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El director de «Smells Like Teen Spirit» quiere ser fotógrafo

A Samuel Bayer (Nueva York, 1965), a quien llaman The Bear (El Oso) por la altura y la pelambrera, le sonrió la suerte en 1991, cuando la discográfica DGC del sagaz multimillonario David Geffen, le puso 50.000 dólares en la mano para grabar el videoclip de la canción Smells Like Teen Spirit, de Nirvana. Bayer no sabe todavía hoy por qué le eligieron: no tenía experiencia de ningún tipo además de los vídeos que hacía a su familia. Quizá los productores y el grupo, sostiene, se quedaron prendados con la cinta demo que había remitido a la discografíca. «Era tan mala que debieron pensar que yo era muy punk», ha declarado.

Tras el videoclip, uno de los más difundidos y reverenciados del rock, a Bayer no han dejado de irle bien las cosas. Prolífico hasta la inconsciencia —le da igual dirigir cortos promocionales para Green Day, los Rolling Stones o David Bowie que para Natalie Imbruglia, Robbie Williams o Papa Roach—, se ha labrado fama de efectivo realizador, de esos que dan a sus obras un toque levemente sucio pero siempre suficientemente glamouroso para no desentonar con la decoración de las salas de estar de las clases medias.

Con las mismas mañas —garrulería simpática, belleza mancillada lo justo para no alcanzar la incorrección—, no ha dejado de llevarse premios en las dos últimas décadas como director de spots publicitarios para algunas de las megacorporaciones que explotan el marquismo consumista después de explotar previamente y con mayor intensidad a sus empleados en factorías camufladas en un sin número de aldeas invisibles del mundo pobre. Para completar currículo, en 2010 Bayer dirigió el remake de Pesadilla en Elm Street.

© Samuel Bayer

© Samuel Bayer

Bayer acaba de inagurar una exposición de fotos en una galería cuya ubicación geográfica es una declaración de principios: Beverly Hills. Se trata de 16 desnudos femeninos —con el vello púbico convenientemente rasurado— montados en forma de dípticos y trípticos verticales. La hoja promocional presenta las obras como «estudios contemporáneos de la forma femenina» y establece un cuando menos atrevido paralelismo con los trabajos de Diane Arbus y Robert Mapplethorpe.

No son las primeras fotos del realizador. Ya había aprovechado su envidiable agenda de contactos comerciales para hacer retratos de celebrities como los que abren esta entrada. También había tanteado con fotos que define, con descarado atrevimiento, como documentales.

Adivino en El Oso un desmedido intento por convertirse en el genio renacentista que no es. Adivino, sobre todo, un deseo no verbalizado de ser austero y profundo como el gran Anton Corbijn.

Mi recelo es que allí donde Corbijn retrata lo que ama, Bayer retrata lo que mola. El multiartista estadounidense sabe cómo vender unas Nike o una canción de los Strokes, pero jamás deja nada de sí mismo en una foto y nunca regresará al lugar donde la hizo.

Ánxel Grove

Clint Eastwood, la última leyenda

Clint Eastwood, retratado por Herb Ritts

Clint Eastwood, retratado por Herb Ritts

La foto, realizada por el maestro del antiglamour, Herb Ritts, es justa con el personaje, carismático, seductor, heroico, y quizá también con la persona: Clint Eastwood, rasgos marmóreos, casi impenetrables, para una cara que es una de las marcas de nuestro tiempo.

En mayo cumplió 82 años y nadie le discute a Eastwood un carácter simbólico, casi legendario, que acaso tenga que ver con la extrema mezcla de identidades nacionales de su genealogía holandesa, escocesa, irlandesa e inglesa («todos eran piratas, expulsados de la tierra donde nacieron»), con su rotunda masculinidad —reverenciada por grupos feministas, que le le aplauden por dar a mujeres papeles alejados de los estereotipos de género— o con una carrera como director de más de una treintena de películas, casi todas, como mínimo, interesantes y al menos cinco de ellas, obras maestras y subversivas incursiones las emociones humanas.

Galardonado 109 veces, incluyendo cuatro Premios de la Academia y cinco Palmas de Oro en Cannes, es un narrador de la incertidumbre y la soledad, un creador de personajes que sobrevieven como buenamente pueden pese a la culpa y el dolor. ¿Quién lo hubiera pensado cuando protagonizaba escuetos westerns en los que apenas pronunciaba palabras?

