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Canciones contra el «embrutecimiento» de los EE UU

"Song Cycle" (1968), "Discover America" (1972) y "Clang of the Yankee Reaper" (1976)

"Song Cycle" (1968), "Discover America" (1972) y "Clang of the Yankee Reaper" (1976)

La reedición de estos tres discos está anunciada para hoy por la discográfica independiente inglesa, Bella Unionhogar de  Beach House, Midlake, The Dears, Howling Bells, Fleet Foxes, Dirty Three, M Ward, The Flaming Lips…—.

El autor, que podría ser padre e incluso abuelo del resto de los músicos del prolijo catálogo de la indie de moda, es Van Dyke Parks. En febrero cumplió 69 años y el sábado dirige en el muy respetable Barbican de Londres a la Britten Sinfonía. Como cantantes invitados participarán Robin Pecknold (Fleet Foxes) y Daniel Rossen (Grizzly Bear).

Van Dyke Parks

Van Dyke Parks

Hay una unánime admiración reciente por Parks. En los últimos años han pedido sus servicios como productor y arreglista Rufus Wainwright, Saint Etienne, Scissor Sisters, Laurie Anderson, Inara George y Joanna Newsom.

Si alguien se pregunta quién es este señor elegante, de finos modales e ironía, nacido Hattiesburg, en el estado de Misisipí, casi en el centro del triángulo de oro musical de los EE UU, entre las cunas del jazz (Nueva Orleans), el blues (Mobile y Jacksonville) y el rock and roll (Memphis), que eche un vistazo a quienes han acudido en busca de sus consejos y servicios como músico, arreglista, productor o compositor: Tim Buckley, Phil Ochs, Delaney Bramlett, U2, Randy Newman, Harry Nilsson, The Byrds, Frank Black, The Beau Brummels, Keith Moon, Carly Simon, Little Feat, T-Bone Burnett, Stan Ridgway, Victoria Williams, Bonnie Raitt, Peter Case, Sheryl Crow, Ry Cooder, The Everly Brothers…

Brian Wilson y Van Dyke Parks, 1967

Brian Wilson y Van Dyke Parks, 1967

Impresiona, ¿verdad? Y eso que falta la obra en colaboración por la que, muy a su pesar e injustamente, sigue siendo recordado casi en exclusiva, Smile, el disco maldito que compuso, cuando era un jovencillo entregado al LSD, junto al beach boy Brian Wilson.

Una decena de detalles que perfilan la personalidad de Parks:

1. Aprendió a tocar el clarinete a los cuatro años, estudió canto con Arturo Toscanini y a los ocho acompañó al físico Albert Einstein, que tocaba muy bien el violín, cantando el villancico Silent night (Noche de paz).

2. De niño interpretó un papel estelar en el musical de Broadway The Cold Wind and the Warm. En 1955 participó en el reparto de la comedia The Swan (El cisne, Charles Vidor, 1956), con Grace Kelly y Alec Guinness. También se le puede oír cantando en la banda sonora de la producción de Walt Disney Jungle Book (El libro de la selva, 1963).

3. A mediados de los sesenta tocó con Frank Zappa and The Mothers of Invention y con los Byrds. Le invitaron a unirse al grupo como músico estable —toca en la oda psicodélica Eight Miles High—, pero rehusó porque no le interesaban los «compromisos sociales y la fama inherente al hippismo».

Van Dyke Parks, foto de promoción, en torno a 1970

Van Dyke Parks, foto de promoción, en torno a 1970

4. Ha editado discos influidos por el calipso de Trinidad (Discover America, 1972), la música vernácula estadounidense (The clang of the yankee reeper, 1976), fondos para cuentos infantiles (Jump!, 1984) y un tratado sonoro sobre las relaciones entre su país y Japón (Tokyo rose, 1989).

5. También compuso las bandas sonoras de docenas de películas, entre ellas Popeye (Robert Altman, 1980) y Goin’ south (Jack Nicholson, 1978) y es autor de tres libros de cuentos para niños.

6. El diario The Village Voice dijo esto en una reseña de un concierto de Parks en 2010: «Mejor que un semestre en una licenciatura de Estudios Americanos».

7. En 2011 editó media docena de singles temáticos sobre, entre otros asuntos, los vertidos de petróleo y los atentados del 11-S.

