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La ‘torre orquesta’, el ‘piano de gatos’… Instrumentos que nunca existieron

Caricatura  de la 'Torre orquesta' propuesta por Adolphe Sax en 1850

Caricatura de la ‘Torre orquesta’ propuesta por Adolphe Sax en 1850

El «órgano de vapor» de William Mason era producto de la fascinación por la Revolución Industrial en Inglaterra. El inventor se basaba en las escrituras en latín del monje benedictino Guillermo de Malmesbury tituladas Gesta regum Anglorum (1125).

El religioso mencionaba la existencia de un órgano en una iglesia de la ciudad francesa de Reims y detallaba el funcionamiento del ingenio, creado por otro monje benedictino: «Por la violencia del agua caliente, el aire que sale llena la cavidad del instrumento por completo».

En 1795, Mason interpretó el «agua caliente» como vapor y vio la posibilidad de modernizar la idea con los avances tecnológicos del momento. No está claro a qué se refería Guillermo de Malmesbury, tal vez a un sistema hidraulico, pero la iniciativa de Mason era inviable tal y como la presentaba.

El 'piano de gatos' en una ilustración de 1883

El ‘piano de gatos’ en una ilustración de 1883

La historia es una de las muchas que reúne el Museum of Imaginary Musical Instruments (Museo de instrumentos musicales imaginarios), una página que recopila de modo serio e informativo documentación y fotos sobre instrumentos que nunca se hicieron realidad o se quedaron en un proyecto fallido.

«Existentes como diagramas, dibujos o descripciones escritas; estos aparatos nunca emitieron un sonido», dicen sus fundadores los estadounidenses Deirdre Loughridge (profesora auxiliar de Música en la Universidad californiana de Berkeley) y Thomas Patteson (profesor en la Facultad de Estudios Musicales en el Curtis Institute of Music de Filadelfia).

El "clavicémbalo ocular", instrumento fallido diseñado en 1743

El «clavicémbalo ocular», instrumento fallido diseñado en 1743

«Los inventos no sólo surgen de la necesidad, como asegura el tópico, sino también del irreprimible impulso por jugar, experimentar (…). Por la naturaleza fluida y amorfa de la música, la pregunta sobre qué constituye un instrumento está siempre abierta», dicen Loughridge y Patteson, que no tienen reparos en admitir que utilizan el término instrumento «en un sentido deliberadamente amplio» para referirse a «cualquier aparato empleado para interpretar, componer, escuchar o de algún modo relacionarse al sonido musical».

En siete exposiciones online (recopilaciones de instrumentos que se relacionan de una u otra manera) catalogan ideas megalómanas como las «torres orquesta» del belga Adolphe Sax (inventor del saxofón), caricaturizadas en los periódicos de 1850 y consistentes en cuatro enormes estructuras que formarían una gigantesca plataforma sonora. El inexistente pero aún así ilustrado «piano de gatos» o el «orgasmatron» de Barbarella (basado en un proyecto de Wilhelm Reich, que creía en la posibilidad de capturar la energía sexual para crear sonidos) están entre los artefactos más estrafalarios del ambicioso catálogo del museo virtual.

Helena Celdrán

El nuevo instrumento musical que imita a una orquesta de cámara

El sonido provoca la sensación de estar escuchando varios instrumentos de cuerda a la vez, aunque con frecuencia se percibe un extraño y afilado deje metálico que no se corresponde con la calidez de las cerdas de un arco sostenido por una mano y frotando directamente las cuerdas.

La Wheelharp (cuya traducción aproximada sería arpa de rueda) es un nuevo instrumento musical con aspecto retrofuturista que podría pasar por un invento hasta ahora desconocido que un músico experimental hubiera ideado en el siglo XIX. El invento (que se toca con un teclado como el del piano) permite al intérprete orquestar las escalas cromáticas correspondientes a los instrumentos de cuerda frotada. En teoría, es como tener al alcance de la mano una orquesta de cuerdas, una orquesta de cámara de violines, violas, violonchelos y contrabajos acompañados de un clave o un piano.

Los autores del arpa son Antiquity Music, una pequeña empresa estadounidense dedicada a la fabricación y a la venta al por menor de reproducciones de instrumentos antiguos dirigida al cliente «que busca instrumentos que los diferencien del montón» y que además tengan una «calidad sonora excelente». Han creado modelos radiales (con el teclado curvado siguiendo la rueda) y lineales (con las teclas colocadas de modo tradicional) y esperan que la wheelharp inspire a todo el que desee adentrarse en un «nuevo territorio sónico» y sirva para «los músicos, compositores y estudios que deseen crear un sonido natural de instrumentos clásicos de cuerda» pero quieran evitar la «calidad con frecuencia estéril» y depurada en exceso de los sintetizadores y los sampleados. El precio oscila entre de 9.900 a 11.900 dólares (7.600 y 9.134 euros respetivamente) según las octavas que alcalcen.

