«Me suelen preguntar si hago mamíferos, como gatos o perros. Me interesan más los animales que la gente teme«. Cuando Edouard Martinet tenía 10 años le cautivó la complejidad de los insectos. En el colegio tenía un profesor que era entomólogo y supo contagiar a sus alumnos la fascinación por los invertebrados fundando un «club de la naturaleza», para el que capturaban ejemplares y los dibujaban.
El artista francés es ahora un lutier de la escultura que construye criaturas a partir de partes de bicicletas, coches, máquinas de escribir y cualquier elemento metálico que recuerde por su forma y textura a la anatomía de un animal. En su catálogo no sólo hay insectos, también peces y algún ave, criaturas menos cercanas a los seres humanos que los hermanos mamíferos.
A diferencia de la mayoría de las esculturas hechas con cacharrería reciclada, las piezas no están soldadas, sino atornilladas. El virtuosismo de Martinet se refleja en la claridad del detalle, se pueden distinguir las piezas y sus perfiles claros libres de añadidos de plomo fundido o pegamentos.
Selecciona las piezas en una fatigosa y eterna búsqueda por mercadillos, rastros, chatarrerías y garajes y sótanos que sufren las consecuencias del carácter acumulador de sus dueños. Si prende la idea, el artista armará el puzzle que él mismo inventa sobre la marcha.
«Cuando una escultura está terminada, quiero que la gente note que el animal parece tener vida, por su actitud y su expresión. No quiero que piensen en robots ni en nada mecánico», cuenta en una entrevista reciente. Las criaturas deben desprender naturalidad, ser coherentes y posibles, aunque los ojos de la mantis religiosa sean los faros de un coche, el caparazón del escarabajo esté hecho con un estuche de gafas metálico o las escamas de la sardina sean chapas de bicicletas de la marca Lorette, popular en Francia en los años veinte y treinta.
Diseñador gráfico de formación, en 1989 hizo su primera escultura (un mosquito creado con piezas de bicicleta), ahora cada pieza única se vende en galerías de arte por miles de euros. Una selección de trabajos se expone ahora en Londres, en la galería Sladmore Contemporary, hasta el 27 de mayo.
Helena Celdrán
genial y espectacular, no me canso de admirar estas ensamblage– esculturas que ya conocía. me maravilla su realismo con esa técnica perfecta.
gracias.
06 mayo 2016 | 12:28
Me gustan muchos estos dibujos de animales metal
13 mayo 2016 | 05:31