Dedicamos el Cotilleando a… de hoy a Clint Eastwood, tal vez el último individualista de las películas entendidas como magia, capricho y poesía interior, un personaje contradictorio hasta el exceso (proaborto y aliado del mormón Romney, antiviolencia y gran cronista de la violencia…) y, sobre todo, un bendito soñador sin ilusión.

Con ustedes, la última leyenda del cine.

'Sansón' Eastwood y su padre

‘Sansón’ Eastwood y su padre

1. Sansón. Las enfermeras del hospital deSan Francisco hospital donde nació  lo llamaron con el mote porque pesó 5,2 kilos. Era hijo de un obrero de una acería y una empleada de fábrica.

2. Deportista. En el instituto los profesores de literatura, sospechando el magnetismo que emanaba de aquel chaval larguirucho y guapo, no cesaban de recomendarle que se apuntase al grupo de teatro, pero él prefería los deportes, sobre todo baloncesto, natación y fútbol americano.

3. Tanto deporte le salvó la vida en 1950. Mientras hacía el servicio militar (fue instructor de natación para la Armada) y viajaba como tripulante en un avión que tuvo que amerizar frente a la costa de California por falta de combustible, Eastwood nadó cinco kilómetros hasta llegar a tierra firme. Estuvo en el mar durante más de ocho horas a causa de las corrientes, alcanzó la costa de noche y más tarde se enteró de que en la zona eran frecuentes los ataques de tiburones.

En 1955, en una foto de promoción de Universal, que le despidió por tener la nuéz demasido grande

En 1955, en una foto de promoción de Universal, que le despidió por tener la nuez demasido grande

4. Golfista. Trabajó como salvavidas de piscina, repartidor de periódicos, dependiente de tienda de comestibles, vigilante forestal y caddy de golf. Ha conservado intacta la pasión por este deporte. Es propietario único del club de golf Tehàma, en Carmel, en la Costa de Oro de California. Es una entidad para el uno por ciento —ser miembro cuesta 500.000 dólares (403.000 euros)— y en la que se juega el torneo The Clint. Eastwood también participa como socio en el cercano Pebble Beach Golf Country Club, donde se han disputado algunos abiertos de EE UU; en el recién inagurado canal temático sobre golf Back9, y gestiona el conjunto residencial Mission Ranch Inn, una antigua granja restaurada y preparada como hotel. No es demasiado caro: hay habitaciones desde 120 dólares (97 euros).

Un joven sano

Un joven sano

5. Como californiano de pro, es un fanático de la vida sana. Nunca ha fumado —pese a que muchos de los personajes de ficción que interpreta llevan un muy macho puro o cigarrillo siempre en los labios—, come alimentos orgánicos —actitud endémica hasta la neurosis en los EE UU—, pone a prueba a sus ligues dándoles a beber zumo de zanahoria, ha dejado el alcohol destilado —otro contrasentido dado el estratosférico nivel de tolerancia al whisky de sus personajes—, ni siquiera se permite ya una cervecita de vez en cuando y practica gimnasia y otras bastardías del fitness yanqui con el rigor de un atleta. Dicen quienes le conocen que Eastwood quedó muy tocado y se convirtió en un hipocondríaco cuando su padre murió de un ataque al corazón a los 64 años. Ha sufrido varias enfermedades que los médicos han calificado de psicosomáticas.

6. Meditador. Desde 1970 practica a diario Meditación Trascendental en dos sesiones («me lo tomo en plan religioso, sobre todo cuando trabajo»). Fue introducido en el clan de meditadores por el mismísimo Maharishi Mahesh Yogi, el falso gurú que embaucó a los Beatles y a otras cuantas docenas de famosos.

7. Tiene otra técnica para no perder los nervios: recitar en silencio el alfabeto griego.

8. Arrugas sin cirugía. Nunca se ha operado para mantener o mejorar su aspecto. Hubo insistentes rumores en sentido contrario tras Fuga de Alcatraz (Don Siegel, 1979), donde Eastwood aparece desnudo —por última vez en la pantalla— cuando lo intentan violar en la escena de las duchas. Al responder a la sospecha de que se había operado la cara, dijo: «Si pierdo mi estrabismo, mi carrera se iría por el deasagüe».

