Trump coloca la utopía oscura ‘1984’ en el primer lugar en ventas en Amazon

La edición de bolsillo de '1984' que ocupa el primer puesto entre los best sellers de Amazon

La edición de bolsillo de ‘1984’ que ocupa el primer puesto entre los best sellers de Amazon

Encabezando la lista de libros más vendidos de Amazon acaba de aparecer, como por sortilegio, 1984, de George Orwell, una novela que parece especialmente peligrosa entre recetarios de cocina, abecedarios de guardería, vulgares sagas románticas y manuales para ganar amigos e influencia.

¿Qué ha pasado para que suceda tamaño prodigio: la llegada triunfal a la cima de la lista de una de las obras más predictivas y temibles, por lo que contiene de verdad y profecía, de la literatura del siglo XX?

La culpa la tienen Donald Trump y su asesora senior y exjefa de campaña, Kellyanne Conway —la primera mujer, circunstancia que no se ha mencionado lo suficiente (pese a todo el vocerío feminista), en llevar la gerencia de un candidato ganador—.

Aunque pasa por ser una avezada consejera que se ha encargado de templar los ánimos de prehomínido de su patrón, Conway se puso furiosa cuando un presentador de la NBC le echó en cara las «mentiras» del presidente sobre el número de personas que asistieron a la toma de posesión —muy pocas según las imágenes comparativas con otros actos similares—.

Preguntada sobre cómo era posible que el jefe de Prensa de Trump, Sean Spicer, hablara, en su primera comparecencia pública, de la «más numerosa asistencia a una toma de posesión» de la historia y acusara a los medios, como también hizo Trump, de manipular imágenes y datos, la pizpireta Conway dijo que la Casa Blanca manejaba «alternative facts» (hechos alternativos), sin percatarse, siendo bien pensantes, de que la expresión es una paradoja.

El Gran Hermano te vigila

El Gran Hermano te vigila

Las redes, que amplifican malo y bueno, correcto y falso, con el mismo fuego —junto al cual algunos medios gustan de calentarse—, comenzaron a poblarse de afirmaciones sobre la pertenencia a la novela de Orwell de la absurda pero útil idea de los hechos alternativos.

¿Quién es el tal Orwell?, debieron preguntar, smartphone en mano, centenares de miles de usuarios anónimos de internet. Ya saben el resultado de la duda masiva: los estadounidenses, después de un terrible patinazo electoral, al menos están leyendo una buena novela.

La cadena de malas interpretaciones está bastante justificada. Pese a que Conway haya sido acusada de confundir 1984 con una guía de acción cuando se trata de una voz de alarma —otro caso más de manipulación periodística: la asesora de Trump ni siquiera mencionó al escritor o el libro—, hay cierta lógica en establecer la utopía oscura de Orwell como espejo.

En Gran Hermano: 60 años, vivo y bien [PDF] un artículo que publiqué en 20 minutos hace ya unos cuantos años, califiqué el libro, inspirado en otros dos previos, pero mucho mejor que ambos en lo literario y lo profético, como «la distopía más influyente» porque predijo el espanto cierto de la conspiranoia.

Leída con fruición y traducida a casi cien lenguas, ha sido responsable de la nomenclatura del pánico que padecemos: la vigilancia que nunca cesa, el doblepensar (creer con determinación en ambos polos de una contradicción: por ejemplo, la guerra como vía hacia la paz), la neolengua de revelación y ocultación de los líderes, la Policía del Pensamiento, la Habitación 101 (donde habita el peor de los horrores de cada uno), la reescritura de la historia y, claro, el Big Brother (GranHermano), líder, dios pagano y juez supremo.

