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Un vídeo interactivo para saber qué pasa tras las ventanas de ‘Physical Graffiti’

"Physical Graffiti" - Led Zeppelin, 1975

«Physical Graffiti» – Led Zeppelin, 1975

La carpeta era una invitación al voyeurismo. Querías ser indiscreto con cada ventana, averiguar qué historia protegían, qué secreto guardaban, qué vulgaridad o excelencia habitaban tras las cristaleras.

El envoltorio del sexto disco de Led Zeppelin, el doble álbum Physical Graffitti, que salió a la venta en febrero de 1975, te sacudía antes que la música. La foto del par de edificios gemelos —reales, aún siguen allí: en los números 96 y 98 de St. Marks’ Place de Nueva York— tenía cada ventana troquelada para que los huecos coincidieran con las imágenes de las fundas del par de discos que venían dentro de la carpeta.

El diseñador Peter Corriston aseguraba así una permutación combinatoria con las cuatro portadas interiores y las dos exteriores —el anverso con el edificio retratado durante el día y el reverso, de noche—.

La cubierta de 'Physical Graffiti' extendida

La cubierta de ‘Physical Graffiti’ extendida

Aquello era un santuario de notables al estilo de los collage arty que se pusieron de moda tras la cubierta de Sgt. Peppers Lonely Heart’s Club Band (The Beatles, 1967). Por las ventanas podían asomarse Elizabeth Taylor ataviada de Cleopatra, King Kong, la Virgen María, Judy Garland y sus compañeros en El Mago de Oz, el astronauta Neil Amstrong, el pionero del culturismo Charles Atlás, El Gordo y El Flaco, Lee Harvey Oswald, los cuatro músicos de Led Zeppelin vestidos como harapientos vagabundos…

El envoltorio del disco era misterioso, sólido y tenía el añadido de las portadas que aspiraban a la condición de obras de arte visual.

Ahora, coincidiendo con la reedición de una versión remezclada de Physical Graffiti, nos llevan un paso más allá con un fascinante vídeo interactivo que se puede ver abajo o, si se desea disfrutar en un formato mayor, en este vínculo.

Una recomendación previa que con Led Zeppelin siempre debe acatarse: suban al máximo el volumen.


El realizador Hal Kirkland ha utilizado la idea de las ventanas abiertas a otros mundos, la canción Trampled Under Foot y la última tecnología digital para montar un vídeo por el que se puede navegar entre las diferentes estancias del edificio mientras suena uno de los temas más machacones y sólidos de Physical Graffiti.

Con una barra de navegación que emula el perfil de los edificios, el espectador puede pasar de una habitación a otra para encontrarse con escenas de una película de Georges Méliès, montajes virtuales de sótanos y oscuras abadías muy adecuadas al aire arcano que el grupo pretendía ofrecer con sus guiños al satanismo y el ocultismo y, sobre todo, pequeños cortometrajes hilarantes que van desde un niño arrebatado emulando a Robert Plant, una vieja hippie que se divierte a todo gas, dos muchachas que convierten una cocina en pista de baile, un hispter que escucha la canción mientras conduce un descapotable, imágenes de un concierto del grupo en 1975

Capturas de los vídeos de "Trampled Under Foot" © Hal Kirkland

Capturas de los vídeos de «Trampled Under Foot» © Hal Kirkland

No es el primer videoclip de extraordinaria calidad y simpatía de Kirkland, que en 2008 se llevó de calle un buen lote de premios a la mejor animación con Hibi No Niero, grabado enteramente con webcams y con un presupuesto de producción, como señala orgulloso el realizador, de «cero dólares».

Para el de Led Zeppelin ha rodado con más medios, pero no son los efectos de alto coste los que marcan la pieza audiovisual, sino la viveza de la idea, basada en un acto tan primario como entrar en los infinitos mundos posibles que desde el interior de las ventanas multiplican, agigantan y trastornan la normalidad del lado de afuera. Casi siempre es mejor entrar que salir.

Jose Ángel González

Combinando la brutalidad de la guillotina y la delicadeza del papel

'Paper Cuts' en Amsterdam - Mandy Smith/Hal Kirkland

‘Paper Cuts’ en Amsterdam – Mandy Smith/Hal Kirkland

En lugar de una cuchilla, lo que corta el cuello es un papel afilado que incluso se deforma por el impacto contra la nuca. Aunque el ajusticiado sabe que no corre peligro, son inevitables los nervios unos segundos antes, los actos reflejos y la sonrisa que trata de ocultar cierta inquietud. Algunos confiesan después que experimentaron cierto miedo.

La artista del papel Mandy Smith y el publicista Hal Kirkland colaboran en la escultura interactiva Paper Cuts (Cortes de papel), una pieza que transforma la sordidez de la guillotina en un acto lúdico. El dúo artístico británico da «un nuevo giro al infame aparato» y a la vez despierta «la fascinación natural de la gente por lo macabro». Tras su debut en Amsterdam en marzo, recientemente expusieron la guillotina en el festival de diseño gráfico Pick Me Up que se celebró en el centro Somerset House de Londres y ahora planean anunciar más fechas en diferentes ciudades.

En ambas ocasiones invitaron a los visitantes a ser guillotinados: los voluntarios escribían previamente sus «últimas palabras» en una tarjeta y luego introducían la cabeza en la estructura de papel de 3,8 metros de alto. Smith y Kirkland añadieron una cámara que enfocaba al rostro del voluntario y que capturaba el momento justo en que la cuchilla caía. La colección de fotos de «expresiones faciales» (con las que también hicieron gifs animados) está disponible en la página web del proyecto. Para curar las posibles heridas, los participantes podían ponerse una tirita blanca en la nuca.

'Paper Cuts'

‘Paper Cuts’

Desde su niñez, Smith asegura haberse sentido impresionada por la idea del ajusticiamiento interpretado como un espectáculo al que hace siglos en Europa acudía toda la familia. La guillotina tiene además un fuerte componente histórico: aunque la decapitación se realizaba con instrumentos similares desde por lo menos el siglo XIII, el invento se identifica automáticamente con la Revolución Francesa —iniciada en 1789— y en particular con su etapa más sangrienta —el reinado del Terror, de 1793 a 1794—. Además de los célebres ajusticiamientos del rey Luis XVI y la reina consorte María Antonieta de Austria, se calcula que entre 35.000 y 40.000 personas murieron en Francia acusadas de estar involucradas en actividades contrarrevolucionarias, muchas de ellas fueron ejecutadas en la guillotina. Por lo demás, el instrumento fue utilizado para aplicar la pena de muerte en Europa en algunos países hasta avanzado el siglo XX, como es el caso de la República Democrática de Alemania, que dejó de guillotinar en 1969.

La artista comenzó a jugar en su mente con la creación de una serie de «aparatos mortales» que pudiera representar en su medio (el papel), contradiciéndo la fragilidad y la belleza de una creación en papel con la brutalidad extrema de un invento cuyo único fin es matar. Kirkland sugirió que reprodujera la guillotina a tamaño real para permitir que una obra en papel (normalmente demasiado delicada para que la pueda tocar el público) pase a ser interactiva.

Helena Celdrán

'Paper Cuts' - Mandy Smith/Hal Kirkland

‘Paper Cuts’ – Mandy Smith/Hal Kirkland

La guillotina de 'Paper Cuts' - Mandy Smith/Hal Kirkland

La guillotina de ‘Paper Cuts’ – Mandy Smith/Hal Kirkland

'Paper Cuts' en Londres - Mandy Smith/Hal Kirkland

‘Paper Cuts’ en Londres – Mandy Smith/Hal Kirkland