ahora compruebo que era porque eran y siguen siendo MALAS PERSONAS. Porque de malas personas es castigar a una niña de 8 ó 10 años por tirarse un pedo, no dormirse cuando ellas lo ordenaban (no digo hablar o levantarse, digo no dormirse) o por equivocarse cuando nos hacía cantar cuando pasaba un chico de su pueblo una canción que nos había enseñado para la ocasión. Y además castigarnos a uno de los peorescastigos a los que se puede condenar a un niño: a estarse toda una tarde sentado, quieto y sin hablar con nadie.
    Señoras, no se puede borrar la historia, los hechos son los hechos y es su palabra contra la de miles de personas y además estan los tstimonios de otros preventorios en los que pasaba lo mismo ¿Nos hemos puestotodos de acuerdo?

    18 septiembre 2012 | 13:02

  2. Dice ser ANTONIO LARROSA

    Seguramente en los asilos de niñas eran muy perversos los cuidadores , pero en la Protección de menores de Barcelona nos trataban muy bien, comiamos bien para los tiempos que corrían y vestiamos corréctamente, ojalá pudiera volver a aquel tiempo y volver a tener ocho años, nunca vi que ningún niño fuese maltratado y ecuerdo a mis educadores y maestros con gratitud. En fin, cada cual habla de la fiesta según le va, es cosa muy humana.

    Clica sobre mi nombre

    18 septiembre 2012 | 16:46

  3. Dice ser cateto

    Años 1953-60. 7 años interno Hogar de Falange. Buñol. La libertad es algo que he aprendido a valorar, por haber sido privado de ella por el régimen fascista. Juro ante Dios y ante la HISTORIA que en Auxilio Social jamás, jamás se nos respetó, que sus instructores, golpeaban con saña, que originaron en mí daños físicos irreparables, que el hambre fue atroz, que SI QUE TE HACÍAN COMER TUS PROPIOS VÓMITOS. Y que quizás salvé la vida porque, engañé a la enfermera dando la comida a los niños que se subían por la reja de la ventana de la enfermería, haciendo con ello creer que había comido. Vino mi padre y se me administró la Extrema-unción. Estoy vivo para contarlo. QUAM DULCIS SIT LIBERTAS. ( Fedro ).

    18 septiembre 2012 | 19:19

  4. Dice ser maria

    lo que me parece peor esque los padres dejaran a sus hijos en estos sitios……a mi por mucho que me digan no los dejo asi tenga que hacer lo que sea pero nos los dejo de hecho mi abuela no dejo a sus dos hijas ir no quiso e hizo bien, no entiendo como los padres lo permitian, porque mi abuela se negó y mi madre y mi tia no fueron

    19 septiembre 2012 | 9:47

  5. Dice ser Toñi

    Señoras cuidadoras por favor no hagan más daño. Todo lo que cuentan paso. Mi marido coincide con todos los relatos que se están publicando. En los campos de concentración se mataba aquí lo que han dejado es muchas secuelas psíquicas y físicas.

    19 septiembre 2012 | 12:21

  6. Dice ser CONCEPCIÓN HERNANDEZ

    Varias personas me han preguntado que por que no lo habiamos dicho antes. Pues es una buena pregunta, pero la verdad es que no lo se, pero lo mismo se podia decir de las mujeres que sufren malos tratos o los que han sufrido abusos sexuales…supongo que por miedo, por verguenza de que pensaran que era porque nos lo mereciamos, para no disgustar a los padres o por temor a que no nos creyeran que es justamente lo que está pasando ahora.
    En cuanto a por que los padres nos mandaban allí… pues porque los pobres estaban convencidos de que era bueno para nosotras porque ibamos a tener aire puro, buena alimentación…y de hecho si que volviamos más gorditas porque lo que hacian era cebarnos a la fuerza, sobre todo a las que no teniamos apetito, que es por lo que me mandaron allí buscando el enchufe de un conocido.

    19 septiembre 2012 | 12:55

  7. Dice ser CONCEPCIÓN HERNANDEZ

    Bueno para que no sea todo negativo también diré que me vino bien ir, porque después de estar 3 meses comiendo la bazofiaque nos daban, desde entonces todo me sabe a gloria.

    19 septiembre 2012 | 13:00

  8. Dice ser Anónima

    Leo las historias de los preventorios, y son exáctamente iguales a las que viví en el colegio interno de Huerfanas de la Guardia Civil, no estuve en un preventorio, pero era lo mismo, en mi internado, las monjitas diferenciaban dos clases de niñas, a unas las trataban mejor y a otras las condenaban ya desde pequeñas y las maltrataban (yo fuí de las segundas), Ahorcaron un cachorrito de perro delante mío y otras niñas, para darme una lección de que no recogiese perros abandonados, a día de hoy todavía lloro cuando lo recuerdo. Todavía conservo «calvas» en mi cabeza del tiron de pelos de «Sor Amparo», nunca olvidaré el frío que pasábamos, jamás un abrigo en invierno, recuerdo que las pequeñas (de 7-9 años) teníamos que barrer el patio del colegio en pleno invierno y las manos se me quedaban rígidos con la forma del palo de la escoba, y los nudillos me sangraban, con siete años pesaba solo venite kilos, siempre estaba falta de alguna vitamina, calcio, etc…también recuerdo que me dieron unos zapatos que me quedaban pequeños, y «Sor Luisa» me pegaba si no me los ponía rápido, le tenía tanto miedo a aquella monja, que nunca me atreví a decir nada, aguanté aquél dolor durante un año entero. Yo era del grupo de las «meonas» éramos las apestadas. Si alguien se levantaba de la cama por la noche, la monja te obligaba a coger tu propia zapatilla, y entregársela a ella, para que pudiese azotarte, esto último a mi no me ocurrió pero lo vi hacer muchas veces. Hoy día no puedo, ni oler, la tortilla con atún, una vez la vomité y la monja le hizo a una niña mayor recoger los vómitos y echarmelos en el plato junto con el resto de tortilla, y no me dejó en paz hasta que me lo comí todo. «Sor Luisa» nos obligó a todas a ponernos en fila y pegar a una niña que se había portado mal, y si le dabas «flojito», te obligaban a repetir la bofetada hasta que era lo suficientemente fuerte para «Sor Luisa» (en aquél grupo éramos 63 niñas) echad cuentas de las bofatadas que se llevó Ana. La parte buena de todo esto, es que aprendimos a valorar las cosas, a ser trabajadoras, solidarias, y disciplinadas, no todo fue malo…. Los sábados por la mañana desayunábamos con nocilla, eso tampoco lo olvidaré….

    20 septiembre 2012 | 13:04

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