George Orwell (1903-1950)

George Orwell (1903-1950)

El escritor, ferviente anti estalinista —había estado en la Guerra Civil española y fue testigo de las purgas asesinas cometidas por el PCE contra el POUM troskista—, no era un intelectual correcto. Al contrario, fue un chivato:

La novela fue editada el 4 de junio de 1949 por la modesta empresa Secker & Warburg, que tenía predilección por los escritores de la izquierda antiestalinista. Orwell lo era y compuso la figura del Gran Hermano a imagen y semejanza del soviético Stalin. Unos  meses antes, el novelista había entregado al Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido una lista con 135 nombres de supuestos simpatizantes del comunismo (entre ellos Charlie Chaplin). Insinuaba que cualquiera de ellos podría haber cambiado de chaqueta si los nazis hubiesen ganado la Guerra. Los totalitarios, pensaba, sólo desean el totalitarismo.

La aún viva terminología soñada por Orwell fue elaborada en un trágico rush final que acabó con él:

El libro en el que nos profetiza (…) le costóla vida. Se sentía ‘exprimido como una naranja’ por el periodismo y apenas tenía dinero. Se encerró en una casa aislada y sin luz eléctrica en Jura, en las lejanas Hébridas. Escribía con un candil de parafina, fumando con ansioso apremio picadura liada. Comenzó a escupir sangre. Tuberculosis. En diciembre de 1948 entregó el manuscrito. Poco más de un año después, el 21 de enero de 1950, a los 46 de edad, Orwell murió. Estaba solo en la habitación de un hospital. Ninguno de sus biógrafos anota si era la 101 que ocupamos ahora nosotros.

Lo curioso es que 1984, que en 2015 pasó a ser de dominio público en algunos países, ya había registrado un ascenso meteórico en ventas cuando, en 2013, saltó el caso más escandaloso de violación de las libertades individuales cometido en el siglo XX: las escuchas masivas de teléfonos y correos electrónicas ejecutadas, sin orden judicial, con beneplácito de todos los gigantes del 2.0 y con conocimiento de la admistración, por la agencia gubernamental National Security Administration. Lo consintió y ejecutó la administración de Obama, no la de Trump. Ambos Big Brother son bastante parecidos.

Jose Ángel González

 

6 comentarios

  1. Dice ser Sleeping Prince

    No sé si a estas alturas quedará algún ingenuo que piense otra cosa, pero es ya palmario que este payaso (pues no merece otro nombre) va a llevar a su país a la ruina. Éso sí, en el proceso nos va a joder a todos, pero bien.

    26 enero 2017 | 14:36

  2. Dice ser killbama

    Su predecesor es insuperable, ECHELON, PRISM,…

    En cuanto a Premio Nobel se refiere aun le queda exterminar millones de inocentes, como su predecesor.

    26 enero 2017 | 16:34

  3. Dice ser Juanjo Fernández

    Aunque la noticia ya ha sido comentada en 20minutos con anterioridad (http://www.20minutos.es/noticia/2943180/0/donald-trump-dispara-la-venta-de-george-orwell/) se agradece que volváis a ella y expliquéis los detalles.
    Trump ha tenido apoyos entre las mujeres, como también los ha tenido entre la comunidad latina. Sé que parecería incompatible con su programa y con la personalidad de semejante personaje, pero ha existido. Conway me recuerda a Ana Mato, también directora de campaña de las primeras elecciones que ganó Rajoy.
    En cuanto a los «hechos alternativos» no tengo dudas de que se trata de un lapsus y que quería decir «datos alternativos», como cuando en una manifestación el gobierno emplea un descarado cálculo a la baja del número de manifestantes y los organizadores justo lo contrario. Me gustan los lapsus, porque son manifestaciones del inconsciente. ¿Leyó Conway alguna vez en su vida «1984»?¿Su inconsciente le está hablando a gritos de que se está metiendo en la boca del lobo? Es muy probable que sí.
    Ya escribí en el anterior post de ayer sobre la novela de Orwell. Realmente no sé si éste régimen tan genérico de la novela se ideó así para evitar alusiones directas al estalinismo o si lo pretendió así para hacerlo más universal (la sensación -según avanza la novela-documental de que el Gran Hermano o es una invención o si llegó a existir ya no vive me ayuda a pensar en lo segundo.
    En ciertos aspectos la novela está superadas. Temporalmente también. Pero ahora convivimos con técnicas que no son solo el agitprop o el doblepensar , sino cosas aún más siniestras.