8. «Las canciones que escribo ahora tienen un mayor poder de concentración y revelan un optimismo más informado y difícil de alcanzar que fiable. En el panorama del embrutecimiento de los Estados Unidos, todavía estoy comprometido con la canción, a la que veo como la fuerza política más potente para despertar la conciencia», ha declarado.

9. También: «Trabajo para parecer serio haciendo música que nunca es seria«.

Tarjeta de visita de Van Dyke Parks

Tarjeta de visita de Van Dyke Parks

10. Su tarjeta de negocios dice: «El Señor Van Dyke Parks pide perdón por su comportamiento durante la noche del [espacio para la fecha] y sinceramente lamenta cualquier daño o inconveniente que haya causado».

Finalmente —y es lo único que importa por muy adorable que resulte el personaje—, la música: amplia, descriptiva, paisajística, compleja… Dejo tras la entrada unos cuantos vídeos para que los lectores juzguen por sí mismos.

Ánxel Grove




Vivir con Ochs

Phil Ochs (1940-1976)

Phil Ochs (1940-1976)

Leo en el diario con más circulación de la ciudad en la que vivo (la supuestamente liberal San Francisco) una reseña sobre el documental del que hablaré más tarde.

Tuve que repasar varias veces la pieza para darme cuenta de que la última línea, destacada en negritas, no era una broma:

Advisory: Tea Party members may take exception to the opinions offered in this movie.

O sea:

Advertencia: los simpatizantes del Tea Party pueden ofenderse con las opiniones expresadas en esta película.

Luego, preparando esta entrada, encuentro un largo artículo sobre el mismo documental en la web del World Socialist Party de los Estados Unidos.

El mensaje es menos grotesco que el consejo para que los ultramontanos no se acerquen, pero el protagonista del documental no se libra de los varapalos.

Le acusan de «reformista», el más terrible adjetivo que se puede aplicar desde el marxismo, y de «irrelevante». Los adjetivos son munición de grueso calibre entre la ortodoxia del materialismo dialéctico: Stalin no necesitaba otra cosa que la acusación de reformismo para, como poco, enviarte de por vida al gulag.

El hombre que recibe golpes en las dos mejillas -en la derecha por peligroso y agitador, en la izquierda por burgués y aliado de la explotación- es el cantante y compositor Phil Ochs.

Cartel de "Phil Ochs: There But For Fortune" (Kenneth Bowser)

Cartel de "Phil Ochs: There But For Fortune" (Kenneth Bowser)

Acaban de estrenar un documental que le hace justicia. Se titula Phil Ochs: There But for Fortune. Lo dirige Kenneth Bowser.

Participan amigos, familiares, músicos, alguna celebrity (el actor Sean Penn, que durante años intentó buscar dinero para producir, dirigir en interpretar una película sobre la vida de Ochs). Se recuperan momentos notables de la vida del cantautor y se reproducen por primera vez grabaciones nunca vistas de actuaciones.

Como advierten los diarios conservadores: absténgase si comulga con la derechona. Como advierten los apostólicos marxistas: absténgase si cree que la socialdemocracia implica revolución.

Ochs nació en 1940 en El Paso (Texas – EE UU) y se ahorcó en 1976 en Far Rockaway (New York – EE UU).

Durante los 36 años que permaneció en el mundo dio fe de su carácter único de variadas maneras.

Cantó canciónes de protesta en la misma época que Bob Dylan. Casi en los mismos lugares. Algunas de las de Ochs (como I Ain’t Marching Anymore y The Ring of the Revolution) eran tan buenas como las de Dylan.

Acudió a cuanto mitin, manifestación o acto de protesta le invitaron. Fue el primer músico en firmar una declaración contra la guerra de Vietnam.

Dylan y Ochs fueron amigos y ejercieron una rivalidad que, a principios y mediados de los años sesenta, tuvo un espíritu de fair play. Tras un tiempo la camaradería se fue al garete: Dylan era una superestrella egomaníaca y no admitía la cercanía de tipos tan directos como Ochs. Cuando éste criticó la imaginería surreal de las letras de Dylan, éste le expulsó a gritos de la limusina en la que se desplazaban: «Sal del coche, Ochs. No eres un cantante folk, ¡eres un maldito periodista!«, le reprochó.

En 1968, Ochs sufre una profunda crisis de fe. Los asesinatos del senador Robert Kennedy y Martin Luther King, la brutal represión policial contra los manifestantes –entre los que estaba Ochs– en la Convención del Partido Demócrata en Chicago y la victoria del ultra conservador Richard Nixon en las presidenciales le hicieron descreer de su país y su generación. Nunca fue el mismo. Se sentía «muerto espiritualmente».

