¿Quién es este hombre vestido con lencería de mujer?

Martina Kubelk, untitled, Polaroid (8,3 x 10,5 cm) from the photo album "Martina Kubelk. Kleider - Unterwaesche" (Martina Kubelk. Dresses - Lingerie), 1988 - 1995, consisting of 365 Polaroids and 23 Vintage Prints, 32 x 27 x 8 cm Courtesy Galerie Susanne Zander / Delmes & Zander

Martina Kubelk, untitled, Polaroid from the photo album «Martina Kubelk. Kleider – Unterwaesche» (Martina Kubelk. Dresses – Lingerie), 1988 – 1995,
Courtesy Galerie Susanne Zander / Delmes & Zander

Entre 1988 y 1995 el hombre  que aparece en la foto vestido con lencería de mujer se autorretrató en privado y compuso un álbum de casi 400 imágenes tomadas con una cámara Polaroid de revelado instantáneo, es decir, privado.

Las imágenes, que acaban de ser mostradas en la galería Suzanne Zander (Colonia-Alemania) como inicio de una serie de exposiciones sobre artistas anónimos que bordean lo outsider, pertenecen a un autor desconocido y fallecido —eso se nos asegura— que las montó, de cuatro en cuatro, en 99 páginas cuidadosamente datadas por fechas y horas. En la portada del álbum se puede leer: «Martina Kubelk: Clothes – Lingerie» (Martina Kubelk: vestidos – lencería).

Hay muchas pistas en las fotos sobre el hombre con pasión por el transformismo que se hacía llamar Martina Kubelk: apreciamos el mobiliario, los cortinajes, el papel pintado, el póster de un gato, algunos objetos insustanciales (una lámpara de lava, un teléfono…), pero nada nos revela demasiado sobre la condición o la circunstancia del protagonista. No es injusto afirmar que no le sobraba el dinero. Tampoco que disfrutaba siendo drag queen en privado.

Martina Kubelk, untitled, Polaroid from the photo album "Martina Kubelk. Kleider - Unterwaesche" (Martina Kubelk. Dresses - Lingerie), 1988 - 1995, Courtesy Galerie Susanne Zander / Delmes & Zander

Martina Kubelk, untitled, Polaroid from the photo album «Martina Kubelk. Kleider – Unterwaesche» (Martina Kubelk. Dresses – Lingerie), 1988 – 1995,
Courtesy Galerie Susanne Zander / Delmes & Zander

Las poses son complejas y forzadas: Martina debe agacharse para aparecer de cuerpo entero en el plano, sujeta un mando a distancia para disparar la cámara, se coloca ante puertas o se sienta en butacas, la luz del flash vela las escenas con una luminiscencia forense… Podemos imaginar la noche en cualquier ciudad —todas idénticas: en el final de una se gesta el comienzo de la siguiente—, el rumor de la normalidad vecinal en la vivienda de al lado, el ceremonial del que Martina Kudelk goza en privado…

El anonimato no es novedad alguna en la historia del arte. Los viejos maestros holandeses usaban nombres de emergencia en tanto no alcanzaban la categoría necesaria para que fuese reconocida su maestría y estilo autónomo. El Maestro del Altar de San Bartolomé es un muy conocido ejemplo de aquella sombra que padecían con naturalidad los artistas. No fue hasta la edad moderna, con la emergencia de una sociedad burguesa que cultiva la personalidad con orgullo y violencia, cuando los creadores empezaron a custodiar sus nombres de marca. Algunos, bien lo sabemos —pienso en los mamarrachos Jeff Koons y Damien Hirstson poco más que una marca registrada o un símbolo de copyright.

Philipp do Brito leyó durante la exposición un bello texto sobre Martina Kudelk: «Ella es sexy , festiva, elegante y característica, con una cara que recuerda a la fallecida Diana Vreeland, se convierte tanto en la modelo como en la editora para dedicarse a las exploraciones artificiales de género, sexualidad, identidad y comportamiento. Martina es en sí misma un archivo, un anacronismo (…) El tiempo no le estorba (…) Existe frente a nosotros con una vida que es una crónica en forma de álbum fotográfico. Una vida en años, meses y días».

El álbum detallado de Martina Kubelk nos devuelve a las noches solitarias de un hombre vestido con lencería y ropas de mujer. El voyeur que todos llevamos dentro mira pero no puede responder pregunta alguna: ¿quién era?, ¿qué otra vida llevaba en la normalidad del mundo?, ¿sabían los demás, los familiares y amigos, de la pasión secreta?, ¿a quién entregó el álbum, su afilado diario, el libro de horas de una religión de un solo fiel?…

Ánxel Grove

10 comentarios

  1. Dice ser JavierPerezVega

    Bueno pues nada, si así el hombre era feliz que lo disfrutara al máximo. Le seguiremos el juego y le diremos que estaba muy guapa como modelo, no cuesta nada hacer feliz a la gente…

    20 febrero 2014 | 18:58

  2. Dice ser quierosuicidorapido

    de verdad que viendo estas fotos ya me dan ganas de vomitar…. enfermo mental….

    20 febrero 2014 | 19:03

  3. Dice ser Sicoloco del casting de Foolyou

    Tiene algo sexy.

    20 febrero 2014 | 19:12

  4. Dice ser cerdo peligroso

    Vaya esperpento, la madre que lo parió. Ni Fredy Kruger a lo drag queen.

    20 febrero 2014 | 19:17

  5. Dice ser :'(

    Por qué nos haces esto? Por qué nos odias de esa manera tan cruel? :'(

    20 febrero 2014 | 19:37

  6. Dice ser Ana Cronismo

    He llegado a esta página por curiosidad y ahora huyo por el terrrrrror. Supongo que lo más triste de todo es que, ahora que es protagonista de algo, ahora que tiene sus cinco minutos de gloria, no puede disfrutarlos.

    No quiero imaginar siquiera lo que habría hecho este «artista» con una digital 4K… uff.

    20 febrero 2014 | 21:49

  7. Dice ser xavi

    dice ser mia:
    en tu blog me quedaba yo mas rato , vamos montaba una tienda de campaña donde va a parar……muac un beso

    20 febrero 2014 | 22:03

  8. Dice ser Al S.de Gomaranto

    Este señor no había perdido la cordura
    y de seguro que estaba en sus cabales,
    debió de ser por estas fechas,
    muy próximo a los carnavales.
    Pensaría en los de Río,
    o quizás en los de Cádiz,
    en los de Venecia… no creo.
    De aburrido tendría muy poco
    y del humor… a raudales.
    Feo, no es que lo fuera,
    pero guapo, guapo tampoco,
    no es que… estuviera loco,
    vivía los carnavales
    en compañía de su máquina
    y disfrutaba con las fotos.

    20 febrero 2014 | 22:29

  9. Dice ser NestorK

    Suuusantísimo, hay gente pa to, bueno en el caso del «bonito» este había. Como está el patio no me lo puedo de creer oiga.

    21 febrero 2014 | 07:46

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