Multas de 15.000 dólares para los policías que repriman el ‘periodismo ciudadano’

El policía  Michael T. Slager dispara por la espalda a Walter L. Scott

El policía Michael T. Slager dispara por la espalda a Walter L. Scott

Una ejecución en directo, en terreno público y a la luz del día. Ocho balazos por la espalda a un hombre desarmado. Las imágenes del oficial de Policía Michael T. Slager, de 33 años, disparando fríamente contra Walter L. Scott, de 50, al que probablemente podría haber alcanzado tras una corta carrera, fueron filmadas en un teléfono móvil por un joven ciudadanoFeiden Santana, de 23 años—, que decidió dejar testimonio de la atrocidad.

Sucedió el 4 de abril en North Charleston, la tercera ciudad más poblada de Carolina del Sur (EE UU). El censo es de 100.000 habitantes, casi la mitad negros. Los agentes del cuerpo local de policía son en un 80% blancos.

Dado el calado de la secuencia, la falta de dudas razonables que se deriva de la situación —el agente intentó escudarse en que había usado antes sin éxito una pistola eléctrica, pero no explicó por qué ni siquiera intentó perseguir a Scott—, la aparición de evidencias de que el Slager ya había actuado con extrema e injustificada brutalidad en 2014 durante la detención de un infractor de tráfico y la acusación de asesinato que la fiscalía tramita contra el policía —que, como se han apurado a aclarar desde el ministerio público y por «ausencia de agravantes», no será en ningún caso condenado a muerte pese a que Carolina del Norte aplica a los asesinos la pena capital—, nadie ha puesto en duda la conveniencia de la grabación, una de esas piezas del llamado periodismo ciudadano que ennoblece a su autor y construye una red de seguridad contra la ferocidad del sistema y sus esbirros más peligrosos para la integridad colectiva y la libertad de los de a pie.

El desquiciado conteo de muertes policiales —causadas por agentes— que padecen los EE UU —el gobierno oculta los datos, las agencias locales de seguridad son demasiadas y los números no se vierten en una única base de datos central, pero se estima que una media de unas 1.240 personas pierde la vida al año en el país por disparos o ataques mientras están en manos de agentes— convierte en saludable y defensivo el uso de las armas incruentas de que disponemos los civiles para establecer fronteras y defendernos.

En EE UU está expresamente permitido grabar y retratar a policías de acuerdo con sentencias que apelan a principios constitucionales, pero algunas leyes regionales o reglamentos locales limitan o contradicen el derecho.

Tampoco lo ponen fácil los agentes, que intimidan, amenazan, ciegan con luces estroboscópicas, retienen o rompen cámaras, borran archivos y, en ocasiones, se comportan como vengativos chulos de arrabal.

El siguiente vídeo es explícito y especialmente cruel. Fue grabado hace dos años en un barrio de Los Ángeles. No lo vea, queda advertido, si tiene la sensibilidad a flor de piel.

Policías de Nueva York usan 'flashes' estroboscópicos para dificultar grabaciones y fotos

Policías de Nueva York usan ‘flashes’ estroboscópicos para dificultar grabaciones y fotos

La ciudad de Denver, en el estado de Colorado, tiene el orgullo de ser la primera de los EE UU en dictar una ordenanza que prohibe a los agentes de Policía dificultar o impedir de cualquier modo la grabación en vídeo o la toma de fotografías en espacios públicos. No vale lo de «apaga la cámara», ni la mano frente al objetivo, ni el «deja de grabar o te enteras», ni poner los pectorales ante la lente.

La disposición, que acaba de ser aprobada y entrará en vigor este mes, establece que el funcionario que la incumpla y restrinja el periodismo ciudadano será castigado con una multa de 15.000 dólares —más o menos 13.200 euros—. Es una de las medidas legislativas locales que pretenden establecer un mayor control sobre la Policía para evitar los casos de violencia contra los civiles, sobre todo negros, que se han producido en los últimos años en varias ciudades estadounidenses.

En el caso de Denver todo empezó en enero, cuando Bobbie Ann Diaz acusó a la policía de prohibirle a su hija Brianna que grabara la escena de la muerte a tiros de Jessica Hernández, una chica de 17 años acusada de robar un coche, perseguida, interceptada y tiroteada cuando todavía estaba dentro del vehículo. Tras matar a la muchacha, los agentes conminaron a punta de pistola a Brianna, que estaba en el patio de su casa, a que no se atreviera a grabar o hacer fotos. «Mejor no lo hagas», le advirtieron.

