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Toni Spyra, pequeñas instalaciones callejeras que lo cambian todo

'Soup' - Toni  Spyra

‘Soup’ – Toni Spyra

Suele utilizar materiales baratos y sabe comunicar lo que quiere con sólo una pequeña modificación del paisaje urbano. El alemán Toni Spyra (1981) sólo tiene que poner junto a un socavón una cuchara sopera, agregar a un poste una cámara falsa de seguridad, añadir a una señal de tráfico elevada el aro de una cancha de baloncesto.

No suelta prenda. Si alguien busca saber más de las obras por boca del artista, deberá conformarse con las cuentas de Facebook o Twitter, en las que hay poco más que mensajes de agradecimiento y avisos escuetos de inauguraciones de exposiciones. En noviembre, se estrenó con su primera muestra en solitario en una galería de Berlín, en la que acompañó las imágenes de sus istalaciones callejeras de una colección de sus objetos modificados.

'Piñata' - Tony Spyra

‘Piñata’ – Tony Spyra

El artista alemán, afincado en la ciudad austriaca de Linz, flirtea con el arte conceptual, pero quitándole la solemnidad y la presuntuosidad de la que suele pecar. Un desatascador tiene por mango una flauta, de un cubo de lavar asoma una melena negra, una bolsa negra con tres agujeros convierte a Penélope Cruz (portada de una revista femenina) en una terrorista. En la exposición berlinesa, hizo una piñata con la forma y el característico color naranja de las papeleras de la capital alemana: en la base, un agujero dejaba caer los caramelos al suelo, una imagen que se reproduce a menudo en la realidad, con basura en lugar de dulces.

Curioso observador del paisaje de una ciudad, de nuestros pecados y anhelos con respecto a la vida urbana, Spyra obliga a la reflexión, a prestar atención a lo que —a veces de modo inconsciente— incomoda o duele, siempre acercándose con humor, sin necesidad de mostrarse dramático.

Helena Celdrán

'Tombstone' - Toni Spyra

‘Tombstone’ – Toni Spyra

'Protection' - Toni Spyra

‘Protection’ – Toni Spyra

'Captor' - Toni Spyra

‘Captor’ – Toni Spyra

'Zoo' - Toni Spyra

‘Zoo’ – Toni Spyra

'Sucker' - Toni Spyra

‘Sucker’ – Toni Spyra

'Stromfalle' - Toni Spyra

‘Stromfalle’ – Toni Spyra

'Streetball' - Toni Spyra

‘Streetball’ – Toni Spyra

‘Dalston House’, el edificio victoriano que se puede escalar

Hay bebés sujetándose del alféizar de la ventana con sólo un brazo, adultos trepando con tranquilidad la fachada de ladrillos, niños haciéndo el pino en un travesaño… Dalston House reta las leyes de gravedad y ofrece al público la posibilidad de distorsionar la lógica por un momento.

El artista argentino Leandro Erlich, famoso por crear en sus obras ilusiones visuales, recrea en el suelo la fachada de un edificio victoriano y en un ángulo de 45 grados instala un gran espejo en el que se refleja la falsa construcción. El conjunto es sencillo, efectivo «accesible y lúdico»: quienes se colocan en el suelo se ven en el espejo como si estuvieran jugándose la vida.

Erlich explica que la obra es una reflexión sobre «el modo en que entendemos la construcción de la realidad» y a la vez un aliciente para la participación y el juego: «quiero que la gente se de cuenta de que la realidad es lo que construimos. No nos viene dada, sino que nos enfrentamos a ella y es algo de lo que somos responsables», dice el artista en una entrevista a The Guardian.

La iniciativa es un encargo del Barbican Centre de Londres y se puede visitar hasta el 4 de agosto en Hackney, un municipio del noreste de la capital británica. El lugar de la instalación —un descampado vacío de edificios desde que fueron bombardeados en la II Guerra Mundial— es también un homenaje a las construcciones tradicionales de Hackney, que sufrió durante décadas un abandono del que ahora parece estar recuperándose.

Helena Celdrán

Dalston House - © Sidd Khajuria

Dalston House – © Sidd Khajuria

'Dalston House' - © Sidd Khajuria

‘Dalston House’ – © Sidd Khajuria

'Dalston House' - © Gar Powell-Evans

‘Dalston House’ – © Gar Powell-Evans

 

'Dalston House' - © Gar Powell-Evans

‘Dalston House’ – © Gar Powell-Evans

 

‘Micrarium’, el ‘templo’ de la belleza microscópica

Cría de sepia - © UCL, Grant Museum of Zoology/Robert Eagle

Cría de sepia – © UCL, Grant Museum of Zoology/Robert Eagle

«Se suele decir que el 95% de las especies animales conocidas son más pequeñas que el dedo pulgar, pero a pesar de ello la mayoría de los museos de historia natural llenan sus exposiciones de grandes animales», dicen desde el Museo Grant de Zoología, en Londres.