Simulación de un hipotético Eastwood 007

Simulación de un hipotético Eastwood 007

9. Dijo no a Supermán, 007, Willard… Ha rechazado papeles codiciados. Cuando Sean Connery anunció que dejaría de interpretar a James Bond, los productores le ofrecieron la posibilidad a Eastwood, que declinó aduciendo que es muy malo imitando el acento british. También dijo que no a los papeles del capitán Benjamin L. Willard, el protagonista principal de Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), porque no quería pasar varios meses en el rodaje en Filipinas, y al de Supermán en la película de Richard Donner de 1978 («no, no, volar no va conmigo»).

10. Sin Marylin. También se quedó sin el papel masculino de La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955) porque lo hizo fatal en la prueba. Si llega a superarla, Eastwood hubiese actuado con Marylin Monroe.

11. Perdió la virginidad a los 14, según contó a uno de sus biógrafos.

Jean Seberg, uno de los romances del "mujeriego en serie" Eastwood

Jean Seberg, uno de los romances del «mujeriego en serie» Eastwood

12. Ha sido descrito más de una vez como «mujeriego en serie» y de un apetito sexual insaciable. Ha reconocido a siete hijos de cinco muejres y estuvo liado con las actrices Catherine Deneuve, Jean Seberg, Peggy Lipton, Kay Lenz, Jamie Rose, Inger Stevens, Jo Ann Harris, Jane Brolin y Jill Banner; la guionista Megan Rose, y la nadadora Anita Lhoest.

13. Once años de pleito. A su primera esposa,  la modelo de bañadores Maggie Johnson, la conoció en una cita a ciegas en 1953. Se casaron seis meses más tarde, se separaron en 1973, pero no consumaron el divorcio hasta 1984. Durante esos once años pleitearon con saña en los tribunales. El acuerdo final del juez ordenó a Eastwood que pagase a su exmujer 25 millones de dólares (20 millones de euros). «Dicen que los matrimonios nacen en el Cielo. También los rayos y los truenos nacen allí», comentó.

Con Sondra Locke en "Ruta suicida", 1977

Con Sondra Locke en «Ruta suicida», 1977

14. Con la actriz Sondra Locke vivió 14 años a partir de 1975. Fueron pareja también en la pantalla, con seis películas juntos —El fuera de la ley (1976), Ruta suicida (1977), Duro de pelar (1978), Bronco Billy (1980), La gran pelea (1980) e Impacto súbito (1983)—. Se separaron de modo agrio. Ella acusó a Eastwood de obligarla a abortar y él dijo que Locke se enriqueció a su costa con la edición de un minucioso libro de memorias, The Good, the Bad, and the Very Ugly.

Retrato de boda con Dina Ruiz, 1996

Retrato de boda con Dina Ruiz, 1996

15. Reality para la Señora Eastwood. Desde 1996 está casado con Dina Ruiz, 35 años más joven que él. Se conocieron cuando ella, que trabajaba para una emisora local de televisión, entrevistó al actor. Ruiz, cuyos abuelos adoptivos son de Puerto Rico, ha iniciado este año el reality Mrs. Eastwood and Company en una emisora de televisión por cable. La trama es real y también aparecen hijos de Eastwood de otras relaciones y, en algunos casos, el propio actor.

16. Mucha nuez. En 1955 los estudios Universal le despidieron porque tenía la nuez demasiado prominente.

17. Sin ratón. Su primer papel en el cine fue en La venganza del hombre monstruo (1955). Era tan corto que el nombre de Eastwood no aparece en los créditos. Tenía una línea de diálogo: «He perdido a mi ratón blanco».

En "Rawhide", teleserie en la que trabajó siete años

En «Rawhide», teleserie en la que trabajó siete años interpretando a Rowdy Yates

18. Anagrama. Clint Eastwood es un anagrama de old west action (acción del antiguo oeste). Pura casualidad. ¿O no?

19. Estrella de TV. El papel que le afianzó en la carrera de actor lo consiguió por casualidad en 1959 cuando iba a visitar a un amigo a los estudios de la CBS. A un ejecutivo le pareció que tenía «aspecto de cowboy» y le hicieron una prueba para la serie Rawhide, que fue uno de los mayores éxitos de la televisión durante los años sesenta (se emitió hasta 1966). El elenco, entre ellos Eastwood, coprotagonista principal, sacaba muchos dólares extra dando exhibiciones de rodeo.

