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El arte que se esconde en las agujas del reloj

El conjunto de palitos negros se mueve en la misma dirección, crea efectos visuales envolventes, forma de pronto una serie de números que se desvanecen tal y como llegaron… Es fácil olvidar que no son más que agujas de reloj.

El estudio sueco Humans since 1982 experimenta con el diseño de los relojes de agujas para alterar su funcionamiento y construir esculturas cinéticas. En la sucesión de proyectos relacionados con el sencillo mecanismo han crecido en sofisticación e inventiva. En 6 at 6 modificaron media docena de relojes que hacían coincidir las manillas para formar el número seis a las seis. Para The Clock Clock construyeron paneles de varios que juntos daban la hora en números formados por las agujas, cuadriculados como en los relojes digitales. Clock typefont II es un asombroso juego de tipografías.

La última de sus instalaciones escapa de los patrones numéricos y utiliza las agujas con un fin puramente estético.  A million times (un título que juega a los varios significados del término inglés time, que puede traducirse por tiempo y también vez) está formada por cerca de 300 relojes analógicos interconectados, cada uno con dos motores para que las dos manecillas se muevan sin depender la una de la otra y formar así coreografías.

La obra, de 3,44 metros de largo y 1,80 de ancho, se expone del 18 al 21 de marzo en Design Days Dubai, una feria especializada en muebles y objetos de diseño de edición limitada y enfocada al coleccionismo.

Helena Celdrán

Mecanismos que quieren estar vivos

Las máquinas de Reuben Margolin provocan la sensación de estar ante un organismo vivo. Imanes, acero, cuerdas, tubos y motores imitan a la lluvia, a las olas del mar, a las vértebras de un cuadrúpedo, a la forma de nadar de una medusa. Son Artefactos, pero tienen alma.

Las matemáticas y la física lo cautivaron desde siempre, pero al empezar a estudiarlas en la universidad de Harvard le pudo su lado artístico, se licenció en una carrera de letras y se fue a Italia y Rusia para estudiar pintura.

Algo se encendió en su interior cuando en 1999 se puso a observar de cerca a una oruga. Los movimientos reptantes y cíclicos, la precisión biológica del insecto… Tenía que haber maneras de imitar una visión tan estética, compleja y natural al mismo tiempo. Fue el nacimiento de sus esculturas cinéticas.

'Caterpillar' - Reuben Margolin

'Caterpillar' - Reuben Margolin

No voy a hablar del proceso técnico, de las dificultades y teorías que Margolin pueda tener. Eso sería darle un aura de marisabidillo que no tiene y llevaría a los tertulianos a tacharlo de pedante sacacuartos.

En los vídeos suyos disponibles en la red, ya sea en entrevistas informales o en pequeñas conferencias, su sencillez y entusiasmo son abrumadores.

Da la sensación de que la única pretensión de este hombre fuera pasarlo bien con una extraña mezcla de arte y ciencia que enciende su vida personal.

Piezas que se deslizan, que suben y bajan. A veces son simples juegos de anillas, otras son grandes instalaciones con cientos de hilos colgantes que enganchan todas las piezas necesarias para que el movimiento fluya. ¿Quién diría que cuesta tanto trabajo moverse como un ser vivo?

Helena Celdrán