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Salvador Dalí: discografía completa

"Lonesome Echo" - Jackie Gleason, 1955

"Lonesome Echo" - Jackie Gleason, 1955

Es el disco que utilizaría como condena para mi peor enemigo.

Jackie Gleason (1916-1987) fue inolvidable sólo una vez: cuando interpretó al Gordo de Minnesota en El buscavidas (Robert Rossen, 1961).

Entre sus muchas deficiencias estaba la mood music, ese estilo de mandolinas espaciales que esperas escuchar en una pizzería vacía en la que entras, te sientas y pides algo pese a la seguridad de que te estás condenando a una digestión pesada. No exagero: escuchen (si son capaces).

Lonesome Echo (1955), el atentado, me sirve de coartada para traer a  Top Secret una de las facetas menos aireadas de Salvador Dalí (1904-1989), que hizo de todo, especialmente si reportaba beneficios. También productos musicales.

El diseño para la cubierta del disco de Gleason, por ejemplo.

"Lonesome Echo" - Jackie Gleason, 1955 (reverso)

"Lonesome Echo" - Jackie Gleason, 1955 (reverso)

En la contraportada, el «eminente artista contemporáneo», como es definido en negritas,  se atreve a escribir unas líneas a modo de statement. Son de la misma calaña que las mandolinas:

«El primer efecto es la angustia del espacio y la soledad. El segundo, la fragilidad de las alas de una mariposa, proyectando largas sombras en el atardecer, que reverberan en el paisaje como un eco. El elemento femenino, distante y aislado, forma un triangulo perfecto con el instrumento musical, que es otro eco, la concha».

Dalí no aprendió demasiada literatura de su exnovio García Lorca. «Largas sombras en el atardecer, que reverberan en el paisaje como un eco» es peor que la peor de las pizzas.

El flirteo como (pésimo) diseñador de portadas y (peor) redactor de statements fue sólo el inicio del artista con el negocio del disco.

Diez años después de su colaboración con Gleason editó un flexidisco publicitario pagado por el banco Crédit Commercial de France, una «divina diarrea» muy daliniana que pretendía ser un panegírico a los banqueros, al dólar (jactándose del anagrama Avida Dollars con que André Bretón quiso atacarle al expulsarlo oficialmente del surrealismo) y a la capacidad alquímica del catalán para, según afirmaba, «convertir la mierda en oro».

"Être Dieu" - Salvador Dalí, Igor Wakhévitch y Manuel Vázquez Montalbán

"Être Dieu" - Salvador Dalí, Igor Wakhévitch y Manuel Vázquez Montalbán

En 1974 Dalí, el compositor de vanguardia Igor Wakhévitch (música) y el escritor Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003, libreto) acabaron el desarrollo de la ópera Être Dieu (Ser Dios), un delirio-poema en el que Brigitte Bardot es una alcachofa; Marilyn Monroe, una stripper y Dalí -sí, lo han adivinado-, Dios.

Se llegó a editar en disco en una tirada limitada en 1985, pero hoy resulta inencontrable en el mercado, aunque es fácil de localizar y sufrir gracias a los servidores de descarga directa y otros servicios P2P de Internet.

Para marcar la culminación de la ópera, una suerte de cosmogonía, Dalí dibujó, en 1972, uno de sus últimos autorretratos, un collage en el que puso la cabeza de Marilyn en el cuerpo de Mao. El cuadro fue incautado en 1993 por el servicio de Aduanas de los EE UU porque un cartel de narcotraficantes colombianos lo intentó utilizar para blanquear dinero del tráfico de cocaína. No consta que Dalí o sus herederos hayan cobrado comisión, aunque no resulta improbable.

Être Dieu no fue el último proyecto de grabación fonográfica de Dalí. Faltaba la Palabra.

"Je Suis Fou De Dalí" (1975)

"Je Suis Fou De Dalí" (1975)

En 1975, el incansable artista editó Je Suis Fou de Dalí! (¡Estoy loco, de Dalí!), una recopilación de declaraciones recopiladas de varias entrevistas donde el intento de ser chocante parece simple y llana senilidad.

¿Temario? Se lo pueden imaginar: el «método paranoico-crítico» con el que castigó al mundo desde 1950; el «catolicismo»; loas al pedómano franco-catalán Josep Pujol; la «inmortalidad» (de Dalí, por supuesto y antes que nadie, y de su amigo Walt Disney); el Tour de Francia y otras mandolinas…

El disco puede ser escuchado en la sección dedicada a Dalí de la imprescindible página Ubuweb, que también alberga los spots de televisión que el siempre atento a facturar pintor hizo para Alka Seltzer o el brandy Veterano.

Dalí y su musa Amanda Lear - Foto: Yul Brynner

Dalí y su musa Amanda Lear - Foto: Yul Brynner

No se puede dejar sin mencionar la relación de Dalí con Amanda Lear, una ex-cabaretera, quizá transexual, a la que había convertido en su musa y protegida a mediados de los años sesenta.

Ella sacó réditos a la relación ejerciendo de modelo -por ejemplo, es la mujer con la pantera en la portada del disco For Your Pleasure (1973), de Roxy Music- y cantante de medio pelo.

Amanda terminó siendo una protegida de un capo (Silvio Berlusconi) y apareciendo en la crónica rosa por salir de farra y photo call con parias de los realities.

Creo que Dalí hubiese tenido un destino similar si su predicción de inmortalidad llega a cumplirse.

Ánxel Grove