20. Intentó ser cantante pop y fracasó. La canción del vídeo, Unknown Girl of My Dreams (1961), demuestra por qué. También lo quisieron vender como baladista country & western en 1963, con el álbum Rawhide’s Clint Eastwood Sings Cowboy Favorites. Bouquet of Roses es un ejemplo de cuánta sacarina tenía el producto.

El Hombre sin Nombre y el poncho que nunca fue a la lavandería

El Hombre sin Nombre y el poncho que nunca fue a la lavandería

21. Sin Nombre pero con poncho. En las tres películas de spaghetti western que le convirtieron en icono —rodadas en el desierto de Tabernas español y dirigidas por el gran Sergio Leone— interpretando al Hombre sin Nombre, Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966), usó el mismo poncho y se negó a que fuerse lavado. «Mi personaje no lo lavaría nunca», explicó. Había otra razón: los presupuestos eran tan ajustados que no había dinero para lavandería.

22. Tacaño. Pese a que le sobra el dinero (se calcula que su fortuna personal supera los 400 millones de dólares, más de 320 millones de euros), es famoso por su tacañería. Acaba los rodajes de las películas que dirije con un cumplimiento exacto del plan previo de jornadas y a veces incluso se adelanta a lo previsto. El actor Tim Robbins, uno de los protagonistas de Mystic River (2003), declaró que Eastwood daba por buena casi siempre la primera toma y que un día le dijo: «Hazlo bien, porque, con mucha suerte, te daré la oportunidad de que lo repitas una vez». Suele rechazar que los actores vayan maquillados para ahorrar dinero y algunos sostienen que su gusto por rodar con luz natural —dando lugar a un estilo que la crítica define como «crepuscular»— también está relacionado con el dólar. Tras alguna de sus producciones ha declarado: «Con lo que cuesta esta película podría invadir un país».

En el rodaje de "Million Dollar Baby"

En el rodaje de «Million Dollar Baby»

23. Malpaso. Desde 1967 autoproduce todas las películas que dirige con su propia compañía, Malpaso. El nombre proviene del consejo que recibió Eastwood de su agente cuando Sergio Leone le propuso invertir dinero en la trilogía del dolar. «Es un mal paso, no lo hagas», le dijo el manager. Eastwood le hizo caso y sigue arrepintiéndose.

24. Nunca pronuncia las fórmulas habituales de «¡cámara!, ¡acción!» y «¡corten!». Siempre emplea el escueto «ok».

25. Tiene alergia a los caballos, pero, a pesar de los ronchones y el lacrimeo que le producen, nunca ha dejado de montarlos.

Haciendo promoción de "Harry el sucio", 1971

Haciendo promoción de «Harry el sucio», 1971

26. No a las armas. Es partidario de que se regule de forma drástica la tenencia de armas de fuego en los EE UU. También propone que se prohiba la caza («no veo ninguna razón para matar a un animal»).

27. Pese a los rumores, no es vegetariano. Durante años preparaba las costillas asadas todos los viernes en un pub que gestionó en Carmel.

28. Su comida favorita es el sushi.

29. Entre los personajes históricos admira a Winston Churchill.

30. Su actor favorito: James Cagney.

31. Su película favorita: ¡Qué verde era mi valle! (John Ford, 1941).

32. Conoció a John Wayne en la convención nacional del Partido Republicano en 1968. Hicieron buenas migas.

Con el presidente Ronald Reagan

Con el presidente Ronald Reagan

33. «Un tiro a Michael Moore». También fue muy amigo del actor ultraconservador Charlton Heston. Eastwood dijo en un acto público que si el showman Michael Moore hubiese entrado en su casa como hizo en la Heston durante la grabación de Bowling for Columbine le hubiese «pegado un tiro». Cuando los asistentes se rieron, el cineasta insistió: «No bromeo. Lo hubiese matado».

34. De derechas. Eastwood, conservador desde joven —aunque se ha declarado como «no partisano» e incluso como «libertario»—, apoyó las políticas de los presidentes Nixon y Reagan, aunque criticó la Guerra de Vietnam por «inmoral». Rechazó la oferta de George Bush para participar en la campaña electoral de 1991 y dijo que la Guerra de Iraq fue «un completo error». En 2008 apoyó al candidato conservador McCain contra Obama, que no le cae nada bien («es mi presidente, pero no está gobernando»). Siempre ha votado, y no tiene empacho en revelarlo, a los conservadores.

