Daisuke Yokota, retratista con eco y ruido, mejor fotógrafo joven de 2016

From the series Taratine, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota courtesy GP Gallery

From the series Taratine, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

Daisuke Yokota nació en 1983 en la prefectura japonesa de Saitama, al norte de Tokio. Hace medio siglo era una zona agrícola y de pastoreo. Ahora, vista desde el cielo, la región da miedo: parece el dibujo trazado por un diablo al que le hayan entregado como armas de martirio un tiralíneas y un compás.

Yokota es una criatura de esa mareante grafología. Cuando hace fotos —y lo hace con tanta maestría que acaban de darle el premio Paul Huf de 2016, uno de los más renombrados para menores de 35 años— opta por el desequilibrio, la reverberación y el eco. Podríamos decir que hace fotos con las mismas habilidades que un electricista: pela un cable, conecta otro, prepara el conductor y los diodos, tiene en cuenta el factor de cresta, el valor eficaz, destroza todo valor, provoca un cortocircuito, vuelve a empezar…

Cada foto de Yokota es el resultado de cientos de fotos, un zumbido multifásico.

Los señores del jurado que anunció ayer el premio —organizado desde hace diez años por el museo de fotografía FOAM de Ámsterdam y dotado con 20.000 euros y una exposición en el prestigioso centro— hablan de la inventiva del japonés, al que califican de «muy experimental, muy imaginativo y muy original», y de las «completamente nuevas direcciones» hacia las que se mueve creativamente.

Podemos olvidar las declaraciones del presidente del panel de expertos, Simon Baker, curator de fotos de la Tate. Al certero juicio de Pessoa de que «por la boca mueren el pez y Óscar Wilde» añadiría un tercer elemento: toda persona que anote ‘curator’ en la casilla de ‘oficio’.

From Backyard, 2011 © Daisuke Yokota courtesy GP Gallery

From Backyard, 2011 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

From Backyard, 2011 © Daisuke Yokota courtesy GP Gallery

From Backyard, 2011 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

Yokota es un ser convulso y enfermo.

Imaginemos el par de fotos de arriba —pertenecen a la serie Backyard, que firmó en 2011—: personas descarnadas o desolladas sobre superficies amorfas en las que prima el ruido y se esquiva el detalle. Uno de los seres mira al cielo. El otro parece víctima de una respuesta violenta del mismo cielo.

Cada foto es una pero, como en un misterio doctrinal, es ciento. Yokota hace una primera toma con una cámara digital —no le importan demasiado la marca y el rango—. Luego guarda esa primera foto como archivo de baja calidad, un jpeg corriente y moliente, e imprime la imagen en el peor papel que puede encontrar. El siguiente paso es retratar la copia con una cámara analógica de medio formato cargada con película a color. Revela el film usando al azar las temperaturas y los tiempos de cada emulsión. Repite unas diez veces esta última parte del proceso: refotografiar, llama a la acción de llegar a la esencia mediante la adición repetida.

La degradación constante busca emular la reverberación, los tiempos de espera y el eco de la música electrónica. Yokota anhela alterar el proceso fotográfico de la misma forma que la música contamina el tiempo y lo pliega. En esta entrevista afirma que adora a Aphex Twin y persigue los mismos objetivos que el músico de los mil avatares:

Por supuesto que no hay tiempo en una fotografía, pero escuchando su música pensé en cómo aplicar ese tipo de efecto o filtro a la fotografía: la idea de ‘ambiente’ (…) Soy consciente de que la fotografía no puede funcionar de la misma manera que las películas o la música, pero me pregunto si no es posible crear una forma de fotografías que lleve el tiempo dentro.

From the series Taratine, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

From the series Taratine, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

No hay duda de la estirpe de la que procede Yokota. Sus fotos contienen el mismo quebranto que las del gran maestro Daidō Moriyama, quien una vez afirmó que no ha lugar para la simpatía y el compadreo si deseas ser fotógrafo y no simple fedatario:

Si un fotógrafo intenta incorporarse felizmente al mundo usando la perspectiva tradicional con la cámara, terminará cayendo en el agujero de la idea que ha excavado por sí mismo. La fotografía es un medio que sólo existe fijando momentáneamente el descubrimiento y la cognición que se encuentran en el imparable mundo exterior.

Incorporado a la realeza de la experimentación —sus libros autoeditados se agotan en cosa de días y ha iniciado un proyecto colectivo con otros ocho fotógrafos del que pueden emerger sorpresas: AM (de after midnight, tras la medianoche) y ahora receptor del mismo premio que en años anteriores se llevaron artistas del nivel de Pieter Hugo y Raphaël Dallaporta—, Yokota dibuja para el futuro el mismo camino que ya ha iniciado:

Cuando vas a dormir piensas en las cosas que te han pasado ese día, ¿verdad? Es posible ver algunas imágenes, pero son completamente distantes, no tienen nada que ver con lo que sucedió realmente, son nebulosas. Creo que la fotografía puede ayudar a recordar.

Atención a Daisuke Yakota: quiere entrar los recuerdos y entregarles el mando de la mesa de mezclas. Quiere ser como un derviche danzando sobre un solo punto del orbe.

Jose Ángel González

From the series Color Photographs, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota courtesy GP Gallery

From the series Color Photographs, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

From the series Color Photographs, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota courtesy GP Gallery

From the series Color Photographs, Untitled, 2015 © Daisuke Yokota, courtesy GP Gallery

1 comentario

  1. Dice ser pos fale, pos malegro

    Tanto «lo mejor» como «el Arte» o «la cutura2 depende siempre del grado de represión que exista en la cultura que se pretende mostrar como ejemplo de la cosa artística. En ocasiones la relatividad y mercantilismo, y el no hacer tambalear las neuronas fofas apesebradas, hace que el arte y todo lo que vibra sea amorfo y casi sin sentido, meintras que lo poderoso se destila a pequeñas gotas en otros lugares menos… políticamente diggggnos.
    ¿Quién es Peter Hegre, quién Candice, quién Iveta, quiénes serán la cantidad ingente de fotógrafos y modelos que crean obras preciosas y apenas se difunde por temor a derribar el muro de las buenas y saaaaaanas costumbres?¿Cultura? ¿Donde la violencia y el abuso, por ejemplo contra animales, se tiene por excelencia? Para reírse.

    17 marzo 2016 | 17:00

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