¿Es posible que esta sea la mejor ‘foto joven’ del año?

Bientôt (Soon), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Bientôt (Soon), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Romain Mader (Suiza, 1988) tiene al menos dos problemas:

  1. No parece tomarse en serio.
  2. No nos toma en serio a los demás.

El primero, como nos demuestran los presocráticos y los buenos humoristas, tiene mérito. El segundo, que anula el anterior, es una falta de educación para la que nadie le ha dado permiso a Mader.

Mader hace fotos. Tampoco le han dado permiso, ni cosecha méritos, para afirmarlo.

Un museo holandés, esa tierra donde nacieron las sensibilidades de Fabritius y Breitner, acaba de conceder al robusto y sonriente Mader el título de mejor fotógrafo menor de 35 años de 2017.

No han pedido perdón.

Demande en marriage (Marriage proposal), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Demande en marriage (Marriage proposal), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

El Premio Paul Huf de fotografía, que organiza desde hace once años el Museo FOAM de Ámsterdam para destacar a un «joven talento», acaba de recaer —esta vez desearía que el verbo conllevara toda su objetiva carga de meteorito estrellándose y pulverizando al desgraciado que esté debajo— en la serie Ekaterina, con la que Mader se impuso a cien fotógrafos de 25 países.

Le conceden 20.000 euros como recompensa económica y la organización de una exposición en la pinacoteca, una de las más renombradas —acabo de decidir que no usaré jamás el adjetivo serio en relación con esta gente— del país.

La serie de Mader, dice el jurado —aprecien en la foto a la que conduce este vínculo quiénes son los culpables: es necesario protegerse de la gente tóxica—, «destaca por el humor y la ironía con que aborda temas serios: la soledad, el amor, la explotación y el cuerpo femenino».

Quizá sea mi estado mental. Por favor, intenten ver el vídeo para constatar que no he perdido el don de la comprensión básica.

Si han soportado los casi siete mínutos del audiovisual que el suizo usa como material complementario —en el arte contemporáneo o eres multiplataforma o estás muerto—, ya han adivinado la tesis, el tono y el enfoque del asunto, pero no me siento culpable de cometer spoilers para liberar a otros de la carga.

El fotógrafo, o el personaje que interpreta, busca con desesperación una joven para casarse. Se va de viaje a Ucrania y una vez en el país descubre la ciudad de Ekaterina, donde todo el censo es de mujeres libres de lazos emocionales.

Por concebir esta situación de tan alta complejidad y resolverla con fotografías que no alcanzan ni a arañar la palabra dignidad, Mader se ha llevado el premio. El acta del jurado, que parece redactada durante un ataque de delirio colectivo, califica al fotógrafo de «artista de notable sensibilidad y sutileza».

Moraliste (Moralist #1), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Moraliste (Moralist #1), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Publicité #1 (Advertisement #1), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Publicité #1 (Advertisement #1), from the series Ekaterina, 2012 © Romain Mader / ECAL

Valentine’s day in London #1, from the series Ekaterina, 2016 © Romain Mader

Valentine’s day in London #1, from the series Ekaterina, 2016 © Romain Mader

El jurado añade:

En el estilo directo y comercial de las instantáneas familiares, los medios sociales y el material turístico, [las fotos] nos trasladan a un mundo de mujeres explotadas, novias por correo, turismo sexual y penetración de los medios de comunicación. Pero la representación de Mader es divertida, ingenua, absurda, ligera. Es este contraste entre el sujeto y el contenido lo que da a ‘Ekaterina’ su inesperado poder de sugestión.

Una y otra vez he repasado el proyecto y una y otra vez he llegado a la misma conclusión: deberían exigir una titulación en inteligencia emocional para manejar museos y encausar por un delito de agresión psicológica a algunos fotógrafos.

Me queda el consuelo de saber que no siempre sucede tamaño contrasentido. En 2016 dieron el galardón, como ya escribí en esta entrada, al japonés Daisuke Yokota, un valeroso explorador del desequilibrio, la reverberación, la psicodelia y el eco. Leo y renuevo la esperanza en la dulce simpleza de hacer fotos que no necesiten palabras. Sobre todo cuando se trata de palabras necias.

[Yokota] hace fotos con las mismas habilidades que un electricista: pela un cable, conecta otro, prepara el conductor y los diodos, tiene en cuenta el factor de cresta, el valor eficaz, destroza todo valor, provoca un cortocircuito, vuelve a empezar…

Jose Ángel González

 

 

1 comentario

  1. Dice ser NN

    Soy fotógrafa por vicio, y no sé si desde mi fotografismo y desde lo más profundo de mi corazón quiero decir 4 cosas:
    1-Me gusta la obra de este señor tanto como la perspectiva de padecer de almorranas.
    2-FOAM es así. El resto de lo que publican no se diferencia mucho.
    3-Por desgracia (para mi gusto, en mi opinión) esa ¿corriente? de fotografía está muy de moda ahora mismo. Consiste, al parecer, en hacer las cosas de cualquier manera y «poner en valor» el estilo fotográfico de la gente que no sabe de fotografía ni desde el punto de vista artístico ni desde el técnico.
    4-Espero que tales conceptos no cundan en el panorama culinario, por ejemplo, o empezaríamos a ver estrellas michelín en los baretos cutres de carretera que sirven cocletas congeladas recalentadas en microondas sin acabar de descongelar. Es más o menos el equivalente.

    23 marzo 2017 | 16:54

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