Desde el 7 de febrero el centro —que pertenece al University College de Londres (UCL) y conserva cerca de 67.000 especímenes representativos de todo el reino animal— se atreve a acabar el agravio y mostrar lo invisible. El Micrarium (situado en una antigua oficina del museo) es una sala de reducidas dimensiones, «una cueva iluminada con luz posterior» en la que se agolpan delicadas transparencias y diapositivas que introducen al espectador en el universo de lo minúsculo.

Detalle del 'Micrarium' - © UCL, Grant Museum of Zoology/Robert Eagle

Detalle del ‘Micrarium’ – © UCL, Grant Museum of Zoology/Robert Eagle

En una iniciativa que oscila entre el «experimento», la instalación artística y la divulgación científica, la habitación contiene unas 2000 imágenes que de otra manera estarían condenadas a permanecer en los almacenes por la dificultad de mostrarlas de manera clara y ordenada.

Entre los tesoros del Micrarium, semejante a un templo que venera a deidades microscópicas, se pueden observar con todo lujo de detalles las fuertes patas de una pulga, un calamar de tan solo unos milímetros de largo e imágenes de escarabajos seccionados a lo largo en las que se aprecian con nitidez las antenas, la cabeza, las patas y el cuerpo.

El «espacio de inmersión» — que tiene carácter de sala permanente y se puede visitar gratis— recopila transparencias que muestran todo el organismo o gran parte de él (para que cada imagen sea fácilmente reconocible), pero también detalles de grandes mamíferos. El mosaico iluminado presenta en conjunto imágenes de larvas y huevas con detalles de la cabeza de una lamprea, fósiles de mamut o muestras de ballenas.

El único museo universitario de zoología que queda en la capital del Reino Unido logra con el Micrarium «mostrar la diversidad de la vida invertebrada», rescatar del anonimato un valioso material que, en conjunto, muestra una realidad pasada por alto sólo porque nuestros ojos no son capaces de percibirla.

Helena Celdrán

Un artista obsesionado con construir «Tetris en la vida real»

'The Move Overseas' (2012) - Michael Johansson

‘The Move Overseas’ (2012) – Michael Johansson

Michael Johansson (Trollhättan-Suecia, 1975) se siente «intrigado» por la «irregularidad», la rareza fascinante, la coincidencia asombrosa. Pero no es el suceso extraordinario lo que le atrae, sino la «exagerada regularidad», cuando los colores y los patrones de dos objetos muy diferentes coinciden de manera asombrosa, cuando dos personas «se cruzan vestidas con el mismo atuendo», cuando el mismo actor actúa en dos películas que se emiten a la vez en canales de televisión diferentes o cuando en un aparcamiento coinciden en una misma zona los coches del mismo color.

El artista, obsesionado con el orden armónico, realiza instalaciones en las que todos los elementos encajan a la perfección en forma de cubos, paredes o columnas. Los conjuntos guardan un equilibrio asombroso a pesar de la inconexión entre ellos: en una misma obra puede haber una nevera, un coche, un cubo de basura y tubos de obras. Los armarios de cocina pueden convivir con maletas, una báscula, una pizarra y una regleta de enchufes.

Describe sus trabajos como un «Tetris en la vida real» y se siente ajeno al diseño proque precisamente persigue «separar» cada objeto de su función original para fundirlo en una superficie en la que apenas se diferencia de los elementos que lo rodean. El espectador tiene que identificar cada pieza del bloque y pararse a pensar en su uso anterior, como deshaciendo un puzzle.

Helena Celdrán

'Tetris - Geozavod' (2012) - Michael Johansson

‘Tetris – Geozavod’ (2012) – Michael Johansson

Recollecting Koganecho (2012) - Michael Johansson

Recollecting Koganecho (2012) – Michael Johansson

'Komplementär' (2012) - Michael Johansson

‘Komplementär’ (2012) – Michael Johansson

'Ghost V' (2011) - Michael Johansson

‘Ghost V’ (2011) – Michael Johansson

Nubes reales en el interior de una galería

'Nimbus II'

'Nimbus II'

Las nubes del holandés Berndnaut Smilde (Groninga, 1978) tienen una vida efímera y  permanecen suspendidas en la habitación vacía, como en una fantasía surrealista de René Magritte o en la escena ilógica de una película de David Lynch.

La performance fue especialmente creada por el artista para la galería Probe de Arnhem (Holanda) .  Sin retoques ni manipulaciones fotográficas, el artista fue capaz de producir cúmulos y nimbos en espacios cerrados regulando la humedad y la temperatura de la sala y aplicando después una pequeña ráfaga de vapor con una máquina de humo. El resultado del experimento son nubes pictóricas, de esas que al recibir la luz del sol causan el efecto visual de ser suaves y redondeadas, como de algodón, que suelen anunciar tormentas.

