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Doce millones de migrantes europeos ‘repueblan’ Ellis Island

A su llegada a Nueva York en 1901, escapando de las balas de una lupara de la mafia siciliana, el niño de diez años Vito Andolini es rebautizado por el gendarme de Inmigración, que le otorga por error el apellido de su pueblo natal, Corleone. El crío está enfermo de viruela y lo internan en cuarentena en un hospital para inmigrantes. En el triste cuarto de la tierra nueva, sentado frente a la Estatua de la Libertad, cuyo significado dudosamente conoce, el dulce huérfano —objetivo de una vendetta que le ha deja solo en el mundo porque su padre se atrevió a insultar al capo local— canta una tonadilla en dialecto siciliano.

La escena, narrada con cadencia de llanto por Francis Ford Coppola en El Padrino —esa trilogía sobre una saga italoestadounidense que debería ser considerada como patrimonio de la humanidad—, se desarrolla en la Isla Ellis, en la bahía de Nueva York, un islote plano y de muy pequeño tamaño que la intervención humana amplió hasta 11 hectáreas merced a sucesivos trabajos de relleno. Cuando los colonos holandeses la compraron en 1630 a los indios, era poco más que una lengua de barro donde abundaban las ostras e incordiaban las gaviotas.

Inmigrantes en Ellis Island, 1892 - Foto: Wiki Commons

Inmigrantes en Ellis Island, 1892 – Foto: Wiki Commons

Desde 1892 hasta 1954, Ellis Island fue el principal punto de entrada de inmigrantes a los EE UU: 12 millones de personas desembarcaron en la isla, convertida en centro de control migratorio, penitenciaría, hospital psiquiátrico, paritorio y zona de aislamiento sanitario para enfermedades infecciosas. Fue tanta la magnitud del flujo de recién llegados —sobre todo europeos que escapaban de las hambrunas, la miseria, las persecuciones y la guerra de un continente que siempre ha destacado por ser especialmente cruel con los suyos, sobre todo si se trata de pobres, débiles o amenazados— que se calcula que el 40 por ciento de los estadounidenses tiene algún ancestro entre los migrantes que pasaron por Ellis.

Aunque el Ellis Island Immigration Center —desde 1965 es un museo y forma parte del complejo monumental de la Estatua de la Libertad— es muy conocido y recibe visitas de mareas de turistas y curiosos, la isla tiene un lado obscuro que no figura en las guías, está cerrado al público a no ser que se tramite un permiso especial y sufre peligro de inminente ruina.

Sólo tres de los 33 edificios del antiguo complejo han sido restaurados y dan notables ganancias a los administradores federales: para obtener una copia de la ficha de llegada al país de una persona es necesario pagar unos 25 euros.

La organización sin ánimo de lucro Save Ellis Island (Salvemos Ellis Island) trata de llamar la atención sobre la necesidad de rehabilitar y conservar las construcciones de la parte sur de la isla, condenadas al olvido y la desidia. La llaman, no sin razones, la «otra Ellis Island».

El edificio del Ellis Island Immigrant Hospital en la actualidad - Foto: Save Ellis Island

El edificio del Ellis Island Immigrant Hospital en la actualidad – Foto: Save Ellis Island

El centro de las demandas de la organización es el enorme complejo del Ellis Island Immigrant Hospital. Inaugurado en 1902, fue el primer hospital público de los EE UU y las dependencias, durante décadas las más extensas del país dedicadas a la sanidad, se repartían entre 22 construcciones.

Funcionó hasta 1930, empleó una plantilla de 300 médicos y sanitarios y atendió gratuitamente a más de un millón de inmigrantes que llegaban enfermos al país. En la maternidad nacieron 350 niños, bautizados por las madres, en un gesto de agradecimiento que se convirtió en costumbre, con el mismo nombre de pila del médico que las habían atendido durante el parto, si el bebé era niño, o de la comadrona, si era niña.