    27 enero 2017 | 06:34

  4. Dice ser dreser

    ¿Como tienes la cara de llamar «utopía oscura» a una realidad que está tomando 1984 como si fuese un manual de instrucciones?

    27 enero 2017 | 08:05

  5. Dice ser Nasciturus

    Aunque el artículo está muy mal escrito, como a saltos, mezclando datos con opiniones, parece que quiere deducir que el comportamiento de Donald Gil y Gil y toda su patulea ha producido un incremento exponencial en las ventas POR AMAZON del famoso libro.
    Pero, contradictoriamente, reconoce que mucha gente [supongo que de USA] está preguntando que qué es eso.
    Dejando aparte que, por supuesto, el fenómeno Gil y Gil no fue inventado por Donald, y que tenemos toda clase de antecedentes [incluso milenarios] de este «fenómeno», creo que unis tales Ebo Morales, el venezolano ese, Lepen y Podemos [por citar los más modernos] pueden ser incluidos en ese pseudoartículo sin ningún rubor.
    ¿De qué vamos?
    O Hitler fue un infante.

    27 enero 2017 | 08:59

  6. Dice ser Juanjo Fernández

    Sí, nasciturus, creo que la noticia es eso: la ineptitud de Trump dispara las ventas de un libro en Amazon. 1984 no habla de populismo, sino de totalitarismo, un paso aún más allá. Tanto uno como otro están a la derecha o a la izquierda del espectro político. Y citas ejemplos a doquier. Y tanto uno como otro son la demostración palpable que la clasificación izquierda-derecha está suoerada, muy a pesar de ambas, que pareciera que se necesitasen mutuamente como razón de ser hoy día.
    No sé si inadvertidamente o no, pero Gil (Jesús) también era muy populista, y aunque gobernó Marbella, fuera de allí no convenció a mucha gente. Lo citas oblicuamente al llamar a Trump «Gil y Gil» (que también es sinónimo de tonto). Eran otros tiempos y la gente iba por la vida con más conciencia crítica. El aborregamiento actual de las masas (gracias a unas reformas educativas dignas de una lobotomía) y el atontamiento por los medios han obrado el milagro.
    Además se están dando las mismas circunstancias socioeconómicas que auparon al partido nazi al poder: una fuerte crisis económica (también causada por la avaricia de cierto sector financiero más la claudicación del pacto de Versalles) por la que aparece un «tipo que habla llano» y le echa la culpa a otros (los extranjeros no jugaron a a ruleta rusa con las hipotecas). El programa de LePen no se lleva tanto con el de Trump. Ahora bien, no los esperes tan tontos como para ponerse camisas pardas o esvásticas; Ahora se lleva Armani y Hermés…
    Dreser, La distopía es un género relativamente nuevo en la literatura del siglo XX. Por definición es una revisión pesimista de la utopía (Ay Tomás Moro, si aún vivieses…) como contrapeso al optimismo ciego del positivismo y del futurismo. Desde «Tiempos Modernos» ha habido voces críticas acerca de la industrialización de la sociedad en las artes del siglo pasado. «Un mundo feliz» adopta esta vertiente, mientras que Orwell se inclina hacia la distopía política, al idear un régimen que no sirve al ciudadano, sino al revés y que le anula como persona a través de numerosas técnicas de control mental.
    Y «oscuro» es como poco una buena definición del ambiente de 1984 de Orwell.
    Vivimos en un mundo que ha adoptado algunas de esas técnicas y las ha refinado tanto que no somos conscientes de ellas. Nos creemos libres pero no lo somos tanto (y hay sitios peores, por supuesto). Aunque no creo que fuese su intención, esta novela es, en cierta manera, anticipatoria del mundo quenleniba a suceder. E, insisto, en muchos aspectos, superada por este mundo.
    Un saludo.

    28 enero 2017 | 10:10

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