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Fotografiarse sobre 500 bombas de Hiroshima

Digamos que es un desastre con atractivo: la posibilidad de visitar una ciudad modelo soviética capturada en el tiempo, encerrada en una burbuja militar, intocable porque continúa apestada de restos de radiación en la zona de exclusión. La cercanía del bosque rojo, cuyo nombre te recuerda a los colores primarios de la muerte.

Es la atracción por la fatalidad comprimida en un tag geográfico: #pripyat, la ciudad fantasma desde 1986. En Instagram exaltan los fotógrafos el concepto de “meca de la exploración urbana”. Etiquetan de este modo a Chernóbil​, un pequeño apocalipsis al alcance de los exploradores por un puñado de grivnas (la moneda de Ucrania).

Donde debería existir un extenso museo – aún hoy imposible por las marcas mortales de la explosión- hay turoperadores que cruzan a diario la barrera militar para mostrarles a los turistas cómo es Pripyat, la ciudad dormida entre las sábanas negras de un reactor incendiado, emblema del comunismo hoy rendido ante las masas arbóreas, los animales vagabundos y el silencio radioactivo. Ofrecen un día emocionante. La posibilidad de unas fotos únicas.

“Toque lo intacto. Sienta lo desconocido. Vea lo salvaje”.

Pripyat se ha convertido en el emblema de las fotografías de territorios abandonados, una moda, disciplina o pasión, que lleva a miles de personas a adentrarse en espacios olvidados, derruidos o prohibidos, con el objetivo de conseguir imágenes impactantes, poéticas, odas a la fragilidad de la prepotencia humana.

Exploring the exclusion zone of Chernobyl and its ghost town Pripyat. #flynordica

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‘One Chance’, el videojuego al que sólo podrás jugar una vez

'One Chance' - AwkwardSilenceGamesEres el científico creador de un agente patógeno que está matando a todas las células vivas del planeta, lo que parecía una cura para el cáncer se ha convertido en la mayor pesadilla de la historia de la humanidad. Ese es el punto de partida de One Chance (Una oportunidad), un videojuego como recuperado del pasado, sin rastro de los fuegos de artificio tecnológicos de los que alardean los actuales. El científico es una figurilla barbuda apenas definida por grandes píxeles. Las flechas del teclado funcionan como controles y la barra espaciadora es «para interactuar».

Lo particular de esta aventura no reside en la estética nostálgica, sino en las condiciones que establece. No es posible el entrenamiento previo ni permitirse el lujo de sucumbir al primer villano: One Chance se llama así porque sólo se puede jugar una vez. Tras el primer y único intento, el juego memoriza la IP del ordenador para que el jugador no repita.

Tampoco es un recorrido de obstáculos al uso. El protagonista (John Pilgrim) no debe matar monstruos, sino más bien decidir qué hacer en los seis días —contabilizados por el propio juego y sin pausa posible— que le quedan sobre la Tierra. Tiene la posibilidad de inventar en el laboratorio un antídoto para salvar el mundo, pasar lo que le queda de vida con su familia o perder el control y volverse loco. La apariencia naíf del juego sólo sirve para producir una extraña sensación de impotencia al comprobar cómo la única manera de avanzar que tiene el personaje son las flechas laterales.

'One Chance' - AwkwardSilenceGames

Creado por AwkwardSilenceGames (un pequeño estudio inglés de videojuegos independientes) y alojado en Newgrounds, un portal de juegos en Flash y animaciones que también funciona como una especie de red social, casi tres millones de personas se han puesto en la piel de Pilgrim. Los comentarios revelan la importancia de «trabajar» en el juego el mayor tiempo posible, la posibilidad de salvarse, los finales felices y los catastróficos

Muchos apelan a lo que sintieron. «Este juego es arte. Te hace decidir sobre muchas cosas en las que tendías que pensar en una situación real». «Me salvé a mí y a mi hija, pero no sé qué fue del resto. Me pone triste». «Muy emotivo». «Incluso derramé una lágrima». En mi partida, confieso que no fui capaz de detener la catástrofe.

Por supuesto, aunque la pretensión del autor es convertir la aventura en única, hay modos de trampear el impedimento. Además de la posibilidad de ocultar o modificar la IP con programas, en el hilo de comentarios de Newgrounds, un usuario revela que simplemente hay que borrar las cookies del navegador para darle al torturado científico una nueva oportunidad para salvar al mundo.

Helena Celdrán

'One Chance' - AwkwardSilenceGames