Romain Mader (Suiza, 1988) tiene al menos dos problemas:
- No parece tomarse en serio.
- No nos toma en serio a los demás.
El primero, como nos demuestran los presocráticos y los buenos humoristas, tiene mérito. El segundo, que anula el anterior, es una falta de educación para la que nadie le ha dado permiso a Mader.
Mader hace fotos. Tampoco le han dado permiso, ni cosecha méritos, para afirmarlo.
Un museo holandés, esa tierra donde nacieron las sensibilidades de Fabritius y Breitner, acaba de conceder al robusto y sonriente Mader el título de mejor fotógrafo menor de 35 años de 2017.
No han pedido perdón. Lee el resto de la entrada »