Holly Herndon (1980) tiene problemas sentimentales. Ninguna novedad con respecto a la mayoría cualificada de habitantes del planeta. La marca diferencial de la compositora estadounidense es que la crisis de pareja es con la tecnología. El asunto es de gravedad especial porque la cantante trabaja con instrumentos y procesos vocales creados a partir de MAX, un programa de desarrollo para música y multimedia. Herndon tiene problemas, por tanto, tan sentimentales como intangibles.
Home quizá sea la gran canción de divorcio del siglo XXI. La compositora se explica:
Es un tema de amor para ojos fisgones (un agente, un crítico) y también una canción de ruptura con los dispositivos con los que comparto una relación muy naíf. Hay algo dramático, adolescente y vulnerable en nuestro modo de comportarnos con estos aparatos interconectados, todavía tan jóvenes e inocentes.
Para el videoclip del tema, Herdon, que es una activa militante contra el espionaje masivo a la privacidad de los ciudadanos —me conoces mejor de lo que me conozco yo misma, dice la letra, dirigida a uno cualquiera de los miles de espías, humanos o robóticos, de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA)—, se puso en manos del estudio holandés Metahaven, autor, entre otras muchas, inteligentes y guerrilleras formas de enfrentarse a la necropsia de lo privado, de Black Transparency. The Right to Know in the Age of Mass Surveillance (Transparencia negra. El derecho a saber en la era de la vigilancia masiva), un ensayo que se publicó hace poco en inglés y del que existe un vídeo previo como declaración de intenciones.
Para el clip de Home, eligieron que sobre la cantante cayeran como una lluvia de especial acidez logotipos de la NSA.
«Platform» – Holly Herndon, 2015. Anverso y reverso. Diseño: Metahaven
Para Platform, el álbum que lanzó en este 2015 que finaliza y en cuyo ideario gráfico vuelve a estar implicado Metahaven —por cierto, visiten el maravilloso Tumblr de los holandeses—, Herdon ha decidido no abandonar el temario apocalíptico del multiprisma oscuro de la tecnología.
Ninguna de las canciones es fácil, lo cual es un halago en un tiempo de fórmulas. Todas son canciones de protesta, lo cual no quiere decir que repitan un berrinche andino. Todas son canciones sobre la distopia en la que residimos y, por tanto, chirrían.
En una pieza de la revista en línea The Fader titulada Ideas radicales que inspiraron ‘Platform’, la compositora, que no es una oustider ni una diva off —estudió con Fred Frith, un músico dislocado al cual deben algunos favores Robert Wyatt, King Crimson y otros aventureros del sonido—, enumera una decena de personas y asuntos que le sirvieron de inspiración.
Estos son algunos:
- Benedict Singleton. Estratega británico que fundamenta su ideario en una idea de simpleza revolucionaria: toda idea comienza con una conversación.
- Extremismo visual. La nueva política será de ciencia ficción o no será. Metahaven mete mano y recuerda, por ejemplo, la serie de crispados gifs animados Call, su primer trabajo con Herndon.
- Hannes Grassegger, el economista alemán autor del libro Yo soy capital. Opina que los datos privados son dinero y no debes regalarlos. Si los quieren, que pujen y paguen. Desactiva localizadores, deshabilita trackers, no uses mensajerías instantáneas a no ser que sean de alta seguridad —por ejemplo, Signal—.
- El sistema Autonomous Sensory Meridian Response, una forma meditativa basada en los paisajes sonoros.
- Akihiko Taniguchi, el japonés que ha diseñado el sofware que Herdon utiliza en la actuaciones en directo.
- El sello RVNG Intl, de Nueva York, la discográfica que ha publicado Platform. Es una empresa más interesada en crear «narrativas» que «productos musicales».
- Suhail Malik, el crítico británico que acusa al arte contemporáneo de regodearse en la melancolía y buscar fórmulas de escape y no de salida del sistema.
- Mat Dryhurst, un músico que utiliza el error como base creativa. Colaboró con Herdon en Chorus.
Armada mundo adelante con un simple ordenador personal —con los datos siempre encriptados— Holly Herndon es, como Kalinda Sharma o Lisbeth Salander, una tentación cromada, espabilada, sanguínea, de fiar…
José Ángel González
Todo es bonito en Navidad
Cha, cha, cha, los angelitos vienen cantando
Cha,cha,cha,los reyes magos bailando
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Clica sobre mi nombre
25 diciembre 2015 | 06:10