PJ Harvey, te prefería como dominatrix

'Dry' y 'The Hope Six Demolitions Project'

‘Dry’ y ‘The Hope Six Demolitions Project’

Nos rodean múltiples avatares de relojes. Las portadas de los discos, por ejemplo. Entre Dry, el de derecha, y The Hope Six Demolition Project, al lado, han transcurrido 24 años —casi con exactitud: el primero fue publicado en marzo de 1992 (año de Maastricht, beatificación de Escrivá de Balaguer y, en otro terreno mafioso, la condena a cárcel de por vida a John Gotti, Don Teflon) y el segundo apareció en abril de 2016 (año del que no hace falta que les hable porque ustedes mismos están soportando la fetidez de tanto compi yogui)—.

La matemática es también implacable con la artista, Polly Jean Harvey, a quien todos llamamos como a ella le gusta, PJ Harvey, sin puntos que injerten aire entre el primer nombre y el segundo. Cuando apareció Dry, era una niñata de 22 años que hociqueaba contra el cristal de una fotocopiadora en una metáfora de la sequedad, es decir, la ausencia de lubricación. «Nada me pone. No me haces falta», decía.

Ahora tiene 46 y se ha alejado de los tratos públicos con la sexualidad. El escudo de armas es maduro y tiende al realismo —un perro de dos cabezas, una cabra, un rifle de asalto, un manojo de flechas, alambre de espino…—, podrido como toda santidad, parece el blasón de una cofradía… «Hacemos falta, cortemos la alambrada«, parece decir.

Pandereta de PJ Harvey - Diseño y foto: Michelle Henning

Pandereta de PJ Harvey – Diseño y foto: Michelle Henning

Hija de canteros y criada en una granja de Bridport-Dorset, donde aún hoy huele a pesquerías y fábricas de yute y los riscos se levantan sobre el mar como si una armada invencible estuviese a punto de llegar en cualquier momento, Polly Jean sube a los escenarios ahora con un arpa celta o la pandereta de arriba, diseñada por Michelle Henning, la misma del blasón de la gresca entre Perraco Sistema y Cabra Popular. El instrumento no sería rechazado por mi madre cuando canta los domingos en el coro de la parroquia.

En la canción The Comunnity of Hope (La Comunidad de la Esperanza), uno de los singles del álbum y quizá la mejor de las canciones, se nos cuentan los planes de recalificación y urbanización de un barrio pobre de Washington (EE EE), el Ward 7, zona por la que paseó en coche la cantante mientras un periodista local le servía de guía e informante sobre el proyecto de limpieza sociorracial de las autoridades locales, maquillado con la siempre oportuna promesa de unos parterres, una zona de juegos y un Wallmart

El reportero, , publicó luego una pieza tronchante sobre la experiencia. La tituló: «Di un paseo en coche por Washigton a una estrella del rock pero no sabía quien era«.

Muchas de las estrofas de la letra de la canción son transcripciones textuales de los comentarios de guía conocedor de la zona que

Otras de los temas con clip oficial es The Wheel (El carrusel), una narración sobre las heridas abiertas por la guerra genocida en Kosovo, entrecruzada con imágenes de la crisis de los solicitantes de asilo en la UE. Harvey piso el territorio de la nación balcánica en otra gira en automóvil, pero no se acercó a los campamentos y campos de detención de los inmigrantes.

El poder de los vídeos y la brillante realización deben atribuirse al reportero Seamus Murphy (Irlanda, 1959), a quien la cantautora ha empleado como mediador para la reconversión al género de la denuncia social. Multipremiado, bregado en los frentes más salvajes del belicismo global y dueño de una mirada de crudeza no exenta de poesía, Murphy ya había realizado la docena de cortometrajes que acompañaban Let England Shake, el anterior disco de Harvey, editado en 2011.