Helena Celdrán

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Pistolas, rifles y escopetas transformados en instrumentos musicales

El sonido es metálico y básico. Las guitarras y los bajos de mástiles redondeados tienen menos cuerdas de las habituales. Se entrevén cañones de armas, gatillos, pistolas unidas en el mismo cuerpo de un instrumento.

El artista mexicano Pedro Reyes (Ciudad de México, 1972) ha convertido para su proyecto Imagine (Imagina) 50 armas de fuego (revólveres, metralletas y escopetas) en instrumentos musicales. Ayudado por un grupo de seis músicos, trabajó durante dos semanas para «transformar esosa agentes de la muerte en instrumentos de vida».

Uno de los instrumentos de 'Imagine' - Foto: David Franco

Uno de los instrumentos de ‘Imagine’ – Foto: David Franco

No es su primera experiencia en la reutilización de armas. El artista impulsó en 2008 Palas por pistolas, una campaña que recogía donaciones voluntarias de armas en Culiacán (en el oeste de México). Las 1.527 reunidas se fundieron en el mismo número de herramientas para plantar 1.527 árboles.

En abril de este año, sabiendo de la iniciativa anterior, las autoridades avisaron a Reyes de otra recogida de armas, esta vez en Ciudad Juarez. Le ofrecieron 6.700 ejemplares, cortados en pedazos e inutilizados. El artista aceptó el reto de utilizarlos para darles una nueva vida como instrumentos de percusión, cuerda y viento: «La transformación fue más que física. Es importante considerar que estas armas robaron muchas vidas. Como en una especie de exorcismo, la música expulsó los demonios que contenían y a la vez fue un réquiem por las vidas perdidas».

Más allá de la excentricidad o de la creatividad, Reyes quiere llamar a la acción desde México, un país con 80.000 muertos por disparos de bala en los últimos seis años, según el artista. Quiere que las armas sean vistas como lo que realmente son: instrumentos de muerte, con una poderosa industria detrás, que continúan teniendo una imagen positiva en el cine o en los videojuegos y no son rechazados masivamente como deberían serlo. «Las armas siguen presentándose como algo sexy (…) puede que no haya actores fumando en la gran pantalla, pero no hay nadie que rechace el papel de un héroe con el gatillo flojo».

Helena Celdrán

 

Una especie de arpa para el proyecto 'Imagine' - Foto: David Franco

Una especie de arpa para el proyecto ‘Imagine’ – Foto: David Franco

Instrumento de cuerda para el proyecto 'Imagine', de Pedro Reyes - Foto: David Franco

Instrumento de cuerda para el proyecto ‘Imagine’, de Pedro Reyes – Foto: David Franco

Instrumento de cuerda fabricado con una escopeta y un casco - Foto: David Franco

Instrumento de cuerda fabricado con una escopeta y un casco – Foto: David Franco

Los instrumentos musicales más extravagantes

Algunos extravagantes, otros desfasados e incluso uno de ellos inhumano. Estos artilugios escapan de las formaciones tradicionales, tienen apariencias y sonidos extraños. El Cotilleando a… de esta semana reúne cinco instrumentos musicales muy diferentes, diseminados en el tiempo, que no atienden a clasificaciones.

Douglas Yeo, uno de los mejores intérpretes de serpentón

Douglas Yeo, uno de los mejores intérpretes de serpentón

1. El serpentón. Parece ser que lo inventó Edmé Guillaume, un canónigo francés en 1590, cuando apenas había instrumentos de viento que funcionaran como bajos. Los coros tenían poca presencia en las notas más graves y en el entorno de la Iglesia no estaba bien visto introducir instrumentos de ambientes seculares. El clérigo tomó parte en la construcción del serpentón o bien lo encargó a un artesano al que describió las características que debía tener el nuevo sonido. Comenzó acompañando a las voces masculinas de las coros religiosos y después se introdujo en la música militar. Se convirtió también en el sustituto ideal del órgano para las pequeñas parroquias rurales que no tenían uno y aunque encontró su lugar en las orquestas del siglo XIX, pronto fue reemplazado por versiones más cómodas de tocar y de matices más sofisticados, como el figle o la tuba. Tras mucho tiempo en el olvido, en el siglo XX fue recuperado por Christopher Monk (1921-1991), un entusiasta de los instrumentos extintos que comenzó a hacer reproducciones de serpentones y cornetas. Se convirtió en un gran intérprete y en un estudioso en la materia. El jazz y las bandas sonoras siguen teniendo hueco para la gran tuba sinuosa, de profundo sonido de madera y aspecto prehistórico.