'Nimbus'

'Nimbus'

Alrededor se adivina el vapor y debajo se agrupan pequeñas gotas de rocío. El efecto de la creación artificial dura sólo unos instantes en los que Smilde aprovecha para fotografiar el milagro y dejar que los asistentes se maravillen ante una visión tan singular.

Smilde, lejos de causar extrañeza, empezó a gestar la idea para recrear un tópico de los dibujos animados, «una visualización de la mala suerte»: el del personaje con la lluvia sobre la cabeza, empapándolo sólo a él, representando al gafe. «También se puede interpretar como un elemento salido del paisaje de un cuadro holandés colgado en la clásica sala de un museo», dice en una entrevista para la galería que vio nacer las nubes en su interior.

Helena Celdrán

El homenaje a la corta vida de un insecto

Las cucarachas viven más de un año; la mosca, de 15 a 25 días; la abeja, seis semanas. «A los ojos de la mayoría de la gente, la vida de un bicho es corta. Cuando las cosas que vienen se van en un solo día, muchos no se paran a honrar esas pequeñas y fugaces existencias. Queríamos crear un monumento para aquellos que tienden a ser pasados por alto».

Los creativos de la agencia publicitaria Carmichael Lynch, en Minneapolis (EE UU) han iniciado una serie de proyectos que buscan «la creatividad por la creatividad», independientes y sin un cliente que los condicione.

Uno de los homenajes de 'Bug Memorials'

Uno de los altares de 'Bug Memorials'

Bug Memorials (Monumentos en memoria de bichos) es la primera de una futura serie de acciones que llevará a cabo el colectivo recién fundado.

Diminutos osos de juguete y ramos de flores hechos de alambre se amontonan en torno a dos caballetes con cuadros también minúsculos: en el más grande hay una foto de una cucaracha; en el pequeño, el retrato en blanco y negro de una larva. En medio de la escenografía yace el cadáver del insecto, hay que suponer que es el mismo que muestran los dos cuadros.

Sólo les llevó unos días reunir todas las piezas, disponerlas a modo de conmemoración funeraria y hacer vídeos y fotos de la excentricidad. Su idea inicial era abandonar las escenas en la calle, «pero los objetos eran tan delicados que echaban a volar con la más leve brisa. Como la vida de los bichos que honraban, no duraban demasiado«, dice uno de los creativos.

A la pregunta de si Bug Memorials es una broma, sus creadores contestan con un críptico: «Eso lo tiene que decidir el espectador». En el corto periodo de tiempo que pasaron las instalaciones en la calle, los autores destacan que hubo reacciones de curiosidad y risas, pero tambiém actitudes de respeto hacia el insecto e incluso alguna lágrima.

Helena Celdrán

Flores para pacientes psiquiátricos que nunca las recibieron

Crisantemos en uno de los pasillos del MMHC

Crisantemos en uno de los pasillos del MMHC

¿Cómo se rinde homenaje a un edificio que fue un hospital psiquiátrico durante casi un siglo?

La institución había sido parte de la vida de los habitantes de Boston (Massachussetts-EE UU) a lo largo de 90 años e iba a ser demolida en 2003. Se había quedado obsoleta y estaba deteriorada. Lejos de conformarse con una placa o un acto con discursos, los propietarios del Massachusetts Mental Health Center (MMHC) buscaban un modo de acercar a los ciudadanos a un edificio que nació para los estigmatizados por la sociedad, en un momento en que el desconocimiento de la mente humana daba paso al despegue de la psicología moderna.

La artista Anna Schuleit trabajaba entonces para una institución mental cercana elaborando proyectos artísticos. Le propusieron llevar a cabo una acción que honrara a la construcción histórica y captara la sensibilidad y la mezcla de emociones que durante casi 100 años se gestaron allí. Le dieron tres meses.

Uno de los despachos que Anna Schuleit llenó de tulipanes naranjas

Uno de los despachos que Anna Schuleit llenó de tulipanes naranjas

Pidió las llaves de todas las estancias del edificio, una oficina para desarrollar ideas y una persona a su disposición que lo supiera todo sobre la historia del psiquiátrico. Schuleit le daba vueltas a una idea divertida que chocara con la seriedad del lugar, que tuviera algo de absurdo y de conmemoración.Pronto comenzó a pensar en plantas, pero no quería trabajar con flores cortadas: «Quería que continuaran tras la instalación. Bloom es un reflejo del simbolismo curativo de las flores que se dan a los enfermos postrados y confinados en un hospital», explica en una entrevista.