"Rehearsals For Retirement" (Phil Ochs, 1969)

"Rehearsals For Retirement" (Phil Ochs, 1969)

En 1969 edita un disco titulado Rehearsals For Retirement (Ensayos para la jubilación). En la portada, una foto de su propia tumba. La lápida dice: «Phil Ochs (estadounidense). Nacido en El Paso, Texas, 1940, Muerto en Chicago, Illinois, 1968».

En 1970 declara que ha encontrado una nueva luz: «Seré mitad Elvis Presley, mitad Che Guevara«. Actua con un traje de lamé dorado y acompañado por un grupo eléctrico. Interpreta arreglos rockeros de sus viejos éxitos y versiones de Buddy Holly. Su público le abuchea.

Empieza a beber hasta caerse borracho. Consume Valium de forma compulsiva. Se siente bloqueado.

En 1971 visita Chile, donde Salvador Allende había sido elegido presidente el año anterior. Ochs conoce al cantante y compositor Víctor Jara. Intiman y se hacen amigos. Hablan de grabar juntos.

Ochs se desplaza a Uruguay, donde canta en un acto político izquierdista. Le detienen y le expulsan a Argentina. La policía le espera en el aeropuerto para ingresarlo en prisión durante varios días. Cuando le sueltan, regresa a los EE UU.

Tras el golpe de estado militar de Pinochet contra Allende y la cruel muerte de Jara, Ochs organiza en el Madison Square Garden de Nueva York el concierto benéfico An Evening with Salvador Allende (Una tarde con Salvador Allende). Participan Pete Seeger, Dennis Wilson (The Beach Boys) y el viejo rival Bob Dylan, que atiende la llamada de Ochs en el último momento y logra que el Madison Square Garden se llene.

En 1973 Ochs viaja a Etiopía, Kenya, Malawi, Sudáfrica y Tanzania. En este país es atracado y le intentan estrangular. Las heridas causan daños irreparables en las cuerdas vocales. A la depresión se suma la paranoia. Afirma que el ataque fue organizado por la CIA.

Phil Ochs, a lo Presley

Phil Ochs, a lo Presley

En mayo de 1975, para celebrar el final de la guerra de Vietnam, Ochs organiza un concierto en Central Park. Acuden 100.000 personas para escuchar a Harry Belafonte, Odetta, Pete Seeger y Joan Baez, que acompaña a Ochs en las últimas canciones. Nunca volvió a cantar en público.

Cada vez bebe más. Sigue imaginando conspiraciones en su contra del FBI y la CIA. Asegura que la única salida para su carrera es contratar al agente de Elvis, el Coronel Tom Parker o, como segunda opción, al Coronel Sanders del Kentucky Fried Chicken.

En 1975 asegura que se llama John Butler Train y que éste ha asesinado a Phil Ochs. Cree que alguien desea matar ahora a Train como venganza. Va siempre armado con un cuchillo y un martillo. No tiene un céntimo y empieza a dormir en la calle.

Sus amigos le ingresan en un sanatorio. Le diagnostican trastorno bipolar y depresión. Al parecer, genéticas. Su padre las había padecido.

En enero de 1976 se va a vivir con su hermana. El 9 de abril se ahorca.

Años después de su muerte se desclasificaron informes del FBI sobre Ochs: quinientas páginas en las que aparece como una persona «subversiva» y «peligrosa» para la seguridad nacional. El nombre de Ochs aparece varias veces mal escrito (Oakes) y hay informes datados tras su muerte en los que sigue etiquetado como «potencialmente peligroso».

El documental Phil Ochs: There But for Fortune quizá no se estrene nunca en España, donde la figura de Ochs es poco menos que secundaria. Esa es la razón por la que ocupa la primera entrega de la sección Top Secret -donde recuperaremos a personajes u obras en la sombra-. Sus discos siempre fueron difíciles de encontrar hasta la eclosión globalizante. Casi nadie demostró demasiado interés por un tipo incómodo, radical, arbitario y de comportamiento incomprensible en la última mitad de su carrera. Además, hace pensar demasiado.

Un apunte final que acaso convenza a alguien, por vía indirecta, de la necesidad de vivir con Ochs. Cuando le preguntaron a Neil Young en quién se inspiraba contestó: «En Phil Ochs y Bob Dylan. Por ese orden».

Ánxel Grove