La decisión de la multa para los agentes que espetan el «ni se te ocurra grabar esto» antes de que empieces a hablar no ha gustado nada a los sindicatos policiales. «No creemos que funcionarios que ponen en riesgo su vida a diario deban estar sometidos a estándares diferentes al resto de lo población«, dijo una portavoz de la central mayoritaria en Denver.

El gremio de azul no opina sobre qué hubiera pasado si el valiente joven que grabó el asesinato de Walter L. Scott hubiese sido amenazado con entregar su smartphone por el agente-asesino. Quizá el asunto habría sido engavetado y en las calles seguiría vigilando un policía con alma de killer.

"Tu derecho a filmar policías debe estar protegido"

«Tu derecho a filmar policías debe estar protegido»

Varios policías reducen a un manifestante en Madrid en 2012 - Foto: Jorge París

Varios policías reducen a un manifestante en Madrid en 2012 – Foto: Jorge París

En España está protegido el derecho a grabar a los funcionarios policiales. Una sentencia muy reciente de un juzgado de Madrid lo establece y desarrolla con claridad meridiana al dar la razón a una mujer que retrató a policías municipales durante un desahucio y que fue denunciada por estos.

El dictamen judicial que avala el periodismo ciudadano dice:

Estamos ante un documento que reproduce la imagen de una persona en el ejercicio de un cargo público y que la fotografía en cuestión fue captada con motivo de un acto público en un lugar público, por lo que en modo alguno resulta irrazonable concluir que concurra un supuesto de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Considera que la actuación de los agentes apartando la cámara es inaceptable:

Supone un exceso en su comportamiento, abandonando las pautas de tacto, moderación y templanza que, salvo de situaciones graves, se exigen y deben estar implícitas en el modo de desempeño de su función.

Claro que una cosa es tener la ley de nuestro lado y otra muy distinta es estar cara a cara contra un antidisturbios, un mosso o cualquier otra especie depredadora y verte obligado a hacer frente a su adrenalina y a las pautas de comportamiento, a veces enraizadas en la psicopatía, que reciben de sus mandos y jefes políticos y son refrendadas por el aparato judicial.

Capturas de las APP Hands Up 4 Justice y I'm Getting Arrested

Capturas de las APP Hands Up 4 Justice y I’m Getting Arrested

Hay buenas aplicaciones gratuitas que permiten registrar con cierto grado de discreción lo que hacen los funcionarios públicos con porra al cinto cuando los tienes delante y dan miedo. Están en inglés, pero son de código abierto y quizá algún manitas se anime a adaptarlas a nuestro entorno.

Nunca es ocioso pasarse por algunas fuentes primarias de información básica:

José Ángel González

3 comentarios

  1. Dice ser The Shocker

    Ya a cualquier cosa lo llaman periodismo.

    Internet mató al periodismo hace muchos años.

    14 mayo 2015 | 14:07

  2. Dice ser lolo

    Es increíble que en 20minutos (se supone, un medio serio) se dé publicidad a un blog tan subjetivo como este. En la vida había leído tantas tonterías juntas en tan poco tiempo.
    Se ponen vídeos de asesinatos en EE.UU. y se relacionan con la policía española. Es como si se ponen ahorcamientos de homosexuales en Irán y se relacionan con Podemos y el 15M. Lamentable el blog, el asunto, y el bloguero, cuya imparcialidad (primera condición del periodismo que él dice defender), brilla por su ausencia.

    15 mayo 2015 | 08:19

  3. Dice ser Jackeline

    Estoy completamente de acuerdo con el contenido de este articulo, el derecho a escudriñar, grabar y eventualmente denunciar las actividades impropias de aquellos funcionarios a quienes el estado les ha dado un recurso que el ciudadano de a pie no posee – entiéndase armas letales y la autoridad para privar de libertad al ciudadano común – debe estar garantizado por la constitución y las leyes para evitar los abusos y la corrupción.

    Nunca mejor descriptos que en estos dos párrafos:
    .
    «Tampoco lo ponen fácil los agentes, que intimidan, amenazan, ciegan con luces estroboscópicas, retienen o rompen cámaras, borran archivos y, en ocasiones, se comportan como vengativos chulos de arrabal.»

    «El gremio de azul no opina sobre qué hubiera pasado si el valiente joven que grabó el asesinato de Walter L. Scott hubiese sido amenazado con entregar su smartphone por el agente-asesino. Quizá el asunto habría sido engavetado y en las calles seguiría vigilando un policía con alma de killer.»

    Tontos aquellos que justifican en incluso apañan a los infractores que atacan a su propia libertad y seguridad, un agente violento o corrupto puede ser el próximo que les dé un verdadero disgusto.

    15 mayo 2015 | 10:01

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