Tras su experiencia trabajando en psiquiátricos se había dado cuenta de la ausencia de flores en los centros de salud mental. Los pacientes recibían ramos y plantas en escasísimas ocasiones: la artista quería recalcar esa ausencia con un reguero de color invadiendo cada sala.

Para Bloom (Floración) utilizó 28.000 flores en macetas que cubrieron todas las instalaciones del MMHC. Con la ayuda de 80 voluntarios espontáneos, regó y colocó todas las plantas, clasificándolas por tipos, en todas las habitaciones.

El centro estuvo abierto al público durante cuatro días. Acudieron los que nunca se habían acercado y también antiguos trabajadores y pacientes.

La unidad de psiquiatría infantil, cubierta de tulipanes blancos

La unidad de psiquiatría infantil, cubierta de tulipanes blancos

Las emociones quedaron documentadas en un libro de visitas. «Para todos los pacientes que nunca recibieron flores, estas flores son para vosotros«; «caminé a través de Bloom con un buen amigo que ha pasado mucho tiempo dentro de hospitales similares. Estuvo cerca del llanto y tenía ganas de saltar sobre las flores (…). Reconocimos que Bloom había llevado la belleza a lo que inherentemente había sido un tema tabú«.

Los tulipanes naranjas, los crisantemos rojos, los brezos, las violetas, las begonias… El tumulto de delicadas flores siguió su viaje hacia la curación. Finalizados los cuatro días de gloria del proyecto, el edificio se cerró y las 28.000 flores se donaron a refugios, centros de reinserción social y hospitales psiquiátricos de Nueva Inglaterra.

Helena Celdrán

‘Metropolis II’, ¿una escultura cinética o un Scalextric salido de madre?

Su construcción llevó cuatro años, un coleccionista la adquirió por una cantidad exagerada -y desconocida, pero de siete cifras- y ese mismo comprador misterioso la ha cedido al Lacma de Los Ángeles, donde la obra pasará una década.

'Metropolis II' en el Lacma - © Chris Burden - © Museum Associates

'Metropolis II' en el Lacma - © Chris Burden - © Museum Associates

El artista Chris Burden es el autor de Metropolis II, clasificada por el Museo del Condado de Los Ángeles como «una intensa y compleja escultura cinética», pero con más pinta de ser un híbrido entre los escenarios de la famosa película de Fritz Lang y un Scalextric salido de madre.

La estructura de seis metros de ancho y más de nueve de largo, tiene 18 carreteras que soportan la violencia de 1.100 coches que circulan a 23,3 millas por hora (unos 37 kilómetros), el equivalente según la escala a ir a 370 km/h por una ciudad como Los Ángeles.

La única motorización de los coches es la cinta transportadora que los impulsa en lo alto del circuito. Los vehículos corren libres de un modo apocalíptico, se amontonan en los carriles y sólo paran cuando el morro choca con la parte trasera del vehículo que tienen delante.

Una de las bifurcaciones de 'Metropolis II'

'Metropolis II'

Burden juega además con la baza del sonido, «que hipnotiza y provoca ansiedad al mismo tiempo» para recrear el ritmo vital de los habitantes de una gran ciudad, sometidos al estrés de la eterna banda sonora obligada de coches sobre el asfalto.

A veces hay accidentes, los vehículos se apilan y se salen de la trayectoria afectando a las vías de los trenes, con lo que siempre tiene que haber un operario cerca para que la ciudad no se vaya al tacho. Ese no es el único problema: se prevé que la instalación, aunque sólo funcionará los fines de semana, presente con el paso de los años problemas con el desgaste de las estructuras y los coches. Metropolis II se perfila como una pesadilla para cualquier museo.

Helena Celdrán

¿Música electrónica con peces de colores?

Quintetto es una instalación algo extravagante, pero agradable a la vista y al oído. Los instrumentos de esta orquesta creada por Quite Ensemble, un estudio italiano que explora la relación entre arte, tecnología y música, son cinco tanques alargados de PVC, en cada de los cuales hay  un carpín (el clásico pez anaranjado de acuario).

La imagen de los peces se captura con una videocámara que transmite los movimientos verticales a un software de ordenador, que convierte los bailes acuáticos en señales de sonido digital.

Hoy traigo a la sección de Artefactos este experimento, cuyo resultado es un «concierto inesperado» que se alarga hasta la eternidad. Cada animal dibuja inconscientemente una capa de sonido tan aleatoria como la trayectoria.

Dicen que su obetivo es revelar «los ‘conciertos invisibles’ de la vida diaria». Aunque etéreo y romántico, tengo que confesar que me resulta complicado saber a qué pez corresponde uno u otro sonido. Lo más fácil es captar la señal contínua del que se ha quedado quieto, pegado a una de las paredes o al suelo de la pecera. A ver si ustedes tienen más suerte.

Helena Celdrán