Fichas de pacientes psiquiátricos del hospital para inmigrantes

Fichas de pacientes psiquiátricos del hospital para inmigrantes

Hubo intervenciones menos felices en las dependencias del complejo hospitalario. Algunos pacientes fueron utilizados por los médicos, sobre todo los psiquiatras, para poner en práctica las estúpidas creencias de la eugenesia, que proponía la selección genética del darwinismo social del siglo XIX del que tomarían prestados los nazis los ideales supremacistas. Las fichas de los pacientes son desoladoras y permiten leer las notas de los médicos proxenófobos: «constitución inferior», «bajo grado de imbecilidad»…

Existen evidencias —para personalizar las tragedias conviene ver el documental que inserto bajo la entrada, Forgotten Ellis Island (La olvidada Ellis Island), dirigido por Lorie Conway en 2008— de que algunos pacientes fueron catalogados como locos para que los médicos experimentaran a su antojo con ellos. También hubo muertes entre los enfermos: 3.500. La mayoría de los cadáveres fueron enterrados en fosas comunes de restos anónimos en los cementerios urbanos de la cercana Nueva York.

La gente de Save Ellis Island ha tenido la idea de repoblar los semiderruidos edificios médicos. Han encargado al artista urbano francés JR el proyecto Unframed Ellis Island (algo así como Ellis Island sin marco) para recordar que el lugar fue la puerta de entrada a los EE UU de la emigración que sostuvo al país durante años complejos y épocas de recesión.

El artista ha colocado siluetas de tamaño natural obtenidas de la ampliación de fotos de archivo sobre paredes desconchadas, ventanales arruinados, tabiques a punto de caer, asientos de sillas almacenadas de cualquier modo… El resultado es una acción de arte penetrante que permite que a los olvidados recintos sanitarios de la «isla de las lágrimas y la esperanza», como ha sido llamada Ellis por algunos, regresen las personas que fueron internadas en el gigantesco hospital con tuberculosis, difteria, cólera o simplemente con una profunda nostalgia.

Es posible soñar que el niño Vito Andolini, síntesis del censo de los recién llegados, también vuelve a Ellis en estas siluetas de grano tipográfico reventado. Conviene recordarlo muriendo décadas más tarde como capo mafioso domado por el tiempo y jugando con su nieto entre las tomateras. Su última máxima acaso fue aventurada también por buena parte de los migrantes europeos: «¡La vida es tan hermosa!».

Ánxel Grove

El retorno de Francis ‘Ciencia’ Coppola

Francis Ford Coppola en el set de 'Apocalypse Now'

Coppola en el set de 'Apocalypse Now'

Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) sabe lo que es pasar de la dirección a la completa locura, sabe lo que es descalabrarse por una historia en la que crees ciegamente, sabe de saltarse presupuestos y arruinarse varias veces por amor al arte…

Este mes ha anunciado el estreno de Twixt, su nueva película, influenciada por las historias clásicas de terror y protagonizada por Val Kilmer, que interpreta a un escritor en decadencia que llega a un pueblo en el que asesinan a una joven. El ambiente irrespirable y claustrofóbico del pueblucho se convierte en el escenario ideal para acontecimientos extraños. En este link se puede ver el trailer.

Para celebrar el regreso, ahí van una docena de notas que construyen al personaje: un eterno niño que experimentó en el punto álgido de su carrera la necesidad del sacrificio personal más extremo por una película bien hecha.

1. Lo llamaron Francis en honor a su abuelo materno, Francesco Pennino. El nombre de Ford le fue dado por el lugar en donde su padre –Carmine Coppola– trabajaba por entonces como arreglista musical y ayudante de dirección:  The Ford Sunday Evening hour, un programa de música clásica con orquesta en directo que duró de 1934 a 1946 y que estaba patrocinado por los coches Ford.

Coppola a los 10 años - © American Academy of Achievement

Coppola a los 10 años - © American Academy of Achievement

2. Cuando tenía nueve años contrajo la polio. El lado izquierdo de su cuerpo quedó paralizado. «El médico me dijo que no volvería a caminar y que tenía que ser valiente como un soldado. Me llevaron a casa, me tendieron en la cama y me amarraron el cuerpo con las sábanas para que no me cayera», le contó más tarde el director al biógrafo y crítico de cine Peter Cowie.

3. Por su enfermedad estuvo casi un año recibiendo al fisioterapeuta en su cuarto, aislado por ser la poliomelitis una enfermedad contagiosa. No se le permitía recibir visitas y apenas tenía contacto con la familia. Inventaba personajes con marionetas, a las que manejaba inventando historias y diálogos.

4. El padre de Coppola tenía planeado que su hijo fuera ingeniero. Francis, fascinado por la ciencia y la tecnología, consideraba la idea de ser científico o físico nuclear y no se le pasaba por la cabeza dedicarse a nada artístico.

