Zapatillas que demuestran cómo «todo lo que compras es basura»

'Everything you buy is rubbish'

«El calzado actual pasa apenas una fracción de su vida abrazando un pie. Durante la mayoría de su existencia es basura. Ya sea en un vertedero o tirado en una orilla, el tejido sintético de los zapatos (además de la plétora de plástico que desechamos) tardará siglos en descomponerse«.

Los tres diseñadores/artesanos/artistas del proyecto británico Everything You Buy Is Rubbish (Todo lo que compras es basura) presentan la cruda realidad de los residuos y en particular de la contaminación plástica. La zapatilla que gira en bucle en el gif animado de la web del proyecto es sólo un símbolo, un ejemplo del tipo de filosofía vital que es necesario adoptar para reducir lo antes posible las inmensas cantidades de basura que generamos, deshacerse de un estilo de vida caduco que ya no podemos permitirnos.

William Gubbins, Charles Duffy y Billy Turvey fabricaron el par de zapatillas de colores con residuos recogidos en la zona del Canal de la Mancha, planchándolos, puliéndolos y dándoles forma, utilizando fibra trenzada para los cordones. El experimento era un encargo académico en el que tenían que comunicar ideas del libro 10 Billion (Diez mil millones), escrito en 2013 por el profesor universitario inglés Stephen Emott.

El extracto que escogieron se refiere al consumo. «Los cambios de comportamiento que se nos requieren son tan fundamentales que nadie quiere hacerlos. ¿Cuáles son? Necesitamos consumir menos. Mucho menos. Menos comida, menos energía, menos cosas. Menos coches, coches eléctricos, camisetas de algodón, ordenadores portátiles, teléfonos móviles. Muchísimo menos. Sin embargo, cada década, el consumo global continúa incrementándose implacablemente», escribe Emott.

El autor —que tituló su obra en referencia a los 10.000 millones de personas que se calcula que habitarán el mundo antes de que termine este siglo— aborda el problema de la sobrepoblación del planeta desde una perspectiva accesible y expresa la imposibilidad de que el ser humano pueda sobrevivir con el comportamiento voraz que ha gestado.

En Everything You Buy Is Rubbish recuerdan cómo en su día el plástico se presentó a la humanidad como una «promesa utópica», un «material revolucionario que nos cambiaría las vidas». Duffy, Gubbins y Turvey se refieren con ironía a ese «cambio»: el plástico está «tan incrustado en nuestras vidas y el medio ambiente» que se está volviendo «indistinguible e inseparable de la naturaleza». Al respecto, Gubbins ofrece a mayores en su página web un demoledor vídeo.

Con las atractivas zapatillas hechas de basura, han creado además una colección de cuatro carteles con datos descorazonadores. «Se estima que más de ocho millones de piezas de plástico entran en el océano cada día«. «Tus abuelos probablemente vivían cuando se inventaron muchos de los nuevos tipos de plástico. El mismo plástico creado entonces seguramente sobrevivirá a tus nietos».

Helena Celdrán Green

Everything you buy is rubbish - cartel

Everything you buy is rubbish - cartel2

4 comentarios

  1. Dice ser Mistet T

    Todos somos basura.

    11 julio 2014 | 11:19

  2. Dice ser Lola

    Nosotros mismos nos creamos necesidades que no son tal. Lo de las zapatillas está interesante en el aspecto de cómo se puede reciclar tanta basura pero no creo que sea muy bueno ponerse unos zapatos totalmente hechos de plástico,aunque es cierto que la mayoría de los que se venden por ahí de piel tienen poco, a no ser que se paguen precios bastante altos. Hace tiempo vi un documental en que las botellas de PVC se convertían en alfombras. Tal vez sería buena idea una industria de este tipo en países emergentes, los ayudaría a salir adelante y de paso se recicla buena parte de lo que desechamos.

    11 julio 2014 | 13:57

  3. Dice ser elrepublicano

    Vale, eso ya lo sabemos y que pagamos lo que no esta escrito por una mierda de zapatillas, por una camiseta y por un móvil ni te cuento.
    El problema fundamental no esta en no consumir, si no, en consumir inteligentemente.
    Eliminar la mitad de los plásticos de las envulturas de tantos alimentos, las zapatillas fabricadas en el propio país, cada uno en el suyo y regulado con las pertinentes leyes de contaminación, el que contamina tiene la obligación a reparar el daño, más una buena multa.
    Pero eso es imposible, que harian los pobres ricos sin sus esclavos…

    11 julio 2014 | 16:08

  4. Dice ser Antonio Larrosa

    No se a donde vamos a ir a parar, si hasta las tetas de las tias la mayoría son de plástico , es una cosaaaa…..

    Clica sobre mi nombre

    11 julio 2014 | 18:42

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