35. «El mundo va a oír nuestros motores». En el intermedio de la Super Bowl de este año se emitió este anuncio de Chysler protagonizado por Eastwood. Su voz ronca e inconfundible dice: «Este país no puede ser noqueado de un puñetazo. Estamos resurgiendo de nuevo y cuando lo hagamos, el mundo va a oír el rugir de nuestros motores». Algunos entendieron el spot como un mensaje de apoyo a Obama, pero el actor lo desmintió en un comunicado: «No estoy desde luego afiliado políticamente a Obama; se suponía que el anuncio debía ser un mensaje sobre el crecimiento del empleo».

36. Con Romney. Eastwood había pedido en marzo de este año el voto para Mitt Romney en las próximas elecciones. «Debemos extender la voz y mover a todo el país detrás de Romney (…) Espero que restaure el decente sistema impositivo que tanto necesitamos, en el que haya justicia y la gente no esté enfadada mutuamente por quién está pagando impuestos y quién no», dijo.

Con Anjelica Huston en "Deuda de sangre", 2002

Con Anjelica Huston en «Deuda de sangre», 2002

37. Es partidario de que las mujeres tengan libertad de elección para abortar y también del matrimonio entre personas del mismo sexo.

38. Cuando en 1986 fue elegido alcalde de Carmel una de sus promesas de gobierno fue prohibir el consumo de helados en la calle. Lo hizo.

39. Habla a la perfección el italiano y chapurrea el español.

40. Sólo ha muerto tres veces. La única de sus películas en que el personaje que interpreta muere a balazos es Gran Torino (2008). En sólo otra dos muere: en El seductor (Donal Siegel, 1971), envenenado, y en Aventurero de medianoche, dirigida por él mismo en 1982 —con su hijo Kyle en el papel secundario—, de tuberculosis.

41. Le apasiona la música. Aprendió a tocar el piano escuchando discos y de niño tocaba el fiscorno en la banda de su colegio. Aunque su músico favorito es Chopin, le gustan el jazz y el blues.

42. Ha compuesto la música original de varios de sus film —entre ellos En la línea de fuego (1993), Mystic River, Million Dollar Baby (2004) y Banderas de nuestros padres (2006)—.

43. Dirigió una espléndida película biográfica sobre el saxofonista Charlie Parker, Bird (1988).

44. También se encargó de uno de los documentales de la serie The Blues que produjo Martin Scorsese en 2003. Eastwood dirigió el capítulo Piano Blues.

45. Como director de actores es un prodigio: diez que han actuado para él han sido nominados al Oscar (Gene Hackman, Meryl Streep, Sean Penn, Tim Robbins, Marcia Gay Harden, Hilary Swank, Morgan Freeman, Angelina Jolie, Matt Damon y él mismo dos veces). Hackman, Penn, Robbins, Freeman y Swank se llevaron las estatuillas.

Clint Eastwood

Clint Eastwood

46. Rebelde. Una de sus frases: «Hay un rebelde en el fondo de mi alma. Cada vez que alguien me recomienda esto o lo otro voy en la dirección opuesta. Odio la idea de la tendencias, odio las imitaciones y siento un profundo respeto por el individualismo«.

47. Sin héroes. Otra: «He hecho perdedores, he hecho ganadores que fueron perdedores, tipos de moda, pero me gusta la realidad y la realidad no es la de ellos. Existe una fragilidad en la humanidad que me parece interesante para explorar. Son muy pocos los héroes».

48.  Una más: «Me han abordado personas que me piden que les firme un autógrafo en la pistola«.

49.  La última: «Siempre lloro cuando me veo en el cine».

50. Para acabar, una advertencia de uno de sus personajes, el sargento de artillería Highway: «He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos que todos vosotros juntos».

Ánxel Grove

Las malas fotos muy bien subvencionadas de las ‘celebrities’

Andy Warhol - "European license plate", 1986

Andy Warhol - "European license plate", 1986

Acaban de exponer esta miseria en un museo. Dicen que es una foto y le atribuyen categoría de objeto artístico. De acuerdo, es un objeto, cosificado y repetido cuatro veces. También es una foto, una consecuencia física del impacto de la luz sobre una superficie sensible. De arte («visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros») tiene menos que Pérez Reverte de literatura o Mariano Rajoy de bonhomía.

