Iggy Pop se desnuda (otra vez)

Iggy Pop posa desnudo - Foto: Elena Olivo: Brooklyn Museum

Iggy Pop posa desnudo – Foto: Elena Olivo: Brooklyn Museum

Es el paradigma de la reiteración: Iggy Pop está desnudo. Otra vez. Ya vale.

El veterano cantante, que en abril cumple 69 años —juro que la cifra es correcta y no rebuscada en favor de la sexualización del texto—, acaba de enseñarlo todo a un grupo de alumnos de arte. No hay novedad: lleva sin camisa desde los ventipocos y al exhibicionismo añade la versión integral, sin pantalones ni ropa interior, con harta frecuencia.

Posando con languidez frente a 21 alumnos del Museo de Brooklyn, Iggy es el de siempre: despatarrado y crudo. Tuvo su gracia, pero empieza a sonar a el-abuelo-ha-vuelto-a-hacerlo.

Iggy Pop, 1971 © Gerard Malanga

Iggy Pop, 1971 © Gerard Malanga

No hay constancia del momento en que Iggy Pop decidió que mostrarse le producía placer. Los desnudos frontales que le tomó en 1971 Gerard Malanga, uno de los protégée y esclavos laborales de Andy Warhol, quizá sean los primeros retratos con grado explícito, es decir con el órgano sexual al descubierto.

La foto de la izquierda, por cierto, fue usada para portada del disco de grandes éxitos Nude & Rude de 1996, pero el artista, que no está dispuesto a asustar a ningún potencial comprador, capó (textualmente) la imagen para evitar que la incorrección genital molestara al tráfico de derechos de autor.

Hay constancia de que el cantante, un muchacho criado en el hogar trash de un parque de caravanas de Michigan, se había desnudado en público antes, en algunas de las primeras actuaciones de Iggy & The Stooges, el insuperable grupo que se dedicó a esparcer sangre y violencia entre la inocente generación hippie.

Se quite o no las prendas inferiores, lo que no admite duda es que estamos frente a uno de los seres humanos occidentales que menos dinero ha gastado en camisas. Iggy ha convertido en un credo la difusión global e ininterrumpida de pectorales. Que la piel esté apergaminada y cause el mismo efecto que la de una momia no le importa ni a él ni a los muchos fanáticos del rock geriátrico, ciegos ante una verdad innegable: desde hace unas dos décadas Iggy no edita un disco que soporte una escucha no contagiada por el cariño que merecen los supervivientes.

Iggy Pop, "Post Pop Depression", 2016

Iggy Pop, «Post Pop Depression», 2016

A punto de aparecer su decimoséptimo disco de estudio, Post Pop Depression y para aumentar el bla-bla mediático promocional, el Señor Iguana acaba de participar como modelo en la sesión de pintura al natural que organizó el artista conceptual inglés Jeremy Deller como primer capítulo de una serie de posados a los que serán invitados otros creadores estadounidenses bien dispuestos. La idea es organizar una exposición en otoño con una selección de los cuadros pintados durante las sesiones.

El nuevo disco de Iggy, producido por Josh Homme, líder de Queens of the Stone Age, y anunciado para marzo, tendrá más eco gracias al desnudo de Iggy mostrando sus genitales que a las canciones, al menos si hemos de medir el álbum por el par de infecundos temas filtrados como avance, Gardenia y Sunday —inserto abajo los vídeos—, cantados con poco genio y mucha modorra y arreglados como himnos procesionales.

En la actuación del late night show televisivo para adultos serios —ya no hay hippies a los que asustar— en la que estrenó la primera canción, la elegida como single, Pop aparece trajeado con un normativo dos piezas negro y la novedad de verlo vestido es más chocante que la desnudez.

Jose Ángel González

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