El arpa láser

El arpa láser

2. El arpa láser. Con una apabullante aura ochentera, sus rayos pueden ser de colores y alargarse varios metros, creando el efecto de ciencia ficción que acompaña a la perfección al sonido que produce. Aunque el término fue acuñado por Geoffrey Rose a mediados de los años setenta, fue el compositor francés de música electrónica Bernard Szajner quien la patentó en 1981. También pintor y amante de la luz, Szajner vio en el invento el vehículo ideal para unir música y espectáculo. El arpa retro-futurista tiene ,en lugar de cuerdas, rayos láser que producen notas cuando se bloquean con la mano cada una de sus ondas. Un sintetizador o un ordenador conectados al instrumento reproducen el sonido. El contacto con la piel y los ojos no es recomendable y los intérpretes suelen llevar gafas y guantes protectores. Hay cierta controversia en cuanto a la veracidad del invento: Jean Michel Jarre -compositor de bandas sonoras épicas- lo ha utilizado en muchos de sus conciertos y ha levantado sospechas sobre si realmente los rayos producían notas o era todo una parafernalia circense. Por otro lado, hay aficionados a la electrónica que proporcionan instrucciones en Internet sobre cómo fabricar un arpa láser y los ejemplos parecen demasiado numerosos como para que se trate de un engaño.

Léon Theremin con su invento

Léon Theremin con su invento

3. El theremín. El ruso Léon Theremin (1896-1993) se convirtió en un pionero de la música electrónica con un instrumento que a primera vista parece mágico, que no hace falta tocar físicamente para que suene. El intérprete parece una especie de director de orquesta, el sonido es vibrante y sinuoso. Dos antenas de metal, una para el volumen y otra para las oscilaciones de frecuencias, crean un campo electromagnético que puede ser manipulado con las manos para crear sonidos. El instrumento tuvo una gran repercusión en la Unión Soviética, interesada en nuevas aplicaciones para la electricidad: el inventor incluso mostró su creación a Lenin, que tras la actuación le pidió probarla y se mostró entusiasmado con los resultados. Más tarde, Léon Theremin fue acusado de espía por el régimen y escapó a Estados Unidos, donde incluso tocó el instrumento que lleva su nombre con la Filarmónica de Nueva York en 1928. El sonido misterioso que emite se aprovechó en los años cincuenta en las bandas sonoras de películas de terror y ciencia ficción, como Ultimátum a la Tierra (Robert Wise, 1951). Aunque cayó en el abandono cuando llegaron los sintetizadores, su encanto innato ha seducido a los Beach Boys, Led Zeppelin, los Rolling Stones y a Pink Floyd.

El 'katzenklavier' en una ilustración de 1883

El 'katzenklavier' (1883)

4. Katzenklavier (piano de gatos). Afortunadamente no se sabe de ningún ejemplar físico. Se supone que el instrumento consistía en un teclado con pequeñas celdas que contenían gatos. Las colas de los animales se unían a las teclas, de tal manera que al apretarlas se estiraba del rabo al gato, que emitía un maullido quejumbroso. Existen testimonios escritos: el primero es de un texto del siglo XVII que narra un anécdota del rey Felipe II cuando visitó en 1549 a su padre -el Emperador Carlos V- en Bruselas. Ambos se deleitaron con una procesión de carrozas que incluía una con un piano de unos 20 gatos, organizados por el tono de sus maullidos.  El jesuita alemán Athanasius Kircher (1601-1680) y el médico Johann Christian Reil (1759-1813) también hablan del invento con detalle, pero esta vez aplicado al campo de la medicina: se suponía que podía ayudar a los pacientes con déficit de atención a concentrarse.

El 'waterphone'

El 'waterphone'

5. El Waterphone. Inventado y patentado por Richard Waters en los años setenta, el waterphone (que podría traducirse por aguáfono) está inspirado en el cuenco tibetano y se puede tocar con las manos, con arco y con baquetas. El sonido, ambiental y new age, varía según la posición del agua y la cantidad de líquido que haya en el interior. El waterphone se ha empleado en bandas sonoras de películas como Poltergeist (Tobe Hooper, 1982), Matrix (Andy y Lana Wachowski, 1999) y Tigre y Dragón (Ang Lee, 2000). Miles Davis lo utilizó en Tutu (1986) y Aurora (1989), dos de sus últimos discos. Tom Waits también coqueteó con el invento. Waters los fabrica desde hace cuarenta años y asegura que el instrumento incluso ha sido utilizado con éxito para captar la atención de ballenas y otros cetáceos.

Helena Celdrán