Es de Andy Warhol, claro, la gran ramera, el artista trapichero con menos masa encefálica del siglo XX, un tipo vacío, inepto y simplón que no era capaz de hacer nada porque nada sabía hacer: a Basquiat intentó robarle el genio y los cuadros; a Paul Morrisey, le birló las películas, en cuyos rodajes Warhol ni siquiera aparecía; al gran Tom Wilson, la producción musical del primer disco de la Velvet Underground; a Valerie Solanas, un guión. Ella le respondió con tres balas del calibre 32. Si te dedicas a la delincuencia acabas como un delincuente. Pura lógica.

Desde la izquierda, Agatha Ruíz de la Prada, Warhol y Pitita Ridruejo. Madrid, 1983 (Foto: El Mundo)

Desde la izquierda, Agatha Ruíz de la Prada, Warhol y Pitita Ridruejo. Madrid, 1983 (Foto: El Mundo)

España, cierto sector de España y, en concreto, cierto moderneo muy madrileñista que se hace el amor a sí mismo de tanto que se gusta y ha crecido en el convencimiento de que Juana de Aizpuru es un avatar de Santa Teresa de Ávila y Carlos Berlanga una especie de Juan el Bautista, adora al mediocre Warhol, a quien, en plena movida, se le saludó en la aldea-capital con honores que no habían merecido, por citar sólo a dos genios humildes y necesarios, Jorge Luis Borges o Brian Eno. Durante una de sus dos visitas, Warhol hizo la foto-paparrucha de la matrícula del Peugeot 505 que abre esta entrada.

Warhol vuelve a estar en Madrid. Ahora en esencia, se murió, con la merecida vulgaridad, tras una operación de vesícula en 1987, con horas de diferencia de Zeca Afonso: nunca olvidaré quién lloró entonces por el capo del arte y quién por el trovador portugués, ésa es la frontera moral que trazo cuando me presentan a alguien: «en febrero de 1987, ¿lloraste por Zeca o por Andy»?, pregunto. Quien responda que por el primero, aquí tiene a un amigo. Prefiero no volver a frecuentar a quien diga que por el segundo.

¿Quién trae a Warhol de regreso? El interrogante es innecesario. Por supuesto, un banco. Nada menos que el Santander de ese señor que acaba de recibir en Brasil, disfrazado de salmón, al dolorido Rey de España —si menos o más dolorido que el huerfanito Dumbo es una duda de calado—.

Bianca Jagger, en una de las Polaroid de la serie 'Celebrities' de Warhol

Bianca Jagger, en una de las Polaroid de la serie 'Celebrities' de Warhol

El banco de Botín —el Señor Salmón que el año pasado se embolsó un botín salarial de 4,5 millones de euros y que acaba de ser declarado limpio hasta la ropa interior (¿se imaginan que también sea asalmonada?) por un supuesto delito fiscal relacionado con unas cuentas suizas para el small change— sufraga la magna exposición De la Factory al mundo. Fotografía y la comunidad de Warhol, seguramente la menos interesante de las muchas de PHotoEspaña 2012.

La muestra de Warhol y sus acólitos pagada por Botín es una colección de fotos sobre el fenómeno inexplicable de un mediocre, cuyo triunfo sólo proviene del culto a la personalidad, la decadencia y el hedonismo, valores que parecían muy cool en 1968 y en el Madrid de la movida, pero que en el medieval retrofuturo que padecemos sólo puede sufragar un megabanquero, sumamente tranquilo con su salario y la siempre agradable comodidad de los fondos de rescate como red de seguridad.

¿Por qué tantas celebrities se han convertido en apasionados fotógrafos? Tienen el mismo derecho que cualquiera, sin discusión, a hacer fotografías, incluso malísimas fotografías, como suele ser el caso, pero ése no es el asunto. A una celebrity le pagan por las fotos, sean malas o malísimas. Y les pagan, casi siempre, los únicos que tienen small change: los malos de la película en la que nos obligan a trabajar como extras.

Patti Smith - "Virginia Woolf's Desk, Monk's House", 2003

Patti Smith - "Virginia Woolf's Desk, Monk's House", 2003

Patti Smith, por ejemplo. Desde que la inspiración se le escapó de entre las manos hace ya unas décadas —en lo que a mí respecta su vida artística está justificada con un sólo disco, Horses (1975)—, Smith picotea aquí y allá con unas fotos Polaroid que, como la de la izquierda, sólo tienen un valor: estar firmadas por una estrella.