5. En el instituto lo llamaban Science (Ciencia) y lo veían como el empollón flacucho y con gafas que sabía todo aquello que a nadie le interesaba.

En maquillaje con Marlon Brando y Al Pacino - Steve Shapiro

En maquillaje con Marlon Brando y Al Pacino - Steve Shapiro

6. Cuando acabó la secundaria empezó a interesarse por el teatro, influido por su hermano August, que quería ser escritor y  convenció a Francis para asistir a la universidad de Hofstra, en Long Island, famosa entonces por su actividad teatral. Tardó poco en fundar un club de cine y enamorarse de la dirección de obras de teatro.

7. Anthony Quinn, Orson Welles Frank Sinatra y Edward G. Robinson fueron algunos de los candidatos para interpretar al Padrino Vito Corleone, pero Coppola tenía claros a sus aspirantes: tenían que ser Laurence Olivier o Marlon Brando. Olivier rechazó el papel por razones de salud. Aunque Coppola veía improbable que un hombre todavía atractivo y joven como Brando -que tenía 47 años- quisiera interpretar el personaje, el actor aceptó.

En el rodaje de Apocalypse Now (1979) - Mary Ellen Mark

En el rodaje de Apocalypse Now (1979) - Mary Ellen Mark

8. Coppola es famoso por someter a sus actores a todo tipo de pruebas. Para la escena de El Padrino, en la que el productor de cine Jack Woltz encuentra la cabeza de su caballo cortada en la cama, utilizaron en los ensayos una de mentira. Para la película Coppola consiguió una de verdad en una fábrica de comida para perros. Según el actor John Marley (que interpretaba a Woltz), nadie le informó de que se fuera a utilizar la cabeza real en esa toma, con lo que su grito de horror fue verdadero.

9. Su hijo primogénito Gian-Carlo (Gio) era su mano derecha. De pequeño acudía a los rodajes y era capaz de estar durante horas sentado en silencio. A los 16 años comenzó a trabajar como aprendiz de su padre. Fue director asociado de Rebeldes (1983) y La ley de la calle (1983), dirigió el montaje de Cotton Club y fue director de la 2ª unidad de Captain Eo (1986). Murió en 1986 a los 22 años en un accidente de navegación cuando el actor Griffin O’Neal conducía la lancha en la que iban ambos. La novia de Gian-Carlo, Jacqui de la Fontaine, estaba entonces embarazada de dos meses. En 1987 nació Gian-Carla Coppola, que también ha hecho sus pinitos en el cine como actriz.

10. Para El Padrino. Parte III, Coppola eligió a Winona Ryder para interpretar a Mary, la hija de Michael Corleone. Dos días antes del rodaje en Roma, ella llegó con su entonces novio Johnny Depp, directa de acabar la película Sirenas (Richard Benjamin, 1990), sin haber descansado y sintiéndose enferma. El día de su incorporación al rodaje no podía levantarse de la cama. Un médico verificó que sufría un colapso nervioso y advirtió de lo peligroso de que intentara trabajar. Coppola barajó entonces la posibilidad de contratar a otras actrices, incluso pensó en Madonna. Pero no había tiempo para trámites ni arreglos. Lo más práctico era que Sofía, la hija de 18 años del director, se quedara con el papel.

Francis y Sofia en 1990

Francis y Sofia en 1990

11. Apocalypse Now, rodada en Filipinas, costó 31 millones y medio de dólares. Francis fundió el presupuesto y tuvo que hipotecar su vivienda para finalizar la peli. El estreno se pospuso varias veces. El rodaje, planificado para seis semanas, duró 16 meses. Hubo todo tipo de desastres: un tifón destruyó los escenarios, a Martin Sheen le dio un ataque al corazón, los helicópteros cedidos por el ejército filipino tuvieron que ser devueltos para combatir ataques de guerrillas… Coppola intentó suicidarse varias veces.

12. En 1975, tras el trauma económico y emocional de Apocalypse Now, se inició en el negocio de los vinos. Sus bodegas en Napa (California) han alcanzado gran fama. En abril de este año declaró que quiere introducirse en Europa. El enólogo francés Phillipe Bascaules supervisará la cosecha del 2011.

Helena Celdrán