PJ Harvey, antes y después

PJ Harvey, antes y después

La nueva PJ Harvey, renacida en la creencia —totalmente justificada: cada cual es libre de elegir camino— de que estos son tiempos para ejecer un verbo reflexivo de sonido espantoso, posicionarse, no tiene nada que ver con la cantante furiosa, visceral y sanguínea de entre 1992 y 2009. Si antes deseaba transmitir la descarga eléctrica de la carne y la pasión con un sonido agudo, acerado, cortante y férreo en el cumplimiento de la norma clásica del rock —guitarra, bajo, batería, voz y sexo—, ahora está iluminada por una nueva misión: ser cronista del mundo, los desmances y la culpa colectiva.

Si se moviera en los ámbitos hispanohablantes, donde sabemos mucho de los trovadores comprometidos, Harvey podría ser comparada con la folclorista argentina Mercedes Sosa (1935-2009) —gracias doy a la desgracia / y a la mano con puñal / porque me mató tan mal / que seguí cantando, ¿recuerdan?—. Al igual que la música de ésta, los dos úlltimos discos de la inglesa son secos, aplanados, sin aristas, con llanto en vez de grito… La producción está sometida a un deseado alejamiento —la voz de Harvey, desplazada del primer plano, parece cantar desde un tunel y formar parte siempre de coral de plañideras— y las canciones han sido sometidas a un aggiornamento nada venturoso, adornadas con instrumentos que parecen elegidos por su carácter tradicionalista —flautas, pífanos, arpas, clarinetes…— antes que por decisiones musicales.

Me alegro de que PJ haya encontrado a los cuarenta y tantos la senda de la denuncia. Me entristece como viejo admirador que la opción implique la aniquilación de la no menos revolucionaria portvocía de la identidad y la arrogancia femeninas. Antes era una dominatrix ante la que deseabas confesarte derrotado. Ahora es una hermana de la caridad hablando a distancia de terrores que suceden en suelos que nunca pisa o que pisa lo suficiente para no mancharse los zapatos.

Tras escuchar dos veces el último disco de mi exdominadora favorita he acudido, llamado por un apetito instintivo y primordial, a la malhumorada, rasposa y urgente voz de la suicida Violeta Parra. Creo que los anglosajones —con la excepción de Robert Wyatt— ni siqiera saben quién era.

Jose Ángel González

4 comentarios

  1. Dice ser RayosxXx

    Hijo mío, se nota que eres joven y bien embebido de latinoamerica, pero no, sí que hay muchos anglosajones de la famosa canción protesta, aunque casi todos de la época de los 60’s y 70’s…
    Tenemos a Woody Guthrie, a Pete Seeger, a Bob Dylan, y yo qué sé cuántos más…¡Ah, y se me olvidaba alguien importante que incluso cantaba en español o castellano, como quiera decirse… la famosa Joan Báez, que imagino que igual te sonará de algo, espero, al menos…!
    Canciones de la guerra del Vietnam como «where are all the flowers gone», «little boxes», «Blowing in the wind», y si además miras bien en las raíces del rap y en su evolución, verás que hay tropecientas mil canciones y bandas con infinidad de temas sobre protesta por las injusticias sociales…
    O sea que si te gusta la música protesta y el inglés, ya tienes por dónde empezar, y te aseguro que hay infinitamente más cantantes y grupos protesta anglosajones que latinoamericanos cantando en español…
    Eso sí, ingleses de pura cepa pocos, más bien americanos… los ingleses siempre fueron mucho que si la reina, etc si acaso, los únicos que machacaron bastante al sistema inglés fueron los punkies, pero fuera de ellos, los demás chupándoles las botas a los lores… pero eso ya es otra historia…

    02 mayo 2016 | 15:22

  2. Dice ser RayosxXx

    por cierto, Guthrie era más bien de los inicios del siglo XX…

    02 mayo 2016 | 15:23

  3. Dice ser RayosxXx:

    Aunque patinas y no has leído la entrada —habla del Reino Unido, no de los EE UU—, gracias por la molestia.

    Si quieres saber algo de Woody Guthrie —que no es de principios de siglo, sino de entre los años 30 y los 60—, escribí una larga pieza en el blog:

    https://blogs.20minutos.es/trasdos/2012/07/11/woody-guthrie-centenario/

    03 mayo 2016 | 17:40

  4. Dice ser Filmporno

    Sin duda alguna soy un gran seguidor de PJ Harvey

    13 mayo 2016 | 05:25

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