Hace unos años logró que financiará la publicación de algunas la Fundación Cartier. No se debe confundir con la Cartier-Bresson, donde la señora Smith sólo sería admitida pagando el ticket de entrada o como meritoria en un taller de iniciación a la fotografía: se trata de la Cartier de los joyeros-relojeros, magnates ante cuyas dádivas no parece tener reparos la muy revolucionaria cantante, cuyas salidas de tono recientes parecen presagiar algún tipo de anticipada senectud: se ha convertido en una iluminada redentorista de la literatura sudamericana tras tirarse cuarenta años sin quitar los ojos de los simbolistas franceses, sin advertir que en su siglo y en su continente también había otras voces (y traducidas al inglés).

Jessica Lange - "California"

Jessica Lange - "California"

Tercera pancista: Jessica Lange, la actriz en horas bajas que desde 2008 —cuando publicó 50 Photographs, un libro de vergüenza ajena con prólogo, nada es casual, de su amiga Patti Smith— anda mercadeando con su, ejem, mirada.

Lange mostró al mundo sus fotos el año pasado en el Centro Niemeyer de Avilés (Asturias), ese chiringuito-elefante blanco que suspendió su programación poco después.

No consta quien aseguró a los responsables del castillo arquitectónico que Jessica Lange fuese fotógrafa y no una señora muy viajada y con posibles como para llevar una Leica encima. Tampoco consta cuánto le pagaron por colgar sus prácticas.

Como me niego a insertar un pastiche de Antonio Banderas, otro que ha mamado del dinero público (Instituto Cervantes) para sufragarse el capricho de retratar escenas dignas de una falla, termino con la obra del único famoso-fotógrafo que me parece poética, sincera y con intención.

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

El actor Brad Pitt lleva años retratando a Angelina Jolie y a los hijos de la pareja. Que yo sepa nunca ha exhibido las fotos, ni cobrado por ellas, ni intentado comercializarlas como arte a través de algún galerista o institución.

Son instantáneas de suave lirismo, gran riesgo formal —muy forzadas, de grano grueso y acabado errático—, un inteligente uso del espacio negativo y enorme poder de sugestión. Un inesperado y consolador placer entre tanta celebrity arribista.

Ánxel Grove

 

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

Brad Pitt - "Angelina Jolie"

Brad Pitt - "Angelina Jolie

¿Y si Marilyn Monroe hubiera protagonizado ‘Kill Bill’?

Sean Hartter inventa una versión de 'Kill bill'

Hartter inventa una versión de 'Kill bill'

¿Y si Marilyn Monroe hubiera protagonizado Kill Bill? John Wayne sustituiría a David Carradine en el papel de Bill. ¿El director? Quentin Tarantino nació un año después de la muerte de Marilyn, así que tendría que ser Russ Meyer, amante de los escotes generosos (y abultados).

Al estadounidense Sean Hartter (Massachussets, 1973) le gusta imaginar locuras cinematográficas, posibilidades románticas que juegan con el tiempo y la coherencia de las carreras artísticas de los actores y directores de la gran pantalla.

No se conforma con la mera hipótesis. En un deseo por hacer un poco más tangibles las fantasías, crea carteles de esas películas que nunca existieron. La colección, a la que ha bautizado como Alternate Universe Movie Posters (Carteles de películas de un universo alternativo), es una delicia del tecnicolor.

Hartter inventa el plantel completo del equipo y altera imágenes originales para caracterizar a los protagonistas: David Bowie es el Jocker en la versión que nunca dirigió Mario Bava, Angelina Jolie es Alex en La naranja mecánica, Boris Karloff se convierte en un Freddy Krueger en blanco y negro.

'The Batman of Gotham City', un Batman que nunca existirá

'The Batman of Gotham City'

Lleva ya unos tres años diseñando sus fantasías cinematográficas y se confiesa un enamorado del diseño de los carteles antiguos, cándido pero contundentes, y piensa que algo se ha perdido con la modernización de los pósters, que cada vez se parecen más unos a otros.

En sus homenajes cariñosos, además de cambiar de arriba a abajo un título conocido, se permite crear nuevas películas que resultan en mezclas explosivas que incitan a la curiosidad (o a salir corriendo, según cómo se mire). Elvis Presley se enfrentaría a Cthulhu en un cruento combate dirigido por Joe Dante, Nick Nolte sería el robot Bender en la adaptación de Futurama de Tim Burton, Chuck Norris interpretaría a Super Mario en una versión del videojuego Donkey Kong

Helena Celdrán